miércoles, 17 de octubre de 2012

Método socrático para dejar de fumar

Amoavé:

Según Sócrates, si yo sé qué es el bien, lo llevo necesariamente a la práctica. Aquí "saber" es estar firmemente connvencido de lo bueno que es algo. Por ejemplo, como estoy firmemente persuadido de que atropellar ancianas cojas está muy requetemal, no las voy atropellando por ahí.

Por tanto, si estuviera firmemente persuadido de que fumar es malísimo para la salud, no fumaría.

El problema es cómo conseguir convencerse firmemente de que fumar es malísimo para la salud. Las cajetillas lo dicen clarísimo. Pero me temo que, hasta que no nos dé un infartito como aviso, uno no se va a convencer firmemente.

El truco del método socrático me lo sugirió un amigo: dejar de fumar no es cuestión de fuerza de voluntad, sino de fe, de confianza, de firme convencimiento de que uno va a ser más feliz sin el tabaco que con él.

Hoy mismo voy a la farmacia a comprar pastillas de convencimiento antes de que me dé el infartito.

4 comentarios:

Ignacio dijo...

Empiezas a demostrar algo de cordura, ya te iba a dar por imposible: fumar no es malo; no está demostrado que tenga ninguna relación con el cancer de pulmón, ni hace ningun tipo de deaño. Lo que sí es malo es no hacer nada al dia: al menos camina un rato; pero lo otro es propaganda servil y siniestra.
Y además si fumas te sirve de preventivo ante malos olores, repugnancias del aire y sigfilis y demás cosas que van por el aire: en los campos de cadçáveres es obligatorio fumar, es la unica prevención posible a infecciones.


Me alegra que hayas decidido venir al lado correcto de la fuerza.

lolo dijo...

Hace algo más de dos semanas me llevé un susto. La fuerza de voluntad tampoco me ha servido. Quien me convenció no fue Sócrates sino un medico amigo con una teoría menos filosófica: si quiero vivir mejor y más tiempo tengo que empezar un plan de pensiones que consiste en llevar una vida más saludable. Todo lo vaya metiendo en la hucha puedo disfrutarlo más adelante. Comer mejor y algo de ejercicio. He reducido a menos de la mitad los cigarrillos. Y me doy cuenta de que tengo ganas de ahorrar para el futuro, incluso creo que puedo quitarme algunos más. Dejo solo los que me resultan más placenteros, que son pocos, te lo aseguro.

En realidad es el susto lo que me ha convencido.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ignacio, me gusta oírte decir que todo es propaganda. Ojalá sea cierto. Sin embargo, sí que sigo dándole vueltas a la idea de dejarlo, aunque no es el miedo al cáncer de pulmón. Y no conocía la capacidad antiséptica del tabaco. Bueno es saberlo. Por ahora sigo en el lado correcto de la fuerza.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Mi querida Lolo, espero de veras que todo se haya quedado en un susto. Te admiro. ¿Cómo eres capaz de fumarte los cigarrillos que realmente te gustan? Yo soy capaz de eso sólo durante un mes o dos. Luego, en cuanto me agobia el estrés, vuelvo a las andadas. Sería estupendo poder hacer como tú. Que no te falten ni la salud ni el placer.