Cualquier buen poema es ya una refutación del platonismo. Y este de Antonio Barnés, de su libro El corazón de la libélula, tiene además el encanto de ser un precioso requiebro.
La belleza no habita un mundo lejos
ni es un pálido reflejo.
Tú eres Belleza.
Y no hay que buscar en otro sitio
un arquetipo.
Te ha hecho Dios,
que no hace copias.
Se trata de un libro de poesía eléctrica y potente, sin componendas ni ases en la manga. Solo transparencia y una apuesta decidida por el amor. Por si no quedara bastante claro, he aquí este otro hermoso poema suyo:
de repente
la mujer entra
conduciendo su silla de ruedas
la cabeza ladeada
la sonrisa en los labios
Quizás ignore
que su infinita belleza
ha opacado todo
todo todo
1 comentario:
Corro a buscar el libro.
Gracias.
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