sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

Ah, qué placer el del improvisado garito subterráneo con los amigos y salir con la gabardina oliendo a humo y gambones de haber apoquinado cada uno cinco euros, después de haber arreglado el mundo y conspirar contra el sistema gracias al sistema... Ahora entiendo esos lazos tan fuertes que hermanaban a aquellos anarquistas que conspiraban en conciliábulos de garitos ilegales y escondidos.

He salido de un garito cuyo anfitrión me aprecia un montón. Él brinda por el solsticio de invierno y yo por la Navidad. En otras épocas la gente se mataba por eso, pero el vino con que brindamos permite eso y más... Con razón Cristo lo eligió para convertirlo en su sangre.

Por todo ello, ¡feliz Navidad a todos, amigos míos! Que la Estrella de Belén os traiga en su ráfaga ese regalo que estáis deseando.



Y si lo queréis traducido

http://www.youtube.com/watch?v=etnkollrvZc

lunes, 19 de diciembre de 2011

Ex corde

1. Una vez mi hermano Alfonso se peleó con otro para defender mi honor. Los recuerdo a los dos enzarzados y en tablas. Creo que esa ha sido la única vez que mi  hermano se ha peleado, y lo hizo por mí. Recurrió al último recurso de la violencia por una palabra ofensiva que contra mí se dijo. Gracias, Alfonso.


2. Un domingo por la noche necesitaba yo entregar un dibujo con acuarela para el cole y no había pinceles en toda la casa. ¡Lo que lloré! Mi madre me cortó un mechoncito de pelo, lo sujetó, creo recordar, con hilo entre varios palillos de dientes y me hizo el pincel más original y bueno del mundo. Gracias, mamá.


3. En tercero de carrera suspendí el examen de indoeuropeo. Aquel fue mi primer suspenso y me hundió en la miseria. Me armé de valor y fui a llorarle a don Alberto Díaz Tejera, el catedrático, que Dios tenga en su gloria, aunque me merecía el suspenso sin duda. Y entonces, contra toda esperanza, ¡me aprobó! Gracias, don Alberto.


4. Entre los papeles que iba a tirar este verano he salvado una misteriosa tarjeta blanca que me dice: "Gracias, Jesús, por estas rosas tan frescas". Y no recuerdo quién pudo escribirme eso, cuándo ni por qué. Pero me ha llenado de orgullo que alguien me agradezca algo tan hermoso. Gracias a la persona que me agradeció las rosas, sean estas lo que sean.


5. Cuando era estudiante y me hacía falta dinero, el director de mi colegio mayor me rogó que le tradujera ciertos artículos de biología del alemán, lengua que yo estudiaba en la fácul. Yo dije que sí con tal de ganar un dinerillo. Mi traducción fue penosa, porque resulta que, mientras que todas las lenguas europeas utilizan en las ciencias palabras de origen latino y griego, ¡el alemán no!, porque las pasa a raíces germánicas que hay que buscar en un diccionario de los que un estudiante no se puede pagar. Aun así el director me pagó la, digamos, traducción. Gracias, director.


Ex corde. En su momento no me di cuenta del gran favor que me hacían y no lo agradecí o bien no lo agradecí lo bastante. Nunca es tarde para dar las gracias, aunque no le lleguen a nadie.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Patricio va a ser padre

Será varón y se llamará C. Wisdom. Patricio me ha pedido para él un carrito de bebé. Y en mi parroquia, Nieves, que es un sol, ya me ha encontrado uno y quizá una cuna y ropita de bebé. Cuando se lo dije a Patricio, me regaló un rosario y un God bless you. Pero yo estoy más feliz que él, porque me he sentido como un rey mago llevándole un regalo a un niño que va a nacer en diciembre o enero, según me ha dicho el padre.

C. Wisdom, que los Reyes Magos te traigan una España próspera y generosa, donde puedas encontrar amigos, amor y trabajo; que heredes la simpatía y la bondad de tu padre; y que te quieran mucho los tuyos y los no tan tuyos para que tú los quieras más.

Y si alguien vive por aquí en Sevilla y tiene en casa cosas de bebé con las que no sabe qué hacer, que me lo diga, que Patricio lo necesita todo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La tonadilla que se te mete en la cabeza

Hay mañanas en que me despierto con el estribillo de la canción más tonta en la cabeza y no se me va de ella en todo el día. A lo mejor estoy dándole vueltas a las clases que voy a dar ese día, y sale Massiel con todo su coro cantándome:

Vamos al Noa, Noa, Noa....
Noa vamos a bailar.

El estribillo del día podía haber sido el Aleluya de Haendel o el Ave, verum corpus de Mozart. Pero no. Resulta que es el Noa Noa o el I wanna dance with somebody who loves me, que son además dos canciones que ni oigo a menudo ni me gustan. Y las neuronas se me ponen a tararearlas mientras friego los platos o cuando voy en bici o incluso cuando filosofo con los amigos.

Digo yo que, con la cantidad de versos de buenos poetas y la cantidad de máximas latinas que me sé de memoria, ya podía ser un verso de san Juan de la Cruz o una máxima de Séneca la que me acompañase el resto del día, y no el éxito del verano.

Yo creo que este martilleo musical tiene que cumplir alguna función vital. A lo mejor las neuronas se dicen entre sí: "¡Chicas, a ver qué nos ponemos a cantar hoy para que nuestro patrón, que es obsesivo, compulsivo, depresivo, no nos salga por los cerros de Úbeda!" Y, hala, se me ponen flamencas.

Por favor, neuronas de mi alma, de mi corazón y de mis entretelas, hoy deposito en vuestra ara bioquímica unas rosas frescas para que mañana, si lo tenéis a bien, me despertéis con la música de las esferas o con un verso maravilloso, que hace meses que no escribo poesía.

martes, 6 de diciembre de 2011

Aforismos de colores (XXXI)

MORALES
1. El malo prefiere ser temido a amado, porque las demostraciones de fuerza le cuestan menos que las de amor.
2. Cuando el río suena, alguien lo está removiendo.

POLÍTICOS
3. El poder es propio en Dios e impropio en el hombre, que tarde o temprano tendrá que rendir cuentas de su uso.
4. En una sociedad libre, la rebeldía contra el sistema es el disfraz de la violencia o del resentimiento.

EXISTENCIALES
5. Vivir consiste en pedirle demasiado a la vida.
6. Hay cosas que de puro bonitas nadie cree que sean verdad.

VERDERONES
7. Muchos quieren divorciarse para acostarse con muchas; y muchas se acuestan con ellos para convertirlos en maridos.
8. Lo malo del culturismo es que uno crece por todas partes menos por el pito y por la inteligencia, que son las partes más importantes de un varón.


LITERARIOS
9. En las malas novelas cabe todo. En las buenas, también, pero todo encaja.
10. Aprende a escribir bien, para estar a la altura de la belleza o de la verdad que nos quieres confiar.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

De la infancia a Eros

La felicidad de la niñez es intensa, plena, inconsciente, misteriosa, como un poema de amor feliz, una hoguera que, si ardió bien, nos acompaña viva en el corazón hasta la muerte, donde aflora.

Muchas veces me pregunto qué fue lo que acabó con ella y, entonces, surge en mi recuerdo como respuesta la irrupción de lo sexual en mi niñez. Eros es la manzana prohibida que a la entrada de un bosque oscuro tuvimos que morder para que abandonáramos el jardín de aquella dichosa “fábula de fuentes”.

Los amigos de mi pandilla, más adelantaíllos que yo, comenzaron,a interesarse por las niñas no para jugar al mate o al pilla pilla, sino para jugar a los médicos. Me di cuenta el día en que vinieron las Pepis al pasaje donde nosotros jugábamos. Mi recuerdo las hace trillizas, porque eran igual de altas, de nuestra edad, tirando a rubias y poco agraciadas y, según me dijeron, muy “putas”, cosa que, por lo visto, significaba que, a diferencia de nuestras amigas, se dejaban tocar por todos los niños. Las recuerdo allí, en medio de nosotros, sonriéndonos mientras las mirábamos con curiosidad. Se sentían deseadas, valoradas, pero eran solo fáciles. Y los cuatro o cinco más audaces o con más ganas se metieron con ellas en un local abandonado y oscuro del pasaje.

Desde entonces Eros se adueñó de casi todos los amigos del pasaje, menos de mí y de dos o tres más, que aún éramos impúberes. Del blanco pasaron al rojo. Ya no les interesaba bajar a jugar a lo de siempre, sino que ahora les gustaba jugar a las prendecitas, para tontear con las niñas, a un juego que se llamaba “atrevimiento, beso, verdad” y, sobre todo, a pedirnos el tocadiscos portátil de mi casa para bailar música lenta con las niñas en el pasaje. Ya no eran niños libres y despreocupados, sino adolescentes que se enamoraban, sentían la soledad del cuerpo y la necesidad de la unión, reían por enamoriscamientos y lloraban por desenamoramientos. La edad del juego feliz había terminado.

Eros fue una gran ganancia que me hace tocar las estrellas. Pero también fue una gran pérdida, porque antes de él no las tocaba: las tenía todas en el bolsillo.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Un jamacuco y unos guantazos bien dados

Tres jamacucos he tenido en mi vida. Los dos primeros en ayunas y el tercero fue el lunes pasado.

Resulta que, a eso de las ocho de la tarde, merendé un plátano y me fui en bici al curro. Y mientras hablaba con unos compañeros en la puerta del insti, empecé a marearme. Y para disimular les dije que tenía que hacer unas cosas y, dando tumbos, me dirigí a la sala de profesores. Lo último que recuerdo es que me senté en un sillón.

Durante el medio minuto de inconsciencia tuve un sueño opresivo que es difícil poner en palabras porque se trataba más de un sentimiento que de unos hechos. Yo quería escribir algo muy importante de lo que dependía algo más importante todavía, no sé si mi vida o mi salvación o el gran libro de mi vida, pero no encontraba las palabras no ya para escribirlo, sino para expresar qué es lo que en concreto quería hacer. El mundo a mi alrededor era pastoso, negro, pesado y me iba cercando con asfixia y oscuridad. Por un momento pensé que me estaba muriendo. Si la muerte o el Alzheimer o estar en coma es esa angustia de querer comunicarse con el mundo y no poder, me propongo desde hoy rescatar con amor y luz, en lo que pueda, a los que se encuentren en ese pozo.

Me despertaron a guantazos y yo no recordaba dónde estaba y sentía un malestar insoportable que no era dolor concreto alguno, pero que era peor que un dolor. Mis compañeros se portaron como quienes eran: compañeros y amigos, solícitos, amables, sin presionar ni asustar. Me dieron un caramelo, una coca cola y palabras de aliento. Gracias de todo corazón. Y gracias a mis alumnos, que se han mostrado muy preocupados por mí.

Y, sobre todo, gracias, compañero Fernando, por los guantazos. Los mejores que me han dado en mi vida.

