lunes, 11 de febrero de 2019

Mejor aceptar el cuerpo que transformarlo en otra cosa

Está claro que la ablación del clítoris que se practica en algunos países islámicos es abominable. Pero ¿solo lo es porque es involuntaria? Si una mujer libremente y con mayoría de edad, por sus ideas religiosas, quiere realizarse esa horrible e irreversible amputación, ¿debe la ley facultar a los médicos para hacerlo? ¿No es más sano ayudar a la mente a aceptar el cuerpo que cambiar el cuerpo para que la mente lo acepte?

A mí me parece que la mutilación de un miembro sano, sea por razones culturales o de disforia de género o de cualquier otro tipo, es reprobable en sí misma, y me horroriza que la sociedad y la ley bendigan esas prácticas quirúrgicas en vez de poner todo su empeño en ayudar a esas personas a resolver sus problemas de identidad sin autodestruirse a sí mismas, sin infligir tales castigos a su propia condición humana, sin verse abocadas a construir su propia personalidad a costa de negar y deformar el cuerpo con que la vida los ha bendecido.

Aquí os pongo un vídeo de un caso menor, pero ilustrativo de lo que digo: una mujer que era rubia y que se operó no sé cuántas veces para parecerse a Pamela Anderson decidió luego gastarse la fortuna, la salud y la belleza que le quedaban en ser negra. El resultado es desastroso.


8 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:

creo que la cirugía es un buen invento en líneas generales. Gracias a ella una persona con la cara quemada puede volver a mirarse al espejo sin sentir el horror de ver cómo su rostro era una masa informe; esa señora mastectomizada puede sentirse de nuevo "mujer"; ese niño con orejas de soplillo deja de ser despiadadamente tachado de "dumbo", etc, etc.
Por otro lado, hay gente (actores, sobretodo) que viven de su cuerpo o para los que el cuerpo y la cara es muy importante y acuden a la cirugía. No siempre los resultados son los mejores desde luego (Meg Ryan tenía una cara muy graciosa y ahora se parece al payaso de Batman) y hay casos absolutamente patéticos (el de la señora del vídeo o el de Camilo Sesto), pero allá cada cual. A mí me gustaría hacerme una "ojeraplastia", pero no lo haré porque me supera el miedo a una operación no necesaria. Supongo que todos querríamos corregir algún defecto de la naturaleza.
Me parece muy necesaria una terapia para aceptarse a sí mismo, pero, nadie acepta nunca sus defectos. Vivimos con ellos y nos resignamos.
Por otro lado está la cirugía de cambio de sexo, que también me parece una buena herramienta al servicio de la felicidad de una persona. Hay gente que no se siente identificada con su cuerpo y sufre. Si la medicina puede reparar esa jugarreta ¿por qué poner objeciones?
Y, por último, están las cirugías de los excéntricos. Ésos sí deberían seguir varios cursos de terapia, para inculcarles un poco de sensatez. Me refiero a esos que se recortan las orejas para parecerse a los elfos, los que se cortan la lengua para parecer serpientes, a las que se ponen unas tetas imposibles.

En cuanto a su primera pregunta, sobre si es "punible" que una mujer decida hacerse la ablación del clítoris. Una cosa es la imposición (punible a todo implicado) y otra cosa es que sea decisión de la mujer, pero mucho me extrañaría que una mujer que haya conocido el sexo decidiera hacerse tal mutilación.

En fin, para gustos, los colores, desde luego; pero ¡bendita cirugía!

25 neutonios operativos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, bendita salud más que bendita cirugía. Si algo tiene de bendita la cirugía es si nos devuelve la salud perdida. Si no, ¿qué tiene de bendita?

Aquí discrepamos usted y yo en una cosa: yo considero no solo absurdo sino punible que un profesional de la medicina se preste a una mutilación de un miembro sano. Eso lo veo reprobable aunque sea voluntaria. Un mal es un mal, por muy libremente aceptado que esté. Esa es mi opinión. Si dos personas deciden matarse mutuamente y sin coacción, también me parece mal. Esa es una diferencia grande entre su opinión y la mía respecto a las mutilaciones voluntarias. Para mí un acto es malo independientemente de que se haga con coacción o sin ella (con coacción solo es más grave).

Respecto a las operaciones de sexo, me faltan elementos de juicio para opinar, así que, aunque me parece mal que un médico mutile y esterilice a una persona, no tengo aún muy claro que opinar al respecto. Tendría que leer más sobre el asunto.

En lo demás, de acuerdo con usted.

