domingo, 22 de febrero de 2015

Aristóteles rocoso

Anoche, cuando dormía, soñé, bendita ilusión, que el pensamiento de Aristóteles era una estribación rocosa sin árboles ni ríos que yo debía interpretar y conocer. Para mi estupor, yo, que creía entender al Aristóteles de los libros, no me entendía bien con aquel Aristóteles rocoso. Me resbalaba por sus pendientes y siempre estaba a punto de caerme al mar. Aquella caótica e incomprensible materialización del pensamiento me parecía cualquier cosa menos aristotélica.

Me he pasado casi toda la noche intentando no resbalarme barranco abajo hasta el vacío y aún no me he hecho un mapa mental de ese Aristóteles nocturno, onírico, rocoso que me ha sido revelado en sueños y cuyo sentido desconozco.

¿Será que, cuanto más luminoso y razonable nos parece el pensamiento de un filósofo, más oscuros son sus sótanos? ¿O será más bien que Aristóteles quiere decirme algo? ¿Querrá decirme que el pensamiento filosófico, si no tiene poesía, amor, religión, humor, arte, es duro y pétreo? ¿Son los sueños mensajes o son solo chispazos de neuronas que aprovechan que estoy dormido para decirse tonterías?

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
es que la filosofía es muy difícil y muy complicada. Yo, con eso de una cosa es porque es y no es porque no es y no sé qué, ya me perdía, jajajaja.
25 neutonios filosofa2.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, usted hace observaciones muy atinadas y profundas. Filosofa usted muy bien. 25 neutonios filosóficos