lunes, 29 de octubre de 2012

Método cristiano para dejar de fumar

Naciste con el talento de la salud.  Tu cuerpo es templo del Espíritu Santo. Cultívalo, respétalo, ármalo de músculos. No lo asfixies con alquitrán.

No pienses: "Es terrible no volver a fumar en mi vida". Cada día tiene su afán. Fíjate en los pájaros del campo: no fuman ni esnifan, pero en verdad te digo que son mucho más libres que tú.

Cuando dejes de fumar, no hagas como los quejumbrosos exfumatas que se pasan el día hablando de su método para dejarlo y de lo malo que es el tabaco. Tú más bien lava tu cara, perfúmate, sonríe. Y tu Padre, que ve en lo oculto, tomará tu sacrificio en su mano y te lo devolverá en forma de gracia y de fuerza. Que tu pulmón derecho no sepa qué hace el izquierdo.

Y cuando veas a otros fumar alegremente, no digas como los engreídos: "Gracias, Señor, porque no soy como esos viciosos que se gastan tontamente el dinero y la salud en un vicio tan tonto". Tú más bien golpéate el pecho y di: "Perdóname, Señor, porque soy tan débil, que no sé disfrutar de tu hierba de fumar con moderación y alegría, sino con exceso y tormento."

Y, sobre todo, recuerda que, si vuelves a fumar, disfruta de tu vicio, que Dios te querrá más que antes, hagas lo que hagas, seas lo que seas.

viernes, 26 de octubre de 2012

Método nietzscheano para dejar de fumar

Cotta, escucha, soy Zaratustra y he venido a anunciarte que Platón ha muerto. Lo he matado esta noche yo con mi bastón.

Es Platón y su mundo de ideas, de mitos, de modelos morales, el que se te ha metido en los tuétanos para convencerte de que lo ideal es que no fumes. Pero tú no eres ideal, sino real. Tú eres Jesús Cotta Lobato, un tipo calvo y moreno que hace lo que puede, un superviviente. No te castigues intentando amoldar tu conducta a esos modelos morales inventados que te hacen sufrir: el buen profesor, el buen amigo, el buen ciudadano, el buen lo que sea.

No hagas lo que crees que debes hacer, lo que esperan de ti que hagas, lo que está escrito que debes hacer, lo que está bien hacer, lo que dicen Kant, Descartes, Aristóteles y toda esa caterva de hombres débiles que creen en las ideas y en los mitos.

Si fumar fuera una obligación social, te diría que no fumaras, con tal de llevar la contraria, que te gusta mucho. Pero ahora es justo al revés: fumar es ir contracorriente.

Este es mi mensaje: haz lo que te salga de la punta, sean cuales sean las consecuencias para tu cuerpo. Ahí es donde se demuestra el coraje, la valentía, la valía de un hombre.

Lo demás son cuentos de viejas.

jueves, 25 de octubre de 2012

Método aristotélico y cojonudo para dejar el tabaco

Amoavé, Jesús, soy Aristóteles y he venido en sueños a decirte lo siguiente: déjate de chorraditas y elucubraciones. Para dejar de fumar, tienes que echarle muchos cojones. Esa es la clave: los cojones.

Por muy socráticamente convencido que estés de lo malo que es el tabaco, no lo dejarás si no sacas el látigo de tu voluntad y te das tantos latigazos como ganas imperiosas tengas de darle a la nicotina.

Esto no se ha de hacer a lo bestia, sino con sabiduría, que es la máxima virtud: has de cambiar de hábitos y de vida, de manera que, en lo posible, no hagas nada de lo que ahora asocias al tabaco, por ejemplo, tomarte un café. Aun así, hay cosas que asocias al tabaco pero que querrás seguir haciendo, porque son la mar de agradables: es en esas cosas donde tienes que hacer uso de los cojones.

