Desde que en la Ilustración el hombre intentó fundamentar su dignidad no en el hecho de ser imago Dei sino un ser dotado de razón, comenzó a cavar la tumba de su propia dignidad, porque la razón sirve tanto como para considerarnos dioses como para considerarnos escoria: si no hay un emperador que nos corone, no somos reyes, sino que solo queremos ser reyes, pero también podemos querer ser un animalillo más. Y de hecho desde entonces han comenzado a cundir las visiones misántropas del hombre, lo que yo llamo contrahumanismos: el materialismo que nos reduce a ser una parte de la materia; el cientifismo que niega el misterio de nuestra existencia; las ingenierías sociales a las que les sobra la libertad individual; el animalismo que considera un crimen matar un pollo para alimentar a un niño; el abortismo que considera un derecho matar al hijo antes de nacer; el creciente utilitarismo, la eugenesia que está creciendo en la oscuridad, el concepto mismo de superpoblación; la expansión del feísmo, la pornografía, la exhibición descarnada de la intimidad, la desvinculación de sexo y amor; etc… Urge recuperar la dignidad humana para acabar con esta ola de contrahumanismo; pero ya no podemos basarla solo en la razón, porque esta sirve también para dinamitarla, y tampoco podemos dar por hecho que, en una sociedad tan variada, todos van a aceptar que somos imago Dei, porque para ello se necesita fe, y la fe no se alcanza por un acto de la voluntad, sino que es un don. Así que creo que una manera de unir a personas dispares, pero sinceramente preocupadas por la deriva contrahumanista de nuestros días, es fundamentar la unicidad y grandeza del hombre en su capacidad de Dios, es decir, en ser la única criatura del cosmos, al menos que se sepa, capaz de apelar a una realidad que no sea el cosmos, una realidad superior y anterior al cosmos, es decir, Dios.
Lo explico con más detenimiento aquí en esta entrevista que me han hecho a propósito de Homo mysticus.
3 comentarios:
Don Epifanio:
me parece un artículo muy interesante, aunque no quede convencido con la idea de la "dignidad" o la "pérdida" de la misma. ¿La persona "racional" ya no tiene dignidad y la "religiosa" sí?
La idea del agua me parece una bonita explicación, el hielo y el vapor siguen siendo agua.
También creo que se puede admirar la naturaleza en particular y el cosmos en general independientemente de las creencias, la fe o la razón.
25 neutonios burduneros.
Don Diego, la razón sí que aporta dignidad, y de hecho hay filósofos que consideran dignísimo al ser humano solo por su razón. Pero también es cierto que la razón también sirve para negar que tengamos un valor especial y superior al resto de los animales. Por ejemplo, el animalismo niega la especial dignidad del ser humano y considera un crimen matar un perro pero un derecho el aborto. Además, poner el acento solo en la razón entraña el peligro de que acabemos negándole valor al que, por diversas contingencias de la vida, no puede hacer uso de la facultad de la razón, como el enfermo mental, el comatoso, el nasciturus... Por todo ello, don Diego, no estoy afirmando que la persona racional ya no tenga dignidad y la religiosa sí, sino que fundamentar la dignidad en la razón entraña ese riesgo, mientras que fundamentar la dignidad del hombre en su vocación mística, en la vinculación de su naturaleza toda con lo sagrado (como hacían los griegos, que consideraban que éramos un híbrido de animal y dios), eleva a todos los hombres de todas las épocas y de todos los tipos por encima de todas las cosas. Aun así, son estas unas ideas que ando todavía meditando, y me encanta debatirlas con usted porque así se ponen a prueba.
Y coincido por supuesto con usted en que el cosmos y la naturaleza son de por sí admirables, sean o no obra de Dios; no creo haber dicho lo contrario. Lo que sí opino es que es más racional creer que el universo tiene una causa distinta de sí mismo (o sea Dios) que creer que está ahí porque sí, porque lo único que, por definición, es porque sí es precisamente Dios, si existe; el universo no puede ser porque sí, sino que tiene que estar ahí producido por algo que no sea él mismo. Creo que pensar eso es más racional.
25 neutonios cósmicos
¿No está la raíz esencial del materialismo en considerar que la naturaleza se organiza a si misma, sin causa externa? Siguiendo esto, por tanto, el Cosmos se organiza a si mismo, y, como ser 'natural', el hombre también es causa de sí mismo, y, con él, sus rasgos definitorios, que son causa de sus decisiones y de la influencia de la naturaleza (ergo, de otros hombres), por tanto, sus rasgos pueden cambiarse, por propia voluntad, o cambiando la sociedad que los define.
Ya tenemos la sopa perfecta para los movimientos ideológicos "actuales".
Cordial saludo.
E.
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