miércoles, 1 de junio de 2011

Dónde quiero que me entierren

Ni los faraones, con todo su poder, han escapado de los profanadores de tumbas. Así que ¿para qué gastarme dinero en una tumba? Que me entierren desnudo en el campo, con una cruz de palo, y que planten un arbolito para que sus raíces arraiguen en mi pecho. Me gustaría que el árbol sea frutal, pero no quiero obligar a nadie a que se coma mis cerezas. Se las dejaremos a los pajaritos.

Lo malo es que el Estado, siempre tan providente y metomentodo, no nos deja ser enterrados en la propia tierra de uno.

De todas las  intromisiones del Estado ésta es una de las más desconcertantes. Pero como a nadie le gusta pensar en su propia muerte, nadie protesta.

Y, de paso, me encantaría que me dijeseis si vais a dejar dicho o escrito qué deben hacer vuestros deudos con vuestro cuerpo o qué os gustaría que hiciesen con él.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

claro que he dicho que quiero que hagan con mi cuerpo, ademas dejo grabado un cd con las canciones del funeral, creo que va a ser un bonito acto, tambien a quien hay que mandar las invitaciones y a quien no. al fin y al cabo es mi último homenaje, todo debe ser perfecto.
un saludo y me gusta mucho leerte.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
No quiero pensar en eso.
50 neutonios vitales.

Blimunda dijo...

Así tu alma sería libre entre las ramas...
Yo tengo algo muy parecido escrito, Jesús. Y respecto a mi cuerpo solo les he pedido a mis hijos que cuando yo muera no sufran, que me busquen en mis cuadernos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Menalcas, tengo que aprender de ti. ¿Hasta tal grado de detalle has llegado? Yo temo que si hago eso me pase el día cambiando los detalles porque soy muy inconstante. Te admiro y tomo nota.

Dyhego, God save Didacus for ever!

Blimunda, me ha gustado mucho eso que dices y yo nunca se lo he dicho a mis hijas. Se lo diré esta noche. Un beso.

lolo dijo...

Si un cerezo arraigara en tu pecho sus frutos serían los más preciados; ni los jabones de Reyvindiko, ni los ramitos de mirto tendrían tantos poderes curativos para el alma.

Yo he pensado en que mi cuerpo vaya a descansar junto al de los míos, en la tierra de mi pueblo. No me gustaría un nicho de colmena. Pero más que el sitio he pensado en cómo me gustaría que celebraran mi despedida... estoy por dejar escrito lo que quiero que recen y la acción de gracias por tanto amor como me regalan. Tal vez esta entrada me anime a hacerlo, aunque sea un esbozo. Hace unos meses murió mi abuela, a los 96 años, y no sabes cómo consuela saber que hicimos, exactamente, lo que ella quería.

Anónimo dijo...

Ultimamente,por desgracia,he tenido que ir al tanatorio a reconfortar a amigos que van perdiendo a sus padres...No se puede usted imaginar, el catálogo tan extenso que hay para saber qué hacer con las cenizas del difunto.
Repartirlas por tus familiares,transformadas en pequeñas figuras decorativas:angelitos,hadas,flores...y un sin fin de joyas hechas con las cenizas.Incluso te pintan un cuadro con ellas...Hay tal variedad que parece que lo de menos es el muerto...
Yo,de momento,no lo quiero pensar.
"ya lo pensaré mañana"...
AnónimoE

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, qué pedazo de piropo a mis cerezas. Qué maravilla. Nada más que por darte la razón, debería ser así, aunque no tengo méritos para tanto. Y nunca había pensado en la tranquilidad que sentimos los deudos cuando enterramos a nuestro ser querido como él deseaba. Ando dándole vueltas a mi entierro últimamente. Tampoco me van a mí los nichos de colmena.

Jesús Cotta Lobato dijo...

AnónimoE, no me acaba de convencer a mí eso de acabar convertido en figurita. Gracias por la información. Ya tengo claro que no quiero que me incineren. Y yo hago lo mismito que usted y Escarlata, pensarlo mañana. Buenas noches.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

http://nocogeventaja.blogspot.com/2010/09/lagarto-lagarto.html
En esta entrada de mi blog del día 9-9-2010, está descrita mi voluntad al respecto. No es nueva esta idea, ya viene de ante y mis amigos y familia saben perfectamente mis deseos al respecto, que lo hagan será su responsabilidad.
Quiero ser enterrado, y me gustaría que antes de ese momento se hubiera aprovechado todo lo que se pudiera de mi pobre cuerpo mortal.
Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

No cogé ventaja, te honra esa decisión tuya, sí señor. Y más te lo agradecerán aquellos que de ti se beneficien.

Micotta dijo...

Ante todo dignamente y cristianamente pero lo que sí he dejado bien claro y exijo es que se aseguren bien de que estoy muerta. No quiero después sorpresas ni malos ratos. Besos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Micotta, lo mismísimo digo. Sacramentos, misa, agua bendita y, sobre todo, que me hagan cosquillas,por si no la he palmado. Un beso.