La doctora me hizo el jueves pasado todo tipo de pruebas. No tengo la tensión alta ni problemas de corazón. Me preguntó con insistencia si tomaba drogas o sustancias con hormonas (me debió de ver cara de drogata compulsivo). Yo le dije que era adicto al amor y a la poesía. Y ella me dijo que muy bien, pero que sin estrés. Y me ha mandado un análisis de sangre que tengo que llevar al neurólogo, para descartar la posibilidad de una epilepsia.

Por las tardes seguiré yendo al insti en bici, pero, en vez de merendarme un plátano, me meteré entre pecho y espalda un bocata de jamón serrano.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Aforismos XXX y natalicio XLIV

1. En algunos trabajos ser honrado es ser heroico.

2. Has recibido regalos grandes y altos. Da, pues, gracias a lo grande y a lo alto.

3. La verdad es demasiado hermosa como para que la sueltes con palabrotas.

4. La verdad, si no se suelta con una palabrota, parece una opinión más. O bien, una opinión más, si se suelta con dos o tres palabrotas, parece una verdad.

5. Sin propiedad privada hay pocas cosas con las que ser generoso.

6. Salvo en la buena poesía, no vale la redundancia.

7. Cuando Dios llueve, arde más el infierno.

8. Sobre mi cabeza, las estrellas; a mis pies, las flores.

9. Cavar es duro, pero más duro es no poder cavar.

10. Engendrar no es condenar a un vivo a la muerte, sino salvarnos a todos de la nada. Yo, de hecho, estoy muy contento de que, al engendrarme, me hayan condenado a muerte. Hoy se cumplen cuarenta y cuatro años desde el día en que me dieron a luz y, aunque estoy más cerca de la muerte que antes, estoy también mucho más lejos de la nada.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La importancia de tu nombre

             Menos mal que no somos avutardas o chimpancés, porque entonces no tendríamos el maravilloso don de dar nombre a las cosas, ¡con lo que a mí me gusta saber el nombre de las cosas!

            Cuantos más nombres conocemos, más cosas podemos nombrar.

            Y eso nos otorga un gran poder, porque nombrar la cosa es muchísimo más que saber que existe; es casi tenerla en las manos, estar más cerca de ella, poseerla en la mente. Si te encanta una melodía pero no sabes el título ni el autor, no te la puedes descargar en la Red.

            ¿Y qué decir de nombrar a las personas?

            Voy por la calle y, de repente, oigo mi nombre y, como si me hubieran pulsado un botón, me detengo y me vuelvo en busca de la voz que ha dicho algo tan mío, algo que siempre he oído decir a mis padres y a mis hermanos y a mis amigos con una sonrisa y muchísimo cariño. De repente también, ya no soy en la calle uno más, un desconocido. Hay alguien que me reconoce. En sus labios mi nombre surte el efecto mágico de detenerme para reconocerlo también a él y saludarlo.

            Si en vez de mi nombre una voz me gritara “¡Eeeeeh!” o “¡Sssst!” o cualquiera de esos ruidos con que se llama a las cabras, yo no me detendría, porque, por fortuna, no soy una cabra. Pero si dicen mi nombre, ah, entonces la cosa cambia y me siento predispuesto a sonreír a quien me llama.

            No es lo mismo decir “Lee esto” que decir “Pedro, lee esto”. Como Pedro está acostumbrado a que digan su nombre sus seres queridos y normalmente para cosas agradables, se sentirá más dispuesto a leer lo que le ofrezco.

            Por eso, te aconsejo aprenderte el nombre del profesor, del compañero de pupitre, del vecino, del quiosquero... Dejarás de ser anónimo para ellos y ellos dejarán de ser anónimos para ti.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Cristianofobia

No puedo quitarme de la cabeza a Ayman Nabil Labib, un estudiante copto de diecisiete años a quien por instigación de su profesor sus compañeros lincharon porque se negó a quitarse el crucifijo. Ayman huyó a los lavabos y allí lo acabaron de rematar. El director del instituto se desentiende del asunto. El gobierno también.

Yo siento una gran simpatía por los cristianos coptos de Egitpo, una minoría milenaria y perseguida ante la pasividad de esta Europa nuestra enferma con más miedo que vergüenza.

Ayer mismo me dijo Patricio, mi nigeriano del semáforo, que había huido de Nigeria porque los musulmanes habían degollado a su padre. A los cristianos fugitivos debería otorgárseles asilo en toda regla.


jueves, 10 de noviembre de 2011

De lo prostibulario y lo carcelario

¿Qué está pasando que tantas chicas prefieren un chico que las trate como un chulo a un chico que les lleve flores a la puerta?

¿Por qué las chicas de uniforme tienen esa prisa por sexualizar su vestimenta y se suben casi todas tanto la falda, tengan las piernas como las tengan, mientras que los chicos de uniforme, más libres de prejuicios, no sienten la necesidad de masculinizar más su vestimenta marcando bíceps o paquetillo?

¿Qué padres descerebrados son esos que les compran a sus hijas aún impúberes unas muñecas que visten como zorronas experimentadas?

¿De dónde ese odio de tantos a las princesas,  a los príncipes, al color rosa, al novio enamorado, a Walt Disney, sin ofrecernos nada mejor a cambio?

¿Por qué los chicos se empeñan en vestir como presidiarios cuando podrían vestir como príncipes?

¿Qué estúpido les ha metido en la cabeza que, cuidando su cuerpo sin cultivar su espíritu, ligarán más?

¿De dónde ese desprecio por la cortesía, las buenas maneras, la galantería, el romanticismo?

No estoy reivindicando lo cursi, sino lo noble y elevado. Pero, si no tuviera más remedio que elegir entre, por un lado, lo cursi, lo ingenuo, lo pijo y, por otro, lo soez, lo cani y lo resentido, me quedo sin duda con lo primero.

Palabra de profesor experimentado.

martes, 8 de noviembre de 2011

La alfombra voladora

Uno de los juegos más divertidos que conozco es poner en el suelo una manta (que, por cierto, era negra con rayas de color naranja, aún la recuerdo), sentarnos en ella cuatro o cinco niños y que mi hermano Timoteo, que tenía mucha fuerza, el que ahora impone las manos a los melones, tirase de ella a toda mecha. Es como volar sobre una centella para encerar el suelo. Como además la disposición de las habitaciones permitía dar una vuelta por la casa, el paseo era infinito. Nos recuerdo a los niños agarrados unos a otros para no salirnos de la escueta y maravillosa superficie deslizante y jaleando al dorado arrastrador que nos proporcionaba ese increíble regalo y que gracias a nosotros se iba poniendo cada vez más fuerte y más guapo.

Había una esquina peligrosa, donde se alzaba un jarrón de barro pintado en azul y gris, que tenía de las asas colgando unos aros enormes. La cola de la centella humana solía darle con tan mala fortuna, que el jarrón entero se caía y se partía y, entonces, José Miguel, mi hermano mayor, tenía que recomponerlo con pegamento. Era el jarrón más recompuesto del mundo. No había parte por donde no se hubiera partido. Sus costuras eran testimonio de la felicidad infantil que aún hoy a mis hermanos y a mí nos sigue acompañando.

A mis amigos les gustaba venir a mi casa porque en ella había vida y alegría. En las casas de otros había moqueta y había que descalzarse para entrar y uno no podía hacer allí nada más que ver la tele.

Mi madre era la artífice de toda esa alegría que aún llevo dentro.

Gracias a todos los artífices de la alegría en las casas. Por ellos, los niños son ahora hombres y mujeres buenos y felices que nos hacen la vida más buena y feliz.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Anoche, cuando dormía

Anoche soñé que los negros de los semáforos tomaban el poder. Iban en coches grandes de cristales oscuros tras los que solo se les distinguía el blanco de los dientes y de los ojos.

Por aquellos días andaba yo explicándoles a mis alumnos en clase la alegoría platónica según la cual el alma es un auriga que guía una biga de dos caballos, el blanco de las pasiones y el negro de los apetitos. El negro es poco dócil y, si uno se descuida, nos precipita al barranco. Eso les decía yo a los alumnos y entonces me denunciaron por racista. Por lo visto,las nuevas leyes dictadas por los negros se proponían erradicar la marginación histórica del color negro en el arte, la filosofía, la ciencia... Y entonces me encerraron en unas mazmorras que, de pronto, había en las Atarazanas de la ciudad.

Allí había humedad y ratas y yo estaba aterrorizado. Pero quiso Dios que el jefe de los carceleros fuera Patricio, mi negro del semáforo, que me había reconocido y ya no vendía rosarios.

Por la noche, cuando todos dormían, entró en mi mazmorra, me despertó dándome en el costado y, tras untarme la cara de betún, me sacó de allí y me llevó hasta el río.

Nos montamos los dos en una barca donde remaba una mujer tan, tan, tan rubia, que en la noche nos alumbraba a los dos con su pelo. No sé cómo, pero yo sabía que aquella mujer era la novia de Patricio, pero que lo mantenían en secreto porque no estaba bien visto que un negro se enamorara de una mujer tan sumamente rubia.

Me fui con ellos por el río y dejamos la ciudad a lo lejos, cuando ya amanecía. Ellos iban agarrados de la mano, mientras yo contenía las lágrimas porque dejaba atrás a los míos mientras me adentraba en un bosque oscuro.

lunes, 31 de octubre de 2011

Estampas

                1. La madre le decía al niño: "Si te pegan, díselo a la seño". Pero el padre le decía: "Si te pegan, defiéndete". La vida estaba de acuerdo con el padre.

                2. Le caía mal a todo el mundo porque todo el mundo le caía mal.

                3.Todo el mundo le caía mal porque él le caía mal a todo el mundo.

                4. Estaba dudosa entre el verde oliva y el verde limón porque los dos estaban de moda. Pero ninguno le sentaba bien.

                5. Perdió la cabeza por una muchacha y la vida por un atracón de viagra. Pero valió la pena.

                6. Le llovieron tantas desgracias, que dejó de creer en Dios y esa fue su mayor desgracia.

                7. Mengano farda de cochazo y Fulano le tiene por ello mucha tirria. Mengano es un fatuo y Fulano un pringao.

                8. Se enamoraron a la luz de la luna. Y por la mañana se llevaron un chasco.

                9. Ella, desnuda, se sentía desamparada, y él, desnudo, se sentía fuerte. Por eso él la cubría con su cuerpo..

                10. Sus amigas no querían salir a la calle con ella vestida con tan mal gusto. Y ella rompió con ellas. El mal gusto era mas grande que sus amigas.

Mujer y varón

Yo siempre he flipado un poco con los hombres que, aunque sea para quedar bien, anhelan ser madres o envidian la maternidad y la lactancia y cosas de esas. A mí me pasa al contrario: que admiro la maternidad, lo considero lo más cerca de Dios que hay en la Tierra, pero no la quiero para mí ni en sueños. Estar embarazado sería para mí tan sólo una pesadilla espantosa. Yo estoy muy contento sin útero y con  testosterona.

