Aquí, y viene de Texas, donde han prohibido por horripilante el aborto por desmembramiento.
3 comentarios:
D
dijo...
Ojalá, D. Jesús.
Ojalá un día se les caiga encima la verdad, que se les caiga encima con todo el peso de la evidencia de la ciencia consolidada y de la lógica elemental. Esa ciencia genética que, aplicada a la conservación de la naturaleza, cuida zigotos de lince de y de tigre a punto de la extinción porque sabe que son linces y tigres desde Mendel -si no antes-, la misma ciencia que, aplicada al hombre, consiente que se diga que el zigoto humano no es humano y que es un producto -o cosas peores-.
Ni creyente ni no creyente. Humanidad. No hace falta mirar más allá de las nubes, ni creer en nada, para ver lo que es evidente: son seres humanos en un gradiente continuo de desarrollo (ergo, no hay fases). Podremos preguntarnos ¿y qué es el desarrollo? ¿y qué es ser? ¿y cómo se que estoy frente a un gradiente y no frente a una ilusión de gradiente o, a un pseudogradiente? ¿y cuándo 'eso' tiene derechos -quitémosle el nombre para que así nos podamos alejar de la verdad e irnos al bar o a la tv tan campantes-. Y podemos preguntar muchísimas idioteces más, porque la idiotez viaja a la velocidad de la luz y tiende a expandirse, como parece que hace el universo. Podemos preguntarnos y poner ensartar todo lo cierto y conocido para cocinar la duda y el relativismo y servirlos como plato principal de nuestro creciente empacho. Hágase. Ensártese. Hecho.
Es llamativo que en la época del materialismo atroz y del cientificismo, se renuncie a reconocer la materia con la que todo el mundo concuerda que estamos hechos -independientemente de que otros vean 'algo más'- y se renuncie a la ciencia que dice que ahí hay un ser humano desarrollándose. Un par de primeras estupideces con elevación cuadrática a otras dos estupideces que las obvian.
Pues aporta usted argumentos estupendos y sutiles que pienso utilizar cuando salga el tema. Y me recuerda usted a un argumento que creo haber oído a Gustavo Bueno, ateo y materialista, que afirmaba que en otras épocas, cuando no se sabía bien qué había en el vientre de la madre, tenía más disculpas ser abortista que ahora que sabemos cómo es en cada instante y con qué complejidad el ser humano concebido. Gracias por sus argumentos.
3 comentarios:
Ojalá, D. Jesús.
Ojalá un día se les caiga encima la verdad, que se les caiga encima con todo el peso de la evidencia de la ciencia consolidada y de la lógica elemental. Esa ciencia genética que, aplicada a la conservación de la naturaleza, cuida zigotos de lince de y de tigre a punto de la extinción porque sabe que son linces y tigres desde Mendel -si no antes-, la misma ciencia que, aplicada al hombre, consiente que se diga que el zigoto humano no es humano y que es un producto -o cosas peores-.
Ni creyente ni no creyente. Humanidad. No hace falta mirar más allá de las nubes, ni creer en nada, para ver lo que es evidente: son seres humanos en un gradiente continuo de desarrollo (ergo, no hay fases). Podremos preguntarnos ¿y qué es el desarrollo? ¿y qué es ser? ¿y cómo se que estoy frente a un gradiente y no frente a una ilusión de gradiente o, a un pseudogradiente? ¿y cuándo 'eso' tiene derechos -quitémosle el nombre para que así nos podamos alejar de la verdad e irnos al bar o a la tv tan campantes-. Y podemos preguntar muchísimas idioteces más, porque la idiotez viaja a la velocidad de la luz y tiende a expandirse, como parece que hace el universo. Podemos preguntarnos y poner ensartar todo lo cierto y conocido para cocinar la duda y el relativismo y servirlos como plato principal de nuestro creciente empacho. Hágase. Ensártese. Hecho.
Es llamativo que en la época del materialismo atroz y del cientificismo, se renuncie a reconocer la materia con la que todo el mundo concuerda que estamos hechos -independientemente de que otros vean 'algo más'- y se renuncie a la ciencia que dice que ahí hay un ser humano desarrollándose. Un par de primeras estupideces con elevación cuadrática a otras dos estupideces que las obvian.
Pues aporta usted argumentos estupendos y sutiles que pienso utilizar cuando salga el tema. Y me recuerda usted a un argumento que creo haber oído a Gustavo Bueno, ateo y materialista, que afirmaba que en otras épocas, cuando no se sabía bien qué había en el vientre de la madre, tenía más disculpas ser abortista que ahora que sabemos cómo es en cada instante y con qué complejidad el ser humano concebido.
Gracias por sus argumentos.
Don Epifanio:
supongo que es una decisión sumamente difícil y complicada.
Mejor no tener que llegar a eso.
25 neutonios.
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