martes, 19 de febrero de 2019

Imbroda y la libertad de expresión, desde mi instituto, el IES Martínez Montañés

Antes de fin de curso vino a mi instituto la antigua consejera de educación de la Junta a presentar unos vídeos sobre el acoso escolar. Cantó las excelencias de una enseñanza igualitarista en un lenguaje plagado de hombres y mujeres, padres y madres, concienciados y concienciadas y un cansino etcétera.

Poco después de su visita anunció que retiraría la dotación económica al Bachillerato Internacional que mi instituto tiene el honor de impartir para los alumnos más estudiosos que yo he conocido jamás.

El consejero Imbroda (aquí) ha venido también a mi instituto, pero para hacer lo contrario: anunciar que apoyaba el Bachillerato Internacional y que lo quería extender a toda Andalucía.

En un gesto que lo honra y que la anterior consejera no tuvo, entró a la sala de profesores a saludarnos y atender nuestras peticiones. Yo, por miedo a que se fuera, fui el primero en hacer una (desde aquí le pido otra vez disculpas por el asalto). Le dije que los profesores, sobre todo los que elaborábamos manuales educativos, estábamos un poco cansados de la obligación de utilizar ese lenguaje supuestamente inclusivo que, además de cansino e introducir una diglosia absurda e ideológica, va contra el principio de economía del lenguaje, no enriquece el discurso ni es elegante; le dije que el lenguaje que nos enseñaron con todo cariño nuestros padres era ya de por sí inclusivísimo y que las "recomendaciones" que la Junta imponía en el lenguaje a los profesores, manuales de enseñanza y documentos oficiales era en la práctica una censura previa, porque el texto no pasaba la aprobación si el lenguaje no se adecuaba a esa obligación ideológica de utilizar un lenguaje tan feo.

Y el consejero aseguró ante todos que esa obligación iba a desaparecer y que él era el primero en considerarla absurda. Así que, amigos del idioma, ¡os doy la gran noticia!: desde la máxima instancia educativa de Andalucía existe el compromiso y la voluntad de dejarnos hablar a cada uno como quiera, como ocurre en las auténticas democracias.

Gracias, consejero Imbroda, por devolvernos la libertad de expresión.

lunes, 11 de febrero de 2019

Mejor aceptar el cuerpo que transformarlo en otra cosa

Está claro que la ablación del clítoris que se practica en algunos países islámicos es abominable. Pero ¿solo lo es porque es involuntaria? Si una mujer libremente y con mayoría de edad, por sus ideas religiosas, quiere realizarse esa horrible e irreversible amputación, ¿debe la ley facultar a los médicos para hacerlo? ¿No es más sano ayudar a la mente a aceptar el cuerpo que cambiar el cuerpo para que la mente lo acepte?

A mí me parece que la mutilación de un miembro sano, sea por razones culturales o de disforia de género o de cualquier otro tipo, es reprobable en sí misma, y me horroriza que la sociedad y la ley bendigan esas prácticas quirúrgicas en vez de poner todo su empeño en ayudar a esas personas a resolver sus problemas de identidad sin autodestruirse a sí mismas, sin infligir tales castigos a su propia condición humana, sin verse abocadas a construir su propia personalidad a costa de negar y deformar el cuerpo con que la vida los ha bendecido.

Aquí os pongo un vídeo de un caso menor, pero ilustrativo de lo que digo: una mujer que era rubia y que se operó no sé cuántas veces para parecerse a Pamela Anderson decidió luego gastarse la fortuna, la salud y la belleza que le quedaban en ser negra. El resultado es desastroso.


lunes, 4 de febrero de 2019

Gimnasio con nombres en inglés

Estuve el curso pasado en un gimnasio y les hice la sugerencia de cambiar los nombres ingleses que daban a muchas de sus zonas y actividades por otros en español, no solo porque es más fácil pronunciarlos y entenderlos para los que no saben inglés, que son legión, sino porque el español lo hablamos muchísimos millones de personas y ya es hora de que sea una lengua que genere prestigio, riqueza y contenidos de valor. Un producto no es de menos calidad porque esté en español. Ya es hora de librarse de complejos tontorrones.

En vez de "Zona Kids", ¿por qué no "zona infantil" o "Sala para niños" o algo así? ¿Por qué "Go fit" y no "Ponte en forma"? Y daba risa oír a algunas bocas decir que iban a clase de "body strength". ¿Tan descabellado habría sido decir "Fuerza corporal" o "Cuerpo y fuerza" o, si nos ponemos imaginativos, "Chicha y brío" o clases "Vigorízate", etc? ¿Por qué pull-up en vez de dominada y squat en vez de sentadilla? ¿Qué demonios les pasa en el oído a los que prefieren decirlo en inglés cuando en español todos lo entendemos mejor?

El día en que nazca un gimnasio con buenas instalaciones y buenos monitores donde todo esté en español, decídmelo, que me vuelvo a apuntar.