jueves, 20 de febrero de 2025

Registro de mínimos, de Juan Alcaide Rubio

REGISTRO DE MÍNIMOS, de Juan Alcaide Rubio (Númenor) 

He disfrutado mucho leyendo el primer poemario de Juan Alcaide Rubio. Es la poesía de un hombre hecho al campo, a la luz, a los pájaros, a la gratitud. Se nota que ha nacido poeta (Nascuntur poetae, fiunt oratores), aunque haya publicado su primer libro pasadas sus cuarenta vueltas al sol. No desafina ni una sola vez y sigue la estela de los grandes, como el Cisne de Fontiveros y Gustavo Adolfo Bécquer. Precisamente el poema «La escala» tiene la misma estructura métrica que el célebre «Yo sé un himno gigante y extraño/ que anuncia en la noche del alba una aurora»: una alternancia de decasílabo con acento en la tercera y sexta sílaba y de dodecasílabo con acento en la quinta, octava y undécima sílaba; el resultado es un ritmo complejo, pero envolvente y refinado que los pocos poetas que lo conocen suelen evitar porque les suena demasiado a Bécquer; sólo un poeta con oficio e inspiración logra salir indemne de la prueba, como es el caso de Alcaide Rubio, que ha escrito un estupendo poema que no suena a Bécquer, sino a él. 

Poemas como el Obsequio, Misterio, Buenos días, Madrugada, Leona de campiña, Noche extraña, Aprende a silbar… son suficientes árboles para decir que Juan Alcaide ha escrito un primer buen libro. Pero hay un poema magistral, «Verdón», que echa a volar todo el libro. Yo soy amigo de todos los poemas donde salen pájaros y me habría encantado escribir ese poema. Un pájaro es un chispazo de misterio y de belleza que cuando trina nos deja con unas ganas tremendas de traducirlo, pero luego se nos va volando y por eso nos cuesta tanto decir algo que no sea sólo el nombre del pájaro y su color y el momento sagrado que nos ha regalado; pero Juan Alcaide ha dicho todo lo que tenía que decirse de ese verdón. Para eso está la poesía, para que una criatura pequeña tan grande como el verdón siga cantando para siempre en un poema. 

EL VERDÓN ç
Todos hablan resueltos. 
Un poco por encima de la charla, 
leves astros de oro parpadean. 

Has llegado, verdón, como lo hacías
cuando este patio limpio 
aún era un viejo huerto en el albero 
y el limón aromaba las terrazas. 
He intentado seguir tu vuelo verde, 
descifrar el metálico silbido 
y distinguir si fisgas o cortejas, 
pero es lento mi oído y te me escapas… 

Dejo anotado al menos 
que has pintado en el aire con tus dedos 
esmeraldas –fugaz lienzo del tiempo- 
y has vertido en migajas cuatro notas 
llevándote en tus hombros amarillos 
la luz de media tarde. 

Al regresar al patio, siguen todos 
hablando 
como si no existieras.

martes, 11 de febrero de 2025

Pusilánime, enclenque, tiquismiquis

Hoy una alumna me ha enseñado su cuaderno de palabras bonitas. Es un librito en blanco, de pasta dura, donde ella va anotando las palabras que lo merecen. Tenía anotadas sólo dos por el momento: pusilánime y enclenque. Había escogido, sin darse cuenta, dos palabras complementarias: la primera significa escaso de ánimo y la otra escaso de carnes. Las dos palabras la habían llamado a ella para que las apuntase. Le dije que tenía alma de filóloga y, añado ahora, de poeta, pues sólo los poetas tratan a las palabras como a las cosas mismas. Y le sugerí una nueva palabra: tiquismiquis. ¡Esas íes tan pusilánimes y enclenques qué bien se prestan para los puntillismos y naderías! Si dijéramos tocosmocos no podría significar lo mismo.

 

miércoles, 5 de febrero de 2025

Ampuloso y torbellino

Estaba explicando a mis alumnos de griego que Sófocles pasó por una época de estilo ampuloso, y les pregunté si sabían qué significaba la palabra, y me dijeron que no, pero todos coincidieron en que parecía significar "rimbombante" o algo así. Y es que los fonemas de esa palabra tienen algo que invita a pensar en pompas y bombos y engolamiento. 

¿Y qué decir de TORBELLINO? Viene de TURBARE. No me digáis que ese TOR no te avisa de que vienen tormentas. Un abrazo a todos

 

domingo, 2 de febrero de 2025

Lucas Bun

En la final del festival de Benidorm 2025 de ayer destacaban, a mi parecer, dos buenas canciones: RAGGIO DI SOLE, de Mawot, que es un trallazo de belleza y optimismo, y sobre todo TE ESCRIBO EN EL CIELO, de Lucas Bun, que es y será siempre sublime. Mawot fue como un niño grande entre adultos, y Lucas Bun fue el patito feo: un cisne que ni el jurado ni el público supo valorar. Cantó un poco nervioso, pero eso añadió belleza a su actuación. Además, no dio ni una falsa nota.

De todos modos, me alegro de que ganara Melody. Es profesional, canta bien, y está orgullosa de representar a España.

 

lunes, 27 de enero de 2025

LA GRAVEDAD Y LA GRACIA

LA GRAVEDAD Y LA GRACIA 
Bajo el chubasco va corriendo un niño 
feliz de haber prestado su paraguas. 
El agua le ha calado hasta los huesos, 
pero él ríe, acelera, brinca y salta. 

Y espanta a una serpiente con sus risas 
que vuelan hasta un olmo y allí cantan 
en los sueños que tienen los valientes 
después de haber luchado con las gárgolas. 

Y no cabe en el mundo su alegría 
y nada es más veloz que sus zancadas. 
El vendaval no puede detenerlo 
aunque él no sabe dónde va ni nada. 

Se ha vuelto loca el agua, truenan rayos, 
el campo entero huye en desbandada, 
menos en dirección contraria el río 
y el niño que ha prestado su paraguas. 
(DIGNO DEL BARRO, Jesús Cotta)