jueves, 17 de diciembre de 2015

Mary, did you know?

La Navidad es para mí una fiesta entrañable, donde el mundo se hace joven, yo niño y todas las personas más amables. Así la viví en mi infancia y así la sigo viviendo.

Cierro los ojos y me veo como un personaje del belén que montaba mi madre. Tan pronto era yo un soldado romano como un pastor con una oveja al hombro. Pero lo que más me gustaba era ser uno de los ángeles que venía de las más altas estrellas a esta esfera azul y sabía del universo cosas que ni los científicos más sabios sospechaban.

Siempre sentí con el niño Jesús mucha sintonía, porque me llamo como él y además en la casa en que nací también había un pesebre.

Os deseo a todos que algo de esa alegría pura, infinita, inocente de la niñez os toque un poquito y os embellezca.

Y os dejo con este hermoso villancico.

martes, 15 de diciembre de 2015

Feliz Navidad

El domingo estuve con unos poetas y sus cónyuges comiendo en un restaurante con unas vistas impresionantes. Y, a la hora de la sobremesa, las chicas de la mesa de al lado se pusieron a cantar villancicos. Tenían un guitarrista y eran todas guapísimas y con unas voces tan bonitas y aflamencadas como ellas. Crearon un ambiente festivo y de hermandad que el vino y el humo del tabaco (que el dueño del restaurante permitió porque la ocasión lo merecía) hacían más puro y misterioso.

Me pareció que aquel arranque de música y de alegría improvisadas era algo muy propio de aquí. Más de un guiri habría pagado por ver algo tan auténtico.

Esa alegría navideña me acompaña desde niño y estas muchachas nos la inyectaron en vena para varios siglos.

Feliz Navidad a todos.

Arriba hay una estrella para quien se encuentre perdido.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Velázquez, Guadalupe, Cártama, Czestochowa

Me figuro que, de estar en un templo y no en un museo, el Cristo de Velázquez tendría muchos más devotos que críticos de arte. Pero el caso es que a menudo las imágenes religiosas que más devoción suscitan entre los fieles ni tienen autor conocido ni son siempre las mejor consideradas desde el punto de vista artístico. La Virgen de Czestochowa, en Cracovia, o la Virgen de los Remedios, de Cártama, mi pueblo, son un buen ejemplo de ello.

Diríase que lo que mueve a la devoción no coincide siempre con lo artístico.

Pero con la Virgen de Guadalupe se rompen todos los esquemas, porque no solo es anónima y mueve más que ninguna a la devoción, sino que además es bellísima. Más que bellísima, es inefable, como si la hubiera pintado un querubín o fuera una instantánea en la pupila del arcángel san Gabriel cuando la Anunciación.

Hoy rindo tributo a la Doncella mestiza de América.

lunes, 7 de diciembre de 2015

No ofende la religión, sino la idea de que la religión ofende

Alegan algunos que habría que celebrar una Navidad exenta de cristianismo para no ofender a las minorías ateas o de otras religiones. Si yo formara parte de esas minorías, lo que me ofendería es que alguien pudiera pensar que me voy a ofender por eso. Es más, yo interpretaría ese gesto como una debilidad en sus convicciones que me animaría a manifestar sin pudor las mías. Total, como ellos no están convencidos de las suyas, no se molestarán por las mías, es más, las mirarán con simpatía, porque proceden de una minoría.

Eso es exactamente lo que está pasando en Europa. Noticias como esta son cada vez más frecuentes.

Ahora veo pocos niños vestidos de pastores en Navidad yendo al cole, pero lo que sí veo es muchos niños en el cole vestidos de vampiros y de otros monstruos indeseables el día de los difuntos.

sábado, 5 de diciembre de 2015

El poema de la semana

Ahora que vienen los fríos, nos llega también esta golondrina. ¿Qué tendrán los pájaros que tanto han inspirado a los poetas? Lo que no sé si en este poema lo que llega al poeta es una golondrina u otra cosa tan bonita como ella.

Feliz Puente de la Inmaculada.

Súbita golondrina
Llegó una esperanza,
como una golondrina adelantada,
antes de cesar el hielo,
y era un prodigio.
Mas sólo voló un instante,
cual un relámpago en la nieve,
y cayó muerta. ¿Cómo entierro
yo, ahora, una esperanza,
tan pequeña y con corbata roja?

(José Jiménez Lozano)

jueves, 3 de diciembre de 2015

Sobre José Antonio y Federico

Gracias al periodista Adriano Luciani por su amable y atenta reseña de Rosas de plomo aquí.

Viendo el panorama político español actual y sin simpatizar con la primera etapa filofascista de José Antonio (permítanme los joseantonianos que me cubra las espaldas con esta afirmación, tal como están los tiempos), comprendo cada vez mejor la fascinación que en la vehemente España de la República ejercía la figura de aquel caballero guapo, elegante y audaz que, en vez de pasar su vida galanteando en los salones, se metió a salvar a España como si fuera su novio.

Los que ahora se presentan como salvadores de España no son tan guapos ni tan valientes ni tan caballeros ni tan generosos.

Y tampoco hay escritores que amen a España con ese descaro y esa naturalidad con que la amaba el Poeta, Federico García Lorca. El caballero la amaba como a una novia y el Poeta como a una madre.

Nos haría falta otro Federico que cantara como un ruiseñor en esta España tan poco orgullosa de sí misma.

lunes, 30 de noviembre de 2015

El rastro luminoso del amor

Cuando yo era niño, no quería tocar lo que habían tocado personas que yo creía que eran malas. Esas personas ensuciaban de oscuridad las cosas que tocaban y yo sentía asco y miedo de contaminarme de ellas.

Pero también pasaba que las cosas que habían tocado las personas que yo amaba estaban adornados de la luz que emitían. Era, y es, una luz real que iluminaba la casa entera.

Me sigue pasando. Estoy, por ejemplo, ordenando los objetos de un baúl y aparece, de pronto, la carta de un amigo o el reloj que me regaló mi padre y, en cuanto los toco, esas dos personas que ya no están en la tierra me están tocando a través de esos objetos.

Ahora que muchos hablan de energías positivas y negativas, halos y auras, me gusta pensar que el amor de las personas es algo más que un sentimiento y que, en una visión mística de la realidad, deja en las cosas un rastro más real que el halo luminoso de los cometas en el espacio.

Si yo tuviera la mirada de los ángeles, seguro que podría verlo y seguirlo, a ver dónde me lleva.

sábado, 28 de noviembre de 2015

El poema de la semana

Muchas maravillas ocurren delante de nuestras narices, pero no las vemos los que fuimos arrojados del paraíso. Por fortuna los poetas las entrevén a veces y nos transmiten un chispazo de esa maravilla en sus poemas.

NEVER EVER

Imaginaos que un viento de belleza
recorriese el invierno
o que hubiera jardines, no países,
imaginaos el mar recibiendo visitas
a la hora del té,
que a las estatuas les creciesen ramos
de flores en su bronce viejo y frío,
que los espejos
nos vieran como somos y pudieran decírnoslo,
que por toda la tierra fuesen juntos y libres
gacelas y leones,
que alguien dijera
Le temps s’en va, le temps s’en va, ma Dame
y una mujer cayese enamorada en medio de la calle
o que un beso, un abrazo
no fuese más que un beso y un abrazo
y no epílogos, prólogos, epítomes, contratos,
que viésemos el mundo como Adán pero llevásemos
corbatas de Loewe.
Tan solo imaginaos.
Nunca aquí lo veréis, con nuestros ojos ciegos.

(Las propiedades del aire, de Enrique Baltanás)

jueves, 26 de noviembre de 2015

La poesía entre pucheros

A veces el trance poético me obliga a ponerme a escribir en cualquier sitio: una fiesta familiar, la calle, una discoteca, una cocina... Y a menudo me preguntan cómo puedo concentrarme con tanto trajín a mi alrededor. Y siempre me sorprende la pregunta, porque no me cuesta nada escribir en medio del mundanal ruido. Me he criado en una casa de siete hermanos y muchos amigos de los hermanos y luego sobrinos saltándonos por los hombros y todos nos hemos sacado la carrera y las oposiciones estudiando sin escritorio ni despacho acomodándonos con los apuntes donde hemos podido. Además, cuando el Espíritu sopla y quiere que me entere de algo, el ruido que me rodea no importa, sino que, al contrario, es la música de fondo.

Cuando decía santa Teresa que Dios también está entre los pucheros, se refería, según lo veo, no solo a Dios, sino a todo lo que viene de él, como la poesía, el amor, la belleza.

martes, 24 de noviembre de 2015

La blasfemia y la libertad de expresión

El derecho a la libertad de expresión no incluye la incitación a la violencia. En eso estamos de acuerdo todos, menos los canallas. Pero ahora hay un debate acerca de un supuesto derecho a la blasfemia, es decir, un derecho a escarnecer las creencias religiosas de los demás. Alegan los defensores de este supuesto derecho que la libertad de expresión es incompatible con lo sagrado, ya que, si lo sagrado es intocable, todos podrán apelar a lo sagrado de sus creencias para evitar que se las critique.

Pero olvidan que todos tenemos también derecho a que no se nos insulte ni se nos ridiculice y que asuntos tales como la madre, el aspecto físico, la vida privada y las creencias religiosas son aquellos donde más nos duelen las ofensas.

Así que tenemos, por un lado, el derecho a criticar y el derecho a ser respetados. ¿Y qué término medio hay entre ambos derechos? El de la libertad de expresión salvo para incitar a la violencia u ofender. Nadie puede darse por ofendido si critican sus creencias (porque hay derecho a la libertad de expresión), pero sí si las escarnecen (porque escarnecer no es un derecho sino un acto inmoral). ¿Y qué hacemos en el caso de creencias según las cuales es blasfemia cualquier cosa que no sea callarse? En ese caso, los que sostienen tal creencia están tergiversando el derecho al respeto para acabar con la libertad de expresión de los demás, igual que los que defienden el derecho a la blasfemia están tergiversando la libertad de expresión para convertirla en odio social o violencia verbal.

Un claro ejemplo de creencia que considera ofensa intolerable lo que no sea callarse es lo que le ha pasado a Asia Bibi en Pakistán o lo que pasa en ciertos ámbitos a aquellos que se atrevan a discrepar del feminismo o de la ideología de género o que, sin querer, hayan hecho o vestido algo que ofenda a tan indiscutibles creencias (por ejemplo, el caso de la camiseta supuestamente machista del científico Matt Taylor). Y un claro ejemplo de blasfemia intolerable es lo de este individuo impresentable y amparado por el Estado.


domingo, 22 de noviembre de 2015

El poema de la semana

Los poemas que dan las gracias por algo son mis favoritos. La palabra misma “gracias” es pura poesía. Aquí os dejo uno breve y maravilloso.

EVOLUCIÓN

Pequeño gorrioncillo, has sido dinosaurio.
Te doy las gracias
por ser ahora tan minúsculo.

