Pues eso: que agarrado a la cola de la Estrella, os lanzo unas felices Navidades, oro y prosperidad, amor e incienso, mirra y salud.
Lo hago con este cuadro precioso que está en la iglesia de San José de Sevilla, del pintor Arístides Artal.
Y aquí podéis pinchar para cantar los villancicos que varios poetas actuales nos han dejado en la revista Numen. El género del villancico está vivito y coleando.
Y ahí va el mío, en coplas:
Una lágrima cayó
de la Virgen a la nieve.
Nunca la nieve engarzó
un cristal más transparente.
José soñó que velaba
el sueño de una doncella
y cuando se despertó
lo estaba velando ella.
En el sueño que envió
el ángel a san José
ya estábamos tú y yo
caminito de Belén.
Por la mano de la Virgen
están tu nombre y el mío
bordados en el embozo
de la sábana del niño.
3 comentarios:
Don Dyhego, le ando los últimos neutonios navideños que me quedan.
Larga vida a los villancicos!!!
Preciosa versiòn la tuya…
Feliz Año
Gracias a ti, Cuca.
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