Tampoco entiendo a esas mujeres que se quejan de ser mujeres y nos dicen: Qué suerte tenéis los hombres, que no tenéis regla, ni os pueden dejar embarazadas, ni dependéis de vuestras hormonas....

Yo les diría: "Sí que dependemos de nuestras hormonas, no te imaginas cuánto. Y tú como hombre serías espantosa. Como mujer, sin embargo, eres guapísima. ¿Para qué quieres pelos en el pecho y unos testículos que cuelgan feotes de un escroto, quisquillosos y quejicas, de los que dependen tu virilidad?"

En fin, amigos, que Adán y Eva fueron un buen invento. Estad contentos con vuestro sexo, ¡con lo bonito que es!

Estamos hechos así de fábrica. El ser humano no lo habría hecho mejor.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Amor y dolor

Cuanto más ama uno a otro, más dolor está dispuesto a afrontar por él.

Quien ama mucho sufre mucho.

¿Dolor por el dolor? No, dolor por amor.

El dolor por amor me purifica de egoísmos y cobardías y realza la belleza de lo amado.

Como casi todo lo hermoso se consigue con esfuerzo, el dolor suele ser garantía de que hemos seguido el camino correcto para conquistar la belleza.

La buena madre sufre menos pasando la noche en vela con su hijo moribundo que lejos de él en un palacio de oro.

En el amor el dolor se soporta mucho mejor, tanto que a veces ni se nota el dolor.

En fin, santo Tomás de Aquino lo expresa mejor que yo cuando dice que el amor, la caridad, no se mide por la cantidad de dolor que uno está dispuesto a sobrellevar, sino, sencillamente, por la cantidad y calidad de ese amor, de tal manera que "si la caridad fuera tan completa que suprimiera en absoluto la dificultad, sería entonces más meritoria".

domingo, 23 de octubre de 2011

Censura de películas y terroristas triunfantes

EN ESPAÑA HAY CENSURA.

En el enlace entrevistan a la directora de la peli censurada, titulada La mula.


De esta censura impune deduzco  que, si la noticia de este liberticidio no ha salido a primera plana de los periódicos, si no hemos salido indignados a la calle, si lo hace el mismísimo gobierno ante nuestra ignorancia y pasividad, España no es una democracia y los españoles estamos democráticamente muertos y eso explica por qué los españoles soportaron tantos años y sin rechistar demasiado una dictadura.

Y no suelo hablar de terrorismo, pero hoy urge.

Imaginad que un grupo organizado de violadores lleva diez años violando mujeres. El gobierno, incapaz de acabar con ellos, contrata a unos polis muy malos que matan a dos o tres violadores, pero como los polis son también muy torpes, el asunto se llega a conocer y, entonces, muchos se ponen de parte de los violadores, como si la existencia de polis malos convirtiera a los violadores en buenos.

El gobierno cambia de táctica: en vez de matarlos por lo bajini, les hace una preconcesión política permitiendo un partido político legal que los defienda si así se comprometen a dejar de violar. El partido político resulta votado por gente oligofréncia que disculpa a los violadores: por lo visto, resulta que las mujeres van muy descocadas y, claro, provocan a los violadores, que las tienen por ello que violar.

A todas esas violaciones el gobierno las llama "conflicto" y decide negociar, pues, con los violadores, como si los violadores fueran gente respetable y no unos delincuentes. De ese "diálogo" con violadores las mujeres son excluidas.

Con el dinero de las mujeres violadas el gobierno se gasta un pastón en "mediadores" del "conflicto". Y, al final, salen los políticos llorando de emoción porque los violadores, como ya habían pactado con el gobierno, anuncian, agarraos a la silla, ¡que van a dejar de violar! ¿No es emocionante? ¡Qué generosos los violadores! Eso sí, para no provocarlos, las mujeres tendrán que ir de ahora en adelante más tapaditas y no han de montar el cirio si los violadores que las violaron y sus amiguitos se convierten a partir de ahora en honorables diputados que cobran un pastón pagado con los impuestos de ellas.

El gobierno se enfada con las mujeres violadas porque, en vez de alegrarse de que ya no las violen, exigen las muy vengativas que no se negocie con ellos, sino que los metan en la cárcel y prohíban partidos que los defiendan.

Y ahora viene la moraleja:

1. En vez de cumplir la ley y manifestarnos pacíficamente en la calle, cometamos delitos, porque así el gobierno se sienta a hablar con nosotros.

2. Cuando el gobierno negocia con una mafia, se convierte en mafia y la mafia se convierte en gobierno.

domingo, 16 de octubre de 2011

Manual de ayuda contra los libros de autoayuda

Amigos, sale a la luz este librito mío que me encargó Javier Sánchez Menéndez. Lo que yo no sabía, y él sí, es que yo llevaba escribiéndolo media vida y por eso me ha resultado tan fácil escribirlo, con mucho humor para que el lector se ría y mucho amor porque lo aprecio y, además, contándole mis secretos para bregar y salir adelante en esta vida sin tener que depender de los libros de instrucciones vitales, que al fin y al cabo eso son los libros de autoayuda: unos sustitutos de la iniciativa personal, de la filosofía, de la religión, del psicólogo, del amigo, del buen consejo, del sentido común y de todo aquello con que nuestros abuelos lograban escapar de la tristeza cada día sin autoayudismos y siendo tan felices como nosotros o más aún.

En el libro no critico los buenos libros de autoayuda, que a más de uno pueden servirle en algún momento de su vida, ni  los buenos consejos que pueda haber en los malos libros de autoayuda, sino que, por un lado, critico las muchas expectativas que esos libros suscitan en el lector con falsas promesas como sanar para siempre la vida, dejar de sufrir, tomar las riendas de todas las situaciones, vivir en la nube de la dicha...; y, por otro, critico la fe con que muchos acuden al libro de autoayuda como si fuera la Biblia y la última palabra de la Ciencia todo en uno, para que él les dirija la vida, cuando, en realidad, podrían encontrar más luz y consejo para la vida en el hombro de un amigo, en un viejo libro de poesía, en los filósofos de siempre y, sobre todo, en los consejos de las abuelas, las cuales, precisamente por no haberse indigestado jamás con autoayudismos pseudocientíficos sabelotodos prometetodos, dan en la tecla con su beso, su abrazo y sus palabras cuando nos ven tristes, porque nos conocen y nos quieren, dos cosas que los libros de autoayuda no pueden hacer por más que nos prometan, por más que vendan y por más que nos hayan costado.

Ojalá, amigos, este librito de autoayuda contra los libros de autoayuda os haga reír y afrontar la vida con más humor, más amor y menos instrucciones. De eso se trata.

Y, lo mejor de todo es que, gracias al comentario de cierta lectora de este blog y gracias a la composición de este libro, ¡estoy escribiendo ahora un libro de autoayuda!

¡Viva la contradicción, o sea, la vida!

viernes, 14 de octubre de 2011

Polonia

En mi último viaje a la città eterna, subí de rodillas por la Escala Santa. Asegura la tradición que es la escalera, traída de Jerusalén por santa Helena, por la que subió Jesús cuando se presentó en el prefectorio ante Poncio Pilato.

Éramos muchas personas de muchos países subiéndola de rodillas. Era una metáfora hermosa de la vida: cierto sufrimiento para llegar a la belleza de la cima. Hay algo en mí que me asegura que el dolor da fruto si es por amor. Si la santa escala consistiera en darse un baño en un jacuzzi, seguro que no habría reconfortado tanto mi espíritu.

Me impresionó especialmente la devoción (¡y la belleza!) de los polacos.

Desde niño me impresionaba en el atlas histórico de mi hermana lo mucho que cambiaba la frontera polaca y yo me llenaba de un orgullo especial cuando Polonia y Lituania se unieron y su país era casi tan grande como Rusia. Sin saber nada de ese país, lo sentía como propio.

Luego, cuando llegó el primer papa polaco y lo vi en directo, a menos de un metro de mí, alto, fuerte, guapo y viril, mi fascinación por Polonia alcanzó su techo y ahí sigue, incólume.

Polonia, latina entre los eslavos y eslava entre los latinos.

sábado, 8 de octubre de 2011

Farewell, Gym

Me estaba ya cansando del gimnasio, de su olor a cloro, de su ambiente cerrado, de despelotarme en el vestuario delante de la gente, de ir con prisas y con la mirada puesta en el reloj para no llegar tarde al trabajo, de nadar parapetado como un hoplita con tapones en los oídos, aletas, bañador y gafas de buzo que me dejaban marcas en los ojos que luego los demás me señalaban divertidos. Sí, me estaba yo cansando cuando el otro día una de las chicas encargadas de la piscina me dio la puntilla.

            -Perdona –me dijo y se notaba que le costaba decírmelo-, hasta hace poco a los que os rapabais os dejábamos bañaros sin gorro de baño, pero ahora han cambiado las normas del centro y es obligatorio llevar gorro de baño.
           
            Le agradecí la información, aunque creo que se me debió notar en la cara el estupor. Y, en fin, ella me ha dado la excusa perfecta para borrarme temporalmente del gimnasio. No sé, no me convence tener que llevar gorro de baño si no tengo ni un solo pelo en la cabeza. Es como ser ciego y ponerse gafas graduadas. Se ve que alguien se habrá quejado de que al “rapado ese” (el menda) lo dejen bañarse sin gorro de baño, dónde vamos a llegar, qué indecencia, con la cabeza desnuda.


Yo no habría abandonado tan pronto la sala de máquinas si al sudar en ellas yo pudiese generar energía y enviarla a los que no pueden pagar el recibo de la luz. Y habría seguido yendo a la piscina si esta estuviese en la cumbre de una pirámide azteca sin ascensor, de manera que subir los escalones me sirvieran de calentamiento.


He perdido unas instalaciones estupendas, pero ahora tengo las instalaciones de Dios, que son libres y gratuitas. Ahora, en vez de mancuernas, llevaré niños en brazos y, como me sugirió alguno de vosotros, la cesta de la compra de las ancianitas. En vez de nadar en una piscina climatizada y cuadrada, me arrojaré a los mares a arponear tiburones y volveré cargado de ellos a la tribu y haré collares de dientes para mis amigos. Y en vez de sudar en la cinta métrica, correré por los bosques, codo a codo con los centauros, espantando hadas, jaleado por las ninfas de los fresnos y, lo más importante, ¡sin gorro de baño en la calva!

lunes, 3 de octubre de 2011

La Virgen de los Remedios. Velas y salchichones.

