lunes, 19 de mayo de 2014

Consejos de Roma para Sevilla

Animo a las iglesias de Sevilla, aunque algunas lo hacen ya y mejores cosas que en Roma, a hacer estas cosas que he visto en las iglesias romanas por si a alguna le sirve:

1.  Apelar, con una hucha a la entrada, a la buena voluntad del visitante para que deposite una limosna para que el templo pueda seguir ofreciendo gratis su belleza y mantener el puesto de trabajo del vigilante que permite que la iglesia esté vigilada y abierta de nueve a nueve
2. Tener un libro de firmas para peregrinos, donde uno pueda dejar constancia de la experiencia espiritual o artística que el templo ha dejado en su alma
3. Tener una mesa con estampas y recuerdos referidos al templo
4. Propiciar las devociones populares, tales como velas, exvotos, vírgenes milagrosas, tallas procesionales muy queridas..., en fin, todo lo que demuestre que el templo está vivo y es una luminaria para el barrio
5. Preparar folletos explicativos sobre la historia del templo, e incluso audioguías. Cobrar un módico precio por esos plus y también por visitar criptas, cúpulas, etc. El peregrino amante del arte lo pagará con gusto, porque es poco y, si no quiere dar limosna, se contentará con visitar el templo.
6. Dedicar algún altar lateral a asuntos que no suelen estar presentes en las iglesias, pero que son de actualidad, tales como los mártires cristianos del marxismo y del nazismo, los niños no nacidos, las madres jóvenes con problemas, el amor a la naturaleza creada por Dios...
7. Atraer en fin a más peregrinos y amantes de la belleza que a turistas.

Si a todo eso Zoido, el alcalde,  añade el detalle de poner más fuentes públicas de agua potable en Sevilla, refrescaría la ciudad, la embellecería, haría incluso más simpático ese bochorno insoportable con que nos castiga a propios y foráneos. La belleza con fuentes es más belleza.


7 comentarios:

Rosna dijo...

Sabios consejos , todos los calificativos son vàlidos, belleza . majestuoso , impresionante , inhumano ... sensaciones que dejan una huella imborrable en la mente y el alma . Para mì el verdadero Templo es el Interno que existe en cada persona .
Un abrazo desde mi interno

Dyhego dijo...

Don Epifanio:

1.- Comprendo que mantener y restaurar los monumentos cuesta un pastón, pero los precios para entrar a algunas catedrales son excesivos. Cada vez cunde más el ejemplo. La de Murcia, por el momento,tiene entrada libre. Cuando estuve en Sevilla era gratis para los nacidos allí, así que sólo la visité por fuera. Un donativo para la conservación me parece justo, pero una entrada a 3€ no.

2.- Es poético pero ¿realmente alguien se va a poner a leer lo que han escrito otros? ¿Y las colas que se formarían para firmar? Poético pero poco práctico, creo.

3.- Eso me recuerda a Jesús dando latigazos a los que habían convertido "su" casa en supermercado.

4.- Nada que decir al respecto.

5.- Pero a módico precio, por favor.

6.- Sin opinión.

7.- Se puede rezar en cualquier sitio, pero ver una obra de arte no se tiene siempre al alcance de la mano.

8. También echo en falta fuentes donde poder saciar la sed sin tener que entrar a un bar o comprarte el botellín.

Ha vuelto usted de Roma con muchas ideas, vaya.

25 neutonios gratis.

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Cuando se ha estado allí, uno comprende a los españoles del siglo XVI y XVII cuando sentían pasión por Roma y, en general, por Italia. Qué bien cuando, los del partido español, festejaban las victorias del Rey Católico en la plaza de Navona. Qué alegría de vivir a lo valiente.

Mis saludos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rosna, hay mucha belleza y verdad en esas palabras. Pongo flores en su templo.

Dyhego, es mejor pedir donativos que exigir, creo yo. El libro de firmas no es para que los demás lean, sino que quien quiera escriba y en Roma no había colas. Respecto al 3, si el templo da esas estampas, ¿qué negocio hay? No vendría Jesús con el látigo. En el 7 tiene usted toda la razón, aunque, eso sí, desde siempre en el templo parece que lo divino tiene una presencia especial. 25 neutonios gratis

Jesús Cotta Lobato dijo...

Retablo, qué bien lo habríamos pasado usted y yo acompañando a Francisco Aldana por esas tierras. Vivir a lo valiente... qué buena idea.

lolo dijo...

Todo eso me gusta y mucho.
Añado esta tontería porque me gustó: en algunas iglesias del centro de Europa ni una bombilla; luz de velas en lámparas y altares.

Lo de las fuentes públicas de agua potable también evitaría el síndrome de "ningún hombre sin botella". Lo encuentro un horror estético y una exageración.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, lo de las velas eléctricas es un horror que soportamos con cristiana resignación.