lunes, 19 de enero de 2015

El antiespañolismo español

Hay culturas bien vistas a las que se les perdona incluso lo malo y culturas mal vistas en las que incluso lo bueno es visto como malo. Ejemplo de la primera es la romana, que uniformó todo el mediterráneo  y nadie se lo reprocha, sino que se le alaba. Estoy seguro de que los españoles se identifican más con el romano invasor que con el ibero invadido.

Ejemplo de lo segundo es la cultura española, que hizo lo mismo que Roma pero en América, pero el indigenismo está de moda y España no. Es un claro ejemplo de cómo la Leyenda Negra sigue pesando.

Y donde más pesa es entre los españoles, que creen que es un pecado enorgullecerse de lo que hicieron los que nos precedieron en esta sana y bella identidad que es la patria.

17 comentarios:

Juan Carlos Téllez Gracia dijo...

Creo que en España no sabemos diferenciar entre patriotismo y nacionalismo, y esa falta de discernimiento nos lleva a pensar lo que no es cuando hablamos de amor, de orgullo, de sentimiento por una patria que, ni más ni menos, es la nuestra.

Salud.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Buena distinción esa, Juan Carlos, entre nacionalismo y patriotismo. La usaré de ahora en adelante.

Daniel Cotta dijo...

Cuando uno mira la España del XVI y la España de hoy, me pregunto: ¿qué nos ha pasado? No hemos cambiado solo políticamente, sino en idiosincrasia. Miramos a los españoles de ayer como medio extranjeros.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Daniel, lo has definido muy bien. La ruptura de carácter definitiva sucedió después de la Transición.

Anónimo dijo...

Pongo aquí enlace a un artículo de la wikipedia sobre el exterminio masivo de nativos americanos tras la conquista. Como se verá en él, modernamente hay acuerdo sobre el hecho de que al mismo contribuyeron tanto las atrocidades de ciertos conquistadores como la llegada de enfermedades desconocidas allí y frente a las que la población nativa no tenía defensa; de lo que nadie duda hoy es de que en pocos años la inmensa mayoría de la población nativa (lo usual es manejar cifras no inferiores al 80%) había desaparecido. Nada comparable ocurrió en la romanización de Hispania. Y es una diferencia que no veo yo pueda pasarse por alto sin clamorosa injusticia. No fue eso LO ÚNICO que ocurrió a raíz de la Conquista; pero ocurrió, y no sirve ocultarlo o negarlo. El enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Cat%C3%A1strofe_demogr%C3%A1fica_en_Am%C3%A9rica_tras_la_llegada_de_los_europeos#Causas_de_la_reducci.C3.B3n_demogr.C3.A1fica

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
¡Quizás seamos españomasoquistas, jajajaja!
25 neutonios carpetovetónicos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, si tenemos en cuenta que la mayor parte de las muertes se debieron a las enfermedades, entonces la crueldad y las matanzas de los conquistadores no superan las de los romanos (que además mantenía costumbres tan inhumanas como el circo romano y eran capaces de crucificar miles de esclavos y prenderles fuego para iluminar la calle y dar un escarmiento) o las de los musulmanes (que además han mantenido la esclavitud hasta hace menos tiempo y de modo más masivo). Y por otra parte considero que la cultura europea llevada a América por los españoles era moralmente mejor que la autóctoca.
Le pongo a usted otros enlaces de gente autorizada que viene a desmitificar la idea según la cual es justo, como usted pretende, considerar la conquista española de AMérica una vergüenza.
http://www.alertadigital.com/2011/12/26/sobre-la-historia-y-los-mitos-de-la-conquista-y-colonizacion-de-america/
y también esta reseña del libro de Restall sobre los mitos de la Conquista:http://www.redalyc.org/pdf/833/83301119.pdf

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, sí, eso creo, que tenemos la enfermedad de señalar solo los defectos de nuestros padres, pero no la virtud de agradecer sus virtudes.

Anónimo dijo...