Cuando se hacía la procesión de la Virgen de los Remedios de Cártama, la gente del campo solía repostar en la tienda de mi padre, en la Estación de Cártama. Una de las peregrinas señaló a mi padre unos salchichones envueltos en papel de estraza con un trozo de guita que sobresalía por la punta y compró seis para repartirlos entre los suyos. A mi padre le parecieron demasiados salchichones para un solo cliente, pero no dijo nada. Y si a la señora le parecieron caros, tampoco dijo nada. Pero al día siguiente volvió muy indignada:

-Oiga, ¿qué me vendió usted el otro día?

-Salchichones –repuso mi padre con toda tranquilidad.

-¡Vaya! ¡Y yo los compré creyendo que eran velas! Y cuando se las reparto a mis hijos en la procesión para encenderlas, la mecha se apagaba en seguida. Y la gente me dijo: “¡Pero, señora, si eso no son velas! ¡Son salchichones!”.

Como esos salchichones, según me explicaba mi padre, eran tan finitos y rectos, parecían cirios, y la guita donde colgarlos parecía la mecha.

De ella me he acordado las dos veces que he subido a la ermita este verano a ver a la Patrona, que, por cierto, mide 22 cm. La más pequeña de la comarca. Por eso pudieron salvarla de la quema en los años de la Segunda República metiéndola en una maleta rumbo a América. Menos mal, porque así podemos rezarle en lo alto de la peña.

Cuando yo era pequeño, las paredes y el techo de la ermita estaban llenos de exvotos. Hoy se concentran en dos paneles.

Mi abuela subió la cuesta de la ermita de rodillas por una promesa que hizo. Mi madre la subió descalza y bajo la lluvia para darle las gracias a la Virgen de salvar de la muerte a uno de sus hijos.

Yo, que soy un comodón, la he subido con buen calzado. Eso sí, en agosto, bajo un sol de justicia y dos veces. Al subir cantaban las cigarras. Y al bajar, cantaban los grillos. Pero no fue sacrificio ninguno, porque ella es muy bonita y me recibió allí arriba con sombra de pinos, piedras encaladas, una fuente fresca, murallas árabes y, ya en su ermita blanquísima, dentro de su camarín, sonriente y atenta a mis súplicas, que eran muchas y atropelladas.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hidalguía

Mi abuelo tenía aleccionados a sus hijos: “Cuando paséis por las tierras de vuestros tíos y sepáis que están los árboles cargados de frutos, no miréis para arriba. Y así no os entrarán ganas de tomar uno de esos frutos. Si tenéis hambre, comed de los nuestros”. Y eso se lo decía en la época del hambre, o sea, poco después de nuestra guerra.

            Sí, eso era lo sabio: no mirar arriba para evitar tentaciones. Y las tentaciones eran terribles: granadas rajadas mostrando el rojo grano, la redondez solar de las naranjas brillando por encima de sus cabezas, brevas con su fresco dulzor colgando como una gota de rocío que apuntaba a la boca.

            ¿Y qué era esa cosa grande y maravillosa que podía vencer tamañas tentaciones? La hidalguía, que mi abuelo les había inculcado. Uno podía perderlo todo, la madre, el dinero, la tierra, pero no la vergüenza, el honor, la honra, la honradez, la limpieza, las buenas maneras, en una palabra, la hidalguía, y esta no se contentaba con no robar el fruto ajeno, sino que exigía  la elegancia de no mirarlo siquiera, de comportarse como un niño que no necesita la fruta del otro aunque esté muerto de hambre y de sed.

            “Frasco, ¡qué buenos son tus hijos!”, le decían a mi abuelo.

            Yo con los hidalgos siempre. Estrecho la mano del pícaro, pero no le abro mi casa. De los hidalgos vengo y a los hidalgos voy.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Manías de la gente

1. Hacer con una mano lo que uno acaba de hacer con la otra.
2. Rascarse la mano izquierda sólo porque se acaba de rascar la derecha.
3. Dejar las zapatillas perpendiculares a las baldosas del suelo.
4. Comerse las cerezas a números pares.
5. Oler los calcetines con deleite después de quitárselos.
6. No pisar las baldosas rojas (o blancas o negras) de la acera.
7. Lavarse las manos cada vez que uno toca algo que no sabe si está lavado.
8. Si a uno le tocan la nariz, palpársela por si está toda en su sitio.
9. Si a uno le tuercen la oreja, recolocarla por si se ha doblado.
10. Comprobar por cuarta vez antes de irnos de casa que el gas está apagado.

domingo, 18 de septiembre de 2011

La cascada

Subí al río Chíllar con más de treinta personas. Hay que hacerlo con calzado y con los pies en el agua. El río es amable al principio, pero se vuelve agreste a medida que uno asciende, y cada vez son más los caminantes que deciden quedarse a mitad de camino dándose un chapuzón en los remansos y en las pozas, frías y transparentes. Ocurre como en la vida: que algunos picotean ciertos placeres y otros se quedan enganchados a ellos para siempre, con las alas mojadas. Pero yo dejé atrás a los demás y me fui con mi hermano David a zancada limpia río arriba. Mil veces me doblé los tobillos intentando seguirlo. Mil veces resbalé. Mil veces el sol me daba en la cara. Pero el río nos iba recompensando por nuestra audacia mostrándonos rincones y rocas cada vez más hermosos. Violenti rapiunt. Las paredes de la garganta eran altas, frescas y musgosas. Por algunos sitios nunca había dado el sol. A ratos un tronco procuraba detenernos en el camino, pero no lo conseguía, hasta que al cabo de una buena caminata conseguimos llegar a la gran Cascada, donde todo es fragor de aguas saltadoras, donde todo es espuma, frescor y Dios celebrando una fiesta, y allí nos metimos los dos y la cascada nos hundió en el suelo y nosotros alzamos nuestro grito y nuestras manos. Y salimos de allí echando vapor y calor y ganas de comernos el mundo y dando gracias al cielo por poner la recompensa de tan largo camino allí al final, tan alto, tan alto.

Y en esta entrada Juan Antonio González Romano me ha alegrado el día asignándome un parecido con un actor que reverencio y a cuya apostura no puedo aspirar a no ser por la amistad que me une a Romano.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Cosas que pensaba de niño

1. Que el tiempo se detenía mientras yo dormía.

2. Que el pan y la madera estaban hechos de lo mismo.

3. Que el espejo, la plata y el agua eran, en el fondo, una sola cosa.

4. Que la gente que salía en la tele estaba dentro del televisor.

5. Que cuando jugaba con mi padre al escondite y este desaparecía, era porque se había escondido muy bien y no porque me hubiera dado esquinazo para escaparse un poco al bar.

6. Que las mujeres echaban a los bebés por el culete.

7. Que mi hermana, de doce años, era una mujer.

8. Que la vecina, de treinta años, era una abuela.

9. Que cuando yo decía, para presentarme, “MellamojesuscottalobatoparaservirleaDiosyausted”, eso era una sola palabra y esa sola palabra era mi nombre.

10. Que los guardias civiles que pasaban por mi calle venían a llevarme a la cárcel por haberme hecho pipí en una maceta.

Y mi pésame a los niños que comienzan hoy las milicias escolares.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Curas de humildad

1. Pasar cerca de un andamio plagado de albañiles y que le echen piropos a otra chica, pero no a ti.
2. Tropezar ridículamente contra un árbol justo cuando hinchabas el pecho por la calle mientras mirabas con rostro seductor a unas mujeres que estaban de rechupete.
3. Ir con tu mejor conjunto de falda y blusa acompañada de un compañero de trabajo muy guapo que te gusta, pero que no deja de mirar a todas las mujeres mientras te habla.
4. Ser escritor o profesor o jefe y que alguien más joven te corrija una falta de expresión, de puntuación o de ortografía.
5. Justo después de orinar, guardarte muy pronto la colita en los calzoncillos sin escurrirla bien y que una gota traspase el pantalón.
6. Que alguien pase, por pura caridad, el mal trago de tener que decirte que tienes en la cabeza “una cosa”, que no es otra cosa que una cagada de paloma.
7. Despertar de la siesta con tu propio ronquido.
8. Estar orgullosísimo de un poema que acabas de escribir y, cuando se lo pasas a los amigos de los que te fías, te dicen que es un poema muy malo.
9. No dejar que tus hijos se junten con unos niños con pinta de tener piojos y ser unos ladronzuelos y resulta que al día siguiente tus hijos han pillado piojos en el cole y te llaman de unos grandes almacenes para decirte que los han pillado robando.
10. Fardar ante la concurrencia de haber escalado el Teide y, mira tú por dónde, en la concurrencia hay  varios escaladores que han subido al Mont Blanc, al Aconcagua y ahora se están preparando para el Everest.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Patricio busca trabajo

Llevaba dos meses sin ver a Patricio y tenía ganas de verlo el uno de septiembre. Pero he aquí que la calle donde él vendía rosarios y pañuelos estaba en obras y me resigné a perderlo de vista. Y hoy resulta que me lo he encontrado en la calle, montado en bici.

-Eh, Patrick, how are you?
-Mucho tiempo sin verte. ¿Tú, vacación?
-Sí. ¿Y tú? -reconozco que mi pregunta tenía muy poca psicología, porque no tenía vacación. Le pregunté entonces si le gustaba su trabajo, si prefería otro. Y entonces él me miró muy expresivamente, con las manos y los ojos muy abiertos.
-¡Sí! Yo quero otro trabajo. Yo tener mucho fuerte. Yo quero trabajo en campo, limpiasa, toda cosa. ¿Tú sabes trabajo?
-Yo no, pero si me entero de algo, te lo diré. How old are you?
-Trentaún.

Y le compré dos rosarios. No ha subido el precio. Todos los que me quedaban del curso 2011-2012 se los ha llevado una amiga mía a Jaén. Se ha empeñado en pagármelos. Yo, que no, y ella que sí. Al final ganó ella. Pero si me los paga, ¿qué mérito tiene comprarle rosarios a Patricio? La próxima remesa que vaya a Jaén o a cualquier otro sitio la regalaré con mucho gusto, bendecida por la mano blanca de mi negro.

Así, que, por el amor de Dios, si alguno sabe de algún trabajo que pueda hacer Patricio, que me lo haga saber en seguida y le daremos un alegrón, para que al menos se pueda pagar el alquiler. ¿Nadie necesita un jardinero, un guarda en la finca, uno que cuide la piscina, un pintor, un hombre que cuide ancianos? Es un tipo legal, honrado, ni miente ni engaña, es de buena caoba, tiene a Jesucristo en el pecho, sonríe con facilidad, es duro para trabajar, soporta hielos de invierno y soles de verano y ayuda a veces a las viejecitas a cruzar el semáforo y, por si a alguien le interesa, está soltero.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Lo que anoche soñé

He soñado que estaba sentado en un banco de piedra pegado a una pared que resultó ser de una iglesia de la que salió un cura muy simpático y ocupado con pinta de haber trabajado mucho tiempo en las misiones. De algún modo que no logro poner en pie me pedía que yo le ayudara con la catequesis de los niños, con la preparación de la misa, con ciertos peligros que por allí rondaban... Pero cuando estaba en plena misa e iba a abrir el sagrario, yo hice mutis por el foro y me marché, con la sensación de ser un traidor, de dejarlo solo ante el peligro, de abandonar a Jesús en Getsemaní... una sensación que aún me dura.