Pero ten en cuenta que la virtud no se consigue de la noche a la mañana, sino a fuerza de hábitos. Por tanto, lo que te convertirá en no fumador es la repetición de actos consistentes en decir no al tabaco. Como la virtud no se consigue sin esfuerzo y sin retrocesos, unas veces lo lograrás y otras no. Pero cuantas más veces digas no, más grandes tendrás los susodichos, hasta el punto de que no te cabrán en los calzoncillos.

martes, 23 de octubre de 2012

Estoy feliz

Amigos, me he quitado un peso de encima.  ¡Por fin tengo el DEA (Diploma de Estudios Avanzados! Eso me posibilita hacer la tesis, que no haré jamás, pero es para mí una gran satisfacción haber logrado la máxima nota.

El tema de mi trabajo de investigación es, agarraos a la silla, MIRADA HOMÉRICA VERSUS MIRADA IDEOLÓGICA. INDIVIDUO FRENTE A BANDO EN LA ACCIÓN GUERRERA.

Siempre me fascinó lo imparcial que es Homero ante los bandos contendientes en la guerra de Troya. Siendo, como era, griego, él se muestra entusiasta del valiente, ya sea del bando griego o del bando troyano, y no da la mayor importancia a la causa de la guerra ni a a la supuesta justicia que asistía a cada bando. Para él, malos o buenos no son los bandos, sino los individuos, y estos son buenos o malos no en función del bando en que luchan, sino en función de sus actos individuales.

Esto lo he trasladado a las guerras ideológicas del siglo XX, especialmente a la Guerra Civil Española. La interpretación que de ellas hacemos sigue aquejada del vicio ideológico consistente en juzgar moralmente a los bandos e individuos a partir de criterios morales contaminados de las ideologías que provocaron esas guerras.

Urge rescatar a los auténticos héroes de la Guerra Civil, que no son aquellos que mataron a muchos en nombre de su bando, sino a los que se enfrentaron a los de su propio bando para defender a los inocentes e indefensos fueran del bando que fueran.

Estoy contento.

domingo, 21 de octubre de 2012

Método délfico para dejar el tabáquico

"Nada en exceso" y "Conócete a ti mismo" eran las máximas délficas. Son una manera segura de no equivocarse en los avatares de la vida.

Sería estupendo fumar con moderación, pero, si uno se conoce a sí mismo y sabe que no puede fumar con moderación, hay que pasarse al exceso y decir: "Nada de tabaco".

La gran pregunta, pues, es: ¿sería posible que una persona como el menda, dada a los excesos y a las adicciones, sepa vivir moderadamente su adicción al tabaco?¿Sería posible que, cuando esté agobiado de trabajo o esté escribiendo o riendo animado con sus amigos poetas y una cerveza en la mano, no encienda un pitillo tras otro, sino que se limite a los cuatro o seis que se ha puesto como límite?

Para atinar a responder bien a esa gran pregunta sobre la moderación, tendría que tener un conocimiento tal sobre mí mismo, que me permitiera ahora mismo establecer si mi forma de ser será capaz de fumar con moderación me pase lo que me pase y haga lo que haga.

Hay personas que fuman con moderación, pero la pregunta es más bien si yo seré capaz de lo mismo sin un excesivo esfuerzo de mi voluntad, porque, si, para fumar con moderación, tengo que ser excesivamente voluntarioso, no hay ya moderación, sino exceso.

Y esto me lleva a otra pregunta: ¿no ocurrirá más bien que hay cosas que no se pueden hacer con moderación? Por ejemplo, ¿cómo podría escribir con moderación un poema torrencial o  una novela de aventuras? ¿Cómo podría yo, con moderación, enamorar a alguien, subir al Everest, querer a un amigo, salvar de un dragón a una doncella o pasar con ella una loca noche de amor?

Son demasiadas preguntas y se me están cayendo con ellas los pocos pelos que me quedan en el cráneo.

