lunes, 11 de noviembre de 2019

El viejo que se dio la vuelta

Ayer vi por la calle a un anciano que andaba arrastrándose con un bastón, totalmente encorvado y como si fuera a morir a cada paso, y entonces veo que de pronto se detiene y, con gran riesgo de su vida y su columna vertebral, comienza a girarse y estuve a punto de preguntarle si necesitaba ayuda por algo. Y menos mal que no lo hice, porque, cuando tras un esfuerzo sobrehumano, el anciano logró darse la vuelta no fue porque tuviera un gran malestar o porque se le hubiera caído algo muy importante, sino para ver el tremendo trasero de una mujer que acaba de pasar a su lado. Y me pareció increíble y, a la vez, un canto a ese don de Dios que es la vida, que a esa edad en que un hombre reserva ya solo su escasa energía para lo realmente importante fuese lo realmente importante contemplar el trasero de una mujer.

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
como se suele decir, el que tuvo, retuvo.
25 neutonios mirones.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, a lo mejor a nosotros nos pasará lo mismo. 25 neutonios verdes