Lo cuento aquí, en mi canal de Magister calvus:
UBI SUNT?
Yo una vez tuve pelo en la cabeza,
recio como el que tengo en la barbilla,
y un mechón rubio aquí en la coronilla,
que era en la Selva Negra una rareza.
El agua no empapaba la maleza
aunque me hicieran cientos de ahogadillas.
Y ahora parece toda una bombilla.
La frente no se sabe dónde empieza.
Me llevo aún las manos a la testa
cuando me estoy duchando; y la respuesta
es siempre esta pelada inexorable,
que tuvo antaño rizos indomables,
y hogaño, lejos de la primavera,
presagia mi futura calavera.
Muy bueno Jesús. Como te conocí con aquella mata de pelo rizado y desde que la perdiste nos habremos visto un par de veces, cuando pienso en ti la imagen que se me viene a la cabeza es la de aquel chico flacucho de pelo rizado y con una sonrisa permanente. En cierto modo, para mí no has perdido un pelo. Feliz día de la Encarnación del Señor, empieza la cuenta a tras para Navidad.
ResponderEliminarMi querido Vicente, ¡así quiero seguir siendo en tu recuerdo! Yo te recuerdo chispeante, poético, ingenioso, divertido. Feliz Día de la Encarnación.
ResponderEliminarMuy bueno, Jesús.
ResponderEliminarGenial, Cotta.
ResponderEliminarY lo fácil que sería hoy hacer la broma.
ResponderEliminarSi os he hecho sonreír un poco, me doy por más que satisfecho.
ResponderEliminarDon Epifanio:
ResponderEliminaruna muestra de humor literario, de maestría y desenfado.
¡Bravo!
25 neutonios cabellu2.
¡Me alegro de que le guste, don Diego!
ResponderEliminar25 neutonios melenudos