Como puede verse en las referencias bibliográficas y las citas que figuran en el artículo de la wikipedia, el tema está en discusión; yo podría aportar, y la wikipedia misma lo hace, otros tantos autores que insisten sobre la importancia de la crueldad de ciertos conquistadores y el exterminio causado por ella. Y son, por ejemplo, bien conocidas las atrocidades, en ocasiones realmente espeluznantes, que Las Casas describe. Descartar todo eso como de poco relieve no me parece muy justo, la verdad.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, como usted dice, la discusión sigue abierta. Creo sinceramente que Las Casas, con toda su buena intención, al denunciar las crueldades, las exagera hasta extremos inverosímiles. Por otra parte, también creo, por lo que he leído y por lo que me dice el sentido común, que los españoles no tienen en sus genes nada que los haga más crueles que otros pueblos. Reciba usted mi saludo.

Anónimo dijo...

Hombre, sí, esa obviedad también la comparto yo. Es como decir que los alemanes, a pesar de Hitler y las dos guerras mundiales, no tienen en los suyos, etcétera. Pero sí han hecho un ejercicio de reconocimiento de las barbaridades hitlerianas y la atrocidad de los campos de exterminio. Me temo que la voluntad, y hasta la posibilidad, de algo parecido en España, sea bastante remota, por no decir simplemente inexistente.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, hombre, no es una obviedad lo que afirmo. Le recomiendo que lea Humanidad e inhumanidad: una historia moral del siglo XX, de Glover. Una de las tesis del libro es que los totalitarismos, sean rojos o azules, dan unos resultados diferentes según sea el pueblo al que se aplican; eso explica por ejemplo que cuando los alemanes daban a los soldados italianos la orden de acabar con los judíos de una ciudad, los italianos desobedecieran en masa, mientras que los alemanes obedecían. Por tanto, no es una obviedad afirmar que no son los españoles un pueblo más cruel que, por ejemplo, los mongoles.
En cuanto al ejercicio de autocrítica de los alemanes, no sé de dónde se saca usted la idea de que aquí no se ha hecho lo mismo, cuando precisamente uno de los ejercicios favoritos de los españole es la autoflagelación.

Anónimo dijo...

Pues lo saco, por ejemplo, del hecho de que en Alemania se han hecho cientos de reconocimientos explícitos, tanto a nivel institucional como privado, de las atrocidades de los campos de exterminio, existen monumentos que honran a las víctimas y las recuerdan, etcétera. No conozco ni uno solo de éstos en España, donde más bien lo usual es lo que hace usted mismo: negar, justificar y/o quitar importancia. No es lo mismo, en mi opinión; en realidad, es casi todo lo contrario.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, los alemanes, igual que los comunistas, tienen motivos para avergonzarse más que nadie de lo que han hecho. Hay que avergonzarse, aunque solo sea por salud mental. Los españoles también nos avergonzamos de la parte que nos toca y basta echar una ojeada a lo que sobre nuestro paso por América se dice y se piensa en las aulas y en las tertulias como esta. POr otra parte, hay en España una vena antiaespañola, jaleada en parte por los nacionalismos, que echa leña al fuego de la autoflagelación, uno de los deportes nacionales. Por eso yo he escrito una entrada invitando a ver lo bueno que se hizo más que lo malo que se hizo, porque de lo malo ya se sabe mucho y se habla mucho, pero de lo bueno no. Así que no estoy quitando hierro al asunto, sino diciendo que no solo hubo fuego y que no fueron los españoles más crueles que, por ejemplo, los romanos. He dicho algo muy sencillo que no niega lo malo, sino que tan solo aboga por recordar lo bueno.

Anónimo dijo...

Aunque en los detalles concretos siga en desacuerdo, yo también creo acertado lo de "si habla mal de España, es español", y que no sería mala cosa que valorásemos más lo bueno que tenemos, que lo es de veras, y no es poco. Pero no sólo, como demasiadas veces ocurre, para colgarnos la medalla de que Velaźquez, Cervantes o San Juan de la Cruz nacieran aquí, sino para conocerlos realmente, apreciarlos en lo que valen y enriquecernos de verdad con su legado. Porque, mientras eso no ocurra, podremos reivindicar como nuestro su nombre, pero no lo que de verdad los hace grandes.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, me gusta descubrir que no discrepamos tanto y no porque piense que así está usted más cerca de la verdad, sino porque así pienso que no puede ser tan descabellado lo que digo. Me alegro de discrepar también en los detalles, porque eso es señal de que mantenemos una conversación con un mínimo de sutileza e inteligencia. Es un placer discutir con usted

Anónimo dijo...

Sólo ahora leo esta respuesta. Gracias; lo mismo digo.