lunes, 3 de septiembre de 2012

El entierro del canario


Cuando vimos la jaula vacía y tirada al suelo y los restos de plumas, todos sospechamos del gato vagabundo que habíamos adoptado.

Pero el gato nos miraba filosóficamente, como miran los gatos, sentado en una piedra.

Los niños recogieron dos plumas del canario y las enterraron en el césped. Allí clavaron una cruz y, como estaban puestos los aspersores del césped, todos desplegaron un paraguas para poder rezar como en toda escena de entierro de peli que se precie. Eso sí, iban en bañador.

Ahora el pájaro estará en el cielo de los pájaros, cantando cuando le apetezca, allí donde los gatos no comen canarios.

14 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epìfanio:
O quizás esté en Canora.
25 neutonios con trinos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, me alegro de saludarlo. Espero que haya tenido un verano feliz. 25 neutonios.

eres_mi_cruz dijo...

no hay duda, fue el gato...
la mirada filosófica lo delata:
qué pasa, tíos, así es la vida...

me alegro de verte, jesús...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eresmicruz, le buscamos en vano restos de pájaro en el bigote, pero como, además de filosófos, los gatos son muy limpios, no pudimos acusarlo. A mí me ha alegrado más aún tu saludo.

Blimunda dijo...

Yo creo que el gato razonador este abrió la puerta y metió la zarpa, pero en esas anduvo bien listo el pájaro que salió volando dejando cuatro plumas trás de sí.

Y ahora, vuela.

(Aunque entiendo a los niños.)

Besos.






Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, las plumas quedan bien enterradas por si acaso, pero tu interpretación de los hechos me gusta más que la que yo hice. Ahora el pájaro estará libre y feliz. Se lo dire a los niños de tu parte.

Micotta dijo...

Bueno, ?qué pasó al final con el pájaro ingrato? Eso quizás no sea tan poético. Espero que hayáis tenido una buena entrada de curso y hayas podido entregar lios ejemplares a tiempo. Un beso desde Málaga que al final no nos pudimos despedir.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Micotta, sí, ayer entregué los ejemplares y respiré tranquilo, aunque ahora me tengo que preparar la presentación. Un beso para ti, tus tres príncipes y tus dos princesas.

Enrique Barrero dijo...

Yo creo, Jesús, que el gato saltó y abrió amablemente la jaula al pajaro, y quedaron algunas plumas en la bien calculada evasíon. Quizás anden ambos riendo de buena gana sobre la tumba. Un abrazo y ánimo con esos ejemplares entregados.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Enrique, es curioso que todos en aquel momento pensásemos lo peor, pero está claro que las cosas que no hemos visto no siempre son como suponemos que han sido. Así que les diré a todos los niños que rezaron ante la cruz que el canario los estaba viendo desde el ciprés. Eso les diré. Y para ti un abrazo.

lolo dijo...

El entierro en bañador bajo la lluvia del aspersor me parece un magnífico final para un pájaro. Lo importante son los niños. Y que supieran despedirle de forma tan humana. O eso me parece.

Vuelo yo si tu vuelves.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, tendrías que haberlos visto. Pensé que te lo tenía que contar.

ReyVindiko dijo...

Te escribo desde mi nuevo y flamante cacharro. Un amigo dice que la diferencia entre un hombre y un niño está en el precio de sus juguetes.
Me alegro de volver a leerte.
Por lo visto el dueño del canario -que había estado de viaje- al conocer lo sucedido a su mascota, comentó:
"Ya sólo falta el perro y mi suegra"

Jesús Cotta Lobato dijo...

Me alegro de tu nuevo cacharro. Ya pasaré a recoger el antiguo, que aquí lo esperan como agua de mayo.

Lo mejor fue el comentario del dueño. Le quitó todo el hierro al asunto. Un beso.