(José Jiménez Lozano)

Otra manera de dar las gracias es celebrar la belleza de lo cotidiano revelándola con una imagen inesperada que, gracias a la poesía, tiene que ser verdad.

HOMENAJE A RAMÓN
La mariposa es hija
de una flor y un aplauso.

(Miguel d’Ors)

jueves, 19 de noviembre de 2015

En torno a mi calva

Una ventaja de estar calvo la descubrí en los baños árabes a la que me invitaron unos amigos míos.

Cuando llegué a la sala del masaje, las manos de la masajista envolvieron mi cráneo con una suavidad contundente, omnímoda, perfumada, si todo eso es posible a la vez. Yo, que admiro a los hombres melenudos, me alegré aquel día de poder ofrecer a aquella taumaturgia manual mi cabeza pelada, para que aquellos dedos, que con cada contacto me arreglaban cientos de miles de neuronas, no encontraran obstáculos en sus sabios deslizamientos. Todavía me duran el perfume y la terapia.

Y, por no cambiar de asunto, heme aquí con la calva presidida por una paloma, en una instantánea captada por mi alumna Hipatia tras una visita al Museo Arqueológico de Sevilla.

En el preciso instante en que la paloma se me posó en el cráneo, se me ocurrió una gran idea.

Gracias a la masajista, a Hipatia y a la paloma.

martes, 17 de noviembre de 2015

Justo lo contrario

Entre mis amigos, allegados y familiares cuento con personas muy queridas que, sin excepción,en el Estado Islámico serían condenadas a muerte o relegadas a una segunda categoría por impuras, blasfemas, apóstatas y pecadoras. Para empezar casi todos son cristianos o ateos (a ambos grupos los odia el Estado Islámico) y, para colmo, entre ellos, oh atrevimiento, hay mujeres sin velo y empresarias, dos carniceros que venden el mejor cerdo ibérico del mundo, una bodeguera y amigos del vino, músicos alegres y despreocupados y, lo que es el colmo, varios musulmanes que o han apostatado o apuestan por un Islam moderado y desideologizado.

Cuanto menos le gustan al yihadismo los míos, más me gustan a mí y más estoy dispuesto a hacer por defenderlos.

De verdad, qué alivio no coincidir con el Estado Islámico en nada, salvo en que dos más dos son cuatro.




sábado, 14 de noviembre de 2015

Ese demonio al que los terroristas llaman Dios

La peor blasfemia no es insultar a Dios, sino afirmar que Dios ama el terror, la guerra, el degüello, el sacrificio humano. El mayor insulto contra Dios no es afirmar que es malo o inexistente o ridículo, sino afirmar que Dios ama algo tan feo y malo como matar a alguien porque no cree en Dios o no lo llama Alá, sino Dios uno y trino. Ese es el pecado contra el Espíritu Santo que afirma Cristo que no se puede perdonar: bendecir como santo lo abominable.

El inquisidor, el terrorista, el comisario dedicado a purgar poetas, el eugenesista profesional, cada uno de ellos es más blasfemo que todos los apóstatas del mundo juntos, porque consideran un deber lo que es una abominación.

Si Dios existe, no es solo poder o solo saber o solo majestad, sino amor. Si no, no existe ni me interesa. El Dios que anuncia Jesucristo es amor y eso es lo que le falta al Islam: Jesucristo.

Ese demonio al que los terroristas llaman Dios se lame los labios, pero no con la sangre de las víctimas, que no le pertenecen, sino con la de los terroristas.

Al Dios que ama la libertad de sus hijos, al Dios Padre gracias al cual todos somos hermanos, a ese Dios rezo por las víctimas de París. Ellas hoy representan a todas aquellas personas que mueren a manos de los blasfemos que se creen santos.

viernes, 13 de noviembre de 2015

En el sueño de un amigo

Mi amigo José Julio Cabanillas soñó una vez que yo estaba dando clase y levitaba y conmigo mis alumnos. ¡En tan alto concepto me tiene que en sus sueños escapo a las leyes de la física y, conmigo, quienes me escuchan!

Lo mejor es que, solo por el amor con que me ha soñado, tiene que ser cierto que yo he levitado o levitaré algún día, porque un sueño tan de amigo no puede quedarse tan solo en un sueño.

Es solo una intuición. También Tolkien intuía que, por haber aumentado la belleza del mundo, por haber incitado a los demás al bien, la creación literaria la haría real Dios algún día.

Si esto fuera cierto, si la belleza y el amor no mueren, como le decía Federico García Lorca a Carlos Morla Lynch, no hay que tener prisa por publicar un buen libro, porque, si lo puede leer sin rubor mi madre, tengo toda la eternidad para disfrutarlo del modo más real y maravilloso posible.

martes, 10 de noviembre de 2015

La prueba del tatuaje y de la secta

Gracias a Alfredo Valenzuela por la entrevista que me ha hecho sobre el Cometario.

En ella digo, entre otras cosas, que he sometido cada aforismo a dos pruebas antes de darlo a luz: la del tatuaje y la de la secta. "Si una secta adopta un aforismo mío como máxima y deja de ser peligrosa, el aforismo vale la pena; y si un adolescente se lo puede tatuar en el brazo y, cuando sea mayor, se lo puede enseñar con orgullo a su hijo, también".

Al menos, ese ha sido mi propósito.


En el fondo, es otra manera de decir lo que decía Chesterton: "La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de algo como para enseñárselo a un niño". Uno, en una tarde de copas, puede decir muchas cosas ingeniosas, pero solo valen realmente la pena recordar las que podrías enseñar a tu hijo sin avergonzarte.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Cuanto más me gusta, menos me convence

¿Cómo puede gustarme tanto una canción con la que estoy tan en desacuerdo?

Quizá porque la letra es de Agustín García Calvo y la música de Amancio Prada.

Pero, en realidad, nada me horrorizaría más que ser para alguien, como la amada de ese poema, su patria, sus padres, su Dios, sus leyes, su ejército.

Cuánta carga sobre a mis espaldas, qué responsabilidad, qué miedo a defraudarlo tendría yo, qué miedo a que se suicide si lo abandono… Además, si la amada fuese malvada, podría hacer con él lo que quisiera, como hacen los tiranos, que pretenden estar por encima de la moral y ser para su pueblo todo lo que la amada es para ese amante.

Si los hombres de todas las épocas han sentido como cosas distintas leyes, padres, patria, Dios, ejército, leyes, tiene que ser por alguna razón sensata y universal.

Sin embargo, no me canso de escucharla. Ese es el poder de la belleza, que, como el amor, no pretende ser sensata y por eso me seduce y me lleva a su cama, aunque no consigue convertirme en su esposo.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Coitos y muertes

Últimamente me ha dado por imaginar, con un poco de vértigo, la interminable sucesión de coitos que desde la Eva Mitocondrial hasta mis padres me ha hecho posible, una cadena áurea cincelada por Eros beso a beso.

Me pregunto de qué razas y procedencias han sido los eslabones, en qué lugares y a qué horas fueron los áureos acoplamientos y qué rasgos se han mantenido intactos desde entonces hasta mí y a quiénes, que ya no conozco, me parezco más, si habría entre mis ascendientes algún moro, algún judío, algún vikingo, algún griego, algún romano, algún godo, algún esclavo; si habría poetas y músicos; si tal vez un guerrero que había matado a muchos en la guerra.

Y luego los imagino muriendo uno a uno, volviendo a la tierra, devolviendo sus átomos de hombre y mujer para que formen parte de otros cuerpos y otras maravillas. ¿Qué dijeron sus ángeles mientras se les morían? ¿A qué dioses se encomendaron ellos en el último momento? ¿Quiénes les cerraron los ojos? ¿Dónde están sus huesos? ¿En qué se han convertido?

Y entonces me invaden el asombro y la gratitud, cuando descubro que soy uno más en esa cadena que espero que no se rompa nunca y a cuyos eslabones, tan allegados a mí, apenas conozco.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Tierra, trágame

Cuando yo era estudiante, tenía que soportar a dos profesores que nos decían a los negados en matemáticas como yo: "El que vale, vale y el que no, para letras".

Reconozco que alguna vez me he vengado, ya de profesor, diciendo a mis alumnos lo contrario. Y sí, eso no está nada bien. Pero uno tiene sus defectos.

Pues bien, mi alumna Hipatia, que, por cierto, me ve en el pasillo del instituto y, ante todo el mundo, hace una caballeresca genuflexión y abre los brazos mientras me elogia porque ella es así de entusiasta para todo, salió en la fiesta de fin de curso con otros alumnos al escenario a agradecer, ante padres y autoridades, a cada profesor su labor y, cuando llegó el turno de hablar de mí, tomó el micrófono y, con toda ingenuidad y afecto, dijo: “De Jesús Cotta nunca olvidaré lo que nos decía: El que vale vale y el que no, para ciencias”, momento en que me miraron como un solo gran hombre todos los profesores de matemáticas, física, química, biología, tecnología, etc… ¿Qué podía decir yo?

Tierra, trágame.

domingo, 25 de octubre de 2015

García Lorca y la eucaristía en Torrejoncillo del Rey

En Torrejoncillo del Rey, organizaron el fin de semana pasado unas jornadas sobre Cultura y Religión y el organizador, Carlos Cuenca, que supo de mí por la lectura de Rosas de plomome invitó a dar una ponencia sobre Federico García Lorca y la eucaristía.

Torrejoncillo es uno de los pocos pueblos de España donde aún se celebra la procesión eucarística de la Minerva. Me impresionó cómo un pueblo tan pequeño era capaz de convocar a tanta gente, pero más me impresionó lo mucho que se interesaron por mi ponencia y lo hospitalarios y corteses que eran todos.

Allí defendí, entre otras cosas, que, contra lo que opinan algunos estudiosos, lo que empujó a García Lorca a componer la "Oda al Santísimo Sacramento" de García Lorca (en concreto, en la parte de "Exposición", que es donde me centré) no fue un arranque pasajero de su vida, sino una devoción madura y total que lo acompaña desde niño y que se manifestó en un momento crítico de su vida; que no tuvo que fingir ortodoxia en el contenido de la oda para agradar al muy ortodoxo Manuel de Falla (a quien la oda va dedicada), porque su devoción eucarística era profundamente católica; y que Falla, como otros tantos, no caló en la hondura religiosa de la oda, porque se escandalizó con la osadía de las imágenes, que no son las propias de la tradición de los himnos eucarísticos, lo que le impidió reparar en que tales imágenes están al servicio de las dos nobles actitudes que presiden la oda: asombro y gratitud ante la grandeza del Todopoderoso que decide dignificar al hombre y la materia trabajada por él convirtiéndose en ella y exponiéndose así al olvido e incluso la profanación.

Qué portentosa y bella definición de la transustanciación es este verso:

“Cuerpo de luz humana con músculos de harina”.

Gracias, pues, a Carlos Cuenca por organizar esas jornadas de cultura y religión ahora que tantos hiperlaicistas quieren la religión fuera de la cultura.

jueves, 22 de octubre de 2015

Gloria van Aerssen

He lamentado mucho la muerte de Gloria van Aerssen, la componente que quedaba de Vainica doble, con cuyas canciones tanto he disfrutado.

