1. Eres propietario de un piso que quieres alquilar y un día vas a acondicionarlo para futuras visitas de inquilinos interesados y, entonces, al girar la llave, oyes a tu hijo en un cuarto con la novia, y te retiras discretamente.
2. Un alumno ha tripitido segundo de bachillerato sólo por tu asignatura, que se le ha atravesado. Es un buen chico y, además, muy amable contigo y quiere de una vez el título para ingresar en no sé qué academia militar donde los conocimientos de tu asignatura valen, digamos, un comino. Y el día de la última convocatoria ves que, sudando a chorros y temblando, se saca de la manga una chuleta y, entonces, finges no darte cuenta.
3. Se han olvidado de quitarle el precio a tu regalo de cumpleaños. El precio te desilusiona, pero tú das las gracias como si te hubieran regalado un diamante.
4. Tu hijo, el pobre, está estudiando para notaría; y, contra tu costumbre, entras en su cuarto sin llamar para llevarle un zumo de frutas frescas recién exprimidas; y en el cuarto huele a, cómo diría, a ventus corruptus qui transit per vias intestinas. Pero tú le das un beso en la frente, como el príncipe que él es para ti.
5. Estás explicando en clase una ardua cuestión y, entonces, un alumno con mucha voluntad y pocas luces hace una pregunta ridícula y espantosa que desenmascara su supina ignorancia y provoca la risa de sus compañeros. Y tú, todo nobleza, le contestas como si te hubiera hecho una pregunta muy interesante.
6. Estás en una fiesta de trabajo y ves que una compañera, que es la discreción con patas, pierde, tras las copas, la compostura y se lía en el rincón más oscuro con el nuevo que ha llegado a la oficina. Y entonces todos os retiráis a bailar a la pista.
7. Un amigo tuyo te presenta a su última novia y te das cuenta, cuando ella habla, de que ella no sabe que es un currante que descarga muebles, sino que cree que es jefe de planta. Y tú le sigues la corriente.
8. Un poeta que te conoce va a firmarte un libro y, en vez de dedicárselo, por ejemplo, a Juan Pichardo se lo dedica a Juan Pollardo. Y tú lees la dedicatoria con mucho agradecimiento, como si no te importara que se haya hecho, nunca mejor dicho, la picha un lío con tu nombre.
9. El jefe de la empresa os invita a todos a su pedazo de villa campestre el domingo a comer el venado que él ha cazado. Cada vez que habla le da tremendas patadas al diccionario. Dice, por ejemplo, sabrosada en vez de sobrasada, prostiputa en vez de prostituta. Y su conversación es de lo más tópica que pueda uno echarse a la cara, y sus chistes de un mal gusto impresionante. Pero resulta que, no se sabe muy bien cómo, es el jefe. Y todos le reís las gracias.
10. Y, en fin, estás ordenando el armario y te encuentras entre la ropa el regalo que tu marido pensaba hacerte por Reyes y tú lo dejas muy bien tapadito; y el día de Reyes dices que no te esperabas un regalo tan original.
15 comentarios:
Hay tantísimas ocasiones en las que tenemos que hacernos el longui, que sería interminable tu entrada.
Estamos en época de hacernos el longuí, hagámonoslo y busquemos la felicidad colectiva, aunque sea efimera.
Buenos días, saludos.
Grácias D. Jesus, ahora sé porque me dicen mucho estos días eso de !Quillo, no seas longui y hechame cuenta!.
Un abrazo Maestro.
Geniales todos. Entrada con sabor puro a este bendito blog.
Abrazos.
Ay, qué feo el nueve!!!!!
Te reconozco en el cinco y alguna vez me he topado con el diez, sin buscarlo, cuando lo busco no lo encuentro.
Pero ese poeta en realidad no te conocía.
Entrar aquí siempre es un "metálogo".
Buen fin de semana Jesús.
No cogé ventaja, nos hacemos el longui a veces por comodidad, otras por amor y otras para no sufrir demasiado. Y con eso tenemos que ser comprensivos.
Naranjito, entonces tú eres de los míos, de los que se hacen el longui.
Juanma, a tu salud.
Blimunda, con el diez yo también me he topado. Me alegro de que te gustara la palabra metálogo. Tenemos que extenderla por el mundo. Un beso.
A mí la mayoría de tus "hacerse el longui" me parecen puros actos de amor.
Especialmente buena esta entrada.
Don EPIFANIO:
¿Se puede uno hacer el sueco si se es español?
Bonita entrada: tierna sin ser empalagosa; sencilla sin ser simplona; campechana sin ser vulgar...
25 neutonios sinceros.
Muy bueno! He vivido el 3, 5, 6 algo parecido al 7 y el 10.
Se me da bien hacerme la tonta. Una vez me preguntaron si era sueca..
Feliz Navidad, Jesús!
Que colisiones muchos hadrones estos días y se hagan los longuis, en plan vacío cuántico cuando haga falta.
Saludos!
Arati, ahora que lo dices, no se me había ocurrido. Quizá el nueve, el del jefe insufrible, sea el menos amoroso.
Antonio, si te gusta, me voy a la cama más contento.
Dyhego, debería usted dedicarse a crítico literario, porque ha hecho tres reflexiones sutiles en muy pocas palabras y, encima, me deja usted bien. Veinticinco neutonios nocturnales.
Elena, qué estupenda felicitación de navidad. Le pediré a mi hermano el químico que me lo explique bien, porque no quiero perderme detalle.
Me hacía falta reír un poco, lo necesitaba.
¡Gracias!
Manuela, para eso escribo, para que te rías un poco.
Muy verídico Jesús. También me reí. Y hay más: ¿y cuando recibes algo llego de faltas de ortografía de quien menos debía tenerlas? ¿y cuando por decimoctava vez te cuentan lo mismo y estoicamente resistes e incluso sonries con admiración como si lo oyeses por primera vez? ¿y cuando se mira para otro lado en cuanto a medias rotas, zapatos sucios etc... etc..., percances indignos?...
Saludos
Si, a todo!!!
Aunque he de reconocerte que me cuesta un poco imaginarme propietaria de dos pisos con un hijo que estudia "notarias" y un jefe que me invita a su villa hablando de prostiputas.
Ihs, todas esas se me han escapado y en todas me he tenido que hacer el longui y seguro que los demás se lo han hecho por mí.
Mujer prevenida, la del jefe insufrible es la más insufrible. Tampoco yo te imagino soportándolo. Un beso.
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