Ayer vi a los empleados municipales cosechando las naranjas que inundan en esta estación las calles de Sevilla. Eran entre unos quince o veinte. Y observé que, subidos a la escalera para varear el árbol, había solo hombres, y las mujeres estaban abajo recogiendo las naranjas. Y me pareció revelador del poder de la naturaleza el hecho de que, aunque el ayuntamiento no distingue entre trabajos femeninos y masculinos (aunque supongo que a la hora de contratar habrá una paridad o algo así), los trabajadores acaban diferenciando tareas según los sexos, y no solo porque los hombres tengan más potencia física, sino porque les gusta más la tarea de subirse y varear que la de agacharse y recoger. Debe ser una mezcla de actitud, educación y testosterona.
Esa diferenciación por sexos no ocurre en mi trabajo, porque en él no se requiere para casi nada el esfuerzo físico. Por eso soy tan sensible a estas distinciones cuando las encuentro. Y ya he visto esta diferenciación de tareas por sexo en más de una ocasión en los trabajadores municipales.
Tengo que confesar que, cuando vi a los varones encaramados a los árboles, y a las mujeres recogiendo las naranjas en canastas, me pareció que las cosas no habían cambiado nada desde que el homo sapiens pisa la tierra. Y me parece muy bien. Yo amo la libertad y la naturaleza.
4 comentarios:
Don Epifanio:
el tema que plantea usted hoy puede ser interpretado de tantas manera y hay tanta casuística, que sería difícil llegar a una conclusión.
¿Y si hay una señor muy gordo que no puede subirse a la escalera para coger las naranjas y hay una señora que tiene más agilidad? ¿Y si hubiera que fijarse más en las capacidades que en el sexo o en la paridad?
25 neutonios naranjeros.
Don Diego, desde luego que lo importante para repartir el trabajo es la libertad, la espontaneidad y la capacidad, y no la paridad o el sexo. En esta entrada solo quería señalar que he observado en varias ocasiones que, en ese reparto del trabajo, también desempeña su papel la naturaleza, con su dimorfismo sexual, tan denostado. 25 neutonios arboleros
Don Epifanio:
si lo entiendo a usted perfectamente.
¡Siempre habrá más "albañilos" que "albañilas" por razones obvias!
Aún así, creo que hay que superar definitivamente esa fase de "trabajos masculinos" y "trabajos femeninos" y pasar a otra en la que no se pongan obstáculos si un hombre quiere ser "comadrón" o una mujer quiere ser "minera".
25 neutonios laborales.
Claro que sí, don Diego. Le voy a poner dos ejemplos: conozco a una mujer en el mundo de los aviones que se mueve en un ambiente masculino adverso, donde se lo ponen todo más difícil y lo que perdonarían en un hombre, en su caso lo asocian al hecho de ser mujer. Y luego conozco el caso de dos chicos que querían estudiar educación infantil y todos los disuadieron, en la idea de que ningún padre quería que sus hijos estuvieran cuidados por varones. 25 neutonios
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