Aquí os dejo con un villancico que compuso el dúo, donde le dicen al niño Jesús "Despiértame si en sueños lloro".

Eso le pido también para ellas al niño Jesús.

Que Dios la tenga en su gloria por haber embellecido el mundo un poco más con sus canciones.

lunes, 19 de octubre de 2015

¿Quién tiene razón ahora?

-Tengo mucha suerte con mi marido. Me ayuda mucho en casa -dice una mujer.

Y un compañero de trabajo le dice:

-Fíjate que has dicho "Me ayuda", como si las tareas del hogar fuesen naturalmente tuyas y él te hiciese la gracia de ayudarte. Pero no es así. Las tareas del hogar son cosa de dos, no de uno solo y de otro que le ayuda.

La mujer se quedó callada y un poco triste y la conversación tiró por otros derroteros.

Me pareció aquel comentario un poco aguafiestas. Con lo contenta que estaba ella de tener un buen marido y va ese hombre y le chafa la alegría diciéndole que ella es una explotada a la que el macho dominante de la casa tiene contenta echándole una manilla sin implicarse del todo.

Ese compañero de trabajo tiene muy claro qué es la justicia, el reparto de horarios, la igualdad entre sexos, pero no tanto qué es el amor, la intimidad, su alegría, la manera particular y cariñosa que un hombre y una mujer tienen de entenderse y favorecerse mutuamente

Así que, en un aparte, le dije a aquella compañera:

-No dejes que te amarguen la vida. Tienes mucha suerte con tu marido.

¿Qué le habríais dicho vosotros?

Y aquí en Documenta Mínima el autor ha destacado los siguientes cometas de mi Cometario.

jueves, 15 de octubre de 2015

Día de santa Teresa de Jesús

Dos eran las mordazas que la mujer sufría en época de santa Teresa: la honra y el varón. Las dos mordazas las rompe Teresa con gracia y contundencia.

Al varón lo conoce bien. Tuvo siete hermanos varones que tuvieron muchos líos de faldas e hijos ilegítimos y todas esas desgracias no las sufrían ellos, sino ellas.

En cuanto a la honra, ella se rebeló siempre contra esa estupidez de que una persona dependiera de lo que dijesen de ella los demás, sobre todo teniendo en cuenta que la honra de la mujer era muchísimo más frágil que la del varón. Ella siempre critica esa negra honra que corta las alas e impide la acción. Siempre prefirió la virtud a la honra. Y se divierte pregonando sus defectos para librarse del amor a esa negra honra que le inculcaron de niña.

De ella dijeron de todo, incluso que la vieron liada en un carro con su fraile favorito. Hoy las revistas del corazón no habrían dejado de acosarla. Y su desprecio por la honra tiene en su caso mucho más mérito que ahora, porque ahora una habladuría te puede hacer vender más discos, pero antes te llevaba a la Inquisición.

A Teresa no la tragaban muchos varones de entonces ni la entienden muchos varones de ahora. Los de antes porque era más lista que ellos y los de ahora porque es monja. Por eso antes los varones relacionaban sus éxtasis con el demonio y los de ahora con el sexo.

Las mujeres, sin embargo, se llevan bien con ella.

Gracias, Teresa, por ser tan grande sin querer.

martes, 13 de octubre de 2015

Cometario

La Isla de Siltolá me ha publicado, precioso, mi libro de aforismos Cometario.

El título es arriesgado, porque la inercia lleva a muchos a leer Comentario. Pero no me he podido resistir a ese título. Quiero creer que mis aforismos son cometas de género masculino y femenino, porque, por un lado, surcan el cielo y nos alumbran en la oscuridad de la noche y, por otro, nos llevan de la mano por campos abiertos y soleados.

Ese es mi deseo y mi intención: abrir con cada aforismo una ventana en estos muros para que entren el agua, la luz y el aire. En ellos estoy yo sin componendas, con todos los riesgos.

Para quien guste, ahí suelto por el mundo mis cometas. Unos los escudriñarán en el cielo nocturno y otros las llevarán tomadas de la mano para que la brisa las eleve.


domingo, 11 de octubre de 2015

El poema de la semana

El poeta no escribe para publicar, sino porque, si no escribe, se muere de pena. Pero, igual que un pájaro canta para que lo oiga el mundo, el poeta publica para no guardarse para sí solo la belleza. Al final, sin embargo, lo que cuenta, lo que lo colma no es tanto el éxito de lo publicado como la verdad y la belleza de lo que ha escrito para siempre.

Este soneto lo describe con naturalidad y maestría.

El escritor
Cincuenta eneros y cincuenta mayos
suman cien añoranzas si te pones
día y noche a contar –pares y nones-
palmas, desaires, vuelos y desmayos.

Cansado estás de prólogos y ensayos,
de atriles, foros y presentaciones.
Te sientes como un niño en pantalones
cortos solo a los pies de los caballos.

Al cabo de los años, nada quieres
que te llene la vida de ansiedades
y de penumbras los amaneceres.

Al cabo de los sueños, nada esperas
que no sea aliviar tus soledades
con algunas palabras verdaderas.

(La mesa italiana, de Víctor Jiménez)

viernes, 9 de octubre de 2015

Las creencias del no creyente

Daniel Lebrato refuta muchas de mis afirmaciones en su última entrada (pinchad aquí). Y yo voy a "rerrefutar" sus refutaciones. Y como creo que cuando habla del "creyente" piensa en mí y no en todos los creyentes, yo voy a pensar también en él cuando hable del "no creyente". Pero, en realidad, creo que el debate no es entre el creyente subjetivo y el no creyente neutral, sino entre las creencias del hombre religioso y las creencias del hombre no religioso.

Dado que defiendo la libertad para llevar el velo, él interpreta que el creyente está abriendo incondicionalmente las puertas al Islam  con tal de que a los cristianos nos permitan nuestra cuota. Pero no es esa mi postura. Mi postura es que la mejor y única manera de defender la cultura occidental es blindar los derechos humanos de modo dogmático y sin fisuras, de modo que, a efectos prácticos, no puedan vivir aquí personas con rasgos culturales incompatibles con ellos. La fundamental diferencia entre el no creyente y yo es que él ve el peligro en la religión y yo lo veo en los atentados contra los Derechos humanos.

Dice el no creyente que el creyente no es neutral. Él entiende por neutralidad, supongo, un ámbito donde la religión no esté presente. ¡Pues vaya neutralidad tan antirreligiosa! ¿Desde cuándo es neutral una sociedad donde cualquiera puede manifestar públicamente sus gustos sexuales, artísticos o deportivos, pero no los religiosos? ¿Es neutral, por ejemplo, defender el aborto gratuito, pero castigar a quien deja nacer a su hijo deficiente? No me gusta esa señora, doña Neutralidad, que me quiere calladito y con la cruz bien escondida. Prefiero a doña Libertad de pensamiento y de expresión. Lo que hace valioso un argumento no es la supuesta neutralidad o irreligiosidad de quien lo esgrime, sino las razones en que se apoya.

Tiene razón el no creyente cuando dice que hablo poco de igualdad. Reconozco que no me gusta doña Igualdad en Todo, porque la igualdad no es la meta, sino solo el punto de partida que nos permite desplegar nuestras naturales y saludables diferencias. La ley no tiene que hacernos iguales, sino tratarnos igual a todos para que todos podamos ser legítimamente diferentes.

Tampoco estoy de acuerdo con él cuando afirma que los no creyentes son la minoría y los creyentes la mayoría. En realidad, hay una mayoría de gente más bien indiferente a estas discusiones nuestras y que evita hablar de política y religión y que no pone, como nosotros, el grito en el cielo si el gobierno de turno restringe la práctica del aborto o lo considera un derecho de la mujer. Las minorías, querido no creyente, somos tú y yo: el creyente y el no creyente que defienden sus creencias. Que los demás disfruten del domingo sin reivindicar que el descanso sea otro día de la semana no los sitúa en el bando de una mayoría católica contraria a tu minoría, sino en el bando de la inercia.

Dice que es el creyente el que tiene que demostrar la existencia de Dios, mientras que el no creyente nada tiene que demostrar. Pero comete, a mi juicio, un error de perspectiva: el  de creer que el no creyente no tiene creencias. Para empezar, el no creyente cree que el universo está aquí porque sí, que el orden del cosmos vino del desorden, la vida de la no vida, la inteligencia de la no inteligencia y, para colmo, da por científica lo que es solo una opinión tan válida y filosófica como la de la larga tradición de pensadores de toda época y lugar que consideran más racional, razonable y probable que el universo tenga una causa no material.

Dice que el creyente ve conspiraciones contra la Iglesia. Pero afirmar, como afirmo, que la moda de los tiempos no es favorable a la opinión de un creyente no es conspiranoia, sino realismo y se puede experimentar en cada momento. Queda uno la mar de bien en una revista si dice que practica el yoga pero no si dice que reza el rosario. Queda de progresista y moderno quien defiende el aborto, el sexo sin amor, la eutanasia, el animalismo, pero queda de retrógrado y ultramontano quien defiende al nasciturus, el sexo con amor y compromiso, la muerte natural y la superioridad del ser humano en dignidad.

Por último, veo entre el no creyente y yo un abismo de pensamiento que creo que se debe a que él tiende a creer que la causa de nuestros problemas es una clase social, un sistema económico, una religión, una cultura, una institución, un partido político, unas costumbres..., mientras que yo creo que la causa de todos los problemas es cada hombre, su libertad para ser bueno o un cabrón. Y, por eso, no propongo medidas políticas destinadas a abolir o cambiar o neutralizar costumbres, clases sociales, roles sexuales, vestimentas, religiones..., sino que solo propongo medidas para castigar de modo real y efectivo la maldad real y efectiva de cada hombre concreto, sea quien sea. En lo demás, viva la libertad.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Contra laicismo, libertad

Pinchad aquí para leer la entrada de Daniel Lebrato que vengo a discutir aquí.

Antes de nada, conviene aclarar el sentido del término laicismo, para que él y yo nos entendamos bien. Yo distingo entre aconfesionalidad, que es lo que hay en España, y laicismo, que es lo que hay en México, Francia y los antiguos países comunistas. La aconfesionalidad es democrática, porque consiste en no obligar a nadie a tener una religión concreta, pero dar libertad ¡y facilidades! para que cada cual la manifieste. Eso es lo que pone en la Constitución Española. Por laicismo, sin embargo, entiendo un Estado que prohíbe en el ámbito público la manifestación de lo religioso (imágenes religiosas en lugares públicos, colegios religiosos concertados, procesiones, cruces al pecho e incluso tañidos de campana). La aconfesionalidad respeta la libertad de la gente, pero el laicismo no.

Y ahora voy a criticar las dos ideas principales de Daniel Lebrato en su última entrada.

