Pues he aquí que ya tengo comprobado que esta clase a mis alumnos les encanta. Les digo que les voy a enseñar los números en latín, del uno al diez; pero pongo junto a la lista del latín la traducción en español y en las lenguas que sé que conocen: inglés y francés.
Luego añado yo el griego, el alemán y el italiano. Y les pregunto qué otras lenguas conocen. Y siempre me sorprenden: japonés (esa siempre cae), catalán, rumano, árabe, una vez incluso armenio...
Y, para hacer la gracia, añado otra lista para una lengua que nos vamos a inventar. Esta última vez la lengua inventada ha recibido la denominación de burdún.
Y cada vez que completo en todos los idiomas cómo se dice un número, invito a un alumno a inventarse una palabra para el burdún, y normalmente las palabras escogidas son la mar de impropias o feas: chungobongo, tete, satepín, etc...
Luego decimos de corrido todos los números adoptando una pose distinta para cada lengua (en francés, por ejemplo, hay que pronunciarlos sacando el meñique, y en italiano juntando las puntas de los dedos como si dijéramos "mamma mía"). Y por último hacemos una especie de votación eurovisiva para ver cuál es el idioma que más les ha gustado.
¡Y siempre gana el burdún!
4 comentarios:
Saludos, pues el ejercicio se ve muy divertido. Hacer lenguas no es tarea facil, pero veo que aqui han encontrado una manera muy interesante para desarrollar el Burdun
Don Epifanio:
creo que el burdún puede ser un idioma muy útil para crear fuertes y longevas amistades.
25 neutonios burdunenses.
(Muy buenos sus métodos).
José, lo mantendré a usted informado de la creciente complejidad de esta lengua en formación. Reciba usted mi más cordial saludo.
Don Diego, ¡lo bien que nos lo pasaremos los dos en el más allá creando una civilización que hable el burdún! 25 chimpibongüeros (que así se dice neutonio en burdún)
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