lunes, 28 de noviembre de 2016

Adolescente y Biblia satánica

La víspera del uno de noviembre, un alumno me vio salir de clase de latín y me dijo:

-Tengo en mi casa un libro con muchas partes en latín.
-¿Te gusta el latín?
-Es una Biblia satánica. Es que a mí me encantan las cosas de fantasmas y espectros.
-Yo prefiero a los ángeles. Son buenos y poderosos y, en vez de oscurecer el mundo, lo llenan de luz.
-Me gustan más los demonios.
-¿Y no te interesa una Biblia normal?
-No. Yo no creo en nada.

Estuve a punto de decirle: “Bueno, hombre, en algo sí que crees cuando tienes una Biblia satánica en casa”, pero le dije:

-Mi consejo es que te dejes de rollos satánicos: o son un timo o, si no lo son, es lo peor que te puede ocurrir.

Pero me di cuenta de que mis palabras le sonaban a monserga. Yo tenía en mi contra al espíritu de los tiempos, que en libros y películas presenta como simpáticas a las brujas, como interesante y transgresor lo oscuro, y que ha conseguido que colegios y madres no vistan a los niños de pastores y ángeles en Navidad, sino de demonios y vampiros el Día de los Difuntos.

6 comentarios:

Granito dijo...

Pues dale a tu alumno el poema infantil ese de José Agustín Goytisolo, el lobito bueno, y entenderá el mensaje, y si no al menos se quedará desconcertado...

El lobito bueno

Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.

Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.

Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.

Un abrazo.
Pedro

Jesús Cotta Lobato dijo...

Pedro, así lo haré. Pero no sé si lo va a entender, porque él ya se ha criado en el mundo al revés, donde el bueno es el lobo. Entonces habría que presentarle un poema del revés otra vez del revés. Un abrazo.

Nyx dijo...

Me preocupa este tema de la atracción con que están revistiendo el mal muchas tendencias y modas. Yo tuve una época gótica. Me llamaban mucho la atención esas historias de romanticismo oscuro, lánguido y tristón herederas de la literatura romántica del siglo XIX, y me atraía su estética, pero si en alguna de ellas aparecían demonios y vampiros sanguinarios, daba un paso atrás. Nunca he sido capaz de leer un libro "serio" sobre vampiros, por ejemplo, y siento rechazo por la idealización de la perversidad que reflejan.

Como me gusta la Fantasía Épica más que cualquier otro género, yo también llegué a "Canción de Hielo y Fuego" (llevada a la televisión bajo el título de "Juego de Tronos", su primer volumen), y aparte de provocarme unas intensas náuseas con una de las escenas (y eso que sólo leía, aún no existía la serie), me sorprendió muchísimo descubrir en un foro sobre la obra a multitud de sus seguidores tachando de pánfilos a los escasísimos personajes buenos y nobles de la saga. ¡Menuda sorpresa! Así que ser bueno es ser tonto, ¿de qué me suena eso?

Sin salir de la literatura fantástica, decir que he leído obras en las que se expone cierta ambigüedad entre el Bien y el Mal, pero los protagonistas, a pesar de todo, siguen cojeando un poco más del pie bueno, son antihéroes, pero antihéroes nobles y con buen fondo. Encuentro eso muy de agradecer, al menos para mí, porque me resulta muy difícil, si no imposible, empatizar con personajes perversos. También por eso, cada vez que releo a Tolkien se me ensancha el espíritu: hay mucha nobleza, mucha integridad en sus páginas.

No sé qué se le puede decir a un alumno que siente tal atracción por el "lado oscuro". Esperemos que tan sólo sea una pose, una estética, y que algún día se le pase y se ponga del lado de los ángeles.

Un saludo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Nyx, con Tolkien me pasa exactamente eso que usted dice. Otro autor donde los personajes buenos son más interesantes que los malos es Charles Dickens.

Por desgracia, vivimos en una época relativista, feísta, revisionista con la tradición y un poco misántropa, y esos ingredientes juntos hacen que el bueno, el que salva a los hombres, el que cree en los valores morales de siempre y ama la luz y la belleza y detesta el mal y la oscuridad, sea percibido como algo desfasado y poco interesante. Pero, por fortuna, la luz siempre será la luz.

Reciba usted mi saludo.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
el lado oscuro de la fuerza es muy poderoso, ya lo advertía Darth Vader.
Es como el niño al que la madre le advierte que no se asome al pozo porque se puede caer... y el niño va derecho a ver lo que hay en el pozo...
Es cierto que desde hace ya bastante tiempo triunfa la estética del feísmo.
Por otro lado, los personajes malos suelen ser más atractivos y más variados. El mal se multiplica por mil. El bien es uno solo y muy repetitivo. Además, hay que ser muy buen narrador/cineasta/etc para crear un personaje bueno que no resulte simplón, memo y cursi.
Pero el mal tiene algo de seducción difícil de entender y explicar.
25 neutonios.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, ha dado usted en el clavo. Por eso, lo mejor es ver buenas películas, leer buenos libros y así no nos engatusarán los malos, sino los buenos buenos. 25 neutonios salvíficos.