miércoles, 13 de abril de 2011

Esculpir el cuerpo en el gimnasio

Hay en esto de esculpirse el cuerpo en el gimnasio un deseo de emular a Dios cuando modelaba con barro a Adán y de enmendarle la plana. Es como decirle: "Mira, Dios, no tenías que haberme puesto tanta barriguita, que mira lo que cuesta eliminarla con dietas y ejercicios duros y abdominales. Y, en fin, los pectorales me los pusiste de mantequilla y ahora tengo que ser yo quien los convierta en acero. Y ¿no crees que te pasaste con  el recubrimiento del vello corporal? Mi depiladora se está forrando a costa de tus excesos".

Esculpir el cuerpo con pesas y máquinas es rehacer a nuestro gusto el barro de Adán. Es cierto que cuesta sudor y mortificación, que hay que sufrir más que un asceta en el desierto, que el cilicio y el esparto del ermitaño son una tontada comparados con las mancuernas, las dietas y las palizas corporales del culturista. Pero la sensación de poder que otorga el ser uno, y no la naturaleza o los genes, el modelador de su cuerpo es tan sumamente gratificante, que compensa, aun cuando uno tenga que estropear la salud y la forma natural del cuerpo que con amor nos dieron nuestros padres una noche (o una siesta).

Sin embargo, qué frágil ese coloso de músculos... Un ataque de hemorroides, un virus, un improvisado trombo, una nueva alergia y un sinfín de posibilidades a cual más insospechada y puñetera nos postran en el suelo o en el diván del psiquiatra. Y la torre de músculos se hunde...

Jesús, cuando sudes la gota gorda en el gimnasio, recuerda que estás invirtiendo sudor y sufrimiento en algo que se acabarán comiendo los gusanos. Ejercítalo, pues, no para la vanidad, sino para el amor, para Dios, para la poesía, para proteger al niño y al desamparado, para la resurrección de los cuerpos.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

empecé en el gimnasio por un dolor de espaldas y ahora estoy enviciado, pero me gusta mucho ese vino que tomamos a la salida, tal vez sea la razón por la que sigo. un abrazo

lolo dijo...

Cotta, no.

Blimunda dijo...

Ese ejercicio final con el que acabas me gusta porque nos recuerda que estamos hechos de barro también por dentro.
Yo conozco a alguien que se levanta a las seis de la mañana para moldearse para su Eva...

Ánimo Jesús y muchos besos.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
Para estar guapo hay que sufrir, eso es impepinable.
150 neutonios, hala.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Menalcas, gimnasio y vino son muy recomendables. Sigue.

Lolo, no sé si dices no a la reflexión que hago, al consejo que me doy al final o al gimnasio en general. Me preocupa mucho tu juicio. Estoy en ascuas.

Blimunda, si ese Adán cada mañana sale a correr y a brincar por esos campos de Dios para su Eva como don Quijote en Sierra Morena, merece cada día un racimo de besos y un espolvoreo de canela.

Dyhego, hay gente que es guapa sin sufrir. Esos sí que son guapos de verdad. Reciba usted mis neutonios.

lolo dijo...

No estés en ascuas, hombre. Creo que es una engañifa pretender moldear lo que dentro de unos años, o en cuanto venga el virus, es seguro que caerá. Como si fuéramos esculturas, menuda barbaridad. Si te gusta estar en forma corre, haz bicicleta, respira... los gimnasios son antros de proteínas y narcisos. No les veo la bondad por ningún lado. La guapura es otra cosa pero claro, es una opinión personal.

En cuanto a la resurrección de los cuerpos me temo que tus esfuerzos de ahora no son los que te servirán. Si por amor o por dar gloria, por salvar a los indefensos... aquí también un no, son otros músculos los que hay que tensar. No me hagas mucho caso, tengo un mal día. No era mi intención emitir un juicio, disculpa mi parquedad.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
También es cierto que los que somos feos, con poquico que nos arreglemos, quedamos muy resultones...
A mí esto de la gimnasia me tiene desesperao: todo lo que pierdo durante la semana lo gana (con creces) los fines de idem.
25 neutonios culturistas.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, tienes toda la razón. De hecho, hoy me estaba replanteando esto del gimnasio. Voy a la piscina más que a la musculación y aun así hay algo que me echa para atrás. Gracias.

Dyhego, esa suerte que tenemos. Y, bueno, si los fines de idem recuperas lo perdido en los cinco días anteriores, ¡alégrate! El hambre es señal de salud.

MAROCHA dijo...

Jesús, recibe de mi parte un besico en la calva y otro en la barriguita y deja de sufrir, por Dios!!
Todo a la vez....ufff! eres un valiente.

Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Marocha, estoy pensando en dejar el gimnasio. Pero por ahora sigo, porque para seguir sin fumar me consuela pensar: ahora que me he apuntado al gimnasio, ¿voy a recaer en el vicio?

Anónimo dijo...

Difícil tarea, dejar de fumar. De todas formas creo (al menos ésa es mi experiencia) que el ejercicio aeróbico (natación, jogging) ayuda más que las máquinas de musculación. Yo lo he dejado muchísimas veces (algunas durante años) aunque recientemente he vuelto a caer...La vida sin tabaco es, no sé, un poco más "vacía", pero tras una sesión de 2000m en la piscina o unos cuantos km en la cinta o por el parque, te olvidas del maldito cigarrillo y te sientes, es verdad, como un dios (o diosa). Saludos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sara, de hecho es en la piscina donde más tiempo paso. La musculación ayuda poco a dejar de fumar. Tienes toda la razón y quizá la deje. Y, bueno, ese vacío que dices lo siento yo. Pero estoy preparado para soportarlo.