Y antes o después de todo eso yo era una mujer joven enamorada de su padre. Un día se lo confesé y él quiso realizar conmigo una fantasía. Se vistió con una especie de armadura de hierro y entonces, justo cuando comenzaba la intimidad entre nosotros, ocurrió algo abominable que no recuerdo, pero que me estremeció y me hizo apartarme de él. Y no descansé hasta que, días o años después, en la mesa de un restaurante al aire libre, ese hombre, viejo, pero aún bello, me lo confesó todo y reconoció en un papel de su puño ser el autor de no sé qué cuántas cosas horribles. Que yo sepa, es la primera vez que he soñado que yo era una mujer.

En el mismo sueño, pero no me preguntéis cómo, iba yo, ya varón, en bici de noche por una calle desconocida. Un ciclista enmascarado, con grandes aspavientos y acompañado de varios ciclistas más, me reconoció y me pidió a gritos que me detuviera en la esquina, porque quería saludarme. Yo obedecí, pero comencé a desconfiar de un desconocido, a las tantas de la noche, en una calle solitaria. Podían robarme o matarme, así que aceleré y escapé por una carretera que, de pronto, era la de mi pueblo de la infancia. Allí conseguí darle esquinazo, pero, de pronto también, era de día y yo estaba desnudo y en la calle principal atestada de niños jugando y mujeres entrando y saliendo por las puertas. Los niños se reían de mí cuando me veían pasar y la bici era una cosa demasiado esquelética para taparme. Angustiado pensé en entrar en casa de mi amigo de la infancia, Manolito, pero luego recordé que, cuando era niño, le gasté una jugarreta infame y, aunque pasó en la realidad, la cuento porque en el sueño desempeña su papel: resulta que yo, que era aún muy niño, me acababa de pelear con Manolito por no sé qué tontada y me fui enfadado a mi casa y allí me entraron ganas de hacer lo que otro no puede hacer por mí y, ni corto ni perezoso, en vez de ir al baño, cogí un folio y sobre él hice ejem... y entonces, qué oportuno, llegó Manolito preguntando por mi hermano Alfonso. Y yo, no sé si para vengarme o porque se me ocurrió y no fui capaz de resistirme a la tentación, ni corto ni perezoso agarré el papel del suelo y se lo lancé a la cara con tal puntería, que la hez se posó un momento en su pelo rubísimo y chorreó asquerosa por su rubicundo rostro, mientras yo, cruel, me reía. Aunque fuera en un sueño, ¿cómo iba a ir ahora desnudo a su casa a pedir refugio? Si me echaba encima una palangana de inmundicias, me lo merecía.

lunes, 29 de agosto de 2011

Pecando de narcisismo



Desde que me hice un programa de deporte para desprogramarme de la nicotina, comencé a ponerme fuerte sin demasiado esfuerzo. El problema es que en una persona obsesiva como yo es la mar de fácil caer en el narcisismo del cuerpo, pero también la mar de feo. Me imagino posando como el de la foto y me muero de vergüenza.

He recibido varios toques de la Tierra y uno del Cielo y me he puesto a buscar razones que me animen a seguir haciendo deporte no por narcisismo y vigorexia, sino:

a) porque Dios me ha dado este soporte material no para que lo afofe en el sofá, sino para que yo le saque el máximo partido. ¿No nos repartió unos talentos a cada uno? Pues a mí me dio pocos, pero uno es este cuerpecito resistente y agradecido

b) porque noto que, cuando corro o hago flexiones, tengo más ganas de vivir y comerme el mundo y siento una especie de droguilla corporal: unacosamugrandequenosepuexplicar

c) porque siempre me han impresionado esos padres fuertes que llevan un hijo colgado de cada brazo

Así que:
a) romperé los espejos de mi casa y consagraré el sufrimiento del deporte a causas nobles: las energías que invierto en mi cuerpo la recogerán los ángeles centuriones para repartirla allá donde haga falta.

b) y no pisaré la sala de máquinas del gimnasio, sino solo la piscina. Y si aun así me pongo más fuerte aún, cuando vaya a la playa, me vestiré de saco y ceniza o iré al alba para no presumir y para que sólo Dios lo vea

c) y, por último, no aumentaré el peso de mis mancuernas. Puede que incluso, en vez de elevar mancuernas hacia el cielo, eleve dos ejemplares de la Biblia Políglota. Sí. Eso haré.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Verano veranete

Afeitarme en el patio, flexiones, ducharme con la manguera entre las flores, beber del botijo, siestas largas, té con hielo, mariposas de aceite encendidas para la Doncella, que tengo mucho que pedirle, Coronita con hermanos y amigos, veladas con personas que no veo desde hace tiempo, estrellas fugaces mientras hago el muerto en la piscina, berenjenas fritas con un chorrito de miel, frutas del bosque heladas con zumo de naranja, polos, helados y batidos, gazpacho bien frío, luchar contra las olas en la playa, hacer la comida con música y secarme las manos en el delantal para estrechar la mano de mis invitados, la Divina Comedia, endecasílabos rondándome a medio hacer mientras pinto rejas y barnizo mesas, pescado fresco y vino blanco, tirar a la basura cajas y cajas que tenía de recuerdos y papeles que ya ocupaban más espacio en mi casa que en mi corazón. Y, lo mejor, Eros revoloteando por toda la casa y yo con él, sin fumar.

domingo, 7 de agosto de 2011

Entierro en un pueblo

Ha muerto sin saber quién era, pero lo sabían su madre y su hija, que lo quisieron y lo cuidaron hasta el final.

A él lo asocio a la etapa más feliz de mi vida: la infancia. Y el niño que aún soy por dentro ha rezado por él.

El entierro ha sido en la iglesia de Cártama, abarrotada. El cura, que venía de Taiwan, les dio a las dos mujeres las gracias por haber amado hasta el final.

El féretro lo llevaron a hombros seis nietos del deudo, jóvenes, altos y fuertes. Y lo han enterrado muy cerca de mi abuela.

Mientras sellaban el nicho, todos pensábamos que ese agujero nos esperaba también a nosotros.

No me disgusta pensarlo, si es allí, junto a los cipreses, apuntando al cielo, bajo la ermita de Cártama a la que me llevaron de niño.

lunes, 25 de julio de 2011

Notas de Castilla

1. Los pueblos tienen los nombres de los apellidos de mis amigos. Ya sé de dónde vienen sus ancestros.
2. En los campos, viña, mies y girasol.
3. Pueblos pequeños con iglesias grandes. Los museos y las bodegas cobran; las iglesias, mucho más hermosas, no.
4. Aves rapaces señoreando el cielo.
5. Poca gente en las carreteras; en ningún lugar hay que guardar cola. Tratan bien al viajero. Nada de aglomeraciones y prisas.
6. En la iglesia de Santa María de Wamba el corazón se pone a cantar y, en su apabullante osario, a pensar en lo que a uno le espera. Gracias a Antonio, el guía de la iglesia, enamorado de la luz y la belleza, hemos aprendido con él mucho más que en un máster de arte. Por ejemplo, ahora sé que el mal absoluto es un león con cuernos en el inframundo.
7. Recomiendo la bodega Emina, de la empresa de Matarromera, en la Ribera del Duero, y en concreto el restaurante de la bodega. Nana y Pope os tratarán como a reyes. Y, al lado, el impresionante monasterio cisterciense de San Bernardo.
8. Dios, vino, castillos, chopos apuntando al cielo y cigüeñas en todas las torres, espadañas, silos y aljibes. Vine con intención de escribir prosa y solo me ha salido poesía.
9. En el hotel AC de la Rioja hay una sauna, un baño turco, una sala de musculación y una piscina climatizada. He disfrutado de todo eso yo solo, muy temprano.
10. Y en la piscina de nuestra anfitriona, por quien brindo y rezo, me he bañado todas las noches, cuando todos, menos la luna y yo, dormían. Las noches castellanas son recias, pero los chopos me llamaban al agua fría y ella me agradecía ese encuentro poniéndome más fuerte. Y os envío la fuerza, amigos, porque por el momento me sobra.

El mejor regalo del verano ha sido Castilla de manos de una amiga. A sus pies.

viernes, 8 de julio de 2011

Del placer y el sufrimiento de correr


Antes me reía de los que hacían deporte en la calle. Qué ganas de sufrir, me decía ese fariseo interior que se cree puro y especial. Pero desde que dejé de fumar, me he habituado a correr varias veces por semana. Es un deporte barato, que no requiere infraestructura ni impedimenta. Solo piernas, calle y ganas. Voy con la música, bajo los árboles, al alba, por el parque, cuando en él solo hay gente que viene de la juerga, hombres buscando plan en rincones oscuros y alguna señora robando flores públicas para su casa.

Qué placer indecible dar zancadas sobre la tierra, sin pisar nunca las flores, si acaso, salpicándolas con un poco de sudor, y luego meter la cabeza bajo la fuente y abrir los brazos para abrazar al mundo y llenarse los pulmones del aire azul que Dios tuvo a bien regalarnos en esta su esfera diamantina y favorita.

No me gusta correr cuando hay mucha gente. Me sigue dando vergüenza mostrarme sudoroso y con cara de esfuerzo y sufrimiento. En fin, la hidalguía que uno aprendió de niño. Pero he descubierto el valor del sufrimiento voluntariamente infligido. He comprendido al faquir en su cama de pinchos, al samurái en sus pruebas de dolor y privaciones, al ermitaño y al santo que mortifican su carne... A su lado me siento un poco miserable porque el sufrimiento que me inflijo es por razones materiales, mientras que ellos lo hacen por razones espirituales, que son más elevadas.

Por eso, a partir de hoy, correré y el esfuerzo y el sufrimiento se los envío a Dios envueltos en flores y plegarias para que, si tiene a bien transformarlos en bienes, amor y salud, los reparta a quien esté más triste y desesperado, a quien esté muriendo a solas, a quien haya perdido la esperanza.

Así regresaré a casa no solo más sano, sino, quizá, ojalá, más bueno.

Y a Dyhego, felicidades por la imitación que ha hecho de mí. Es todo un maestro.

domingo, 3 de julio de 2011

Letrilla satírica de mi hermano Daniel Cotta Lobato

LA LEY ANTIFUMADORES

¡Oh bondadoso Gobierno
que, contra el viento y las olas,
cuidas con celo paterno
de españoles y españolas!

Como un padre protector
del occidente de Europa,
prohíbes al fumador
fumar tomando una copa.

Y hoy miran con desagrado
las personas implicadas
que ley de tanto calado
venga a prohibir sus caladas.

