sábado, 8 de octubre de 2011

Farewell, Gym

Me estaba ya cansando del gimnasio, de su olor a cloro, de su ambiente cerrado, de despelotarme en el vestuario delante de la gente, de ir con prisas y con la mirada puesta en el reloj para no llegar tarde al trabajo, de nadar parapetado como un hoplita con tapones en los oídos, aletas, bañador y gafas de buzo que me dejaban marcas en los ojos que luego los demás me señalaban divertidos. Sí, me estaba yo cansando cuando el otro día una de las chicas encargadas de la piscina me dio la puntilla.

            -Perdona –me dijo y se notaba que le costaba decírmelo-, hasta hace poco a los que os rapabais os dejábamos bañaros sin gorro de baño, pero ahora han cambiado las normas del centro y es obligatorio llevar gorro de baño.
           
            Le agradecí la información, aunque creo que se me debió notar en la cara el estupor. Y, en fin, ella me ha dado la excusa perfecta para borrarme temporalmente del gimnasio. No sé, no me convence tener que llevar gorro de baño si no tengo ni un solo pelo en la cabeza. Es como ser ciego y ponerse gafas graduadas. Se ve que alguien se habrá quejado de que al “rapado ese” (el menda) lo dejen bañarse sin gorro de baño, dónde vamos a llegar, qué indecencia, con la cabeza desnuda.


Yo no habría abandonado tan pronto la sala de máquinas si al sudar en ellas yo pudiese generar energía y enviarla a los que no pueden pagar el recibo de la luz. Y habría seguido yendo a la piscina si esta estuviese en la cumbre de una pirámide azteca sin ascensor, de manera que subir los escalones me sirvieran de calentamiento.


He perdido unas instalaciones estupendas, pero ahora tengo las instalaciones de Dios, que son libres y gratuitas. Ahora, en vez de mancuernas, llevaré niños en brazos y, como me sugirió alguno de vosotros, la cesta de la compra de las ancianitas. En vez de nadar en una piscina climatizada y cuadrada, me arrojaré a los mares a arponear tiburones y volveré cargado de ellos a la tribu y haré collares de dientes para mis amigos. Y en vez de sudar en la cinta métrica, correré por los bosques, codo a codo con los centauros, espantando hadas, jaleado por las ninfas de los fresnos y, lo más importante, ¡sin gorro de baño en la calva!

33 comentarios:

José Miguel Ridao dijo...

¡Enhorabuena! No te lo quería decir porque te aprecio, pero el gimnasio es de mariconas. Eso sí, ten cuidado ahora con los centauros, no vaya a ser que...

Un abrazo.

Anita dijo...

La naturaleza nos ofrece los mismos resultados con más diversión, mejores paisajes, aire más puro. La oportunidad perfecta para aplicar la teoría en la práctica de la vida real y definitivamente el mar jamás nos pediría entrar con gorra de baño.

María Cusí dijo...

Me encanta y pienso exactamente lo mismo que usted. Le ha puesto palabras. Me encanta, Gracias

Jesús Cotta Lobato dijo...

José Miguel, me he reído con tus comentarios. No te preocupes, hasta donde sé, a los centauros lo que le molan son las yeguas. De todos modos, procuraré no darles la espalda, por si las grupas. Un abrazo.

Anita, tienes más razón que un santo y voy a hacerte todo el caso. Un beso.

María Cusí dijo...

Y yo que me sentía extraña con esos sentimientos que tengo...

lolo dijo...

Alabado sea Dios. Y fuera engorros.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sefa, ¡pues ya somos dos! La mensualidad del gimnasio de Dios es gratuita. ¡Aprovechémonos! Ya me contará usted cómo le va.

Lolo, gracias por no caer en el "te lo dije". Un beso.

María Cusí dijo...

Yo ya hace años que dije adios a los gimnasios, viendo las maravillas que había en la naturaleza, como dice Anita, el aire, el agua, las flores, los árboles...una maravilla. A mí me va genial. No veas que baños que me doy casí diariamente en las aguas azules del Mediterráneo, y que paseos andando y en bicicleta..

Naranjito dijo...

Ahora te dejas el pelo largo y tan feliz. A disfrutar de los espacios sin olor a reflex.
Un saludo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sefa, yo lo del baño en el Mediterráneo no lo puedo hacer con tanta facilidad. Pero me alegro de que descubrieras mucho antes que yo las maravillas de la naturaleza.

Naranjito, ¡has dado en el clavo! ¡Me voy al campo!

Héctor dijo...

Ya somos dos los que hemos dejado ese gimnasio. Insisto en lo de correr, Jesús.
Un saludo.

Micotta dijo...

Si ese es tu nuevo plan , yo puedo ofrecería mis niños como mancuernas cuando quieras. Besos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Héctor, me alegro de estar en el mismo gimnasio que tú. En cuanto a lo de correr, he tenido que dejarlo hasta diciembre por un dolor en la rodilla. El médico me ha mandado fortalecer el vasto medial y por aquí ando buscando ejercicios para eso. Un abrazo, amigo.

Micotta, gracias. Pero no los utilizaré como mancuernas, sino que ellos me utilizarán como elevador hacia el cielo. Un beso.

Fernando Moral dijo...

