domingo, 16 de septiembre de 2012

Gritar desde la cumbre

Llevo dos meses trabajando demasiado con la cabeza. Un encargo editorial que me urge entregar, la tesina que la leo el jueves, la preparación de clases para el principio de curso, dos colaboraciones que me han pedido. Y no sigo, que me mareo.

Estoy dejando en el tintero este cuaderno y otras cosas que me gustan porque no tengo tiempo para rascarme el único pelo que tengo en el cráneo, el que querían que me tapara con un gorro de baño en mi antiguo gimnasio.

Estoy de los nervios y necesito subir a la cumbre de una montaña con una sandía gigante en la espalda. Y una vez en la cumbre la arrojaré para que reviente contra las peñas mientras lanzo un grito hipohuracanado.

Si no fuera porque amo los árboles, talaría uno para tallar un ángel con ropa de centurión. También necesito dar saltos y gritar y hacer locuras de amor, como las de don Quijote en Sierra Morena.

Ah, y si me dais una espada, os reto a un combate de esgrima.

Y luego me arrojaría a una poza de agua fresca, allí donde las aguas emergentes inauguran un río.

Así estoy.

Ahora mismito me estoy dando cuenta de que tengo un cuerpo que me está pidiendo a gritosa moverse, brincar, dar patadas al aire.

Me conformaré con la ducha .

14 comentarios:

María Cusí dijo...

Saca un ratito para moverte, que te sentará bien. Un abrazo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eso he hecho, Sefa. Gracias por el consejo.

reyvindiko dijo...

Pues mañana habrá que trabajar con la cabeza, con el cuerpo y con el corazón.
Y sólo por sobrevivir -o casi.
Un fuerte abrazo preñado de buenos deseos, hermano.

Varenka dijo...

Esto te pasa por tener una cabeza que da tanto de si. Y nosotros contentos que disfrutamos un poco de ella.

Pero si, entre tesina -felicidades!- clases, libros y otros compromisos, encuentra un ratito para el mar, la poza...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Gracias. También te deseo a ti lo mejor para hoy. Estoy nerviosete, pero me has calmado. Un beso.

Varenka, el mar y la poza son lo que más me gustan. Me has dado en mi punto débil. Buscaré ese rato. Me alegro mucho de saludarte.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
¡No se me estrese usté, buen hombre!
Como dicen burramente por aquí: con paciencia y salivica, se la metió el elefante a la hormiguica...
Así que, usté, despacico y una cosa detrás de otra.
Seguro que la exposición de su tesina le saldrá bien y sus encargos literarios también.
Manténganos al día.
Grite, corra, salte y desfóguese como a usted mejor le plazca.
25 neutonios sosega2.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, ¡pero qué refranes expresivos tienen ustedes! Pues hala, haré como usted me prescribe. Reciba mis neutonios desaforados.

lolo dijo...

Doctor Cotta: tras el baño en el mar o la poza, le animo al lanzamiento de sandía y aún más al grito hipohuracanado. Este último surte efectos a medio y largo plazo. Comprobado.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, deberíamos patentarlo, porque ya somos dos quienes nos hemos beneficiado de sus efectos. Necesitaba el lanzamiento, porque hoy empiezo las clases. Hasta pronto.

Blimunda dijo...

Suerte el jueves, maestro.
Y mucho corazón.

Naranjito dijo...

No se estrese Maestro que las clases estan a la vuelta de la esquinas y sus alumnos le necesitan en plenitud de facultades. Para desfogarse le "reto" a un combate de Kendo, milenaria esgrima japonesa, donde podremos gritar todo lo que nos dé la real gana. !que a gustito se queda uno!.
Suerte en todo lo que anda usted metido Don Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, gracias. Ya te contaré.

Naranjito, ¿no me diga usted que sabe kendo? Menuda caja de sorpresas. Me han dado ganas de aprender.

lolo dijo...

Seguro que ha ido muy bien.
Te deseo un respiro para bañarte en la poza.

Jesús Cotta Lobato dijo...

¡Lolo, te has acordado! Lástima no poder contar aquí todo lo de esta mañana. Pero, sí, se puede decir que me ha ido bien. ¡La poza a tu salud!