Esta noche, en sueños, iré a Delfos, colocaré a la Pitonisa con el abrótano macho que me recomendó Eresmicruz y le haré todas esas preguntas. Y ya os contaré.

jueves, 18 de octubre de 2012

Método parmenídeo para dejar de fumar

Según Parménides, el ser es y el no ser no es.

Hala, ahí queda eso.

¿Y ahora cómo demonios aplico esta gran verdad al tabaco?

Se me ocurre, por ejemplo, que el tabaco es el no ser, la no salud, el agujero negro que provoca la ausencia de un bien debido.

Por tanto, el tabaco no existe, es el no ser o un generador de nada. Es en realidad una alucinación, vivir en el no ser.

Tengo que vivir como si el tabaco no existiera aun cuando me lo ponga en la boca una diva rubia de labios rojos mientras me guiña un ojo.

Le diré "¡No, tú no existes!" mientras me la fumo a besos.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Método socrático para dejar de fumar

Amoavé:

Según Sócrates, si yo sé qué es el bien, lo llevo necesariamente a la práctica. Aquí "saber" es estar firmemente connvencido de lo bueno que es algo. Por ejemplo, como estoy firmemente persuadido de que atropellar ancianas cojas está muy requetemal, no las voy atropellando por ahí.

Por tanto, si estuviera firmemente persuadido de que fumar es malísimo para la salud, no fumaría.

El problema es cómo conseguir convencerse firmemente de que fumar es malísimo para la salud. Las cajetillas lo dicen clarísimo. Pero me temo que, hasta que no nos dé un infartito como aviso, uno no se va a convencer firmemente.

El truco del método socrático me lo sugirió un amigo: dejar de fumar no es cuestión de fuerza de voluntad, sino de fe, de confianza, de firme convencimiento de que uno va a ser más feliz sin el tabaco que con él.

Hoy mismo voy a la farmacia a comprar pastillas de convencimiento antes de que me dé el infartito.

sábado, 13 de octubre de 2012

Amor, boda, madre, muerte

Hay personas que sólo veo de boda en boda y me llevo de ellas la imagen más agradable que puede dar un ser humano, porque van de punta en blanco a la ceremonia y, luego, al final del banquete se ponen a beber y bailar, eso sí, los hombres sin quitarse la corbata y las mujeres quitándose los tacones.

Primero lo apolíneo y luego, como Dios manda, lo dionisíaco.

En las bodas de Caná, Cristo también bailó.

En esta última boda hemos cantado a los novios una canción y luego ellos, jóvenes y guapos, abrieron el baile. Ahora estarán camino de Roma, para erotizarla aún más.

El amor fue el único don que no se perdió tras la expulsión del Edén. Es lo que nos queda del paraíso perdido. Por eso hay que cultivarlo hasta la muerte. Él nos dio origen y él ha de acompañarnos hasta la muerte.

Por eso en esta boda hemos cantado todos tan fuerte, sobre todo los amigos de los novios

Al final del todo, agotado de tanto bailar, me senté un momento al lado de mi madre, sin decirle nada. Me conmovió su presencia, bella en su vejez, inocente, delicada, dadivosa con los míos y mis amigos. Se me hizo un nudo en la garganta, deseé alejarla de la muerte cien siglos más, devolverla al día de su boda, alegre como yo, de donde nacimos yo, mis seis hermanos, sus diecisiete nietos y sus cuatro biznietos.

Gracias, novios, por un día tan bello.

jueves, 11 de octubre de 2012

Simias al ataque

Vale la pena ver este vídeo, aunque os entristezca. Si fuera al revés, es decir, si fueran los cristianos los que atacan a las feministas, la noticia habría dado la vuelta al mundo.



 Los jóvenes cristianos, simpáticos, guapos, pacíficos, se encadenan en torno a la catedral de Posadas (Argentina) y no responden a las provocaciones de las feministas, que venían dispuestas a profanar la catedral. Los jóvenes rezan el rosario; ellas, cultivando el feísmo y enemigas de la libertad, se ríen de lo sagrado, lo santo, lo que nos aleja de lo soez, lo que nos salva de ser simios. Pero no se quedan ahí: insultan a los jóvenes orantes, los atacan, los pintarrajean, los soban. Un espectáculo totalmente antiafrodisíaco.

