lunes, 13 de abril de 2015

Leyenda urbana sobre un profesor de filosofia

Me contó el otro día una chica de quince años que le han dicho que en su instituto el profesor de filosofía, que en todas las anécdotas de todos los adolescentes que lo sufren está loco o es muy rarito, puso en cierto examen solo una pregunta:

¿POR QUÉ?

El caso es que tenía yo exactamente esa misma edad cuando me contaron que el profesor de filosofía de mi instituto hizo eso mismo, que entonces a mí me pareció injusto y marciano.

Y ahora me pregunto: ¿Alguna vez algún profesor de filosofía hizo eso y se corrió la voz? ¿Alguno de los que han contado esa anécdota han tenido alguna vez al profesor de filosofía que hizo eso? ¿O más bien es esa una historia que nadie ha confirmado pero que todo el mundo da por válida porque se amolda a la idea que tenemos de la filosofía como de una asignatura abstrusa y más bien inútil?

La anécdota no acaba ahí. A mí me contaron que todo el mundo suspendió el examen, menos uno, que sacó un diez porque contestó:

¿POR QUÉ NO?

Desde luego, si yo hubiera sido ese profesor de filosofía, no le habría puesto a ese alumno un diez, sino un cero, porque la pregunta del profesor se refiere al porqué de todas las cosas y la respuesta del alumno es solo una manera de eludir la respuesta a la pregunta de las preguntas.


9 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Yo le habría puesto al alumno un 5 por ingenioso. A preguntas tramposas, respuestas tramposas.
Siempre hay leyendas sobre profesores y, normalmente, no se corresponden con la realidad.
A saber.
25 neutonios porqueseros.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, mi amigo incondicional, tiene usted toda la razón. Si el profesor tiene esa mala idea, el alumno debe ser premiado por su astucia. Hoy cien neutonios

Ana dijo...

En mi caso,la profesora de filosofía dio la única pregunta del examen final de junio el primer día de clase. ¿Qué es ser persona?

Er Tato dijo...

Pues a mí me contaron eso mismo cuando estaba en 3º de BUP, así que dudo mucho de que exista ese profesor y ese alumno.

Por cierto, yo también se la conté a mi hijo cuando estaba en la ESO, así que habré contribuido al bulo. Debo reconocer que me gustaría que fuera cierto. Sobre todo porque la respuesta del alumno me parece un puntazo...

Saludos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ana, entonces ya puedo ir contando esa anécdota, para que se convierta en la próxima leyenda urbana, pero esta vez con base real.
Por cierto, la respuesta a esa pregunta da para libros enteros.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Tato, ¿entonces a ti también te la contaron? Creo que debemos ser de la misma quinta. ¡Y lo terrible es que yo también se la he contado a los adolescentes!

Daniel Cotta dijo...

Tomo nota para extender esa anécdota. Así acabará dignificándose y se convertirá en leyenda.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Daniel, nos podríamos dedicar a la propagación de leyendas nobles.

Ana dijo...

Claro, Jesús, puedes contarla sin problema. Fue real. Recuerdo que para quienes detestaban la asignatura y sacaban buenas notas fue un tormento. No tenían la certeza de cuál sería el sobresaliente por más que estudiaran.

Había que hilar todo el contenido -filósofos, escuelas- con una respuesta personal. Lo recuerdo con mucho cariño. No nos dejaban responder con libros enteros, jaja. Teníamos un folio por delante y por detrás.