La primera idea que defiende es que hay que desconfiar de quienes en las conversaciones hablan "de lo que  ha sido así y siempre será". Esa es una prevención que, a mi juicio, debe ser matizada: el hombre, con sus deseos y necesidades, no cambia; lo que cambia es la manera de satisfacerlos. En efecto, por fortuna, programas como Gran Hermano y otras basuras pasarán, pero la gente morbosa no pasará y ya se buscará otra manera de satisfacer su morbo. Por otra parte, mientras que el cristianismo solo utiliza el “esto ha sido así y siempre será” en asuntos morales (“Siempre ha sido, es y será mala la eugenesia”), ideologías tales como el marxismo y la ideología de género lo utilizan en lo moral, lo político, lo social…: los papeles sexuales son imposiciones culturales, las clases sociales son más reales que el individuo mismo, la religión es el opio del pueblo… Así que me merecen mucha más desconfianza las ideologías con sus dogmas sociales, políticos, culturales, deportivos, etc que las religiones con sus creencias místicas (las religiones no son ideologías, a no ser, entre otras cosas, que apuesten por un sistema político  y un programa concreto de acción).

La segunda idea que defiende Daniel Lebrato es que el laicismo es una reacción legítima contra la pretensión de los creyentes de meterse en la vida de los demás e imponerles su visión; entiende por imponer su visión cosas como esta: que los católicos saquen sus procesiones sin pedir permiso de manifestación al ayuntamiento, que los días de fiesta sean de origen religioso, que el ayuntamiento ponga un belén, que un padre de familia numerosa o de un niño deficiente pretenda ayudas por parte del Estado.

Respecto a lo de las procesiones, hay que recordar que los que quieren manifestarse no tienen que pedir permiso a nadie, porque es su derecho, sino que solo han de informar de que se van a manifestar. Estaría bueno que el alcalde de turno sea el dios del que depende mi derecho a la libertad de expresión. Por otra parte, teniendo en cuenta que en cada cultura hay eventos, fiestas y tradiciones que son masivas es lógico que, a efectos prácticos, no haya que estar pidiendo permisos para que ocurra lo que sabemos todos que va a ocurrir. En vez de obligar a los jóvenes a pedir permisos al alcalde para hacer botellón, lo mejor será dar por hecho que va a haber botellón y que la molestia sea la menor posible para los demás. Con cuánta más razón habrá que facilitar las procesiones, que pertenecen a una expresión humana superior a la del botellón.

Respecto a la supuesta imposición de las fiestas de origen religioso, lo importante de un día de fiesta no es tanto su origen como que todos se beneficien del descanso el mismo día. Si los profesores descansan, pero los padres no, hay un problema. Y dado que los días de fiesta vienen dados por la tradición occidental cristiana, que nadie de hoy ha decidido, sino que ha venido ella sola por inercia, el consenso nos viene dado por arte de magia. Los que quieren cambiar la fiesta de la Navidad por la fiesta del Solsticio de Invierno, vienen a romper ese consenso social no pactado y, para colmo, con la pretensión de que con esa nueva fiesta se logra un mejor consenso. Puestos a discutir con qué se consigue mejor consenso, sometámoslo a votación y adiós a la fiesta del solsticio.

Respecto a lo del padre de familia numerosa o con hijos deficientes, creo que las personas merecen ser ayudadas independientemente de quién las ha engendrado y por qué y, sobre todo, creo que dejar nacer a un niño deficiente no es una irresponsabilidad que debamos castigar, sino un acto de amor que debemos admirar.

Por último, Daniel, a mí también me pasa que no me gusta que una mujer se ponga un velo en la cabeza y en todos los lugares he defendido que esa costumbre proviene de una concepción machista de la mujer como pecadora e impura. Si yo consintiera en prohibir el velo en un centro público, no sería porque es una manifestación religiosa, sino porque es una manifestación del machismo y un inconveniente para integrar a la inmigrante a nuestra cultura, donde, entre otras cosas, la gente lleva cruces al cuello, igual que toma gazpacho y saluda estrechando la mano.

Dicho todo esto, Daniel, veo que nuestras posturas respecto al hecho religioso en la sociedad son inconciliables, pero nos queda la esperanza de que la gente ventile esas diferencias en un diálogo, como hacemos nosotros, y no con las bayonetas.

lunes, 5 de octubre de 2015

El laicismo y el Islam

Valorando como estamos el papel del catolicismo en la actualidad, mi compañero Daniel Lebrato ha escrito esta interesantísima entrada que podemos resumir en en estas frases suyas:

"Al catolicismo, que atravesó el Renacimiento y la Ilustración con éxito, se le pide que se neutralice de buena gana, para poder entre todos neutralizar al Islam, una religión a la que llevábamos 622 años de ventaja y que a laicos y creyentes, tal como éramos y a nuestra manera, nos está comiendo la moral".

En estos tiempos cobardes y políticamente tan correctos, uno agradece leer a personas como Daniel que, con valentía y sin miedo a una fatua, digan claro que el Islam supone un desafío para Occidente. Con él coincido en el diagnóstico y casi en el pronóstico, pero no en la solución que propone.

El Islam es peligroso para nosotros no por lo que tiene de religión, sino por lo que tiene de ideología. Es religión creer en un solo Dios al que hay que honrar rezando varias veces al día y dando limosna. El sufismo es religión y muy hermosa. Pero es ideología afirmar que toda la Tierra se someterá a un califato sin naciones, que los infieles deben ser convertidos o sometidos como ciudadanos de segunda, que el testimonio de la mujer vale menos que el del hombre. El yihadismo es ideología.

El problema es que en el Islam es difícil separar en la práctica religión de ideología (por ejemplo, la doctrina llamada Taqiya permite al fiel mentir si es para extender el Islam, lo que obedece más bien a un programa político). Por todo ello, convertirse al Islam no es, como sería deseable, creer en un solo Dios providente y amar al enemigo, sino cambiar de cultura, de vestimenta, de hábitos culinarios, asumir un programa político, una utopía islamista para el futuro...

Dicho esto, creo que para Europa el peligro no es la religiosidad del Islam, sino la ideología política que lleva hoy aparejada y que predica la guerra constante contra Occidente y sus valores; y, por ello, el laicismo, que considera que el peligro está en la religión y no en la ideología, no es la mejor manera de afrontar los desafíos del Islam, que son ideológicos. No es peligroso que una persona rece a Dios en la calle como hacen con admirable naturalidad los musulmanes, sino que una persona piense que pegar a su mujer está bien porque lo permite el Corán. Por tanto, no hay que impedir a nadie rezar en la calle, sea quien sea, pero sí que hay que impedir que alguien, sea quien sea, le pegue a su mujer. Esa es mi postura.

Tan inexacto es decir que el Islam no entraña peligro alguno para los valores de Occidente como decir que todo él es incompatible con la modernidad.

El laicismo es un falso camino que solo nos conduce a la pérdida de la libertad y los derechos humanos, que son los valores insignia de Europa. No cuenten conmigo si para que nadie lleve pañuelos en la cabeza hay que prohibir que los europeos lleven cruces al pecho y tañan campanas y pongan belenes y estampas de la Macarena donde les plazca cuando les plazca. No me gusta la lógica laicista: la prohibición en aras de la neutralidad, una supuesta tolerancia que no consiste en admitir las diferencias, sino en eliminarlas para que nadie se ofenda.

Entonces, ¿cuál podría ser la solución ante el desafío del Islam? No lo tengo muy claro, pero lo que sí sé es que la solución exige muchas medidas de diferente tipo. Por ejemplo:

a) En vez de rasgarse farisaicamente las vestiduras cada vez que alguien señala una incompatibilidad del Islam con nuestra cultural, hay que decirla alto y claro y apoyar sin fisuras a las pocas pero valientes voces de musulmanes que, sobre todo en Europa, claman por un Islam moderado y libre de esclavitudes ideológicas.

b) Alentar en los países musulmanes la idea de un representante de todos los fieles con el que sea posible dialogar para llevar a cabo la tarea (paulatina y seductora, nunca militar) de empapar los países musulmanes de los valores de libertad, igualdad y fraternidad.

c) Exigir una condena clara y unánime de todas las autoridades musulmanas contra los actos de terrorismo, sean quienes sean las víctimas. Para ello, los países occidentales deben ser los primeros en condenar y combatir el terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones.

d) Dejar de pactar y negociar con países que, como Arabia Saudí, alientan y costean el radicalismo y el odio a Occidente en todos los rincones del planeta.

e) No renunciar, en aras de una supuesta neutralidad, a nuestras costumbres y tradiciones, porque con ellas estamos más capacitados como anfitriones para integrar en nuestra cultura a los inmigrantes.En vez de laicismo, más libertad y derechos humanos a toda costa y como sea. No podemos evitar que una mujer se ponga velo en la cabeza, pero sí que podemos castigar y erradicar la ablación, los matrimonios obligados, los asesinatos por honor...

Tengo confianza en que el tiempo y la experiencia harán a los musulmanes conscientes de que objetivamente la mejor manera de vivir, y la que produce más prosperidad, es aquella que blinda los derechos humanos de todos en todo momento, lo que acabará desinflando el yihadismo. Y creo que al Islam le ha faltado Jesucristo, que exaltó las figuras del niño y la mujer y los valores de amor, misericordia, fraternidad, conversión interior y dignidad de la persona, la cual no se hizo para el sábado (es decir, la ley, la tradición, la disciplina, la clase social, las instituciones, el Estado, la verdad, etc), sino al revés. Los derechos humanos han venido de esos valores. Defenderlos dogmáticamente a toda costa es la única esperanza y el mejor servicio que les podemos prestar a nuestros hermanos musulmanes aquí y en sus respectivos países. Y tales derechos no se defienden prohibiendo cosas, sino garantizando que todo lo que hagamos sea libre y respetuoso con la libertad de los demás.

sábado, 3 de octubre de 2015

El primer poema de la semana de este curso

Amigos, ahora que comienza el otoño, comienzo con nuestra serie de poemas semanales.

Disculpadme si el tema del poema de hoy es triste. Pero hay en él toda la esperanza y la alegría que puede haber en un trance como ese. Es un poema otoñal que me ha enviado un amigo.

Recientemente discutía yo con unos amigos si era mejor morir consciente o inconsciente. Yo me pido morir como en este poema.

Se lo encontraron muerto una mañana
de principios de otoño. Sonreía
dando gracias al sol, que aún lamía
su piel tras el cristal de la ventana.

Dijeron que sonaba una campana
y que él, desde la muerte, todavía
la quería escuchar y que tendía
las muertas manos a la voz lejana.

Dicen que el cuerpo estaba acurrucado
como el de un pequeño que quisiera
regresar hasta el punto de partida.

Aseguran que no estaba asustado
y jugaba a morir, como si fuera
el último recreo de su vida.

(José Luis Martín Descalzo)

Por cierto, tengo el honor de haber salido en la Contra de La Vanguardia a propósito de Rosas de plomo. Amistad y muerte de Federico y José Antonio.

Aquí.

