Desde que me hice un programa de deporte para desprogramarme de la nicotina, comencé a ponerme fuerte sin demasiado esfuerzo. El problema es que en una persona obsesiva como yo es la mar de fácil caer en el narcisismo del cuerpo, pero también la mar de feo. Me imagino posando como el de la foto y me muero de vergüenza.
He recibido varios toques de la Tierra y uno del Cielo y me he puesto a buscar razones que me animen a seguir haciendo deporte no por narcisismo y vigorexia, sino:
a) porque Dios me ha dado este soporte material no para que lo afofe en el sofá, sino para que yo le saque el máximo partido. ¿No nos repartió unos talentos a cada uno? Pues a mí me dio pocos, pero uno es este cuerpecito resistente y agradecido
b) porque noto que, cuando corro o hago flexiones, tengo más ganas de vivir y comerme el mundo y siento una especie de droguilla corporal: unacosamugrandequenosepuexplicar
c) porque siempre me han impresionado esos padres fuertes que llevan un hijo colgado de cada brazo
Así que:
a) romperé los espejos de mi casa y consagraré el sufrimiento del deporte a causas nobles: las energías que invierto en mi cuerpo la recogerán los ángeles centuriones para repartirla allá donde haga falta.
b) y no pisaré la sala de máquinas del gimnasio, sino solo la piscina. Y si aun así me pongo más fuerte aún, cuando vaya a la playa, me vestiré de saco y ceniza o iré al alba para no presumir y para que sólo Dios lo vea
c) y, por último, no aumentaré el peso de mis mancuernas. Puede que incluso, en vez de elevar mancuernas hacia el cielo, eleve dos ejemplares de la Biblia Políglota. Sí. Eso haré.
20 comentarios:
muy divertido. Un saludo
Ojalá las mujeres lo tomáramos en ese sentido, habría menos trastornos alimenticios, autoestima más alta y sobre todo tarjetas de credito con menos deudas.
Jesus,polamordedios con que cada vez que veas a una señora o señor cargados a tirar la basura se la lleves tu o le lleves la bolsa de la compra o ayudes a cualquiera con un objeto pesado tu fuerza ya tendrá un sentido...
Que sensible eres...
Recibe tú también mi saludo, Pablo.
Anita, me has dado más motivos para seguir por ese camino. Gracias.
Mujer, tienes toda la razón. Para empezar, nada más que jugando con mis sobrinos pequeños, me ahorro meses de gimnasio.
Sefa, más que sensible, ¡cómo me como el tarro!
Me he asustado cuando he visto la foto. Cuánto ha cambiado Jesús este verano y con solo unas carreras, me he dicho.
Menos mal, había pensado dejar de andar para no ponerme como tú en la foto. Después leyendo lo he entendido todo.
Yo también seguiré con la rutina impuesta y espero no ponerme como el negro de la foto, tendría que renunciar a muchas cosas de mí.
Un abrazo
No cogé ventaja, tranquilo, nunca llegaremos a estar como el negro de la foto. Ni queremos.
yo voy a seguir en el gimnasio, de todas formas, como tu dices me encuentro mejor y sobre todo a la salida, esa cervecita con tapa de tortilla, ummmm, que maravilla el gym.
Jesús, las mancuernas para los presos, en cuanto a correr, comparto contigo los mismos sentimientos. Siempre que quieras puedes contar conmigo y mi tremolante casco para disfrutar de Sevilla a la velocidad de Hermes. Un abrazo.
Menalcas, sin duda eso es lo mejor del gimnasio: la tapa de tortilla. Te haré caso.
Héctor de tremolante casco, que sepas que el Héctor de trapo que me regalaste lo tengo colgado en el coche. Y por eso me acuerdo mucho de ti. Y, bueno, ya que me lo propones, puede que te llame para correr. Un abrazo de guerrero homérico a guerrero homérico.
Don EPIFANIO:
Me pregunto por qué "demoniza" vd el hacer deporte como algo narcista.
Un cuerpo sanamente moldeado (no me refiero ni a los estiramientos de pellejos ni a los culturistas) es bonito y agradable de ver. Ya quisiera yo poder lucir palmito.
Haga usted ejercicio y consiga un cuerpo diez, que en su casa se lo agradecerán. Tampoco se pase vd: el tío de la foto esta atiborrado a pastillas y el día que deje de hacer deporte se pone de fofo como la rana esa de la Guerra de las Galaxias.
25 neutonios.
Don Dyhego, me alegro de saludarle. Tiene usted razón. Demonizo el deporte porque me han pasado algunas cosas que prefiero no contar. Pero sigue usted teniendo razón. Le haré caso.
Jesús, admirable tu actitud. Es muy difíííícil ser hombre de letras y deportista, porque a la hora de elegir, el hombre de letras siempre se queda con el librito en vez de con la pesita. Por esto admiro aún más si cabe esta actitud.
Un abrazo,
Rubén.
Rubén, me han dicho que al hombre de letras lo que mejor le viene es el deporte. Lo garantizo y lo aconsejo. Recibe mi abrazo.
Rubén, me han dicho que al hombre de letras lo que mejor le viene es el deporte. Lo garantizo y lo aconsejo. Recibe mi abrazo.
Las endorfinas.
Lopera in the nest, será por eso por lo que me he enganchado al deporte. Un abrazo, amigo.
Jesús, una curiosidad, ¿el de la foto es el mismo que te vende los rosarios? Saludos.
No sé, Cotta. Yo te encuentro repercutido.
José M., no, Patricio, el que me vende los rosarios, no tiene tiempor ni dinero para dedicarlos a su cuerpo. Él lo dedica a vender rosarios. Por cierto, mañana creo que lo voy a ver después de dos meses. Un abrazo.
Lolo, me alegro mucho de volver a verte. Pero, la verdad, no entiendo bien qué es eso de repercutido. Pero lo que sea lo acepto, viniendo de ti.
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