lunes, 27 de abril de 2020

Dos poemas de Enrique García-Máiquez

Los he sacado de su último poemario, cuya lectura encarezco, Mal que bien, en Adonáis.

En todos sus poemas chispea el ingenio, late la emoción, rebosa el buen gusto y, sobre todo, hay luz y optimismo. ¿Qué más se puede pedir a un libro?

Pongo aquí solo dos poemas brevísimos, pero estupendos.

EPITAFIO A UNA JOVEN MADRE
                                A Cristina Moreno
No te sea leve la tierra en que reposas
ni tampoco tranquila. No estás acostumbrada.
Que sobre ella retumben cada día más firmes
los pasos de tus hijos y el ruido de sus risas.


EPIFANÍA
En el instante
         en que el niño se lanza
                                      a la piscina
         pueden verse en su espalda
las alas de su ángel.

jueves, 23 de abril de 2020

Día del Libro

La Biblioteca Pública Infanta Elena de Sevilla conmemora el día del libro con este librito vitual de imágenes y aforismos.

Para quien guste. AQUÍ.

Me dijo el otro día mi hermano David que no le iba a dar tiempo a leer antes de morirse todos los libros que tenía en casa esperando. A mí tampoco.

Tiempo habrá en el otro mundo.

miércoles, 22 de abril de 2020

Campanas en Sevilla durante el confinamiento

A la hora del Regina coeli me subo a la azotea. Con el confinamiento nunca ha habido en Sevilla tanto silencio, y las campanas la atraviesan de horizonte a horizonte, y siento con ellas que el Cielo no se ha olvidado de nosotros, que el virus no es el rey de este mundo.

Gracias, campanas de Dios, por llover tantos versos y tañidos sobre nosotros.

martes, 21 de abril de 2020

Niños al hombro

El crítico Rafael Roblas Caride ha publicado aquí una reseña muy elogiosa de mi libro Niños al hombro, en la página de Estado Crítico.

La enlazo porque me parece muy certera. Ocurre casi siempre que los buenos lectores saben de la obra del poeta más que el poeta mismo.

Para quien guste.

lunes, 20 de abril de 2020

Un poema de Carmelo Guillén

Cuando murió mi padre, tuve un sueño angustioso: yo llevaba su cuerpo desnudo y devorado de metástasis por las calles de una ciudad vacía durante un amanecer que no acababa de romper a día. Me desperté angustiado y con desesperanza.

Pero quince años después he tenido un sueño muy distinto. En una celebración familiar vi de pronto a mi padre que nos servía a todos el vino, pero solo yo lo reconocí. Y estaba joven, como cuando yo era niño y escalaba por sus piernas interminables. Me dio un abrazo tan cálido y tan fragante, tan real, que salí del sueño bendecido y curado del otro sueño para siempre.

Desde entonces le rezo como a un santo y, cuando me angustia el temor de que seamos tan solo átomos, vacío y miedo a la muerte, rememoro ese sueño y su abrazo.

Por eso me ha conmovido tanto este poema que he leído en un libro delicado, íntimo y misterioso de Carmelo Guillén: La vida es lo secreto.

EL TIEMPO QUE HE VIVIDO
El tiempo que he vivido a su lado me basta
para saber que todo: cada cosa que palpo,
o huelo, o miro viva, no tiene consistencia,
que si existe la vida, es después de la vida,
y que la muerte viene a morir hasta aquí,
en las cosas que palpo, o huelo, o miro vivas.

miércoles, 15 de abril de 2020

Ventanas abiertas

Queridos amigos:

El grupo de teatro Almudeyne, dirigido por Antonio Cabello y donde actúo, ha montado este vídeo, con texto de Antonio Cabello, acerca del confinamiento. Y como salgo en una de las tomas ahí lo dejo, con mi ventana abierta, para poder hablar de vecino a vecino.

lunes, 13 de abril de 2020

Herbario de sombras, de José María Jurado






La primavera canta en los balcones, 
pero arriba los astros están mudos. 

Estos versos son de Herbario de sombras (Los Papeles del Sitio), de José María Jurado. Es un libro de cuidadosa edición y con mucha variedad de metros y rimas. Aplaudo que buenos poetas echen mano de la riquísima tradición métrica española.

En todos los poemas de José María Jurado hay majestad, pero sin grandilocuencia. Cada poema es una danza. Y esto está muy bien. Pero mis poemas favoritos son precisamente los menos majestuosos, los que son más bien un río, los que parecen compuestos para decirse sentado en un prado y no subido a un árbol.

"Última canción de junio", "Cerrar una casa" y "Primer himno de Pascua" tienen ese estilo transparente y ese tono sencillo que, a mi juicio, los hace más emotivos que los demás.

