YO: Doctor, hace seis días, haciendo gimnasia, me puse de rodillas y noté un bulto en la rodilla.
DOCTOR. Eso es una bursitis. ¿Ha hecho usted un esfuerzo fuerte con la rodilla o se ha dado algún golpe?
YO. El domingo estuve rezando arrodillado.
DOCTOR. Haga usted como nuestras abuelas, que se llevaban una almohadilla para rezar.
YO. El caso es que el reclinatorio estaba almohadillado.
DOCTOR. Le recomiendo que rece usted de pie o sentado. ¿No es Dios nuestro amigo? Pues con un amigo puede estar uno tumbado o sentando tomándose un vinito.
YO. Tiene usted razón.
DOCTOR. Cuando vaya usted a rezar, dígale usted las cosas malas que ha hecho, pero ¡también las buenas! Para que Él las ponga en la balanza.
YO. Sí, a ver si me oye.
DOCTOR. Claro que sí. No tenga usted la menor duda. Y aquí tiene: hágase una ecografía en la clínica Santa Isabel y vuelva a ver qué le ha pasado en la rodilla.
Y esa ha sido la receta: rezar sentado y una ecografía.
8 comentarios:
Me ha gustado el dialogo, y creo no es una ficcion, sino que ha nacido de una experiencia personal
La manera de narrarlo es bastante agil
La verdad, don Epifanio, es que no termino de entender para qué sirve la mortificación.
Espero fervientemente que se recupere usted muy pronto.
25 neutonios salutíferos.
José Casagrande, ha acertado usted: fue todo tal como lo cuento. Un saludo muy cordial
Don Diego, no fue por mortificación por lo que me arrodillé, sino por veneración. Rezar de rodillas es una forma de poner no solo el corazón, sino todo el cuerpo enfocado en el acto de dirigirse a la divinidad. Reciba usted 25 neutonios venerables
Jaajajajaaja. Buenísimo.
Rezar de rodillas como los pastores en Belén, como los ángeles.
Varenka, ay, por ahora no Me lo perMiten las rodillas. Un cordial saludo
Cuídate, Cotta. Igual te va bien alguna semana de tertulia y reposo. Un abrazo y recuerdo.
Lolo
Lo haré, Lolo, a tu salud.
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