25 neutonios benditos.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
si nos preguntamos si la cirugía es buena o mala no podríamos responder con un sí o un no tajantes porque no sabemos el alcance ni las repercusiones que tendrían una postura o la contraria. Lo lógico es que respondiéramos con un depende, que nos lleva a examinar cada caso y a intentar agruparlos.
Extirpar un órgano que no tiene recuperación y que puede producir más enfermedades o la muerte es lo adecuado.
¿Modificar un órgano es lícito o no? Valga el ejemplo de las orejas de soplillo y el de las orejas puntiagudas para parecerse a un elfo, hada, gnomo o cualquier criatura fantástica. ¿Por qué en un caso es lícito, legal, justo o no punible y en el segundo caso sería lo contrario?
Creo que la palabra "mutilación" ( Cortar o cercenar una parte del cuerpo, y más particularmente del cuerpo viviente, según la RAE) tienes unas connotaciones negativas que nos hace pensar en torturas y sadismos de toda índole, y no creo que sea éste el caso que nos ocupa.
Yo creo que, (con todas las posibles salvedades) una cirugía consentida que no implica muerte o menoscabo de funciones vitales no tiene por qué ser mala, ilícita, ilegal o punible. Habría que examinar cada caso, supongo.
El caso de la ablación del clítoris es especialmente triste y repugnante porque es una imposición. Ya le repito que me cuesta creer que una mujer que haya gustado del sexo, libremente, decida hacérsela. Estoy seguro de que ninguna lo haría.
Sobre el cambio de sexo, yo tampoco he leído nada o casi nada, pero creo que cuando una persona da ese paso, es porque ha sufrido mucho al verse "atrapada" en un cuerpo que considera el apropiado. Si va a ser más feliz ¿por qué impedirlo?
El caso de la esterilización también es peliagudo, sobre todo porque tiene resonancias hitlerianas, pero no quiero abordarlo porque es muy complicado y necesitaría muchas palabras para que no se me malinterpretara.
Cuando leo "mutilación voluntaria" no pienso en alguien que se quite un pie, o un ojo, sino en alguien que quiera modificar partes de su cuerpo. Ya le digo, habría que ver cada caso.
Gracias por responder.
25 neutonios completos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, el asunto es complejo. Solo una salvedad a lo que usted dice: habría que hacer un estudio para ver si de verdad todos los que se han mutilado y esterilizado para cambiar su apariencia sexual están realmente contentos de haber dado ese paso irreversible.

Pero, como usted dice, habría que ver cada caso.

25 neutonios naturales

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
todo lo que tenga que ver con las personas es complicado. ¡Y eso sin escarbar!
Supongo que ese estudia vendría muy bien. ¡Esperaremos a que algún psicólogo lo haga!
He seguido pensando en todo lo que usted expone y me ha venido a la cabeza una relación entre lo que usted expone como "mutilaciones" y lo que la iglesia llama "penitencia". ¿No se podría también interpretar que atentan contra su cuerpo los que se desuellan las rodillas peregrinando, los que se levantan la piel flagelándose o los que se hacen sangran con cilicios?
25 neutonios corpóreos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, me está haciendo usted también pensar.

Habría que definir en qué consiste atentar contra el cuerpo. ¿Hacer cualquier cosa que le cause dolor y le disguste? En ese caso ponerse a estudiar en vez de tumbarse a la bartola sería atentar contra el cuerpo. Yo creo que lo que hacen los penitentes, los yogis, los fakires y todos los que por razones religiosas o filosóficas o deportivas fustigan su cuerpo o lo someten a pruebas como ayunos, penitencias o pruebas excesivas no es atentar contra su cuerpo, sino ponerlo a prueba, utilizar su propio dolor como una purificación o un autoconocimiento, para saber a dónde son capaces de llegar o para entrar en contacto con lo divino o lo cósmico o lo que sea. Todos esos casos los veo distintos de la mutilación, donde el cuerpo no es puesto a prueba, sino negado, eliminado.

Por otra parte, creo que lo que lo reprobable no es que alguien desee mutilarse (eso más bien es triste y absurdo) sino que otro se preste a hacérselo y la sociedad lo apruebe y lo bendiga.

25 neutonios corporales

reyvindiko dijo...

Muy interesante todo lo que decís. Un apunte sobre el vídeo: si habéis visto cinco minutos de él, no sé si os habrá llamado la atención que el público acepta impresionado, pero sin protesta, todo lo que la muchacha se había hecho, sin embargo cuando dice que se siente negra se lía el taco, les parece inaceptable. Siendo más fácil cambiar de raza que de sexo, ¿cómo que aceptamos lo segundo y no lo primero? Aquí sin ir más lejos hay gitanas que se han escandalizado por el gitanismo de Rosalía sin una genética calé que la exculpe.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Reyvindiko, no había caído yo en la cuenta de la observación. Creo que la respuesta es que se ha impuesto una autocensura en el asunto del cambio de sexo, pero la gente muestra su auténtica opinión en los demás cambios. Por cierto, también es curioso que el público no acepte con facilidad que ella se sienta negra: ¿no es más fácil sentirse algo que ser algo?