Papá, en el cielo puedes leer el artículo completo.




miércoles, 30 de septiembre de 2015

Conversación con mi compañero Daniel Lebrato acerca de la religión

A propósito de esta interesante entrada de Daniel Lebrato:

Carissime:

Para empezar, veo que en tu entrada te diriges a los católicos como “vosotros”, como si todos los católicos tuvieran una unánime actitud respecto a modas, política, sociedad… Igual que hay muchos tipos de socialistas, hay muchos tipos de católicos.

En segundo lugar, compruebo en muchas tertulias, libros y entradas como la tuya que los cristianos y, especialmente, los católicos ocupamos hoy el papel del malo de la película, igual que antes lo eran los judíos o los homosexuales. No pretendo, por supuesto, que uno cambie su aversión al cristianismo sólo para no incurrir en cristianofobia; solo quiero decir que, desde luego, lo cristiano ya no es lo políticamente correcto. Esto no es propiamente una refutación de tus argumentos, sino tan solo la sensación que tengo en casi todos los foros cuando se habla de estos temas.

En tercer lugar, para mí lo importante no es que una sociedad sea laica, sino que sea libre. Por eso, me parece muy bien que, puesto que pagamos la escuela con nuestros impuestos, podamos exigir que también se dé enseñanza religiosa a nuestros hijos, ya sean musulmanes, cristianos o hindúes. Si la enseñanza la pagase otro, me tendría que callar. Pero la pago yo. Así que exijo tanto como los laicistas que la quieren fuera de los colegios. La diferencia entre mi postura y la de los laicistas es que yo no quiero prohibir nada a nadie, mientras que los laicistas sí.

En cuarto lugar, la iglesia que describes no es exactamente la que yo conozco. Te puedo decir que mi parroquia acoge a una asociación de drogadictos anónimos, una comunidad de emigrantes ucranianos que tienen allí su lugar de encuentro y sus ceremonias, los voluntarios de cáritas, conferencias, conciertos y grupos de música, grupos religiosos que ayudan a mucha gente a ser mejor persona y, además, tiene abiertas sus puertas a todos y muestra gratis sus obras de arte centenarias. No hay partido ni sindicato ni voluntario que haga tantas cosas por los demás. Esa es la iglesia que yo conozco, no la otra que tienen los demás en la boca como la mala de la peli.

Por último, cuando dices (y creo que lo lamentas) que la gente ya desconfía cuando ve a un cura en el parque con una niña, lamentablemente es un tópico que está haciendo mucho daño a los curas, igual que en el pasado se decía de los homosexuales que eran todos unos viciosos que metían manoa los alumnos. Recuerdo haber oído eso mil veces cuando era adolescente. Más que desconfiar de los curas, habría en todo caso que desconfiar de los padres de familia, porque ahí es donde se dan casi todos los casos de pederastia.

A calvo ad calvum, un abrazo fuerte

lunes, 28 de septiembre de 2015

Prejuicios contra los jóvenes

Cuento a menudo en clase que, una vez, en un autobús de línea el único que se levantó para ceder el asiento a un anciano no fueron varias chicas guapas que iban charlando animadamente de ropa ni varios estudiantes con sus auriculares, sino un tipo con una pinta de macarra que echaba para atrás. Si de noche lo veo por la calle, me cambio de acera.

El caso es que a mis alumnos les encanta esa anécdota y la semana pasada una alumna me hizo comprender por qué.

Me dijo:

-De mí recelan muchas personas mayores porque visto de negro y tengo piercing y luego se sorprenden cuando ven que soy amable con ellos.

Abundan esos alumnos que no identifican su manera de vestir o su alegría de vivir con las malas maneras y el desprecio por los usos sociales. Los estereotipos y el prejuicio de siempre según el cual la juventud está cada vez peor impiden ver que esos jóvenes son muchos más de lo que pensamos.


miércoles, 23 de septiembre de 2015

¿Quién de los dos tiene razón?

Llega la mujer a casa de hacer unas gestiones.

MARIDO: Te he barrido la casa con la aspiradora.

MUJER: ¿Cómo que "te he barrido"? Será "he barrido", porque no es una tarea que me corresponda solo a mí y de la que tú, graciosamente, hayas decidido hoy librarme

MARIDO: Lo correcto en nuestro caso es "te he barrido" porque yo no considero que haya que barrer la casa cada dos días como tú quieres. Me basta con seis días. Así que, si hoy he barrido, ha sido para ti, porque sabía que, si no lo hacía yo, lo ibas a hacer tú aunque a mí no me parece necesario.

MUJER: ¿Cómo es que no es necesario? En una casa como la nuestra, con tres hijos varones adolescentes, si no se barre todo cada dos días, nadamos en suciedad. ¿Te gusta eso?

MARIDO: Mi descripción de nadar en la suciedad es otra que a ti te abrumaría. Lo que quieres es que yo acepte que la frecuencia correcta de barrido es la que propones y no la que propongo yo. Eso es lo que pongo en duda. En vez de agradecerme que "te" haya barrido la casa porque te quiero y no porque crea que sea necesario, te dedicas a echar por tierra mi regalo afirmando que no es un regalo.

MUJER: Vale. Ya hemos llegado al punto de desencuentro: la frecuencia del barrido. ¿Por qué nunca has considerado que mi barrido tan frecuente haya sido un regalo para ti? Te has limitado a disfrutar de mi "frecuencia de barrido" sin considerarla un regalo, con la excusa de que no es necesario barrer tantas veces a la semana.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Teresa, mon amour

Circulan por ahí dos imágenes tópicas de santa Teresa de Jesús: la Teresa conventual del cuadro con aureola y en papel de Biblia, y, como reacción, la Teresa histérica o epiléptica o sexualmente reprimida. Son dos tópicos típicamente masculinos.

Pero santa Teresa no era una mujer al uso. Es difícil encasillarla y por eso todos lo intentan, porque no saben qué hacer con ella: o feminista o beatona o fanática o loca o empresaria o visionaria. Pero Teresa es tan difícil de encuadrar como Frida Kahlo o Juana de Arco. Me atrevería a decir que en algunos aspectos es una mezcla de las dos, pero sin el horror de Frida ni la espada de Juana. Como Frida, hace un retrato íntimo de sí misma y, como Juana, propaga un incendio por el mundo.

Teresa es un torrente femenino atemporal, un grito de las grandezas desconocidas. Fue una escritora original, elegante y salvajemente sincera, que incluso escribió en su juventud una novela de caballería; fue fundadora de una orden centrada en el amor, la contemplación y el gusto por la naturaleza y las cosas pequeñas; y, sobre todo, fue una mujer audaz y enamorada del Dios de las Caballerías, del águila caudalosa, y todo eso con su gracia, su belleza y su fascinante sencillez. Eso es Teresa.

Para poder ser esas tres cosas tuvo que convertirse en una mujer de acción que luchó contra gigantes y malandrines, como los caballeros andantes que a ella tanto le fascinaban, antes de que Cervantes se los cargara con su realismo. Mientras que los hombres fundaban ejércitos, como san Ignacio con sus jesuitas, o revoluciones fanáticas, como Calvino con la hoguera donde quemó a Miguel Servet, santa Teresa creó algo más bello, femenino y delicado. Tuvo en su contra el ser mujer, pero si no hubiera sido mujer, no lo habría hecho.

A santa Teresa no la entendieron en su época ni después. En su época achacaban sus visiones al demonio y en la nuestra las achacan algunos a la enfermedad o el sexo. Ha tenido mala suerte nuestra Teresa, porque en su época se veía la cola del demonio en todas partes y en la nuestra la del sexo y la enfermedad.

Santa Teresa era una loca de Dios, del amor y de la libertad. En su época no entendían esa libertad y en la nuestra no entendemos a Dios. Y la suya y la nuestra no entienden el amor. Pero eso es Teresa.

Me enorgullece que hace unos años Jabo H. Pizarroso, el editor de Mono Azul, cuando aún no era el cuarto centenario de la santa, me encargase realizar esta antología.

A él y a ella mi gratitud y mi amistad.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Corazón silencioso

Fui ayer con dos filósofos y una filósofa a ver en el cine una película danesa que recomiendo vivamente y que trata en toda su crudeza y desde muchas perspectivas distintas el asunto de la decisión personal de poner fin a la propia vida cuando el deterioro es implacable, inminente y sin posibilidad alguna de curación. ¿Tienen derecho los deudos a impedir que el suicidando acabe con su vida? ¿Y este a exigirles que respeten su decisión? ¿Cómo sabemos que quienes lo apoyan no tienen intereses ocultos? ¿Quién quiere más al suicidando: el que lo ayuda a morir o el que se niega a ello? ¿Debe la ley permitir que cada cual decida con quiénes se quiere suicidar o eso se presta a abusos?

Corazón silencioso, de Bille August, trata todas estas cuestiones con delicadeza y demostrando que ninguna de las opciones que uno elija está libre de objeciones y más en esos casos extremos. Los actores actúan tan bien, es tan intensa la acción, el asunto toca tan de lleno el corazón, que, arrastrados por la catarsis, la filósofa y yo nos hartamos de llorar. Al principio yo intentaba disimular, pero ella lo notó y me dio un pañuelo.

Nunca fue caballero de damas tan bien servido.

Gracias.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Señora, de Serrat

Esta es una canción bien hecha y con un claro mensaje. Es una versión del bíblico "Dejarán el hombre y la mujer a su padre y a su madre y serán una sola carne", pero no puedo evitar que el que habla en esta canción me caiga antipático por la manera que tiene de dirigirse a la madre de la chica que lo ama. Su mensaje se reduce en un "¿Que no le gusto? Pues fastídiese, señora, a su hija sí".

Sí, ya sé que es ley de vida, pero ahora estoy en la edad en que empiezo a simpatizar más con la madre que con el melenudo fresco por el que se pirra la niña.

Si la canción hubiera dicho algo de esto:

"Gracias, señora, por haber tenido una hija tan guapa, tan bien educada por las monjas, porque es de esa muchacha, que ustedes han hecho posible, de la que yo me he enamorado y no de otra. ¿Cómo podré agradecerles lo que me está haciendo tan feliz? El amor que le tengo es tan grande, que contagia a todo cuanto la rodea: la tierra en que nació, el aire que respira, su pueblo, y a usted, señora, a quien beso la mano. Yo soy una buena persona y, aunque tenga melena y no sea el yerno con que usted ha soñado, aunque yo no tengo por qué pedirle permiso a usted para amar a su hija, quiero que sepa que seré digno del esfuerzo y del amor que usted ha invertido en ella. Si felicidad es lo que quiere usted para su hija, yo estoy dispuesta a dársela toda hasta el final".

me habría gustado más. Pero no; nada parecido a eso le dice, nada parecido a un agradecimiento. Tan solo se limita a regodearse en el hecho de que, a pesar de que ella ha dado la vida por su hija, él, con sus pintas y melenas, la tiene en la palma de la mano.

Me parece un tipo ingrato. .

Eso sí, la canción es bonita.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Un vídeo que debería dar la vuelta al mundo

Tras la aceptación social del aborto, nadie se pregunta qué hacen con los fetos humanos. Es un asunto que la gente prefiere no plantearse. Pues bien, en este vídeo la directora médica de Planned Parenthood, la gran empresa abortera de Estados Unidos, es cazada en un vídeo, mientras come ensalada, explicando por cuánto vende las partes del feto.

