De Jesús Cotta Lobato a su madre Isabel Lobato Vargas
Mi madre y sus ángeles
Mi madre y sus ángeles
dan los buenos días.
La casa cimbrea
todas las cortinas
y aumenta de espacio
las habitaciones
como ocurre en cuentos,
sueños y canciones.
Mi madre y sus ángeles
me hacen un café,
me cuentan sus cosas
todos a la vez.
El sol nos escucha
de rayos cruzados.
Mi padre saluda
desde su retrato.
Mi madre y sus ángeles
suben al balcón
y bajan a verla
la luz y un gorrión.
Riega las macetas
con agua y diamantes.
Las flores que toca
brillan más que antes.
Mi madre y sus ángeles
van a la cocina,
cantan una copla,
hacen la comida.
No saben que sé
que hay postre sorpresa:
polo de melisa,
té, limón y fresa.
Mi madre y sus ángeles
bordan un mantel
donde soy un niño
que escala un laurel.
Repasan las fotos.
Se ríen bien fuerte
con mis chistes blancos
y uno un poco verde.
Mi madre y sus ángeles
rezan el rosario,
labios entreabiertos,
párpados cerrados;
y, a la vez que Venus,
dan las buenas noches.
Tiembla el cielo entero
con sus oraciones.
Ángeles con alas
grandes como estrellas,
seguid manteniendo
lejos las tinieblas.
(De Niños al hombro)
Don Epifanio:
ResponderEliminarun bello homenaje a su madre.
Se sentirá feliz y reconfortada, seguro.
25 neutonios hombriles.
Gracias, amigo mío. Incluso Dios quiso nacer de una madre.
ResponderEliminar25 neutonios paternales