miércoles, 28 de marzo de 2012

No todas las religiones son iguales

¿Quién no ha oído alguna vez el manoseado tópico "todas las religiones son iguales" o "Todas las religiones conducen al fanatismo"? El que lo suelta queda así en el alto pedestal de su ateísmo, impoluto, libre de error.  Pero afirmar que todas las religiones son igualmente malas es tan descabellado como afirmar que todos los regímenes políticos son igualmente malos. Pues mirusté, no: si me dan a elegir, prefiero la democracia a la tiranía. Del mismo modo, no me iguale usted islam y cristianismo.

El islam es la religión de la sumisión al Único, mientras que el cristianismo es la aceptación del Dios Amor. El Islam predica guerra y muerte al infiel, mientras que el cristianismo predica amor a los enemigos. El mártir musulmán muere matando infieles y el mártir cristiano muere salvando a los demás. El cielo cristiano es para todos, mientras que el islámico es para el macho. Mahoma estaba muy preocupado por la pureza de los alimentos y Cristo por la de los corazones. Cristo condenó toda violencia y Mahoma invitaba a pegar a las mujeres desobedientes. Los cristianos han sido malos en la historia cada vez que se han alejado del mensaje cristiano, mientras que los musulmanes han sido una plaga en la historia cada vez que vuelven al Corán.

No. No todas las religiones son iguales.

Y en las manos de Asia Bibi, un beso.

lunes, 26 de marzo de 2012

Topicario en Amazon

Escribiendo el Topicario me lo pasé bomba. Mis amigos se pasaban el día cazando tópicos para mí y yo mismo me convertí en cazador. Nos creció a todos el músculo del arponero. Desde el 2005, cuando se publicó, he recopilado muchos más tópicos, pero no tengo tiempo de sentarme para ordenarlos y arponearlos.

El título se le ocurrió, sin querer, a mi hermano Daniel cuando me preguntó: ¿Cómo llevas tu Topicarium? Se acababa de inventar una palabra que me venía como anillo al dedo para el libro. Hispanicé el nombre para hacerlo más accesible. Y he aquí que varios años después, o sea, el año pasado, un autor español sacó un libro de tema similar ¡con el mismo título que el mío! Me encantaría saber si se ha inspirado en mi título o si se le ha ocurrido a él por su cuenta, porque en el primer caso habría que felicitar a mi hermano y en el segundo se demuestra que, cuando una idea es buena, se les ocurre a varios.

Y como la edición en papel ya solo se consigue en librerías de ocasión, ya lo podéis comprar en Amazon por 99 céntimos. Si el libro gusta ahora tanto como gustó al salir, me plantearé una segunda parte, eso sí, después de reclutar bien mi destacamento de arponeros y ampliarlo con vosotros.

Aquí dejo la foto de la portada electrónica, hecha por mi hermano David, en el caserón dos veces centenario donde nació mi madre, entre olivos y almendros, en Málaga.


Recibid todos mi abrazo y mi simpatía.

viernes, 23 de marzo de 2012

Lo mejor que le puede pasar a un poeta

Ring, ring.

-¿Sí?

-Jesús, necesito que me hagas un favor muy grande: mándame por correo electrónico ese poema tuyo del Yin y el yang, que tengo aquí al lado a Narciso, que está muy triste porque se le ha muerto su mujer. Y ese poema tuyo le sentará bien.

Para aliviar la tristeza de Narciso me he hecho yo poeta, sí señor.

domingo, 18 de marzo de 2012

Garrapatas

El mes de mayo pasado, de paseo por el campo con los niños, a mí se me ocurrió hacer un descanso junto a la fuente, para refrescarnos un poco y jugar. Pero entonces noté un bicho en el brazo y era una garrapata. Y en ese momento casi todos los niños se descubrieron tres o cuatro. Y ante ese ataque imprevisto de garrapatas, se produjo una locura general y los padres que allí estábamos no teníamos brazos suficientes para cargar con niños propios y ajenos y llevárnoslos de allí. Con tanta lluvia, la hierba estaba ese año más alta que yo y, además, espesa y apretada, porque apenas habíamos transitado el camino de la fuente. Llegar a casa, cargados de niños por entre la altísima y recia maleza verde, fue una auténtica odisea. Llegamos sucios, llenos de briznas y de polen y de garrapatas. Hasta que se las quitamos todas, una a una, inmundas y feas, los niños no respiraron tranquilos. Ni nosotros.

Desde luego, ¡qué ventaja tan grande tener manos para poder quitarnos esos bichos!

Aún sigo preguntándome quién tenía más razón: si Aristóteles cuando dijo “Tenemos manos porque somos inteligentes” o Anaxágoras cuando dijo “Somos inteligentes porque tenemos manos”.

Pero a lo que voy: solo cuando los niños estuvieron a salvo y limpios de esos bichos inmundos, comenzaron los padres a inspeccionarse ellos mismos.

Así que felicidades a todos los padres, porque son capaces de pasarse ocho horas al día vendiendo pañuelos y rosarios en los semáforos para comprarle pañales al niño y porque les duele más el dolor de sus hijos que el suyo propio y porque llevan niños colgados como monitos de sus pantalones y porque todas las buenas personas que me hacen feliz la vida tuvieron buenos padres.

lunes, 12 de marzo de 2012

Estadísticas visuales desde la bici

1. Van en bici más los hombres que las mujeres; y corren más los hombres menores de treinta años que los demás; y el caballito solo lo hacen algunos tontorrones menores de veinte años.

