jueves, 17 de diciembre de 2015

Mary, did you know?

La Navidad es para mí una fiesta entrañable, donde el mundo se hace joven, yo niño y todas las personas más amables. Así la viví en mi infancia y así la sigo viviendo.

Cierro los ojos y me veo como un personaje del belén que montaba mi madre. Tan pronto era yo un soldado romano como un pastor con una oveja al hombro. Pero lo que más me gustaba era ser uno de los ángeles que venía de las más altas estrellas a esta esfera azul y sabía del universo cosas que ni los científicos más sabios sospechaban.

Siempre sentí con el niño Jesús mucha sintonía, porque me llamo como él y además en la casa en que nací también había un pesebre.

Os deseo a todos que algo de esa alegría pura, infinita, inocente de la niñez os toque un poquito y os embellezca.

Y os dejo con este hermoso villancico.

martes, 15 de diciembre de 2015

Feliz Navidad

El domingo estuve con unos poetas y sus cónyuges comiendo en un restaurante con unas vistas impresionantes. Y, a la hora de la sobremesa, las chicas de la mesa de al lado se pusieron a cantar villancicos. Tenían un guitarrista y eran todas guapísimas y con unas voces tan bonitas y aflamencadas como ellas. Crearon un ambiente festivo y de hermandad que el vino y el humo del tabaco (que el dueño del restaurante permitió porque la ocasión lo merecía) hacían más puro y misterioso.

Me pareció que aquel arranque de música y de alegría improvisadas era algo muy propio de aquí. Más de un guiri habría pagado por ver algo tan auténtico.

Esa alegría navideña me acompaña desde niño y estas muchachas nos la inyectaron en vena para varios siglos.

Feliz Navidad a todos.

Arriba hay una estrella para quien se encuentre perdido.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Velázquez, Guadalupe, Cártama, Czestochowa

Me figuro que, de estar en un templo y no en un museo, el Cristo de Velázquez tendría muchos más devotos que críticos de arte. Pero el caso es que a menudo las imágenes religiosas que más devoción suscitan entre los fieles ni tienen autor conocido ni son siempre las mejor consideradas desde el punto de vista artístico. La Virgen de Czestochowa, en Cracovia, o la Virgen de los Remedios, de Cártama, mi pueblo, son un buen ejemplo de ello.

Diríase que lo que mueve a la devoción no coincide siempre con lo artístico.

Pero con la Virgen de Guadalupe se rompen todos los esquemas, porque no solo es anónima y mueve más que ninguna a la devoción, sino que además es bellísima. Más que bellísima, es inefable, como si la hubiera pintado un querubín o fuera una instantánea en la pupila del arcángel san Gabriel cuando la Anunciación.

Hoy rindo tributo a la Doncella mestiza de América.

lunes, 7 de diciembre de 2015

No ofende la religión, sino la idea de que la religión ofende

Alegan algunos que habría que celebrar una Navidad exenta de cristianismo para no ofender a las minorías ateas o de otras religiones. Si yo formara parte de esas minorías, lo que me ofendería es que alguien pudiera pensar que me voy a ofender por eso. Es más, yo interpretaría ese gesto como una debilidad en sus convicciones que me animaría a manifestar sin pudor las mías. Total, como ellos no están convencidos de las suyas, no se molestarán por las mías, es más, las mirarán con simpatía, porque proceden de una minoría.

Eso es exactamente lo que está pasando en Europa. Noticias como esta son cada vez más frecuentes.

Ahora veo pocos niños vestidos de pastores en Navidad yendo al cole, pero lo que sí veo es muchos niños en el cole vestidos de vampiros y de otros monstruos indeseables el día de los difuntos.

sábado, 5 de diciembre de 2015

El poema de la semana

Ahora que vienen los fríos, nos llega también esta golondrina. ¿Qué tendrán los pájaros que tanto han inspirado a los poetas? Lo que no sé si en este poema lo que llega al poeta es una golondrina u otra cosa tan bonita como ella.

Feliz Puente de la Inmaculada.

Súbita golondrina
Llegó una esperanza,
como una golondrina adelantada,
antes de cesar el hielo,
y era un prodigio.
Mas sólo voló un instante,
cual un relámpago en la nieve,
y cayó muerta. ¿Cómo entierro
yo, ahora, una esperanza,
tan pequeña y con corbata roja?

(José Jiménez Lozano)

jueves, 3 de diciembre de 2015

Sobre José Antonio y Federico

Gracias al periodista Adriano Luciani por su amable y atenta reseña de Rosas de plomo aquí.

Viendo el panorama político español actual y sin simpatizar con la primera etapa filofascista de José Antonio (permítanme los joseantonianos que me cubra las espaldas con esta afirmación, tal como están los tiempos), comprendo cada vez mejor la fascinación que en la vehemente España de la República ejercía la figura de aquel caballero guapo, elegante y audaz que, en vez de pasar su vida galanteando en los salones, se metió a salvar a España como si fuera su novio.

Los que ahora se presentan como salvadores de España no son tan guapos ni tan valientes ni tan caballeros ni tan generosos.

Y tampoco hay escritores que amen a España con ese descaro y esa naturalidad con que la amaba el Poeta, Federico García Lorca. El caballero la amaba como a una novia y el Poeta como a una madre.

Nos haría falta otro Federico que cantara como un ruiseñor en esta España tan poco orgullosa de sí misma.