lunes, 5 de septiembre de 2011

Patricio busca trabajo

Llevaba dos meses sin ver a Patricio y tenía ganas de verlo el uno de septiembre. Pero he aquí que la calle donde él vendía rosarios y pañuelos estaba en obras y me resigné a perderlo de vista. Y hoy resulta que me lo he encontrado en la calle, montado en bici.

-Eh, Patrick, how are you?
-Mucho tiempo sin verte. ¿Tú, vacación?
-Sí. ¿Y tú? -reconozco que mi pregunta tenía muy poca psicología, porque no tenía vacación. Le pregunté entonces si le gustaba su trabajo, si prefería otro. Y entonces él me miró muy expresivamente, con las manos y los ojos muy abiertos.
-¡Sí! Yo quero otro trabajo. Yo tener mucho fuerte. Yo quero trabajo en campo, limpiasa, toda cosa. ¿Tú sabes trabajo?
-Yo no, pero si me entero de algo, te lo diré. How old are you?
-Trentaún.

Y le compré dos rosarios. No ha subido el precio. Todos los que me quedaban del curso 2011-2012 se los ha llevado una amiga mía a Jaén. Se ha empeñado en pagármelos. Yo, que no, y ella que sí. Al final ganó ella. Pero si me los paga, ¿qué mérito tiene comprarle rosarios a Patricio? La próxima remesa que vaya a Jaén o a cualquier otro sitio la regalaré con mucho gusto, bendecida por la mano blanca de mi negro.

Así, que, por el amor de Dios, si alguno sabe de algún trabajo que pueda hacer Patricio, que me lo haga saber en seguida y le daremos un alegrón, para que al menos se pueda pagar el alquiler. ¿Nadie necesita un jardinero, un guarda en la finca, uno que cuide la piscina, un pintor, un hombre que cuide ancianos? Es un tipo legal, honrado, ni miente ni engaña, es de buena caoba, tiene a Jesucristo en el pecho, sonríe con facilidad, es duro para trabajar, soporta hielos de invierno y soles de verano y ayuda a veces a las viejecitas a cruzar el semáforo y, por si a alguien le interesa, está soltero.

6 comentarios:

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
Esta mañana me hubiese hecho falta un Patricio. Entre el secretario y yo hemos acarreado un armario de vitrina, atravesando un patio muy grande, hasta mi nuevo departamento. Después les he pedido a las conserjes un serrucho y he serrado las patas del dichoso armario porque, como es de conglomerado, estaban podridas, y allí mismo, en el pasillo, me he puesto manos a la obra. A mí no se me caen los anillos por ponerme a faenar en lo que sea y me habría venido bien la mano de tu amigo.
25 neutonios.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, vales un potosí. ¡Hasta arreglas muebles! Lástima que Murcia esté tan lejos para mi Patricio. Pero, ya sabes, si hay trabajo, dímelo. 25 neutonios.

Blimunda dijo...

Esto le queda un poco lejos a Patricio pero buscaré para él, de verdad.
Hablando con la compradora de tus rosarios de otro tema, me comentó que en las casas era muy bueno tener un rosario. ¿Tú tienes? Me preguntó. Sí,dos, los tienen los niños, cada uno en su mesilla de noche, son los que nos regaló Jesús, los de Patricio. El otro lo llevamos en el coche, y otro más que regalé. Pero hace falta que estén bendecidos. Me aclaró.
Y yo pensé, ya lo están.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, qué honor para mí y sobre todo para Patricio que tus niños tengan esos rosarios en la mesita de noche. Claro que están bendecidos por Patricio, por el amor con que hablas de ellos, por la inocencia de tus hijos y por el cariño con que la que me los compró quiere que los bendigas. Y, de parte de Patricio, gracias.

NGG dijo...

Hola Jesús.
Sólo saber si tu amigo tiene legalizada su situación en éste país de idiotas o no.
No pretendo crear falsas expectativas ya que no le puedo ofrecer nada de momento, pero es necesario saberlo.
Muchas gracias y suerte.

Jesús Cotta Lobato dijo...

NGG, te explico: siempre me ha dado mucho pudor hacerle esa pregunta. Pero cuando lo vea (a más tardar, el martes próximo) le haré esa pregunta. No sabes cuánto te agradezco la molestia. Yo tengo la impresión de que no está legalizada su situación. Por si te sirve de algo y vives en Sevilla y quieres verlo sin que él te vea, es el nigeriano que vende por las mañanas en el semáforo que está en la esquina de la calle Marqués de Nervión con Ramón y Cajal. Y de nuevo, ¡gracias en su nombre!