Hay más vídeos como este de otras personalidades de esa poderosa empresa explicando cómo se debe matar a un bebé para mantener intactos los órganos que más interesa vender.

Si trivializamos al nasciturus considerándolo un trozo de carne, nadie debería extrañarse de que, en vez de tirarlo, lo vendan. Y, puestos a trivializar, ¿por qué no trivializamos también a los seres humanos como trozos de carne un poco más grandes? La gran diferencia entre los trozos de carne adultos es que tienen con qué defenderse.

Si lo que escribo en esta página va a perdurar unos cuantos años, quiero gritar a los cuatro vientos, para que lo sepan quienes tengan a bien leerme, que las personas moralmente sanas nunca podrán aceptar la matanza de niños en el vientre de sus madres; que nunca dejarán de denunciarlo; que nunca los considerarán trozos de carne o espumarajos, como dicen algunos; que siempre sentirán horror por los carniceros de las empresas aborteras; que el aborto les parece una de las lacras más feas que está ocurriendo en el siglo XXI; que es una canallada que los que sí han podido nacer no dejen nacer a otros; que el escándalo no es que las empresas aborteras comercien con fetos humanos, sino que matar al nasciturus sea un derecho.

 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Raphael y la Virgen

Me gusta Raphael en esta canción.

Por entonces una canción de tema religioso sonaba natural.

Me emociona la incoherencia de la letra cuando dice que las flores que le ponía a la Virgen en su altar "eran mías, solo mías; las robaba cada noche para ti".

Estoy seguro de que robar flores para la Virgen no es pecado.

Esto de reírse de la gente religiosa, de considerarla pacata, anticuada o tonta, es algo que siempre se ha estilado en estos lares, incluso en épocas oficialmente católicas. A ver si ustedes averiguan en qué momento de la canción se refiere Raphael a eso.

Pues eso, con ustedes, el gran Raphael.

martes, 1 de septiembre de 2015

Que te pego con mi espadita mala

Amigos, ¿qué tal?

Empiezo septiembre con una lista de diez propósitos (morales, deportivos, profesionales, literarios, familiares y espirituales).

Uno es hacer 45 minutos de deporte tres veces a la semana en casa, para darle no solo a la cabeza sino al cuerpo; y otro es acabar una novela que me tiene absorto. Es curioso que esa novela surgió de pronto el verano pasado, pero nutriéndose de elementos, personajes, situaciones y emociones que llevaba años rumiando y que de pronto han tomado cuerpo. Cuando la inspiración viene, viene y, si hubiera decidido no venir, esos elementos dispersos habrían estado dándome vueltas en la cabeza hasta la tumba sin convertirse en novela. Así que estoy contentísimo, pero agobiadísimo, porque la novela, mientras se va escribiendo, se encuentra con escollos, cruces de caminos imposibles, incoherencias que no sé cómo resolver, asuntos en los que me tengo que asesorar y, para colmo, cualquier cosa interesante que me dicen u oigo, cualquier nombre o frase que oigo al azar, me sirve para algo de la novela, me cubre un hueco, me aparta un árbol que me permite por fin ver un claro en el bosque...

Y, en fin, para que os riáis un poco, este año he enseñado a un grupo de chicas adolescentes a jugar a la brisca; las vi jugar tanto con la baraja inglesa, que me propuse enseñarles a jugar con la española, pero tuve la mala fortuna de contar con una baraja que parece fabricada por los chinos. Mirad, si no, a la sota de espadas, que parece que nos está diciendo:

"Huy, que te pego con mi espadita mala".

Así que las chicas prefirieron el parchís. Por cierto, perdí en todas las partidas.

Me alegro mucho de volver a estar aquí con quien tenga a bien entrar en esta casa.

martes, 30 de junio de 2015

Feliz verano

Amigos, además de las coronitas frías con mis amigos y mis hermanos; además de hacer el bestia en la piscina como siempre y hacer de noche en ella el muerto para ver las estrellas; además de reservar las noches para leer mis libros favoritos; además de muchas cosas, todas muy agradables, mi verano va a estar presidido por Ares, Eros, las Musas y Dios, de quien depende todo lo anterior, incluido yo

1. Ares porque voy a hacer deporte
2. Eros porque voy a escribir y a hacer reales poemas de amor
3. Las Musas porque voy a terminar una novela
4. Y Dios porque voy a hablar con él de tú a tú al amanecer, con un café en la mano, mientras todos duermen.

Esas cuatro estrellas quiero que presidan mi verano.

Me acordaré mucho de vosotros y, como cada verano, os invito al claro del bosque donde en sueños celebro una fiesta para todas las personas alegres de buen corazón.

Si no os veo en ese sueño, os saludaré en septiembre.

Recibid mi abrazo y toda mi simpatía.

domingo, 28 de junio de 2015

Por las víctimas del terrorismo islámico

1. Desterrar lo religioso del ámbito público en nombre de una supuesta tolerancia es un acto tan liberticida como la confesionalidad que pretendía lo contrario. Si permitimos lo artístico, lo deportivo, lo étnico, lo político ¿por qué no lo religioso? El laicismo es en realidad una persecución encubierta contra la religión.

2. El yihadismo es peligroso no por lo que tiene de religión, sino por lo que tiene de ideología.

2. No existe el derecho a ofender, como pretenden algunos occidentales, ni el derecho a no sentirse ofendido, como pretenden algunos en el Islam.

3. Estamos cada vez más enfermos si no reaccionamos con contundencia todos los países, incluyendo a los países musulmanes, de modo conjunto, legal y tajante contra la barbarie de matar en nombre de Dios

4. El Dios de los yihadistas no es el Dios Amor que nos reveló Jesús, sino una idea política totalitaria que da poder a unos para quitárselo a otros, a quienes no duda en sacrificar en un sangriento altar antropófago.

5. Por todas esas víctimas inocentes enciendo hoy una mariposa a la Virgen que también los musulmanes veneran.


viernes, 26 de junio de 2015

Vocabulario sexual del neoesperanto

 -Concubitum with me, mylady? (¿Desea la señora realizar el acto sexual con un servidor?)

-Cuchi cuchi, muac muac (prolegómenos)

-Triquitriqui (acoplamiento)

-Silentium, please (No hagas tanto ruido)

-I hate sombras de Grey (Me gusta el sexo sin sorpresas)

-Voulez vous un cigarrillum? (período refractario)

martes, 23 de junio de 2015

Una tentación diabólica

Una vez me tentó el diablo ofreciéndome cierta cosa que me gusta mucho. Y yo le pregunté:

-¿Puedes hacer también que tenga pelo otra vez en la cabeza?
-Eso no, pero...
-¿Y puedes hacerme unos diez centímetros más alto?
-No, pero...
-Entonces ¿cómo vas a darme lo otro si no eres capaz siquiera de mover un átomo del universo? Anda, vete al infierno.

La verdad es que no me cabe en la cabeza que alguien pueda pactar con un tipo tan incapaz y tan impresentable.

Y aquí Jorge de Arco hace una reseña de Rosas de plomo en Andalucía Información.

Y aquí Carmen R. Santos en El imparcial.

domingo, 21 de junio de 2015

El poema de la semana

En un hermoso poema, Safo dice que más grande que una tropa de soldados sobre la negra tierra y una flota de barcos de guerra sobre el mar es la persona amada. Este poema, dos mil setecientos años después, apunta a la misma idea.

El País
Al tomar El País entre las manos
he leído que el sol acariciará esta tarde
la vertiente oeste de tu casa,
la zona cercana a la azotea,
el balcón irlandés al que te asomas.
Y es cierto, tan solo leo el diario
para buscar el sol,
para saber si hoy vendrá el otoño
por tus largos pasillos.
No me importan los censos, las estadísticas,
las batallas sangrientas en el Oriente Medio,
los satélites rusos, las visitas reales,
no me importa el pasado
porque en el ayer ya estamos,
cuando miro hacia el sol y compruebo
que dirige su marcha a la vertiente oeste
de tu casa.

(De El violín mojado, de Javier Sánchez Menéndez)

jueves, 18 de junio de 2015

Por qué no hablo de política en este cuaderno

Me preguntó el otro día un amigo por qué en mi blog casi nunca hablo de políticos y de partidos y escribo aquí mi respuesta:

-Porque de las cuestiones económicas entiendo más bien poco, así que mis juicios acerca de los asuntos en que se meten los políticos se limitan a aquellos que medianamente entiendo: cultura, educación, moral, costumbres, sociedad...

-Porque los problemas que a mí me preocupan no preocupan a los políticos; es más, los políticos profesionales suelen actuar como si tales problemas no fueran, como yo pienso, los mayores. El triunfo de la vulgaridad, del feísmo, del buenismo, de lo políticamente correcto, de la autocensura, del yihadismo, del antieuropeísmo,  del desprecio soez a lo sublime, del anticlericalismo, del antipatriotismo, del animalismo, del antinatalismo, del abortismo, del envejecimiento de la población, de la falsa tolerancia, del laicismo beligerante, del desprecio a la tradición, del materialismo, de la obscenidad, del egoísmo disfrazado de autoestima, del liberticidio en nombre de supuestos valores superiores, de la extorsión estatal a los bolsillos de los contribuyentes, del antisemitismo... son asuntos de los que no hablan los políticos. Me mirarían como a un loco si yo les dijera que esos son, desde mi punto de vista, los grandes problemas.

-Porque prefiero hablar de principios, de valores y de personas y no de partidos y de políticos. Me he dado cuenta de que, cuando se mantiene la discusión en términos generales o filosóficos más que políticos, la gente piensa más con la cabeza que con la mano con la que vota. Por ejemplo, si digo que me cae bien tal político, la gente deja de hablarme, como alguna vez me ha ocurrido; pero si digo que estoy en contra de la obligatoriedad de la enseñanza, la gente, en general, está dispuesta  a escuchar mis argumentos.






lunes, 15 de junio de 2015

Santa Teresa, con ciencia de amar

Fui el viernes pasado a ver Santa Teresa, con ciencia de amar, esta obra estupenda que con unos elementos sencillos y hermosos y un solo actor consigue hablar no ya al corazón del espectador, que también, sino a su intimidad más secreta, a aquello que más nos define y menos conocemos, donde anidan nuestras esperanzas más sublimes y nuestros terrores más oscuros. Hasta ahí consigue hacer llegar su voz Juan Luis Corrientes encarnando a una persona que va a morir y a la mística de Ávila, que son una misma persona porque aquella loca de Dios y el hombre de hoy tiemblan del mismo modo ante el misterio del ser y siguen ardiendo vivos en la esperanza de una luz dichosa y en el deseo un amor sin fin más allá de la muerte.

El actor es la santa, es san Sebastián herido, es la Expiración de Jesús, es un padre de familia, es un hombre perdido en el líquido amniótico o en el agua cósmica, es el subconsciente corriendo hacia no sabe dónde y deteniéndose al final del camino, eres tú.

