Esto es un hombre de cuarenta años
siervo de su trabajo y sus manías.
Nadie lo invita a una barbacoa
y pasa los domingos viendo porno.
No conoce su nombre la mujer
que recibe su semen previo pago.
Sus padres ya murieron. Y no sabe
ganarse a su sobrino el día de Reyes.
Sin nadie que le diga si ese traje
le queda bien o mal sube a su coche,
que limpia cada día, y va al gimnasio;
luego a tiendas de ropa y electrónica.
No cree en el amor ni en Dios ni en nada
más que en su colección de minerales
que llenan un vacío sin luz ni eco
con cientos de cajitas en vitrinas.
No sabe aún que dentro de diez días
entrará una mujer por esa puerta
y él beberá los vientos y su boca
y llegará por fin tarde al trabajo.
En vez de minerales habrá flores
y sábanas muy limpias en su vida.
Le mancharán de caramelo el coche
dos niñas parecidas a su padre
que en traje de primera comunión
le pedirán a Dios un hermanito.
3 comentarios:
Don Epifanio:
un hombre con suerte, aunque eso de tener un hijo por ahí sin saber quien resulta un poco inquietante.
25 neutonios suertu2.
Don Dyhego, se ve que no me he explicado bien, porque lo que yo quería decir es que las hijas de las que hablo son las que él va a tener con la mujer que ha entrado en su casa. 25 neutonios veraniegos
Don Epifanio:
mi comentario iba sobre el detalle de que este señor había donado su semen y, por lo tanto, es de suponer que tenga hijos "por ahí". Cuando tenga sus "propias" hijas, creo que se acordará de los "hijos suyos" que quizá no conocerá.
¡Se había explicado usted bien y todo está en su texto!
25 neutonios paternales.
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