La mayoría de los poetas que leo tienden al endecasílabo. Alternan versos de siete sílabas con otros de más de diez, pero en general el endecasílabo se acaba imponiendo. Fue mi hermano Daniel quien me enseñó que en el endecasílabo había que evitar los acentos en la quinta y séptima sílaba. Lo eufónico es ponerlo en la sexta sílaba o en la cuarta y octava. Esto no es un dogma. El oído y la maestría pueden saltarse las normas a la torera. Pero para quien está empezando, le viene bien este consejo.
Siempre me encantó este título de Ballester por endecasílabo:
Quizá nos lleve el viento al infinito.
4 comentarios:
Que pena, ni estoy empezando, que tampoco terminé nada.. y no le voy a dar mas vueltas, soy inútil en cuanto a poesía se refiere… al menos puedo disfrutar de la de los demás.
Por cierto, me da la sensación de que ya no se lleva el Alejandrino, una pena, siempre me llamó la atención.
Kisses
Querida gata: no hay que proponerse ser poeta. Si lo eres, te pondrás tarde o temprano a escribir, por muuchas veces que tires la toalla.
Precioso, sí, ese verso de Torrente.
No sé si sabes que en realidad es el título de una novela. Por cierto, te sigo a diario en tu bitácora. Enhorabuena
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