“Calígula, matar no es sabio”, le reprochó Sócrates; “y rompe el equilibrio cósmico”, añadió Séneca; “no es natural ni necesario”, sentenció Epicuro; “no es útil a nadie”, apostilló Stuart Mill; “va contra la ley natural”, declaró santo Tomás; “no DEBES”, gritó Kant. Y Calígula se reía. Menos mal que vino Casio y lo mató.
3 comentarios:
Don Epifanio:
se me escapan las sutilezas filosóficas de su entrada.
25 neutonios ignorantes (por mi parte, claro está).
Don Diego, en realidad no hay mucha filosofía, sino solo el hecho de que el malvado no atiende a razones, y sus maldades solo terminan cuando lo borran del mapa. Ni pretendo incitar al tiranicidio ni a pensar que la filosofía no sirve para nada, sino solo mostrar cómo los planteamientos morales resbalan al corazón malvado. Reciba usted mis neutonios, don Diego.
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