viernes, 14 de noviembre de 2008

Menos nación y más civilización

Los países europeos bien harían en abandonar sus viejas rencillas históricas y empezar a cultivar un amor a su civilización: Grecia, Roma, el legado cristiano y el legado de los pueblos bárbaros. Los niños suecos y los niños españoles deberían estudiar en el colegio a los grandes autores europeos y no a mediocres escritores sólo porque son nacionales. Si los niños no saben quién era Moratín no pasa nada, pero sí pasa si no saben quién era Dante.

8 comentarios:

  1. ¿Dónde hay que firmar, querido Jesús?
    Un abrazo.

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  2. Pero en los pueblos barbaros has incluido el Islam o no?

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  3. Se empieza por no considerar necesario saber quien es Moratín y en la siguiente te fulminas a Dante.

    Y además habría que enseñar Música, historia de la Música.

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  4. La última es que en los libros de texto tiene que haber la máxima paridad hombre-mujer, con lo que hay que sacarse autoras de donde sea (incluso a costa de autores necesarios).
    Pero el problema es que, con la actual ESO, ni se enseña a Moratín ni a Dante: la literatura ha quedado relegada a un plano muy secundaria. De hecho, algunos estamos barajando crear una plataforma para reivindicar la Literatura como asignatura independiente, al menos en Bachillerato...

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  5. Querido José María: cuando dije lo de los pueblos bárbaros, me refería a los rubios del norte que invadieron el Imperio Romano. Pero, en fin, supongo que no vendría mal meter ahí a los bárbaros del sur. ¿No significa eso la palabra bereber?
    En cuanto a tu observación sobre Moratín, me parece acertada. Es que cuando escribo entradas me pongo muy exagerado.

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  6. Querido Juan Antonio: me he quedado a cuadros con lo de la cuota femenina en la literatura. NO puede haber llegado a tanto la estupidez humana. Un abrazo

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  7. Querido Jesús: Estoy de acuerdo con el "profe".Me gustaría a mí también, que dieran a la literatura el sitio que se merece.
    Y debo reconocer, que el Islam nos dejó monumentos increíbles,¿no crees?

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  8. Por supuesto, aún sigo enamorado de la Alhambra desde que la visité este verano. Un beso

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