miércoles, 15 de octubre de 2008
Mi primer encuentro con la muerte
Mi primer contacto con la muerte fue dulce. Tenía yo unos cuatro años y vivía en Cártama. Una familia le había pedido a mi padre permiso para velar el cadáver de su hija en mi casa, que era grande y podía acoger a todos sus deudos. La difunta era una muchacha que se había ahogado en el Guadalhorce. La recuerdo tumbada y bien vestida, blanca y bella como la porcelana, de rostro sereno y puro. Su madre lloraba y le ponía unos calcetines blancos. Allí lloraba mucha gente, pero yo sólo tenía ojos para aquella muchacha que a mí me parecía dormida. Luego me sacaron de allí, pero, de tarde en tarde y sin querer, sigo allí dentro, llorando un poco por esa muchacha. Que Dios la tenga en su gloria.
La verdad es que fue una edad demasiado temprana. Yo la última vez que tuve un contacto cercano fue con un exalumno y verlo allí me partió el alma.Sin embargo, curiosamente, siempre le recuerdo diciéndome: " no te preocupes, soy fuerte, todo saldrá bien".
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que tu experiencia, a pesar de ser más reciente que la mía, ha sido más dura que la mía. Un beso
ResponderEliminarPues yo cuento mi último: fue con mi tío; como familiar más cercano dispuesto a ello, me tocó reconocerlo en el crematorio antes de su incineración. Lo besé por última vez. Qué frío más frío, más incomparable, el del rostro de los muertos amados...
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