La policía no actuó. ¿Para qué está entonces? ¿Vamos a volver a la época de las persecuciones religiosas cuando tenían que ser los cristianos quienes defendieran las iglesias de ser quemadas?

Me produce, más que indignación, que también, una tristeza muy honda esta cristianofobia creciente en el mundo occidental. Es el abuso del fuerte contra el débil porque sabe que el débil no lanza fatuas ni pone bombas.

Me caen simpáticos esos jóvenes valientes rezando a la Virgen que a esas feministas las pone tan fuiriosas. Me uno a ellos.

Mientras siga habiendo jóvenes así, hay esperanza.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Mi primer concurso de belleza

Había en mi clase una niña muy presumida que se llamaba N.

Tendría yo unos diez u once años cuando N, que se sentaba delante de mí en la clase, me dijo:

-Oye. ¿Quién es más guapa: A. M. o yo?

Yo las miré a las dos. N. me miraba segura de su triunfo y A. M. me miraba segura de su derrota.

Si a un hombre lo que más le duele es que le digan que es poco hombre, a una mujer lo que más le duele es que le digan fea. Yo por entonces no tenía eso tan claro. Lo que sí tenía claro es que no quería que A. M. se pusiese triste, porque era buena chica, de rostro dulce y amable.

-Las dos sois muy guapas -les dije.

Y entonces N. me dirigió una mirada desprecio absoluto y declaró:

-¡Este no sabe nada!

Y se dirigió a otro chico.

A mí nunca me han gustado las personas presumidas y vanidosas. Toda la belleza que puedan tener la pierden ante mis ojos. Mi madre me contó que en cierta ocasión lo pasó ella muy mal porque, a mis cuatro años, le dije a una mujer guapa, pero muy pintada: "¡Pero qué fea!"

No recuerdo esa anécdota, pero me duele haberle dicho eso a un mujer, por muy presumida que fuera. A todas las veo guapas, menos a las vanidosas como N., que no quería la belleza para su compañera, sino solo para ella, como si la belleza perdiera valor si estuviera bien repartida.

Encima de vanidosa, egoísta.

Tendría que haberle dicho que A. M. era mucho más guapa.

domingo, 7 de octubre de 2012

A salto de mata

1. ¿Quiénes están salvando a España de la crisis? No es el gobierno ni mucho menos los bancos ni las oenegés, sino la familia y Cáritas. Lo oí el otro día en la radio. Estas dos instituciones a veces un poco denostadas nos están librando de una revolución y del caos. A la primera vuelven muchos jóvenes que se quedaron sin casa ni trabajo. Y a la segunda van millones de personas en España para comer y pagar sus recibos. ¡Y todo a cuenta de la generosidad de los particulares! Me gustan los españoles.

2. Me he dado cuenta de que tengo tantas cosas, que ya ni las recuerdo. El otro día estuve buscando una cazuela de barro para hacer unas gambas y no la encontré por ninguna parte. Entonces creí recordar que había roto la que tenía. Y he aquí que hoy mismo me he encontrado en un armario ni más ni menos que cuatro cazuelas de barro de diferentes tamaños. ¿Para qué tantas cosas que no uso y que ni sé que existen si luego me voy a llevar a la otra vida solo mi cuerpo desnudo?

3. Itañol: In Roma, mi lo sono passato in grande
Italiano: A Roma, mi sono divertito tanto.
Neoesperanto: In papatown, I have fun multum.

