lunes, 25 de marzo de 2019

Aforismos sobre el aborto

1. ¿Que te ha dejado embarazada y quiere que abortes? Mándalo al cuerno. Ese hombre no te quiere.

2. El macho que empuja a la mujer a abortar es el primer beneficiario del aborto.

3. Deseado o no, el nasciturus tiene la misma dignidad que quienes lo han engendrado, o sea, toda. Esa dignidad no disminuye un ápice por el sufrimiento de la mujer que aborta.

4. Si te dejaron nacer, no defiendas que no nazcan los demás. No seas canalla.

5. La mujer no se queda embarazada de células, sino de hijos. Decir lo contrario es insultarla.

6. Un médico que practica abortos es como un arquitecto que destruye casas.

7. El abortero, por muy licenciado en medicina que esté, es un carnicero.

8. Nosotros también somos como el nasciturus un montón de células. La diferencia es que nosotros podemos defendernos.

9. La mujer que, a pesar de las dificultades, no aborta es mejor persona que la que aborta por esas dificultades.

10. El aborto no se puede defender, sino, en todo caso, disculpar. Siempre se han dicho cosas como: "Es una burrada, pero ¿qué le vamos a hacer?". En realidad, el aborto solo podría ser defendido por aquellos que fueron abortados y les pareció bien.

lunes, 18 de marzo de 2019

La semana del aforismo en Sevilla

Para todos los interesados en el brevísimo género del aforismo y quieran saber qué se dice al respecto y qué se hace en España y qué se piensa acerca de él, si es más poesía que filosofía o al revés, si debe ser más sentencioso que sugerente o no, más agudo que bello, si debe prestidigitar o abrir las manos, etc..., he aquí el cartel de la semana del aforismo. Yo participo en una de las mesas.

Están ustedes invitados.

lunes, 11 de marzo de 2019

¿Zeus existe?

A última hora de clase del miércoles pasado el cielo estaba loco: diluviaba, venteaba, se oscurecía, descampaba, volvía a llover. Total, que estaban mis alumnas revolucionadas, más pendientes de los vaivenes atmosféricos que de la Apología de Sócrates que estábamos leyendo: que si no se habían traído paraguas, que si sus padres las iban a recoger o no, etc.

Yo les dije que el responsable de todos esos vientos y oscuridades era Zeus y les propuse lo siguiente:

-Voy a hacerle una súplica: que cuando salgáis del instituto no llueva. Si al salir hace sol, Zeus existe; si sigue lloviendo, entonces no existe. O a lo mejor es que Zeus ha preferido atender la súplica de unos labriegos para sus campos resecos.

Y me arrodillé y le supliqué en griego que detuviera la lluvia en honor a mis alumnas  que están estudiando la lengua en que los griegos les rendían culto. Y como no podía sacrificarle un toro, di unas palmadas y sacrifiqué las amebas y microbios que pillé en la palmada.

El caso es que, cuando salimos de clase, salió un sol espléndido con nosotros, pero, eso sí, seguían cayendo unas gotitas dispersas.

Así hablan los dioses: nos hacen caso, pero no quieren librarnos de la duda, porque entonces perderíamos nuestra libertad de creer en ellos o no. Por eso Zeus mostró el sol, pero no eliminó del todo la lluvia.

lunes, 4 de marzo de 2019

Mi primer chiste

Tengo un recuerdo nítido de cuando yo tenía menos de cinco años contando un chiste ante un público de adultos que se tronchaban de risa conmigo y yo creía que era porque mi chiste era buenísimo y era precisamente por lo contrario, porque era el chiste alocado e incoherente de un niño que ya hacía sus pinitos de narrador.

De todo aquel chiste solo recuerdo una cosa: un mono, no sé cómo ni por qué, se subió a un tejado y allí hizo caca y se la tiró a alguien.

Se ve que no he evolucionado mucho porque eso me sigue haciendo gracia.

Qué época tan feliz cuando lo más parecido al pecado que uno cometía era un chiste marrón.

viernes, 1 de marzo de 2019

El concepto fatuo y vacuo de heteropatriarcado

Mientras que los dogmas de la religión cristiana, descritos en el credo, no pretenden describir la realidad física, química, sociológica o psicológica, los dogmas ideológicos se presentan como científicos y niegan los hechos que los contradicen. Por ejemplo, el feminismo actual afirma que vivimos en un heteropatriarcado. Yo he oído decir esto a hombres cuyo jefe es una mujer y a mujeres que se mueven en hospitales y colegios donde el hombre que más manda es un conserje. Pero ¡ay de ti si afirmas que no existe tal heteropatriarcado! Entonces eres negacionista o un machista típico del heteropatriarcado, igual que para el marxista es fascista quien no esté de acuerdo con la lucha de clases. Los ideologizados tienen sambenitos con los que intentan desacreditar al oponente, sin necesidad de refutarle los argumentos.

Pero, digo yo, ¿qué es exactamente un heteropatriarcado? ¿Una sociedad donde los puestos de mando los tienen hombres heterosexuales? ¿Y eso por qué sería malo? Si han llegado a esos puestos porque son valiosos y profesionales y a nadie han puesto la zancadilla, bendito sea Dios. Pero supongamos que es malísimo que tantos varones heterosexuales tengan puestos de responsabilidad y poder: ¿cómo lo podríamos remediar? ¿Sería la sociedad mucho más feliz si en los puestos de mando o de autoridad hubiera bisexuales, lesbianas y transexuales? ¿Dirigirían ellos mejor las empresas, las familias y los cotarros por el hecho de tener otra tendencia sexual? ¿Tan importante es la tendencia sexual, el sexo biológico o el género para merecer autoridad? ¿Dejará de haber abusos, explotación, engaño o competencia desleal si los que mandan dejan de ser heterosexuales y varones?

¿Significará entonces heteropatriarcado una sociedad donde ser varón y heterosexual es una fuente de poder y privilegio? ¿Y eso cómo se mide? ¿Cómo se puede comprobar con datos la existencia de una sociedad de esas características? Y si eso fuese cierto, ¿cómo sobreviven empresas, familias y partidos consintiendo un plus de poder y autoridad a un tipo incompetente solo por ser macho y heterosexual y no a hembras lesbianas competentes?

En fin, podría seguir, pero me cansa luchar contra un molino de humo.