Santa Teresa es ya un universal del misterio de vivir, de la locura del amor, y la Compañía Proyecto Corriente nos ha dado una versión actual y vanguardista de ese universal. El uso de la llama, del susurro, del grito, de la escalera como cruz a cuestas o como escala hacia la luz más alta, el agua que la mística de Ávila miraba con más advertencia, la oscuridad y el silencio y esa mujer con el Amor ardiéndole en el pecho... hacen de este magnífico monólogo, que es en realidad diálogo, una obra que recomiendo vivamente, sobre todo ahora que estamos en el aniversario de santa Teresa.

Me alegro de que mi versión de la santa en Teresa, mon amour sea el elemento de unión entre el actor, la directora y yo. La poeta, la mística, la santa, la loca de Ávila, me puso también en contacto con Maiakovski. Siempre anda haciendo amigos a unos y a otros.

Pues eso, en el Castillo de san Jorge, en Triana, hasta el 20 de junio.

domingo, 14 de junio de 2015

El poema de la semana

Lo que en su momento me pareció un tiempo perdido o una desgracia sin fruto ni justificación imaginable se revela después, a veces, en un momento dichoso de lucidez, como lo mejor de mi vida, como aquello que nos salva o como aquello sin lo cual no habría sido posible lo que hoy más valoro o lo que la gente valora en mí. Este poema lo transmite a la perfección.

Náufrago
Errante en las mareas, muy llovido,
rasgado por la furia de los vientos del Sur,
así llegué a tu costa.
Nada más que el color de aquellas playas
era como el viaje de regreso
a una tierra de nadie. Pero yo te perdí,
te perdí en la tormenta y mi velero,
ya no encontraba rumbo ni destino ni nada.
Muy tarde he comprendido aquel naufragio,
por qué los cielos gritan y destrozan las velas,
el mástil, la cubierta, la memoria.
Así llegué a tu costa.
Las hijas del Caribe me han contado
que vives en los bosques y que pronto vendrás
a curar mis heridas.
(Jesús Beades, de Centinelas)

viernes, 12 de junio de 2015

El zafiro negro

El lunes, a las 20:00, en el Círculo Mercantil de Sevilla, en calle Sierpes, presenta su libro El zafiro negro y otros relatos Mario García Muñoz-Seca  y yo estaré allí presentándolo para quien quiera disfrutar de una buena tarde y de un buen libro.


martes, 9 de junio de 2015

Supercamisas griegas

Me he comprado en Grecia tres camisas con superpoderes.

La primera es negra. Cuando me la pongo, me dicen: "Pareces Varufakis".

La segunda es blanca. Cuando me la pongo, me dicen: "¡Qué moreno te has puesto!".

Y la tercera es azul claro. Cuando me la pongo, me dicen: "¡Te has puesto cuadrado!"

La primera me hace ministro; la segunda me regala el sol; y la tercera me ahorra el gimnasio.

Grecia debería explotar los superpoderes de sus camisas para salir de la crisis.

Por cierto, en El cotidiano he publicado un artículo acerca de los persistentes intentos de politizar la figura de Federico García Lorca. Aquí.

Y aquí celebra mi hermano Daniel unas ingeniosas exequias numismáticas que merecen leerse.






domingo, 7 de junio de 2015

El poema de la semana

Las campanas siempre se han llevado bien con la poesía. Los ángeles las tocan para que el poeta despierte y escriba lo que ellas tengan a bien decirle.

Llaman las campanas. Arden
los tejados. Y se apagan
en el cielo los espejos
azules. En la balanza

del sueño y de la memoria
hay campanarios y plazas,
hay golondrinas y sombras
de silencio en las fachadas.

Vuelven las visitas tristes,
vuelve a sonar la campana
de la iglesia. El tiempo es agua.

Yo soy cristal de ventana
de una tarde de domingo
de primavera lejana.
Juan José Vélez Otero

sábado, 6 de junio de 2015

Por qué ese interés en José Antonio

Quiero dar las gracias al Ateneo Jovellanos de Gijón por el trato amabilísimo que me dieron y, sobre todo, al auditorio tan entregado que tuve, las preguntas inteligentes que me hicieron y los dos presentadores que me acompañaron a la mesa: por parte del Ateneo, Luis Rubio, y el editor y poeta Juan Ramón Gallo, que comprendió Rosas de plomo mejor que yo.

Surgió en el auditorio la pregunta acerca del porqué de este interés actual en José Antonio. El señor Valbuena, historiador, apuntó una razón: el hecho de que José Antonio, al contrario que la mayoría de los políticos, no entró en política para medrar o tener dinero y poder (eso ya lo tenía), sino por sentido del deber. Y eso lo hace atractivo en esta época de políticos que suelen hacer lo contrario.

Además de haber creado una derecha social y una izquierda tradicional con el fin de llegar a todo el mundo, creo que José Antonio tiene el encanto de su belleza, su obra intrépida e inacabada, con sus aciertos y errores, y de tener una personalidad y una figura que hoy resplandecen porque son contrarias al actual reino de lo soez y el feísmo. Hoy la princesa del pueblo es la vulgaridad y él es justo lo contrario: un caballero.

Algo bueno que tiene la vulgaridad reinante es que lo contrario resplandece con más fuerza para quien sepa verlo.

Y aprovecho para enlazar aquí la entrevista que me ha hecho Fernando Prieto.

miércoles, 3 de junio de 2015

Presentación de Rosas de plomo y gracias por la camiseta y por el elogio a la tartamudez

Mañana jueves, día 4 de junio, presento Rosas de plomo en el Ateneo de Gijón, a las 19:30. Aquí está la convocatoria.

Y el viernes firmo libros en la Feria del Libro de Madrid, en la caseta de El Corte Inglés.

Y no me quiero ir de aquí sin antes agradecer a mis alumnos de segundo de bachillerato la camiseta negra que me han regalado y en la que han estampado todas las frases que, al parecer, repito mucho en las clases. Helas aquí:

Muy bieeeen
Perdón por el retraso
Cuchibambo
Jugar a los médicos
¡Toma! Un azucarillo
¡Halaa! Pero qué culturón
Que las musas os inspiren
Qué potito, qué potito

Hoy la llevaré a clase en su honor.

Y recomiendo seguir el elogio al tartamudo de mi compañero José Manuel Gómez Fernández, en su cuaderno de bitácora Los mercuriales. En eso también coincidimos: en nuestra simpatía por los tartamudos. Ya era hora de que alguien los elogiara. Gracias José Manuel, porque yo lo soy un poco.

sábado, 30 de mayo de 2015

Viejo malhablado

A veces me pongo, sin querer, en modo iracundo y me descubro lanzando un ultimátum a unos, filípicas a otros y todo salpicado de palabrotas y frases soeces.

Entonces me asusto de la cantidad de burradas que puedo llegar a decir cuando me dejo llevar por esa ira extraña que a veces se apodera de mi discurso interior, y me acuerdo de ciertas personas que, con la enfermedad senil, se volvieron palabroteras y blasfemas y no hay nada que me asuste más que verme convertido en eso, en un viejo malhablado y malhumorado. ¿Acabar mi vida lleno de vejez y de rencor? ¿Descubrir al final que mi verdadero ser, cuando se ve libre del azote de mi voluntad, era así de grosero y zafio?

Solo hay dos cosas que me devuelvan la paz: decir poemas y rezar.

San Juan de la Cruz, Gustavo Adolfo y Federico no saben cuánto contribuyen a salvarme del abismo.

La Virgen y los poetas me salvan todos los días de la parte más fea de mí mismo.

lunes, 25 de mayo de 2015

Mahoma y la decapitación

Ahora que el Estado Islámico ha degollado a cuatrocientas personas en Palmira, aconsejo vivamente este vídeo donde Raad Salam Naamán, árabe cristiano versado en el Islam, explica con quién nos las estamos viendo.

La legitimidad de mentir en nombre del Islam, el desposar a niñas, la afición a degollar, el uso de cristianas y judías como esclavas sexuales, la razón ideológica que subyace en el Islam y, sobre todo, las 255 suras que incitan a la violencia y que, según el criterio interpretativo del Corán anulan, por ser posteriores, a las que hablan de paz, que son menos y anteriores... todo eso lo explica este cristiano perseguido por Mahoma y sus fieles seguidores.

Urge reunir a todos los países de todas las confesiones, incluidos los musulmanes, para detener a esos asesinos.

Si nuestro corazón no se compadece de esos cuatrocientos, si no hacemos algo para impedir que sean más, los muertos somos y seremos nosotros.

domingo, 24 de mayo de 2015

Edurne y Eurovisión

El primer festival de Eurovisión que recuerdo fue ese en el que ganó ABBA, lo que me hizo euroforofo para siempre.

Desde entonces mi vida ha estado jalonada anualmente por esa fiesta de la canción y entre los míos siempre hemos hecho apuestas y todo tipo de cábalas.

Y aunque las votaciones son absurdas muchas veces y amiguistas otras tantas y esclavas de la moda y de tontunas las otras veces que quedan, me lo paso en grande viendo o abucheando lo que cada país envía al festival.

Vimos el festival en casa de unos griegos. Allí se aplaudió mucho a Grecia, Chipre y España. Conchita Wurst disfrutó como un loco volando por el escenario y mostrando treinta trajes distintos. Edurne estuvo magnífica y bellísima, pero ya sea porque España tiene pocos vecinos o porque los que tiene no votan por amiguismos o porque la canción, siendo hermosa, no cayó en gracia, solo obtuvo quince puntos, y quedó en el puesto 21, cuando el Chiqui Chiqui, la ignominia universal, quedó en el puesto dieciséis.

Me encantaron las canciones de Francia, España, Portugal, Inglaterra y, por supuesto, Italia

Portugal ni llegó a la final; Francia sacó solo cuatro puntos; Italia debería haber ganado; e Inglaterra sacó solo cinco puntos. E Italia, magnífica con esos tres cantantes de ópera románticos y bien vestidos, fue la guinda y el arte del festival.


sábado, 23 de mayo de 2015

El Ateneo, el diez y mi nombre

Quiero agradecer desde este cuaderno al Ateneo de Sevilla y, en especial, a su presidente, Alberto Máximo Pérez  Calero, el haberme acogido tan cálidamente en esa casa que honro y respeto, y a todos los que me acompañaron en la mesa: José Manuel Cansino, Javier Compás y José Antonio Martín Otín y, sobre todo, al numeroso y cultivado público que vino allí para conocer y, quizá celebrar, la amistad de Federico y José Antonio.

Entre el público estaban personas como el historiador Fernando de Artacho, el profesor Miguel Cruz y el Loco de la colina,  Jesús Quintero, que me preguntó a qué andaluz actual le pondríamos hoy un diez, y no supe qué responderle. Al día siguiente pensé que, en cuestión de poetas, se me ocurren varios nombres, uno de los cuales estaba allí entre el público y no caí en la cuenta de señalarlo: José Julio Cabanillas.