4. No sé en otras ciudades, pero aquí son de temer los sopladores, unos empleados municipales que esgrimen en la mano un cañón soplador que expulsa aire con tal fuerza que toda la hojarasca, los papeles y las colillas se levantan en una nube sucia dirigida donde ellos quieren. Lo peor es que, además de expulsar aire, expulsan un ruido tremendo que no sé si compensa. Nunca he visto una cosa tan grande y tan ruidosa para una cosa tan tonta. Los corredores, las faldas, las pupilas delicadas, los hormigueros los temen.

5. Para cierta ópera famosa de cierto teatro con abolengo de cierta importante ciudad andaluza sobraron entradas, pero para el espectáculo de cierta medium mediática se agotaron semanas antes. Se ve que, en época de crisis económica y moral, la gente prefiere rascarse el bolsillo para la superstición, no para el arte.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Una parábola

Una madre se ganaba el pan limpiando los servicios de un centro comercial. Su sueldo apenas le alcanzaba para alimentar a sus cuatro hijos. Tenía las manos ajadas y siempre frías y con olor a lejía y desinfectante. Se levantaba al amanecer y llegaba al atardecer y aún tenía fuerzas para estar con sus hijos, atenderlos y quererlos.

Un día, su hijo menor se encontró mil euros en la calle y se puso a dar saltos de alegría. Pensó comprarse un ordenador, una bicicleta de carreras o una guitarra, pero entonces se acordó de las manos de su madre, de cómo se transparentaban las venas por el mucho trabajo, de lo cansadas y amables que eran para él, de cómo le revolvían el pelo y le hacían carantoñas. Y ni corto ni perezoso fue a una joyería y compró el mejor anillo de diamantes que encontró y fue corriendo a casa, besó las manos de su madre y se lo puso en el dedo, porque, si en algún lugar debía lucir ese diamante, era en aquellas manos hacendosas que siempre estaban cosiendo, trabajando, acariciando, limpiando.

Cuando el hermano mayor regresó a casa después de todo un día rebuscando en la basura chatarra para venderla, montó en cólera y le dijo: “Pero ¿cómo puedes ser tan estúpido? Ese dinero tenías que habérmelo dado a mí y entonces le habríamos comprado a mamá una lavadora. ¿Para qué quiere ella un anillo de diamante en las manos si luego las tiene que meter en la porquería de las letrinas? Lo que ella necesita es una máquina que haga en casa el trabajo por ella. ¿Qué dirán además los demás de nosotros? ¿Con qué cara nos presentaremos luego en Cáritas para pedir comida si nuestra madre lleva un anillo de diamantes?” Y le pidió a la madre el anillo para devolverlo, recoger el dinero y comprar la lavadora.

Pero la madre tomó las manos de su hijo mayor y le dijo: “Hijo mío, este hermano tuyo ha obrado por amor. Este anillo es su corazón puro palpitando en mi dedo. Cuando yo me muera, vended el anillo y compraos lo que os haga falta. Pero ahora déjame que lo luzca, porque me recuerda que lo que me hace grande y feliz no es mi trabajo, sino el amor que os doy y el que me dais. Cada vez que lo vea brillando en mi mano, tendré más fuerza para seguir adelante, porque esta gema que aquí brilla la ha puesto el amor mismo. Y si los demás dicen, que digan. Nosotros sabemos la verdad y eso basta”.

lunes, 1 de octubre de 2012

Aforismos

1. Lo abominable del canibalismo no es matar a un semejante, sino convertirlo en comida.

2. Los vecinos que en época de paz se odian, en época de guerra se matan.

3. El hombre es el problema y el amor es lo más parecido a una solución

4. Temer la muerte es vivir para ella

5. Las estrellas están ahí porque nos necesitan

6. El viento es el aire buscando algo

7. Érase una vez que quería ser para siempre. Ese es el cuento del hombre.

8. Cuando Dios llueve, arde más el infierno

9. En las fosas comunes aguardan la resurrección de la carne con más impaciencia que en los nichos.

10. No querían tener hijos, porque decían que el mundo no valía la pena. Pero si eso hubiera sido verdad, se habrían suicidado.