jueves, 16 de enero de 2014

Qué escribirías en tu epitafio

Decía el otro día a mis alumnos que en el epitafio de Esquilo nada se decía sobre las obras inmortales que ahora ellos tenían que estudiar, sino solo sobre su valerosa participación en la batalla de Maratón, que, como la de Lepanto, fue "la más alta ocasión que vieron los siglos". Y, pensando en voz alta, añadí que era muy difícil decidir qué palabras esculpir en la propia tumba, porque eso nos obligaba a hacer un juicio severo de nuestra vida.  Y una alumna de sonrisa fácil y emociones transparentes, que en mi clase se llama Nausícaa, confesó con toda naturalidad cuánto le angustiaba la idea de morirse ahora y no haber aportado nada grande al mundo y a los suyos. Entonces me vi reflejado en su angustia y tuve una revelación y le dije:

-Nausícaa, mientras que algunos pasan por la vida causando dolor a su alrededor, tú vas con tu sonrisa y tu generosidad y tu amabilidad a todos lados y haces felices a tus padres y a tus amigos y a nosotros. Estás haciendo lo mejor que puede hacer una persona: ser buena y feliz y bella y, por tanto, repartir bondad, felicidad y belleza allí donde estás. Eso tiene más valor moral que descubrir, qué sé yo, el motor de explosión. Y si te murieras ahora mismo, todos pagaríamos para esculpir todas esas aportaciones tuyas al mundo en letras de oro sobre mármol blanco. Así que puedes estar tranquila, venga la muerte cuando venga.

16 comentarios:

Dyhego dijo...

Más que dejar palabras escritas, me gustaría que me recordaran con alguna sonrisa o alguna lagrimilla.
25 neutonios, don Epifanio.

Anónimo dijo...

Desdramatizando un poco, un epitafio (imaginario, claro) de Miguel Mihura: "Ya os decía yo que ese médico...".

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, si yo muero después de usted, conseguirá su deseo, al menos por mi parte. 25 neutonios con crisantemos.

Anónimo, ese es sin duda el mejor epitafio, porque así al menos se reirá quien venga a visitar nuestra tumba. Un saludo.

Anónimo dijo...

La leche... ¡Qué preciosidad! Mi instituto actual no da para muchas perlas como esa.

Mi epitafio sería: "Le encantaba aprender de los que saben."

;)

Rafa

el africanito dijo...

yo dejaria que pusiesen lo que se les antoje cuando llege el momento creo no me va a importar. Pero por poner pondría, " Estuve muy vivo mientras pude "

un saludo apretao

Dyhego dijo...

Gracias, don Epifanio.
Usted ya forma parte de mi historia.
Espero que ese desenlace tarde muuuuuuuuuuuuucho.
25 neutonios.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rafa, pues ese sería un buen epitafio, propio de un sabio y además humilde. Enhorabuena.

Africanito, ¡qué epitafio tan estupendo! Además, doy fe de que ese epitafio, en tu caso, es cierto. Un abrazo muy apretao.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, haremos un pacto: estaremos, hasta nuestra muerte, el uno al tanto del otro para que el que se vaya antes reciba la bendición del que se va después y le haga un sitio en el más allá. Pero como usted dice, queda para ese momento muchiiiiiiiiiiísimo tiempo.

Vicente dijo...

De los epitafios se puede hablar mucho. Yo espero que no me pongan el de " Dios le de tanta paz como nos dejó desde que se fue".
Un tatarabuelo mío afirmaba haber visto en un cementerio andaluz, hace un siglo, el siguiente en la tumba de un niño atropellado un 24de diciembre:
"Apenas la triste luz
del farso mundo yo ví,
vípera de Navidad
vírtima de un caro fui" (sic)

Naranjito dijo...

"portaros bien"

Jesús Cotta Lobato dijo...

Vicente, ese epitafio tuyo es el que más me ha gustado por ahora. Ojalá lo pudieran decir de mí. Y el que te transmitió tu tatarabuelo es una joya que seguro que le interesaría a Retablo de la vida antigua, un blog interesantísimo que tengo enlazado. Un abrazo emocionado para ti.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Naranjito, ese es estupendo. Así seguiremos haciendo de padres incluso cuando la hayamos palmado.

Anónimo dijo...

Hombre, para epitafio un tanto así, aquél que ponen, en su "España negra" (antecedente de la de Solana) Verhaereny Regoyos, como visto por ellos en un cementerio: "El polvo yace aquí de mi querida / que lo tuvo magnífico en su vida".

Y para uno verdaderamente sabio y hondo, lo de Cervantes en la dedicatoria del Persiles: "El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir". Sería admirable en cualquier caso; pero, escrito tres días antes de su muerte, le lleva a uno a preguntarse de qué especial materia estaba hecho aquel hombre.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, el primer epitafio es ingenioso y gracioso, pero no sé qué amadas estarían dispuestas a que se lo pusieran como principal recordatorio de sus vidas. Yo intentaría darle un toque trascendente, pero con la esperanza del regreso de lo erótico: "yace aquí el polvo de mi amada esperando la resurrección de la carne". En cuanto al de Cervantes, gracias por decírmelo. Ahora lo admiro más que antes.

Merche dijo...

Mi epitafio lo tengo clarísimo:

"Por lo menos no volveré a dar segundo de ESO".

Y ahora en serio, mi epitafio favorito es el de Johannes Kepler (a ver si lo escribo bien):

Mensus eram coelos, nunc terrae metior umbras; Mens coelestis erat, corporis umbra iacet.





Jesús Cotta Lobato dijo...

Merche, es un epitafio precioso, lleno de belleza y esperanza, como tú.