Rebeldes a tus mandatos,
¡ay, cuántos de ti reniegan
y, como hijos ingratos ,
contra tus leyes alegan

que en esta España de pillos
entre toros y fumones,
hoy prohíben los pitillos
si ayer fueron los pitones.

Y algún vicioso te insulta
diciendo que, bajo cuerda,
te gusta más una multa
que a un moscardón una mierda.

“¿A quién multarás mañana?”,
te espeta el que el humo atrae,
“¿a quien cante una sardana
protegida por la SGAE?

¿Al fondón que no haga pesas
ni corra de sol a sol?
¿Al comedor de hamburguesas
llenas de colesterol?

Si me vas a sancionar,
diré que es muy razonable
que quien prohíbe fumar
es un gobierno infumable”.

¡Aplástalos, Padre Estado,
con tu mano protectora,
y tenga el fumadorado
menos humos desde ahora!

Limpia su cáncer, su sarro,
haz su mal aliento trizas,
y que de cada cigarro
no queden más que cenizas.

El dedo nos chuparemos
sin humos, sin cáncer ya
y diremos como memos:
“¡Qué bien nos cuidas, papá!”.

martes, 21 de junio de 2011

Comienza el verano

Amigos, a partir de ahora, hasta septiembre, escribiré poco aquí, porque hoy comienza el verano y ya tengo el plan del TRÉBOL: Ágape, Eros y Musas. En ese orden.

Ágape, porque tengo mucha gente a mi alrededor a la que hacer feliz y a eso me voy a dedicar esos días.

Eros, porque en verano Eros me pone en la espalda unas alas muy grandes que echan a volar sin mi permiso.

Musas, porque me han encargado un libro y quiero terminarlo.

Todos los viernes por la mañana subiré a la cumbre del Jabalcúzar, que se alza detrás de mi casa. Y allí cantaré en griego diez hexámetros de Homero en vuestro honor. Os sentarán de maravilla y no bromeo.

Y todo esto, entre té helado con canela y hierbabuena, chocolate líquido frío con una cucharadita de brandy, sandía roja y fresca.

Y, si gustáis, pasaos por mis sueños para bañarnos en la cascada, escribir versos en farolillos de papel y esculpir adanes y evas de barro como hicieron los ángeles en la noche de los tiempos.

Que tengáis un verano lleno de Amor, Eros y Musas.

lunes, 20 de junio de 2011

Cáritas

Imagina que, de pronto, esta noche, te quedas sin casa, sin sueldo y sin familia. Lo has perdido todo, menos tus necesidades. ¿A quién acudes? ¿A la comisaría? ¿Al ayuntamiento? ¿A la sede de los sindicatos, de las oenegés, de los ministerios, de las consejerías, de las delegaciones? ¿A Hacienda?

Siéntate en esas puertas y solo recibirás los palos de la policía.

Si nada tienes, vete a Cáritas, que te dará ducha, cena y cama. Se financia con el dinero voluntario y generoso de mucha gente a la que mata a impuestos ese Estado que nada va a hacer por ti esta noche.

viernes, 17 de junio de 2011

Lo que vamos a hacer esta noche

Esta noche me encontraréis al fondo de un sendero, bajo las estrellas. Me identificaréis porque llevaré una antorcha en la mano. Nos adentraremos en el bosque y allí seguiremos el vuelo de un ave del paraíso, que de árbol en árbol se irá posando para que no nos quedemos atrás. Es muy importante no perderlo de vista, porque, si uno se pierde entre los árboles, puede ser raptado por los faunos. Se lo pasará bien, pero dejará de ser de los nuestros. Ese bosque no solo lo habitan fieras alimañas, sino también criaturas mitológicas, porque es un bosque prebíblico.

Seguramente la atmósfera será cada vez más asfixiante y las lianas cada vez más peligrosas. Tenéis que seguir adelante. Y cuando tengamos las manos llenas de resina, los pies sucios de barro y la cara llena de polen, pasaremos por la cascada del Salto del Ángel, que nos dejará limpios, puros, incontaminados, preparados para ver lo que hemos venido a ver.

Desnudos seguiremos ahora al ave hasta el corazón del bosque y, entonces, descorreré una cortina de hiedra y allí veremos a Adán y Eva, aún dormidos, recién hechos, con alguna brizna de hierba aún entre la piel y el rocío perlándoles la piel. Tenemos permiso para tocarlos cada uno con la punta de un dedo.

Entonces nos despertaremos sin recordar nada, pero con ganas de comernos el mundo.

Os lo cuento porque, como todo ocurrirá en sueños, es una pena que no sepáis lo que vamos a hacer esta noche.

(A propósito, en los comentarios de la entrada anterior a esta, don Dyhego me ha puesto la nota final de curso para este blog. No os la perdáis)

jueves, 16 de junio de 2011

Inmigrantes en misa

La Iglesia integra a los inmigrantes mucho mejor que cualquier iniciativa estatal. Ya en tiempos del Imperio Romano el cristianismo se mostró como una manera mucho más práctica y sencilla que la ciudadanía romana de integrar en un mismo sentir a todas las personas, procediesen de donde procediesen, porque la religión une más que el origen, el color y la cultura.

Me di cuenta en misa el otro domingo. Entre los feligreses había varios nigerianos y keniatas. En esa parroquia bautizan a sus hijos, allí los llevan a la catequesis y allí se casarán. Mientras que el Estado pone un empeño malsano en aniquilar todo rastro religioso de la navidad en los centros educativos, los inmigrantes celebran en casa esa navidad religiosa.

Y además me conmueve la devoción con que rezan, la solemnidad con que se llevan la mano al corazón o enlazan las manos en actitud orante o dan la paz con una alegría de sonrisas blancas y francas. A su lado, los españoles parecemos secos como palos.

Bienvenidos sean.

martes, 14 de junio de 2011

Normas liberticidas en la supuestamente democrática España

La primera en Madrid. Resulta que la amiga de un amigo mío, para sacarse un dinero, pensó convertir en ludoteca el bajo de su casa y pidió para ello permiso en el ayuntamiento. Ah, pero he aquí que el ayuntamiento ha decidido que en esa calle no se puede montar una ludoteca. Él, con su prepotencia, ha elaborado una lista de los negocios que uno puede montar en esa zona y con eso no hace sino coartar la creatividad de la gente, que es lo que hace que los pueblos prosperen. El Estado creando problemas en vez de resolviéndolos. Si dijéramos que esta mujer está pidiendo dinero, pero no. ¡Está pidiendo trabajar! Y a un funcionario gris y apalancado, con sus criterios cuestionables y abstrusos, se le ha ocurrido que esa mujer no puede prestar un servicio que a ella y a muchos les vendría muy bien.

La segunda norma totalitaria es en la Universidad de Sevilla. Se les ha ocurrido a algunos mentecatos una norma que prohíbe votar solo a candidatos o solo a candidatas. Tiene que haber un número proporcionado de varones y de mujeres en el voto de cada cual. Y esto es ya el colmo. Si ya es fasciomarxismo llevar la ley de paridad a las candidaturas, mucho más es llevarla a los votos. El fasciomarxismo de género nos dice ya no solo cómo hemos de votar sino también a quién hemos de votar. No se han enterado de que uno vota a personas, no a sexos. ¿En qué consisten totalitarismos como el fascismo y el marxismo? En que no podemos votar o en que votamos solo lo que nos indican que votemos. Pues eso lo están consiguiendo en la Universidad de Sevilla.

lunes, 13 de junio de 2011

Cosas con que los mayores me asustaban cuando yo era niño

1. ¿Que te has tragado el chicle? ¡Adiós! Ahora se te pega a la tripa y hay que operarte.

2. ¡Ve a que te pongan una tirita en esa herida, que, si no, se te van a salir por ahí las tripas!

3. No des ni una calada a un cigarro. Los niños que fuman no crecen.

4. Si no comes, vendrá el Canco (o el tío mantequero, en otros sitios conocido como hombre del saco).

5. Si no haces los deberes, te salen orejas de burro. Mira, ya empiezan a asomarte por ahí.

6. ¿Por qué le pegas a tu hermano? Te voy a pegar yo a ti, a ver si te gusta.

7. ¡Noooo! ¡No te asomes tanto al pozo, que ahí abajo vive el viejo del pozo! Si te caes ahí dentro, nunca te soltará.

8. ¿Ves esa piedra que sale de la tierra? Es la cabeza del demonio.

9. ¿Conque tú has sido el que ha entrado en mi huerta y se ha hecho pipí? ¡Voy a llamar a la Guardia Civil para que te metan en la cárcel!

10. ¡Tienes que comer! Si no comes, tus amigos Juan Carlitos y Agustinito se convertirán en hombres fuertes y tú serás siempre un niño chico y muy flaco.

viernes, 10 de junio de 2011

Diálogo político amoroso

-Te recomiendo un libro.
-¿Cuál?
-El  Capital, de Marx.
-¿Va de amor?
-No.
-Entonces no me interesa. Debe ser tan divertido como el Ulises de Joyce o el Pentateuco.
-No todo va a ser amor en el mundo. También hay lucha de clases.
-Solo mi interesan las luchas eróticas. ¿Quieres luchar conmigo?
-¡Sí!
-Entonces di:  "Me gusta una chica bien. Marx era gilipollas". A ver, dilo.
-Me gusta una chica bien. Marx era gilipollas.
-Así me gusta, que yo te guste más que Marx. Y nada más que por eso voy a leerme El capital, porque te lo mereces.

miércoles, 8 de junio de 2011

Poetas entre ruedas y alicates

Comentamos mis amigos y yo con frecuencia que entre los poetas hay demasiados profesores. Por eso, cuando me encuentro un poeta ingeniero, como José María Jurado o vigilante nocturno, como Elías Moro, salto de alegría. Hoy quiero hablar de dos poetas que no son profesores.

El primero es mi sobrino, Fernando Cotta, mecánico de coches.

Hay en los Cotta una vena poética muy caudalosa. Mi sobrino es alto y guapetón. Sonríe mucho. Y su poesía es emoción pura a raudales y a chorros tempestuosos, con el grito en el cielo y los pies sobre una alta roca, sin romanticismos ni sensiblerías. Es la voz de un hombre joven que promete y yo lo animo a llenarse de versos la cabeza y esas manos que se manchan de grasa de coches, porque él, con su poesía, podrá matar sus demonios y hacerse más fuerte. Está enamorado hasta las trancas y el amor lo ha metamorfoseado en poeta para siempre.

El segundo es Arturo. Y arregla todo lo que se puede arreglar en un gran edificio donde trabajamos muchos profes. Hoy me ha dicho: "Puede fallarte todo: el dinero, la familia, el trabajo... pero siempre estará ahí la poesía para salvarnos. Ella es la belleza y uno no puede perderla de vista, porque, cuando deja de verla, se le pone el alma negra. Que se hunda el mundo a mis pies, pero que ella no me abandone. Eso es lo que pido".