También me preguntó Jesús Quintero, mi tocayo, por qué me llamaron Jesús. Me desconcertó y me gustó la pregunta (creo que esa es una de las virtudes de Jesús Quintero). Le dije que me pusieron Jesús porque nací en una casa que tenía un pesebre. O al menos eso me dijo un día mi padre.

Es verdad que en la casa donde nací, en la Estación de Cártama, había un pesebre, pero yo nací en la cama de mis padres. Asistieron a mi nacimiento el médico, mi madre y unos cuantos ángeles.

En realidad, creo que tanto a la madre de Jesús Quintero como a mi madre les gustaba mucho el nombre de Jesús. Vivan, pues, nuestras madres.

Llamarse Jesús marca mucho y Jesús Quintero me lo ha hecho ver.

Aquí una reseña que han hecho del acto.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Presentación de Rosas de plomo

Amigos, Rosas de plomo se va a presentar en el Ateneo de Sevilla el 20 de mayo a las 20:00 en el Ateneo de Sevilla.

Me acompañarán en la mesa Miguel Cruz y José Manuel Cansino y me presentará José Antonio Martín Otín.

Todo un honor para mí.

A la luz el uno del otro, Federico García Lorca y José Antonio Primo de Rivera, el Poeta y el Caballero, se despolitizan, se iluminan, se salvan y, a la vez, despolitizan España, la iluminan y la salvan.

Aquí está la convocatoria.

Para quien guste.

lunes, 11 de mayo de 2015

Mis alumnos os regalan estas palabras

Dafne:
Fitorrea: fluido vegetal. "Niña, has despachurrado las frutas. Menuda fitorrea has armado".
Grafónimo: nombre escrito. "Me llaman todos Currito, pero mi grafónimo es Francisco"

Andrómaca:
Autónimo: nombre que se da uno a sí mismo. "Me llamo Robustiano, pero como no me gusta ese nombre, me he puesto un autónimo: Ro"
Metafobia: miedo a lo que viene después. "No tengo miedo a la muerte, sino al más allá. ¿Y si voy al infierno? Estoy metafóbica del todo."

Cleopatra:
Psicoscopio: aparato para observar el alma. "Tengo implantado en el iris un psicoscopio, así que, cuidado, porque, si mientes, me daré cuenta"
Anticacoagonista: especializado en luchar contra el malo de la película. "Bruce Willis es mi anticacoagonista favorito"

Zeus
Pragmatólogo: estudio del lado práctico de todo lo que existe. "Como pragmatólogo te digo que la desaparición de los piojos del ser humano provocaría una catástrofe ecológica inimaginable"

Selene:
Psicotorio: lugar para las almas. "Este claro de bosque es un psicotorio donde se congregan las almas de los suicidas a contarse sus penas"
Teotanasia: morir entre los dioses. "Si pudiera elegir mi género de muerte, elegiría una teotanasia, para morir en brazos de los dioses, como un predilecto"

Atalanta
Cronobio: tiempo de vida. "Doctor, ¿cuánto cronobio me queda?
Anfiteísmo: dioses a ambos lados. "Voy muy animado al combate porque tengo a un lado una valquiria y al otro un ángel que me protegen"

jueves, 7 de mayo de 2015

La desnudez y los hombres primitivos

Hace unos días leí aquí que el hombre de Cromagnon seguramente no se tapaba los genitales y que, si lo hacía, no era por pudor, sino por protegerse del frío.

Ideas como esa (que el pudor, entendido como el sentimiento que nos lleva a taparnos, no es natural en el ser humano, sino cultural; que antes del cristianismo se vivía en una feliz desnudez; que la gente se tapa para protegerse del entorno y no por pudor...)las he leído y oído con frecuencia. Pero pregunto: ¿qué pruebas hay de que eso sea así?

Yo no me atrevo a afirmar que los hombres de hace cien mil años se taparan por pudor y, entonces, ¿cómo se atreven tantos a afirmar que o bien no se tapaban o lo hacían solo por protección?

Creo que hay dos prejuicios subyacentes en ese tipo de ideas: el primero es que el pudor no es natural ni sano, sino una represión de origen religioso; y el segundo es que los hombres primitivos no eran como los de ahora, sino más sencillos o más brutos o menos complicados o qué sé yo.

El segundo prejuicio se viene al suelo si pensamos que los hombres, desde que lo eran, han sido igual que los de ahora: había espíritus delicados y poéticos, había asesinos en serie, había aprovechones, había fanfarrones, risueños... Y todos los comportamientos que hoy se nos puedan ocurrir se daban también entonces, mutatis mutandis.

Entonces, si los hombres primitivos son iguales que nosotros, el primer prejuicio también se viene al suelo: ¿la única razón por la que nos tapamos es para protegernos del medio ambiente y porque es una imposición cultural? Sin negar que esas razones también cuentan, ¿no hay también en el hecho de cubrir nuestro exterior un legítimo deseo de no mostrar nuestro interior? ¿Taparse no es también una manera de decir que las partes de uno mismo que uno va a usar en su relación con los demás son las que están sin tapar? ¿No es el pudor una consecuencia del hecho misterioso de que en cada cuerpo habita una presencia íntima que no se agota en la visión del cuerpo? ¿No es el pudor, en fin, un rasgo exclusiva y finamente humano que dignifica nuestro cuerpo y lo libra de ser meramente un objeto?

lunes, 4 de mayo de 2015

Hombres, perros y cipreses en una discusión

En cierta ocasión una persona me dijo:

-Yo creo que en el mundo habría que hacer dos países: los que no quieran poner freno a la superpoblación, que se queden superapretaditos en su país. Y los que queramos vivir con poca gente y muchos arbolitos, en otro.

Y yo le dije:

-Si somos muchos en mi país, nos iremos al tuyo.

-Pero no os dejaremos entrar.

-Entonces habrá guerra.

Y creo de verdad que la habría, porque, a partir de ese momento, nuestra conversación dejó de ser conversación y pasó a ser una discusión, a la que se añadió alguien a quien no le gustaba mi defensa de la gente hasta el punto de no impedirles la tremenda facultad de engendrar libremente a otra persona.

-Es que tú das por hecho -me dijo- que todos tenemos que compartir tu visión según la cual el ser humano es más importante que, por ejemplo, mi perro o un ciprés.

La verdad es que sí, esa es exactamente mi visión. Sentí la tentación de responderle algo así como: "Oye, no me insultes diciendo que yo valgo lo mismo que tu perro". Pero, para no personalizar, dije algo así como: 

-Existir sabiendo que se existe, como el ser humano, es un grado de existencia superior a existir sin saberlo.

Y entonces otra persona intervino en la conversación y me soltó la siguiente perla:

-¡Qué bien estáis los creyentes viviendo entre verdades absolutas! 

Me pilló tan de improviso su velada acusación de fundamentalismo, que no supe qué responder. Para empezar, no estábamos allí hablando de religión. Es habitual entre algunos el creer que cualquier opinión emitida por un creyente es válida solo para los creyentes, mientras que las suyas son objetivas y universalizables. 

Por otra parte, creo que el fundamentalismo estaba en esa persona, porque tenía la completa seguridad de estar en lo cierto y, por eso, me acusaba, mientras que yo tengo que sostener mis creencias religiosas mediante un acto de fe, sin seguridad alguna de estar en lo cierto.

Hace tiempo habría sido descabellado igualar en valor a un perro y a un ser humano, pero ya no solo empiezan a oírse afirmaciones tales en gente cultivada, sino que, además, muchos de los que sostienen, insultándome, que valgo lo mismo que un perro son más fanáticos que los que defendemos que ser humano es lo más grande que se puede ser en el universo.

Y aquí, en El imparcial, hablan de Rosas de plomo

miércoles, 29 de abril de 2015

Noticias

1. Ya están floreciendo los jacarandás en Sevilla. Las musas están más generosas y hay que tener la casa limpia para que se animen a visitarla con su cortejo de faunos, ángeles y valquirias.

2. Hoy el poeta Juan Andivia presenta Hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas aquí. En este mundo de prisas y agobios, recomiendo reservar un buen rato para su poesía y para la música con que nos agasajará.

3. Alejandro Luque me ha entrevistado a propósito de Rosas de plomo aquí y el fotógrafo tuvo una buena idea

4. Me dice mi Detector Onírico (una aplicación que me he bajado en el móvil) que ha aumentado el número de sueños erótico-poéticos, y que es muy probable que más de una persona haya soñado con usted algo que no le puede decir, pero que le dejó buen sabor de boca.

5. Por último, no olviden ustedes que hoy es el día de santa Catalina de Siena, una mujer valiente y buena cuya tumba he tenido el gusto de visitar y honrar. Tuvo el valor de cantarle las cuarenta al papa y llevárselo de Aviñón a Roma.

domingo, 26 de abril de 2015

Notas atenienses

He estado en Atenas y la he encontrado muy cambiada y para bien. Las nuevas líneas de metro y las nuevas calles peatonales han hecho fácil y cómodo moverse por la ciudad. No me he encontrado con la miseria que los medios a veces han cacareado para que los españoles no nos sintamos los últimos de la cola.

Por desgracia, Atenas es el paraíso de los graffiteros. En vez de pintarse lo que yo me sé, se dedican a afear todas las fachadas de la ciudad. Según una amiga griega, Tsipras los ha envalentonado.

Pregunto a mis amigos griegos qué opinan de la reclamación de una indemnización a los alemanes por el daño causado por los nazis. He aquí tres opiniones distintas: 

-"Nos lo deben y, ahora que ellos nos reclaman lo que no podemos pagar, es el momento de hacerles ver que no están en condiciones de exigir·"

-"La indemnización no la pidió el gobierno griego en su momento y ahora ya es tarde"

-"No me parece inteligente cabrear a los alemanes en un asunto en el que son tan sensibles, ahora que necesitamos que nos den unas condiciones más ventajosas".

Los turistas no siempre muestran el decoro suficiente cuando se fotografían con los soldados (¡y qué soldados!) que hacen guardia ante la Tumba al Soldado Desconocido. Uno echa en falta en España algo similar, sin alardes ni complejos.

El nuevo museo de la Acrópolis es impresionante. Ahora el Museo Británico no tiene excusas para no devolver a Atenas lo que le pertenece.

Tomar en la terraza del museo un frapé con esas vistas es un auténtico lujo.

Me parecieron caros los supermercados y baratos los restaurantes. No entiendo muy bien esa contradicción.

Para vuestra información, el mar Egeo sigue siendo tan cristalino y manso como siempre. 

Allí hemos visto a viejos amigos y he heredado una colección de sellos magnífica. Los sellos de los países árabes que ahora sufren la bota del fundamentalismo eran bastante alegres y occidentales el siglo pasado.

Eso sí, en el aeropuerto de Atenas un policía me debió ver cara de sospechoso terrorista (y eso que tuve la precaución de ir bien afeitado y bien vestido) porque me escogió de entre una multitud para pedirme la documentación.

Y aquí me entrevista Pedro Ingelmo para el Diario de Sevilla sobre Rosas de plomo.