Pero mi preferido es "Ma petite ballerine", que reúne muchos de los rasgos, a mi parecer, esenciales de José María Jurado: una vibrante belleza sostenida en cada verso del poema, unas imágenes potentes, plásticas y originales, normalmente inspiradas en el mundo de las artes, la historia y la cultura; un decir majestuoso y memorable.




domingo, 12 de abril de 2020

Última voluntad

Quien guste puede leer un poema mío que me han publicado aquí en un blog que trata precisamente de la Resurrección, junto con el texto de  José Manuel Gömez y fotografías de Ramón Simón y Alonso Coca.

Que de este confinamiento salgamos todos más agradecidos a este regalo que el cielo nos ha dado: la vida.

Ex corde, Jesús Cotta

ÚLTIMA VOLUNTAD
Ni ying ni yan
Ni Pachamamas
Ni luchas de contrarios
Ni el karma y la sinergia,
Ni Epicuro en sus ínfimos placeres,
Ni todos los psicólogos del mundo,
Ni siquiera el aikido, el tao y el yoga
Ni Zaratustra el de las luengas barbas
Escapan con sus Torres de Babel
Del abismo profundo de la muerte.

Quedar en la memoria de mis deudos,
en un álbum de fotos,
en una antología de mediocres
O en los genes de miles de criaturas;
yacer en un pomposo mausoleo
Y dar nombre a un cometa o a un bacilo
O a un hospital para enfermos incurables
No es nada comparado con perder
Los besos y las flores para siempre.

No quiero ser ceniza
Esparcida en una playa
Ni quiero convertirme en un diamante
En el dedo del nieto más excéntrico.
Y nada de formoles y criogenias.

Yo solo quiero convertirme en lágrima
Rodando por tu rostro bienamado
Y en ella un lucerito que te anuncie
Que vestido de novio yo te espero
Muy joven y sin prisas, vida mía.
(de Menos la luna y yo)

viernes, 10 de abril de 2020

Poema para Viernes Santo

XVI
Fue enviado del cielo un ángel a reconfortarle
pero cómo se reconforta a mi Adonai al Kyrios
pensaba rápido como el pensamiento el ángel cuando se encontró
cruzando por el húmedo follaje de Getsemaní
con el rostro lunar sangrante de Jesuscristo
un fantasma terrible aun para un ángel
necesitó emitir el máximo de su propia luz
para reconocer en Eso a la deidad eterna
no lloró porque los ángeles no lloran jamás
no murió porque los ángeles son inmortales
pero temblando como una llama porque eso sí
los ángeles se estremecen como el fuego puro
del fondo de su espíritu puro sacó temblando
una hostia del cielo una luminosa oblea
y la puso en la boca entreabierta de su Dios
en las fauces sangrientas de su Adonai la puso
acto seguido como un relámpago desapareció
vagó como un relámpago por el éter
no daba con el cielo porque estaba fuera de sí
y cuando al fin recuperó la gloria
que daba por perdida ya para siempre
se ensimismó en la Faz que allí refulgía
y que allá se apagaba como un perro muerto.

De Libro de la pasión, de José Miguel Ibáñez-Langlois
"La oración del Huerto", de El Greco, en la iglesia de Santa María la Mayor, en Andújar

lunes, 6 de abril de 2020

Pasión, muerte y resurrección

Aquí os enlazo el cuaderno de bitácora que mi compañero Fernando Moral ha abierto para cada día de la Semana Santa. Hoy tengo el honor de compartir cartel con un soneto de mi hermano Daniel con el que ganó el concurso de la Hermandad de la Veracruz de Sevilla y con Juan Antonio González Romano.

Las fotos son del fotógrafo y poeta Ramón Simón.

Colaboran buenos poetas, cada uno con su perspectiva y su estilo, porque pasión, muerte y resurrección suceden de muchas maneras distintas dentro y fuera de cada uno, y más que nunca en estos días de confinamiento para todos y de sufrimiento para muchos.

Que gracias a esta página la Semana Santa sea para quien guste un poco más bella y más santa.

Y este es mi soneto, de mi libro Menos la luna y yo

Aunque es de noche
Cuando me niegas lo que pido a gritos,
lo que sabes que siempre he deseado,
 me entregas abundante e inesperado
 regalos que no sé que necesito.

Me asombras como el mar; y lo bonito
es que no sé quién eres. Te he buscado
donde dicen que estás y no he encontrado
más que esta sed rabiosa de infinito.

Tan solo te he encontrado aquí en lo oscuro
combatiendo con ángeles mis miedos
cuando tengo que entrar en la maleza.

No puedo verte. Pero estoy seguro
de Ti, aunque es de noche, porque puedo
reclinar en tu pecho la cabeza.

domingo, 5 de abril de 2020

Feliz Domingo de Ramos

No puedo salir, pero el sol sí que ha salido y por las calles de Sevilla también Jesús en una borriquita, así que he adornado la puerta de mi casa con una palma y me he enchaquetado para ir a aclamarlo. Cierro los ojos y todo eso ocurre en este magnífico cuadro de Giotto.