2. Los ciclistas no tienen mucho mejor humor que los conductores. Yo creía que, puesto que iban alegres, con su pelo al viento (qué envidia) y muy ecológicos, iban a ser más alegres. Pero no. Cuando se les cuela un peatón en el carril bici, muchos pitan y, si es un coche el que bloquea el carril, casi todos maldicen.

3. Hay peatones para todos los gustos: los hay que, cuando se dan cuenta de que están en el carril bici y vienes tú hacia ellos, se apartan sin decir nada; otros piden perdón; otros no se retiran, porque son muy chulitos

4. Cuando me paro en el paso de cebra para que pase el peatón, este no se fía, porque está acostumbrado a que el ciclista no le ceda el paso. El peatón solo se atreve a pasar cuando comprueba que yo he detenido totalmente la bici y algunos lo agradecen con una sonrisa.

5. Las bicis municipales sufren los actos de los vándalos hijos de la Gran Puta que parió el Demonio y tienen los sillines rebanados por navajas.

6.Cuando, oh milagro, me toca en suerte una bici municipal sin defecto ninguno y que pedalee suave y silenciosa, el peatón que avanza delante de mí no sospecha que hay una bici detrás y alguno ha habido que se ha tirado un pedo creyéndose solo.

7. Los ciclistas cometen más infracciones que los conductores y los peatones juntos.

8. Entre que el carril bici ha arrebatado mucho espacio a las aceras, hasta el punto de que a veces el peatón se la juega entre el carril bici y la carretera, y que la bici favorece el colarte por aquí y por allá sin respetar normas, los peatones suelen estar bastante hartos de ciclistas.

9. Cuando voy en bici me saluda más gente y con más aspavientos que cuando voy andando. Se ve que el estar en bici da cierto estatus.

10. Si voy muy rápido, a las mariposas no les da tiempo de esquivar mi calva. Me gusta mucho ese atropello.

domingo, 4 de marzo de 2012

El ángel director del cole

Yo creo que cada colegio, además de los ángeles de la guarda de los niños y de los profes, tiene un ángel custodio especializado en Peligro Escolar, porque los otros tienen ya bastante con custodiar cada uno a su protegido en las múltiples facetas de su vida y su visión del cole es más limitada. Se han dado casos de custodios inexpertos que, para evitarle un balonazo a su protegido, han desviado el balón a la ventana del despacho del jefe de estudios, ¡y eso no puede ser! Y sé de un ángel que, para que no le robaran a su niño el bocata, cargó el aluminio que lo envolvía de electricidad y el ladrón sufrió en la mano tal descarga eléctrica, que no pudo ayudar a su padre en la panadería durante un mes ¡y eso tampoco puede ser!

Así que el ángel custodio del colegio supervisa trayectorias de balones, envoltorios de bocadillos, disuade a posibles acosadores, coordina los movimientos de los ángeles personales, da fuerzas e inspiración a los profesores más sufridos y, sobre todo (y no voy a decir cómo lo he averiguado), consigue que los chicos que no se lavan mucho se hagan poetas y limpios enamorándose de las chicas más distinguidas.

Tuvo que ser el ángel supervisor de mi instituto el que me salvó en Linares de la muerte por aplastamiento de una ventana cuatro veces más grande que yo que se me cayó justo encima cuando subía las escaleras, con la angélica suerte de que la parte que me cayó encima era ¡la mitad que tenía el cristal descorrido! Y el estruendo de las dos inmensas hojas de cristal fue tanto como la lluvia de cristales que salió de allí despedida, ninguno de los cuales se me clavó a mí, sino en la pared, con la fuerza de un estallido de bomba.

Sí, si suceden pocas desgracias en esos espacios donde se juntan cientos de ñiños saltarines y de adolescentes en ebullición es por el ángel director.

jueves, 1 de marzo de 2012

Consejos para obsesivos como yo

1. Ese pensamiento que te ocupa es una urraca que visita tu árbol muy a menudo y espanta a los demás pájaros con sus graznidos. Ni lo espantes ni le prestes atención. Ya se irá.

2. En otras circunstancias, en otra persona, ese hecho no te habría obsesionado tanto. Relativízalo así.

3. No pienses qué diré, qué haré, cómo reaccionaré si ocurre eso que te obsesiona. Ya se te ocurrirá algo, ya pondrá el Espíritu las palabras en tu boca.

4. Cada día tiene su afán. Obsesiónate con el problema del instante, como si ese fuera el único del mundo.

5. Ríete de tu obsesión. Seguirás obsesionado, pero te parecerá menos grave.

6. Dedica tus energías obsesivas a crear cosas hermosas. Es el mejor fruto que puede dar una obsesión.

7. Cuéntale tu obsesión a gente de criterio y de confianza que te quiera mucho. Al convertirla en palabras uno la oye fuera de su mente, como algo externo, y le pierde parte del miedo. Hablar de lo que nos preocupa nos libera y, además, quien nos escucha puede darnos buenos consejos.

8. Si es muy persistente, escríbela y busca algunas salidas o soluciones provisionales para bandearla.

9. No te maldigas por ser obsesivo. Todo tiene su lado bueno y su lado malo.

10. Da gracias a Dios por tu obsesión, porque ella te ayuda a mejorar y a superarte, aunque, en tu desesperación, no lo entiendas por el momento. E imagina que, por cada día en que sobrellevas el sufrimiento, te haces más atleta y acumulas más gracia del Cielo para repartir brazadas de felicidad a tu alrededor.