Esas ideas últimas tuyas no se deberían hacer públicas, que luego se entera quien se entera y hasta el 20N todavía tienen tiempo de prohibir el baño sin gorro en el litoral.

Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Fernando, pues tienes razón. Nos queda la esperanza de que los encargados de prohibir cositas no lean nuestros cuadernos. Un abrazo.

La'badesa dijo...

Siempre me hacen sonreír sus entradas, don Cotta, pero hoy más. Lo absurdas y lo cargadas de mala leche que suelen ir algunas "normas". Me parece que voy a ponerle más atención a las mancuernillas espirituales de cada momento presente.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Mujerárbol, no se me había ocurrido que esa norma pudiera estar cargda de mala leche. Pero si la de llevar gorro lo está, me alegro de haberme borrado del gimnasio por eso. Reciba usted mi saludo.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Hay gente que necesita ir a la iglesia a rezar pudiéndolo hacer en la casa...
Hay gente que necesita ir al gimnasia a ejercitarse pudiéndolo hacer en la casa...
Es una manera de obligarse, nada más.
En cuanto a lo del gorro, ¿no cree usted que está siendo demasiado susceptible?
Ducharse antes de lanzarse a la piscina no es sólo una medida de aclimatación al agua...

25 neutonios sin dar importancia.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, yo me he planteado si no habré sido demasiado susceptible, pero no me gusta obedecer una norma que no tiene sentido ninguno, aunque los que la dictan la hayan dictado con la mejor intención. En cuanto a lo de ducharse, ya sé que sirve para quitarse el sudor. Pero no se qué tiene que ver con el gorro para calvos. 25 neutonios.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
No le dé más vueltas. Si alguien quisiera nadar desnudo también le llamarían la atención.
25 neutonios sin susceptibilidades.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, reciba usted los míos.

Blimunda dijo...

Me alegro mucho Cotta, pero mira que te digo, a las hadas no las espantes hombre, que algunas son como mariposas y llevan las mismas alas de los ángeles.
Un beso.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, vale, no espantaré a las hadas, que aunque no tuvieran alas como los ángeles me caen muy bien. Pero sí que espantaré a los trasgos y los ogros. Un beso.

Anónimo dijo...

Muy divertido;y aunque no carece usted de razón,se trata de una "simple" norma de higiene,sumada al "o todos moros o cristianos".
Yo no me quitaría por eso.Soy feliz en el agua.Y no tengo charco cerca donde chapotear.No tengo más remedio que ponerme el gorro y las gafas,por el cloro,y tapones,por las otitis,incluso las pinzas de la nariz,cuánto microbio,mas las aletas,los guantes...me faltan las branquias(aún no las hay en el Decatlón).
En fin un número,y todo para chapotear sin dejar de mirar al "calvo"SIN GORRO" que qué se habrá creído el tío chulo...no va a correr más que yo
Bueno, eso, no tiene importancia.Póngase el gorro hombre.Glu-Glu.Bittersweet

Anónimo dijo...

Tiene tela. En la cabeza no tienes pelos pero te obligan a llevar gorro..¿.Y qué hacen con respecto al vello corporal?Qué ironia.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Bittersweet, tiene usted toda la razón. La lógica de la norma no es la higiene, sino el "o todos moros o todos cristianos". Pero ya me venía resultando pesado el gimnasio y esa ha sido la gota que colma el vaso. Me he borrado temporalmente. Quizá más adelante me apunte otra vez, con mi sufrido gorro para calvos.

Anónimo, eso digo yo. Me ha leído usted el pensamiento. Si para la calva hay que ponerse un gorro, para el resto del vello corporal, habrá que enfundarse todo en látex. Un abrazo.

María Cusí dijo...

Yo lo tengo clarísimo. No, rotundo a los Gimnasios...y me ha costado tomar esta decisión, también de apuntarme y desapuntarme a los dichosos Gimnasios.
Un Afectuoso Saludo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sefa, lo mismo que a mí. Me ha costado mucho apuntarme y luego desapuntarme. Pero sigo en la fase en que aún no doy un no rotundo a los gimnasios.

Elías dijo...

Sabia decisión, Jesús: no esperaba menos de tu inteligente testa senatorial.
Y aunque has tardado más de la cuenta -ya estaba empezando a preocuparme, pero mi natural discreto me ataba en corto a la hora de decírtelo-,"más vale tarde que nunca".
Y con lo que te ahorras, a ver cuando te pagas unas cañas.

Pdta: eso del vasto medial no será una guarrada ¿no?

Jesús Cotta Lobato dijo...

Elías, me alegro de haber vuelto a la sensatez y las cañas. Te debo unas. El vasto medial es un músculo de la parte interior del muslo. Un abrazo, amigo.

Elías dijo...

Lo sabía, lo sabía (tengo una hia fisio que me lo achucha de vez en cuando), pero quería ver si entrabas al trapo con lo de la guarrada.
Apunto lo de las cañas.

Abrazo.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Jesús, a pesar de lso griegos, físico e intelectualidad nunca se han llevado demasiado bien...

Un abrazo,
Rubén.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Elías, vaya, siempre entro al trapo. Soy incorregible.

Rubén, yo aún sigo empeñado en que sí, pero, desde luego, borrarme del gimnasio te da toda la razón.