Recuerdo algunas discusiones de las niñas de mi barrio, donde las armas dialécticas parecían sacadas de un libro de magia. Las mías eran muy limitadas. Por ejemplo, si me decían “apártate, que la carne de burro no es transparente”, se me ocurría a lo sumo responder: “Según los ojos de cerdo con que mires”. Pero, en general, yo no estaba al quite para responder mal y pronto. Sin embargo, las niñas, ay, ellas sí que tenían recursos.
Si fulanita insultaba a menganita, esta ofrecía las palmas y decía: “Espejito mágico” y entonces el insulto volvía a fulanita. Pero ¡esta no se quedaba de brazos cruzados", sino que, antes de que el insulto le reventara en al cara, gritaba saltando: “Rebota rebota y en tu culo explota”, a lo que menganita contrarreplicaba “Burbuja irrompible” mientras trazaba con las manos una inmensa burbuja protectora en torno a su cuerpo, contra el que rebotaba todo insulto posible, por muy burro que fuese, a no ser que a fulanita tuviera un superinsulto resquebrajador del tipo: "Pedorra, pedorra, que tienes las manos coloradas", y si menganita se las miraba, entonces ¡de nada le había servido su burbuja irrompible!. Y así podían pasarse las niñas discutiendo mágicamente con movimientos de manos más que de palabras. Parecía que más que discutir hacían conjuros.
¿Estaremos nosotros haciendo lo mismo cuando al discutir lanzamos al oponente un neutralizador de disidentes como “facha” o cuando sacamos, ante un dato irrefutable, el inutilizador de datos gracias a una afirmación tan políticamente correcta que nadie en su sano juicio se atreverá a refutarla o cuando, si alguien me saca las vergüenzas de mi partido, yo duplico las del suyo? Quizá ahora movemos menos las manos que las niñas de mi barrio, pero ¡qué parecidas son las armas!
4 comentarios:
En un artículo del director de La Vanguardia, Màrius Carol, publicado ayer (aquí: https://www.lavanguardia.com/opinion/20190608/462749518224/la-frontera-entre-ganar-y-perder.html) se contiene la frase siguiente, relativa a las discusiones sobre la formación de un gobierno para la alcaldía de Barcelona: "Ernest Maragall proclamó el viernes que Colau debe decidir si está con “las víctimas o los carceleros”, lo que no es un argumento racional, ni político. Hemos entrado en el terreno de la intimidación". Es exacto; y me temo que eso no ocurra sólo en ese tema, ni sólo en Barcelona.
Don Epifanio:
desacreditar al enemigo de cualquier forma.
Y como son palabras de ida y vuelta todos podemos ser al mismo tiempo:fachas, rojos, progres, reaccionarios, cabrones, maricones, hijoputas, cornudos, etc y todo ello adornado con la expresión "de mierda".
Hala, a poner etiquetas.
25 neutonios sin etiquetas.
Anónimo, desconozco la polémica y sus vericuetos. NO sé qué decir al respecto. Un saludo
Don Diego, colocando palabras malsonantes la gente se siente más cargada de razón. 25 neutonios argumentativos, sin armas arrojadizas.
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