sábado, 24 de julio de 2010

Cuando besé la reliquia

El otro día, en la parroquia pasionista de Santa María Goretti, en Málaga, nos dieron a besar la reliquia de la niña de doce años que le da nombre a la parroquia. Luego, cantó el grupo de cámara y coro ETSI Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid, que aún me acaricia los oídos. Y, por último, cerveza con el padre Ciro, oriundo de la República de San Marino. Le pregunté si San Marino participaba en los mundiales.

Pero yo seguía con el beso de la reliquia en los labios. El hombre sensual y sudoroso que soy la había besado con devoción, porque siempre me ha maravillado la castidad. Cuando se guarda gustosamente y sin orgullo y por respeto al propio cuerpo, es un misterio luminoso ante el que me inclino. De algún modo que no logro explicar, la considero moralmente superior al vaivén de simio desatadillo al que me veo abocado a poco que me descuide. Y supongo que es necesaria para que el ángel y el animal que soy no se conviertan en demonio y bestia, para que los músculos estén al servicio del bien y no sólo para lucirlos en la playa, para ser señor yo de mi cuerpo y no su esclavo, para que el cuerpo sea compañía reconfortante del amado y no un organismo que exige hidromasajes, saunas y nuevas experiencias que no me hacen más hombre ni más sabio.

Todo eso sentí cuando el padre Luis nos hablaba en la homilía de aquella niña a quien Alejandro, su violador frustrado, le infligió doce puñaladas y una larga agonía por negarse a sus requerimientos. Me vi a mí mismo como un híbrido de ángel y animal que se dan mucha guerra el uno al otro y que en vano me esfuerzo por conciliar leyendo mucho. Quizá esa muchacha tenga mucho más que decirme que todos mis filósofos. Quizá ella me quiera decir que la felicidad no consiste en devorar placeres, sino en tener el corazón en un sitio más alto, en guardar sólo para el Amor el propio cuerpo, donde habita el Espíritu. Sólo entonces los placeres me darán paz y no sólo placer.

Lástima que las feministas no la hayan nombrado su patrona, tal vez porque consideran que murió defendiendo su castidad y no su dignidad de mujer. Y no se dan cuenta de que para ella ambas cosas eran lo mismo.

Por cierto, ya que hoy estoy tan religioso, os informo de que me voy a Galicia y allí, además de bañarme en el Atlántico por mucho que llueva, abrazaré al Apóstol. Si alguien quiere encargarme que le diga algo, no tiene más que decírmelo.

14 comentarios:

Naranjito dijo...

Maestro Cotta: Dile al Santo Patrón que el año próximo, si mi santa, sufrida, querida, guapisima, amantisima, compañera, amiga, madre de mis hijos, "peasodebombon", esposa de mis entretelas, me da el oportuno y pernitente permiso, este medio agnostico piensa hacer el camino por la Ruta de la Plata. (Te habras dado cuenta que ya he empezado a hacerle la pelota) Feliz viaje y que lo disfrutes).

Juanma dijo...

Le das recuerdos nuestros, de la Lola y el Juanma...aquellos tortolitos que lo abrazaron en su luna de miel.

Abrazos.

Blimunda dijo...

Jesús, yo no lo veo como una cuestión de dicotomías. Se puede tener el corazón en un lugar alto o muy alto y al mismo tiempo no renunciar al placer, porque este no es inferior, está a otro nivel, es diferente.
Somos cuerpo y espíritu, las dos cosas y hemos de cultivarnos en los dos sentidos,eso sí con equilibrio sin descompensar la balanza ni hacia uno, ni hacia el otro.
Lo que pasa es que tú eres muy espiritual y muy corporal y no dejan de darte guerra tus dos humanidades.

Cuando yo paseé por las callejuelas de Santiago y de pronto llegué a la Plaza de Obradoiro sentí como si llegara al cielo después de un camino tortuoso. Me impresionó (yo también fui en viaje de novios, como JUANMA)

Que lo disfrutes de verdad. Besos!!!!

Juanma dijo...

Un segundito, Jesús, por favor...Blimunda, lo nuestro comienza a ser de novela. Besos.

Blimunda dijo...

Juanma: eso mismo había pensado yo.
Más besos.

José María JURADO dijo...

¡¡¡El coro de mi escuela!!!
Tengo un encargo tremendo, dale un abrazo y piensa en él. Es una encomienda familiar. Gracias.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Nsranjito, se lo diré y entonces podrás llevartela a la ruta de la Plata y del Oro y tratarla como a una reina como veo que haces.

Juanma, se los daré y pediré por esos otortolitos y sus hijos y lo abrazaré con más gusto sabiendo que vosotros lo habéis abrazado.

Blimunda, tienes razón, pero por más esfuerzos que hago para no verlo como dicotomías, no lo consigo, salvo, a veces, poniendo mi esperanza y mi gratitud en Dios. Me emocionó tu carta sobre la s vírgenes. Jamás pensé que unas frases podían alcanzar tanto sentido gracias a una lectora que encuentra en ellas mas de lo que yo creí que puse.

José María, no te preocupes. El coro tendrá mención especial. Un abrazo.

José María JURADO dijo...

Jesús, me expliqué mal, rézale a Santiago por un familiar mío, gracias.

Las hojas del roble dijo...

Precioso ejemplo, Jesús.
Reza al Santo Patrono por todos.
Un gran abrazo, amigo mío.

Blimunda dijo...

Jesús: al margen de la hermenéutica, que algo hace, los sentidos y la destreza en las imágenes son sólo logros tuyos. Ni yo ni nadie podría encontrar maravillas dónde no las hubiera.
Esperanza y gratitud...ese es el camino pues.
Besos y versos.

Mery dijo...

Me parece muy digno y honroso que busques la sabiduría y la felicidad en ese lugar elevado que nadie sabe cómo y dónde encontrar.
Quizás en ello se base la inteligencia suprema del ser humano y también su gozo: la búsqueda.
Que te vaya muy bien en Santiago (reza un poquito por nosotros, al menos por mí; eso siempre viene bien y es de agradecer)

Un fuerte abrazo

Alejandro Muñoz dijo...

Pensaba que no existían Alejandros malos en el mundo. Pídele al Apostol porque no prohiban las corridas de toros en Sevilla, que en otros sitios van a tener que volver a Perpignan como hace cuarenta años.

Anónimo dijo...

Hola Epifanio ... saludos desde Argentina. Un gusto pasear por tu Blog. Uno de los pocos buenos motivos para permanecer enchufada a este artificio que tanto me hace enojar. ¿Que opinás de nuestros escritores músicos y demás cronopios latinoamericanos?

Jesús Cotta Lobato dijo...

Mery, recé por ti.

Alejandro, por las corridas se me olvidó rezar. Pero el día en que se prohibieran en Sevilla, sería el fin del mundo.

Hojas, recé por ti también.

Anónimo, la verdad es que yo no hago distinción entre escritores españoles y americanos. La patria común es la lengua y considero míos a los tuyos. Un abrazo.