Eso quería decir yo, pero no me salía. Gracias, Arturo.

A todos los que les rebose el corazón y no sepan qué hacer con él, escriban y canten y así descubrirán qué tesoros tenían dentro sin saberlo.

domingo, 5 de junio de 2011

Mi alumno, el soldado profesional

A mi alumno, el soldado profesional, lo bauticé en clase Héctor de tremolante casco, porque es noble como Héctor.

Muy bien nos iría a los españoles si nuestros soldados profesionales fueran como él: fuertes y buenos.

Un día hablábamos en clase de la muerte y todos teníamos miedo de ella, pero él nos dijo que él no temía su muerte, sino la nuestra. ¡Eso es un soldado!

Otro día le dije que él, como soldado, luchaba para defender al Rey. "¿Por el Rey?", nos dijo, "Qué va. Yo lucho por vosotros". ¡Eso es un hombre!

Y cuando le dije que me había apuntado en el gimnasio y que estaba haciendo pesas, me dijo: "Jesús, las pesas son cosa de presos". Y sentí que tenía más razón que un santo y ya no subo a la sala de musculación, sino solo a  la piscina.

De todas las palabras que se ha inventado me quedo con Gimnoginecocalia: la belleza de la mujer desnuda.

Ayer fuimos todos los alumnos a comer a un restaurante griego y él me trajo un muñeco de un hoplita griego, con su tremolante casco, que voy a colgar en mi coche, junto al rosario de Patricio. Me pregunto de dónde lo habrá sacado.

Héctor y Patricio, dos buenos guías de mi vida.

En fin, Héctor, que consigas hacer muchas dominadas. Y a tu novia, felicidades por ti.

jueves, 2 de junio de 2011

Títulos de películas porno

Yo de esto no sé mucho, pero me han dicho que en las pelis porno el guión es muy pobre y los temas son siempre los mismos. Por lo visto, un clásico es que llegan unas extraterrestres y abducen a unos granjeros que, a pesar de vivir entre vacas, tienen músculos de gimnasio. Las extraterrestres llevan antenas y cosas de esas, pero a los diez segundos de enrollarse con los inocentes granjeros, que, por cierto, tienen unos cacharros de envergadura, se descubre que son totalmente humanas y que incluso se les corre el rimmel.

Propongo, pues, al mercado de pelis porno los siguientes temas y títulos, para enriquecer un poco la gama y la trama:

1. Guerra de guarrillas
2. La Falomaquia (una adaptación del mundo de los gladiadores)
3. El Pajabarata y el Mamasutra (con actores de Bollywood)
4. Conjunción copulativa (una explicación erótica de la gramática)
5. Marineritos musculosos desesperados en alta mar (estudio psicológico de las consecuencias que para los varones tiene el estar mucho tiempo alejados de tierra firme)
6. Murieron con las gomas puestas (pornowestern)
7. Los neunucos (el harén del sultán se lo pasa bomba con los falsos eunucos)
8. Ay pupa (para los amantes del sado)
9. Chicha chachi (cine realizado por actores entrados en carnes)
10. Nabucondonosor (peli de tema histórico)

miércoles, 1 de junio de 2011

Dónde quiero que me entierren

Ni los faraones, con todo su poder, han escapado de los profanadores de tumbas. Así que ¿para qué gastarme dinero en una tumba? Que me entierren desnudo en el campo, con una cruz de palo, y que planten un arbolito para que sus raíces arraiguen en mi pecho. Me gustaría que el árbol sea frutal, pero no quiero obligar a nadie a que se coma mis cerezas. Se las dejaremos a los pajaritos.

Lo malo es que el Estado, siempre tan providente y metomentodo, no nos deja ser enterrados en la propia tierra de uno.

De todas las  intromisiones del Estado ésta es una de las más desconcertantes. Pero como a nadie le gusta pensar en su propia muerte, nadie protesta.

Y, de paso, me encantaría que me dijeseis si vais a dejar dicho o escrito qué deben hacer vuestros deudos con vuestro cuerpo o qué os gustaría que hiciesen con él.

lunes, 30 de mayo de 2011

Mis alumnos de griego os regalan más palabras

1. Macrobio: microbio gigantesco de mil pares de narices, ameba amorfa y descomunal que no cabe en la probeta.

2. Macrobiobyte: virus informático que ocupa toda la pantalla, el muy puñetero.

3. Pordomancia: adivinación a través de las ventosidades. “A ver, déjame que adivine: has comido alubias”.

4. Tristífugo: que aleja la tristeza. "Estoy en una fase de mi vida en que solo puedo leer poesía tristífuga".

5. Papirodactilotomía: cortarse el dedito con el filo del papel. “Ayer casi me desmayo por culpa de una papirodactilotomía”.

6. Biblióbolo: lanzador de libros. “Señor director, acuda a la clase de tercero de eso, que están practicando la bibliobolia”.

7. Osteoteca: saco de huesos. “La novia de Popeye es una osteoteca”.

8. Megalogamia: casarse a lo grande, en la basílica de la Macarena o en la catedral, y presidiendo el cardenal y no un curilla cualquiera.

9. Cefalofagia: comerle el coco a la gente.

10. Hoplofonía: sonido de las armas. Vg.: A mí me encanta la hoplofonía de la guerra de las galaxias.

sábado, 28 de mayo de 2011

El sueño más triste

Yo en sueños he sido abogado y me sabía las leyes al dedillo. He sido guerrero y he matado monstruos. He sido perseguidor y perseguido. He sido también torero. Y compañero de cama de muchas personas que no lo saben o que no existen. Y he montado motos, caballos y dragones. Y, siempre en septiembre, he sido profesor buscando en los pasillos de un instituto un aula, unos alumnos o unos apuntes que nunca encuentro.

Pero de todas las cosas que en sueños he sido ninguna me oprime tanto como aquella vez que yo era tan solo un hombre desnudo que llevaba a hombros el cadáver de mi padre, anciano, recién devorado por la metástasis, tibio aún y pesado como el mundo, por una ciudad oscura, desierta y sucia, en un amanecer que nunca acababa de romper del todo y que me llenaba el corazón de tristeza, de soledad, de desamparo, de orfandad para siempre.

Cada vez que el recuerdo de este sueño me angustia, tengo que volver a mirar la fotografía de mi padre cuando era soldado, joven, fuerte, guapo, de rasgos finos, de rizos negros y recios, el hombre del que mi madre aún sigue enamorada. Desde esa foto me sonríe, sin saber que yo iba a existir gracias a él años después.

Así de guapos y jóvenes nos esperan nuestros padres allí arriba a los que ya somos huérfanos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Jabón Estelar

Con un viejo termo eléctrico y una turbina, David ha elaborado una máquina de hacer jabón.

Allí vierte sosa cáustica y aceite usado y la máquina lo convierte en jabón de lavar ropa. ¡Y qué gusto da ponerse la ropa lavada con ese jabón! Es como ir desnudo y espolvoreado de polen.

Pero la especialidad de la casa es el Jabón Estelar.

Con aceite virgen de las aceitunas de su finca, pétalos de flores escogidas por sus hijos, esencias pasadas por el manto de la Virgen y bendecidas por el padre Luis, David ordena a la máquina batir el mejunje y luego lo vierte en una caja de madera noble y labrada por él y lo deja al relente toda la noche.

Entonces las estrellas escancian sus chiribitas, sus minicometas incendiarios, sus tornasoles, sus querubes y sus caballitos siderales y un toque de los anillos de Saturno, en fin, todo lo que recibieron, cuando eran aún barro, Adán y Eva en el Edén. Y todo eso le viene muy bien al jabón.

Y al amanecer, David lo corta con un machete y guarda las pastillas en bolsas de tela y las reparte generoso.

Las niñas que se lavan con ese jabón son más bonitas y más listas; y los niños, más fuertes y avispados; los muchachos se hacen poetas; las muchachas, pintoras; y ha habido mujeres que, acariciadas por ese jabón, se han quedado por fin, como deseaban, embarazadas en largas noches de amor con sus maridos.

Gracias, David, por el Jabón.

lunes, 23 de mayo de 2011

Mr. Patrick

Hoy vi a Patricio atareado entre coches y, con mi habitual paso rápido, pasé de largo. Pero llevaba cien metros andados cuando no pude resistir y miré hacia atrás y allá a lo lejos Patricio me hacía señales para que me detuviera. Y acudió corriendo a mí.

Yo creo que tenía miedo de que yo hubiera intentado darle esquinazo. Y me saludó con más intensidad que nunca. Le pregunté si pudo pagar el alquiler y me dijo que sí y, esta vez en español, me dijo: "Dios bendica a ti".

Y, como me aconsejó Dyhego, le compré un rosario, uno solo, y no dos o cuatro como antes. Y a él le pareció muy bien.

Yo creo que Patricio no me engañó. Me pidió el dinero porque lo necesitaba y no tenía a quien acudir.

Gracias a todos por vuestros consejos.

viernes, 20 de mayo de 2011

Cuando sueñan contigo

C. es simpatía y bondad por los cuatro costados y, por fortuna, compañera mía de trabajo. Esta mañana, en cuanto me ha visto, me ha dicho riéndose y mirándome a los ojos:

-¡Jesús, he soñado contigo esta noche! Te vi en medio de un lago maravilloso y azul, sentado en una barca, con una camisa blanca. Y te pregunté qué hacías y tú me respondiste: "Meditando. Meditando".

De todas las cosas que hice ayer, la que más me ha gustado es estar meditando en los lagos de C..

¡Y ahora tengo unas ganas tremendas de saber qué cosas hago yo en los sueños de los demás, porque ese Cotta onírico y libre también soy yo y no lo puedo conocer a no ser que otros me lo revelen!

¿No os morís de ganas por saber qué andáis ahora mismito haciendo en los sueños de los demás? Se podría escribir con esas historias una nueva, definitiva y verdadera autobiografía. Y hoy, gracias a C., voy a comenzar la mía.

(Respecto a Patricio, me temo que, si no ha huido, hasta el lunes no lo veré. Ya os contaré)

martes, 17 de mayo de 2011

¿Cómo debo actuar con Patricio?

Esta mañana, Patricio, el negro del semáforo, me ha dicho, mirándome a los ojos y un poco avergonzado:

-Mr. Asús, yo tener pequeñito problema. Yo no tener dinero pagar cama. Si no pagar cama, calle.
-¿Y has ido a Cáritas?
-Yo ir Carita y after cama ayuntamiento no. Pero I live in apartamento with tres y I need 50 euros. Si no, no cama.

Y yo, que me había acomodado a mi Patricio amable, que me vendía rosarios de madera y me preguntaba por la familia y yo le dejaba una buena propina y él me despedía con un  God bless you, brother; yo, que siempre he considerado egoístas a los que claman justicia social y luego no se rascan el bolsillo por el que está al lado y encima tienen el descaro de decir que no dan limosna por la dignidad del que pide; yo, en fin, lamenté que Patricio me pidiera dinero y no siguiera siendo el negrito simpático que no me da problemas.

