Me acabo de enterar de que han declarado el 22 de enero como día de la santidad de la vida humana. Y celebro esa iniciativa.
¿Qué es lo santo? Hay muchas maneras de abordar su definición. Pero se me ocurre esta: aquello sobre lo cual uno no admite bromas ni burlas y que está dispuesto a defender a costa de su prestigio y, llegado el caso, de su vida.
No conozco absolutamente a nadie que, según esa definición de santidad, no considere como santo algo en su vida.
¿Y qué es esa cosa que ciertos demonios disfrazados de dioses de la América prehispánica apetecían en sus altares? La vida humana. Porque es lo más valioso que había en la tierra. Más que las flores y los demás animales. Los demonios querían la carne de los niños.
Yo soy de los que celebra todos los días la santidad de la vida humana. Deploro la matanza de seres humanos en el templo del vientre materno. Me avergüenza ese gran holocausto de nuestro siglo.
4 comentarios:
Un planteamiento peligroso, eso de "defender a costa de la propia vida". Porque demasiadas veces acaba en defender algo a costa de las vidas de los otros, de quienes cometen la intolerable monstruosidad de no estar de acuerdo con uno mismo.
Yo soy bastante más partidario de aquello que, resumiendo el pensamiento de Voltaire, le atribuía su biógrafa inglesa Evelyn Beatrice Hall: "no estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé hasta con mi vida su derecho a decirlo".
Ahí hay un desinterés, una falta de egoísmo, que en lo otro no veo.
Defender a costa de la propia vida, y no de la ajena, no es egoísmo. Es generosidad.
Don Epifanio:
al margen de la religión, la vida humana debe ser entendida como un derecho.
En cuanto a tomarse a broma lo más "sagrado" que uno tenga, pues, no sé, siempre se puede hacer un chiste, una broma, para relativizarlo todo. Cierto que hay chistes y chistes, pero un humor "suave" nunca puede venir mal, creo.
25 neutonios humanos.
El humor suave siempre sea bienvenido. Yo me refiero en esta entrada al sarcasmo: todos tenemos un tema donde no admitimos que sea tratado con sarcasmo. 25 neutonios humorísticos
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