lunes, 14 de marzo de 2016

Jacoz

Asistí en cierta ocasión a una misa en Toledo y una feligresa muy mayor leyó las lecturas con una voz juvenil y bella que sorprendía en su edad. Pero lo que más me sorprendió fue la manera que tenía de pronunciar "Isaac", "Jacob" e "ignorar": Isaaz, Jacoz e iznorar. Los niños que me acompañaban me preguntaron qué me sonaba peor Isaaz o Isaá, o sea, a la manera toledana o a la manera andaluza. Y yo les dije que me parecía menos feo Isaá, porque, puestos a cometer un error, me parece menos malo comerse algo que poner algo equivocado.

Digo esto no muy convencido porque, por otra parte, cuando dice algún andaluz er papé en vez de "el papel", no solo me suena vulgar ese artículo, sino también que no se pronuncie la ele final. Es algo en lo que me hizo reparar mi amigo Felipe.

Algo en mi sentido de hablante me dice que comerse las consonantes finales que no sean eses ni des queda vulgar (verdá no me suena tan mal como yogú); y que queda peor aún cambiar de sitio las vocales y comérselas (naide y Uropa en vez de "nadie" o "Europa") o poner consonantes o vocales donde no corresponda (arto, defezto, leuro en vez de "alto", "defecto" o "euro").

Son cosas que digo con frecuencia a mis alumnos, porque hay maneras de hablar que inevitablemente se achacan a la ignorancia o la vulgaridad del hablante y que nos impiden muchas veces ser aceptados en un trabajo o en ciertos círculos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo yo aquí una cierta mirada elitista que me gusta poco.

Hay un artículo de Borges, "Las alarmas del doctor Américo Castro", donde el autor argentino muestra que "la palabra problema -que usa Castro- puede ser una insidiosa petición de principio", ya que da por supuesto lo que se entiende que quiere demostrar ("la tesis de la corrupción del idioma español en el Río de la Plata"), y los imaginarios "síntomas de una alteración grave" sólo muestran que "ataca los idiotismos americanos porque los idiotismos españoles le gustan más".

Se dice en esta entrada que "hay maneras de hablar que inevitablemente se achacan a la ignorancia o la vulgaridad del hablante y que nos impiden muchas veces ser aceptados en un trabajo o en ciertos círculos". Lo de los posibles problemas laborales parece ahí sólo un modo de volver aceptable la afirmación que le sigue, y que de plantearse por sí sola revelaría crudamente su carácter elitista: "hay maneras de hablar que... nos impiden muchas veces ser aceptados en ciertos círculos".

Parece claro que, para Américo Castro, el idioma fetén es el de España, y que los idiotismos americanos en cuestión harían imposible al lenguaje rioplatense parangonarse con su equivalente español, que naturalmente es el guay, el bueno, y el que debe servir de modelo.

En todas partes hay localismos, fonéticos y/o semánticos; y si los míos impiden a otros aceptarme en "ciertos círculos", tanto peor para esos otros, y para sus exclusivos (y excluyentes) círculos, en los que no sólo no tengo ningún interés en entrar, sino que me saldría si estuviera dentro.

Hay, de veras lo creo, maneras mejores de defender una cierta corrección en el uso lingüístico. Ésas, ya lo dije, me gustan poco. Y me parecen absurdas, y contraproducentes.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
los acentos y las particularidades de la lengua le dan color y riqueza. ¡Me resulta interesante y enriquecedor escuchar dejes y formas de hablar distintas a la mía! Lo que me desagrada y, desde luego, no acepto, es que intenten hacer de un acento concreto el modelo ideal y normativo.
También creo que es necesario, cuando se habla en público, más que "esconder" el acento, hacerlo más "comprensible" para el auditorio.
Lo ideal es ser dueño del lenguaje (tanto del acento como de la sintaxis o de la morfología o de la semántica) y no al revés.
Yo tengo un acento murciano bastante marcado, pero sé y puedo cambiar de registro cuando lo creo conveniente.
En cuanto a su ejemplo, supongo que a un castellano le chirriará oír "loh niñoh y lah niñah"; pero a mí también me chirría sus "dijno, aztor y verdaz". Me chirría, pero no me molesta. Lo que sí me saca de mis casillas es cuando se les escapan los famosos y castizos "laísmos".

Por cierto, en el español castellano sería imposible una frase sólo formada por vocales, lo que sí ocurre en las variedades del sur: andaluz, extremeño y murciano".
He aquí el ejemplo: "¡Eh, oh he oío,¿eh?"
Tracucción. "¡Eh, os he oído, ¿eh?!"

Salu2 acentua2.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, no se trata de decir si hay acentos mejores que otros, sino de determinar qué tipo de expresiones, palabras y pronunciaciones se perciben como vulgares. Por muy injusto que sea que percibamos más vulgar decir "er papé" que "el papel", el caso es que es así. Y la mejor manera de ayudar a quien dice "er papé" es aconsejarle que en una entrevista de trabajo diga "el papel".
Y ¿qué me dice usted de: ha ío é hoy ahí?

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Totalmente de acuerdo.
Eso de "sé tu mismo", (que usted arponeó en su momento) no vale para una entrevista de trabajo, ni para una presentación en sociedad, ni para un discurso televisivo.
Pero no sólo hay que cuidar el acento sino el vocabulario y, ya de paso, el atuendo, el aseo e incluso la comida).
25 neutonios dialectales.