miércoles, 13 de junio de 2012

Sueño y crisis

He soñado que la Tierra había entrado en una época de oscuridad y barbarie. Yo me dirigía a pie con muchos miembros de mi familia por unos campos desolados. Pasábamos por encima de tumbas de cristal donde yacían los grandes reyes del pasado. Recuerdo, en concreto, que, cuando pasé por encima de la de los Reyes Católicos, sentí el impulso de cubrirla bajo tierra para que los invasores no la profanaran. Pero todos, con miedo y prisa, tiraron de mí hacia adelante, fuese eso lo que fuese.

Pero lo que más me atormentaba era que yo no sabía cómo podría salir adelante en la nueva situación. Todas las instituciones y seguridades habían caído y yo sólo sabía un poco de griego, de latín y de filosofía. ¿A quién le podía interesar eso en una época donde lo importante era que no nos robaran las patatas del huerto del que comíamos treinta personas?

Lo más opresivo del sueño era mi angustia para sacar adelante a los míos donde nada de lo que yo era, pensaba, creía y sabía valía un pimiento.

Así que, esta mañana, cuando mis compañeros de trabajo se han quejado, como es natural, de la crisis y de lo mal que está todo, yo no dejaba de sonreír, porque mis alumnos me esperaban para que les explicara el ablativo absoluto y los verbos deponentes.

6 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Yo creo que no hay nada inútil sino que hay que esperar la ocasión propicia para hacer uso.
25 neutonios absolutos.

Héctor dijo...

Yo hoy he soñado que dejaba la milicia, que mis últimos días de profesión se estaban cumpliendo, me desvestiría el uniforme árido, me quitaría el casco apoyado sobre el fusil, las chapas donde está gravado mi nombre, sangre y religión por si algún día hubiera que identificar los restos que quedaran de alguien que luchó por las personas sin entender de fronteras ni colores, me abrazaría a los hombres que han trabajado codo con codo, con esos mismos con los que pasé frío extremo, calor asfixiante, noches largas y tenebrosas, hambre, sed, miedo y tristeza... por más suerte que por desgracia, he soñado despierto, y mi sueño se hará realidad para dedicarme por completo a otro sueño... Me impulsa el dios más poderoso, y este dios es incompatible con mi oficio.

Un abrazo, Héctor.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, eso espero yo: que siempre habrá personas con ganas de aprender las cosas más peregrinas. Y eso es los que nos salva a nosotros, los peregrinos. 25 neutonios anticrisis

Héctor de tremolante casco, como tú, también el Héctor de la Ilíada luchaba por las personas, no por las patrias y los colores. Él nunca decía: "Salvemos Troya", sino "salvemos a los troyanos y a las troyanas y a nuestros hijos y nuestras casas". Y yo creo que el dios más poderoso que te impulsa ve con buenos ojos tu lucha a favor de las personas. Ese es el verdadero soldado. Un abrazo de hombre a hombre.

Anónimo dijo...

No te conozco, pero he soñado lo mismo... la sensación angustiosa me hizo despertar en plena noche... como dices, todas la seguridades con las que contamos se habían desplomado.. espero que encontremos la manera de salir adelante... por nosotros, por nuestros hijos e hijas..

lolo dijo...

El ablativo, los verbos deponentes y la sonrisa, esos son los sueños por los que merece la pena luchar.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, ¡qué curioso que hayamos soñado cosas tan parecidas! Esperemos que nuestro sueño nos ponga las pilas, para que no suceda. Un saludo grande.

Lolo, esos son los que me mantienen vivo.