El caso es que le he dado el dinero, sin pensar demasiado, sin indagar hasta qué punto esa necesidad era tan real y perentoria como me decía.

Ahora mi relación con él es distinta. Ahora no soy un cliente, sino un benefactor fácil para él. Me temo que he actuado impulsivamente y que tenía que haberle dicho que, si quería cincuenta euros, me vendiera muchos rosarios, porque así seguiría siendo su cliente, y no, como ahora, una persona con miedo a que la gente la agobie con sus problemas(lo siento, soy así de mezquino).

Y, mañana, cuando me lo encuentre, no sé cómo actuar. ¿Lo esquivo para no sentirme más obligado con él? ¿Lo saludo como siempre pero no le compro rosarios hasta finales de junio para que comprenda que esos cincuenta euros valen por los rosarios de dos meses? ¿Y si me pide más dinero? ¿Hasta dónde debo ser generoso? ¿Le digo que vaya a Cáritas, a la que pago una suscripción mensual, y así me quito quebraderos de cabeza?

En fin, que estoy hecho un lío.

lunes, 16 de mayo de 2011

Momentos en que dan ganas de ser malo

1.Estás en un soporífero claustro de profesores y entonces te subes a la mesa y haces un estriptís y le tiras la camisa a la profesora más mustia, el pantalón lo cuelgas del cuadro del rey y los calzoncillos los recoge en el aire el soltero más guay.

2. Estás hablando con un cliente tiquismiquis, susceptible y prepotente y, entonces, con una sonrisa en la boca, le dices: "Usted es un perfecto gilipollas. Váyase al carajo, hijo de puta."

3. Alguien, muy políticamente correcto, te dice que todas las opiniones son igualmente válidas y entonces tú le dices que esa en concreto que él dice no vale un pimiento.

4. En tu trabajo hay una persona muy presumida y, a la vez, muy regular. Un día, muy preocupado y solidario, le dices que tiene muy mala cara, que algo le pasa, que vaya al médico.

5. Cuando te hacen una pregunta indiscreta, responde lo que más envidia le dé a la gente. Al "cuánto ganas", responde que seis mil euros al mes, entre comisiones y dietas. Al "con quién vives", responde que con dos suecas o dos brasileiros y que formáis un trío.

sábado, 14 de mayo de 2011

Consejos para las chicas que buscan chico

1. No le entregues tu corazón a un chico que te diga: No te pongas esa falda, no te pintes los labios, no hables con otros chicos, no tal y cual... Ese chico no te quiere.

2. Sí, ya sé que te gustan los chicos malos, los que tratan a las chicas con la punta del pie. Quizá te parezcan más viriles, pero no seas tonta. Los chicos buenos son mejores compañeros y en la cama no te dejan a medias. Y, lo más importante, no soportan a los tipos que te tratan mal.

3. Tú vales muchas flores y muchos poemas. Que gozarte les cueste un poco de estrategia, simpatía y seducción. Si te entregas a la primera, no invertirán en ti tiempo, energía, inteligencia, sino sólo sus cómodos espermatozoides. Si eso te parece bien, ¿no sería más inteligente cobrar al menos un poco de dinero?

4. No seas una chica fácil, pero tampoco difícil. Sé sencillamente lista para escoger bien y, una vez que escojas, hazlo feliz sin atosigarlo. Muchas te lo querrán quitar, pero tú no te enfrentes a ellas. Que sea él quien las espante. Si esa táctica no funciona, escoge a otro mejor.

5. ¿Que te ha dejado embarazada y te ha dicho que él te acompaña a abortar en vez de alegrarse de tener un hijo contigo? Ese no te quiere. Mándalo a la mierda.

6. No lo apartes de sus amigos. Para él, relacionarse con hombres es casi tan importante como tener novia. No te conviertas en una persona molesta y pejigueras y aguafiestas y posesiva a la que no le gusta lo que él era antes de conocerte.

7. Igual que tú no soportas a un hombre mentiroso y cobarde, él no soporta a una mujer murmuradora, cotilla, enredadora y criticona.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Poeta

¿Cómo puede suscitar tantas pasiones, tantas lágrimas, tantos entusiasmos, envidias, zancadillas, duelos y celebraciones la poesía, si no da dinero ni fama, si nos lee poquita gente, si nos ocupa el corazón, la cabeza y el tiempo como una amante posesiva e ingrata, si nos aísla del mundo, del amor, de la amistad, si, en fin, uno no arregla el mundo aunque se pase encerrado un año en una torre porque tiene que acabar no sé qué gran poema vital que no cambiará ni un solo átomo en el universo?

Y luego de toda una vida dedicada a ella, los críticos llegan y dicen: no dio la talla, no evolucionó su estilo, quiso ser el primero de su generación y no lo consiguió, aspiraba a ser el Dante de la poesía española y se quedó en imitador barato de Papini, este poeta no ha dado aún lo que tiene que dar, este poeta aspira a mucho y consigue poco...

¿Qué quedará de ti, poeta, después de vivir para ella? Si acaso, un poema o dos, que serán recordados entre los cientos que escribiste, y quizá ni esos, porque cuantos más poetas va habiendo en la historia, con tantos más versos tendrán que competir los tuyos.

Y puede que ni ese consuelo te depare el tiempo, porque es difícil que, a pesar de todos tus esfuerzos, a pesar de ser poeta hasta la médula y pensar en poesía, llegues al alto lecho de la fama y seas un Novalis o un Cavafis, y en el casi imposible caso de que lo fueras, tu obra podría pasarse siglos despreciada y cubierta de polvo, porque es muy probable que las generaciones futuras no valoren precisamente el tipo de poesía que tú escribiste, como le pasó durante siglos a nuestro Góngora. No siempre pone el tiempo las cosas en su sitio. Durante siglos seguidos y quizá para siempre las generaciones futuras pueden despreciar escuelas y épocas enteras de poesía, hasta que estas acumulan tanto polvo en el olvido, que a fuerza de no ser leídas de nadie, desaparecen en la noche de los tiempos.

Y, a pesar de todo, ahí sigues emborronando versos, poeta, amante incondicional de la belleza, forjador de astros que iluminen esta oscuridad, domador de fieras palabras, héroe de la soledad.

lunes, 9 de mayo de 2011

Buscando al matador de dragones que llevo dentro

Lolo me dice que los gimnasios son lugares de hormona y narcisismo; un alumno mío, que hacer pesas es de presos; y  José María Jurado, que no compensa sufrir la gota gorda en un gimnasio si tu objetivo es tan solo sacar musculito para lucirte en la playa y ante el espejo; que ese es un fin fatuo y solo compensa sufrir en el gimnasio si eres matador de toros o de dragones, un rescatador de doncellas, un samurái.

La verdad es que yo voy mucho a la piscina y subo poco a la sala de máquinas, porque me siento un poco ridículo haciendo un esfuerzo que no genera electricidad ni corta madera ni le lleva comida a los pobres, sino que solo revierte en el hinchamiento de mis musculitos. Pero si alguna vez me animo a subir, será para consagrar ese sufrimiento no a mi fatuidad, sino a algo más importante que yo mismo. No voy a convertirme en torero ni me voy a hacer el seppuku como Mishima. Mi objetivo es ejercitarme hasta que pueda levantar de la silla de ruedas a un enfermo para dejarlo en la cama sin que me tiemble el pulso y poder alzar a una mujer por la cintura, con toda la gracia que ella merece, para que esté un poco más cerca de las estrellas y, luego, de mí.

Por esas dos cosas la sala de máquinas tiene más sentido.

viernes, 6 de mayo de 2011

¿He pecado?

Amigos,  necesito vuestro veredicto. He tenido una flaqueza. Ayer por la noche, después de una cena entre amigos poetas y poetas amigos, en la terraza de un bar, le pedí un cigarro al autor de La vida al filo de la espada. Estuve aguantando las ganas toda la tarde, pero eran las dos de la madrugada y yo tenía una copa de whisky en las manos y estaba hablando de poesía y confidencias. Pero no me tragué el humo, sino que tuve el cigarro en la mano y el humo no entró en mis pulmones. Luego lo apagué y me quedé tranquilo porque no había entrado la nicotina en mi cuerpo. Pero ahora me pregunto si, en verdad, no estuve jugando con fuego y metí la pata hasta el corvejón, porque ahora estoy más cerca de caer que ayer. En fin, que necesito vuestro consejo y veredicto si lo tenéis a bien.

miércoles, 4 de mayo de 2011

En torno al fuego

Yo rodé con unos amigos por una ladera verde e interminable, una primavera. La falda de la montaña era blanda como una cama. La naturaleza nos ofrecía la parte más fresca y amable de su seno.

Ese mismo día alborotamos el río y nos comimos entre todos una sandía gigante. Desparramados como faunos en la linfa, nos bastaba alzar un poco la mano para comer las uvas que pendían de parras medio silvestres.

Por la noche, después de la cena, cantamos alrededor del fuego y entonces nos sobrevino una especie de locura.

Ahora entiendo por qué las tribus danzaban en torno al fuego. Nos recuerdo a todos eufóricos, a voz en grito, coreando canciones y agarrados de la mano, saltando por las llamas y gritando a las estrellas.

No recuerdo ni una sola de las canciones, pero sí que fue una locura larga y amable, una fraternidad, una comunión con las estrellas allí arriba.

Debe haber en nosotros algo atávico, algo de la época en que los ángeles creaban las estrellas lanzando bolas de fuego, algo preanimal que nos hacía en aquel momento inmortales y dichosos.

Esta noche quedáis todos convocados al fuego en la orilla del río. Allí reiremos, cantaremos y bailaremos.

Lo pasaremos bien.

domingo, 1 de mayo de 2011

Aforismos XXIX

1. Ser hombre consiste en no saber vivir nuestra naturaleza con naturalidad.
2. Tener al perro en casa y al padre en un asilo: eso es el pecado.
3. Los derechos no se crean ni se destruyen. Se tienen o no se tienen.
4. Lema del existencialismo: no sabemos qué somos; sólo sabemos que somos.
5. La función del Estado no es dirigir la vida de la gente, sino impedir que la gente dirija la vida de la gente
6. Morir, que es lo feo, es inevitable, pero nacer, que es lo bonito, no. Deja, pues, nacer.
7. Si alguien te cae mal, el problema es tuyo
8. Sin afecto no hay erotismo, sino obscenidad
9. Quizá no seamos libres, pero eso importa poco, porque nos comportamos como si lo fuéramos.
10. Si el hombre hubiese sido diseñado por el hombre, sería un monstruo.

Por cierto, ¿no es absurdo que sea festivo el día del trabajo, que es una maldición, mientras que para el de la madre, que es una bendición, elijan un domingo? Propongo que el trabajo no se celebre y la maternidad sí.