Menganito estaba desesperado porque le iban a embargar la casa y, de pronto, encuentra trabajo y comienza a pagar sus deudas.
Fulanita ya no sabía qué hacer con su hija adolescente, que ya no le daba el beso de buenos días ni quería sentarse con la familia a comer en la mesa. Y un día su hija encontró un buen novio y volvió a ser una chica dulce.
Zutanito estaba enfermo de no sabía qué. Los médicos no acertaban con el diagnóstico y él creía que se moría. Pero se puso a escribir poesía y se ha recuperado.
Perenganita tenía un vicio inconfesable y feo que le hacía la vida imposible. Pero ya lleva tres meses sin recaer en él y ahora está más guapa.
Por eso, amigos, creed en los milagros. La cruz de cada cual a veces se convierte en flores. Sed felices. Lo triste y lo malo no tienen por qué durar siempre. El destino no existe. Existen el cambio y la sorpresa. Siempre cae una estrella en el jardín, cuando menos uno lo espera.
Por ahí viene una. Que el Gran Citarista se la ponga en las manos a quien más la necesite.
viernes, 31 de diciembre de 2010
domingo, 26 de diciembre de 2010
Ú.
Hoy me he acordado de Ú,, la chica más bastorra, zafia y obscena del pueblo. Se hizo famosa en el insti por algo que no puedo contar aquí sin manchar este cuaderno para siempre.
Todo en ella era vulgar, espantoso y disuasorio. Nada en ella invitaba a la simpatía.
Yo traté de ganármela, para poder soportarla. Me acordaba de esa frase de san Juan de la Cruz: "Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor".
Pues bien, con Ú. esa máxima tan bonita no funcionó. Yo ponía amor y ella me daba desprecio a gritos, insultos y, si no me retiraba a tiempo, guantazos.
Su fealdad y estupidez, su regodeo en la propia ignorancia, su ser ontológicamente arrabalero, eran para mí una demostración diaria de que, si ella existía, Dios no podía existir.
Sólo queda la esperanza de que el amor de un hombre, seguramente tan bruto como ella, le saque alguna sonrisa y encuentre en ella algo bueno que la redima un poco.
¡Oh amor, capaz de encontrar perlas en el fango!, ¿las encontraste en Ú.?
Todo en ella era vulgar, espantoso y disuasorio. Nada en ella invitaba a la simpatía.
Yo traté de ganármela, para poder soportarla. Me acordaba de esa frase de san Juan de la Cruz: "Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor".
Pues bien, con Ú. esa máxima tan bonita no funcionó. Yo ponía amor y ella me daba desprecio a gritos, insultos y, si no me retiraba a tiempo, guantazos.
Su fealdad y estupidez, su regodeo en la propia ignorancia, su ser ontológicamente arrabalero, eran para mí una demostración diaria de que, si ella existía, Dios no podía existir.
Sólo queda la esperanza de que el amor de un hombre, seguramente tan bruto como ella, le saque alguna sonrisa y encuentre en ella algo bueno que la redima un poco.
¡Oh amor, capaz de encontrar perlas en el fango!, ¿las encontraste en Ú.?
viernes, 24 de diciembre de 2010
El romero floreciendo y los pajarillos cantando
Amigos todos:
Aquí ando en buena compañía y al amor de la lumbre, con un café, un cigarro, niños corriendo por el jardín y olor a buena comida en la cocina. Me siento un privilegiado.
A mí esto de que Dios nazca del vientre de una mujer tan guapa y tan buena y sea un niño como lo hemos sido todos me hace sentir muy importante.
Esta noche cantaré villancicos hasta desgañitarme y, cuando bese al Niño en la Misa del Gallo, os dejaré a vosotros con él.
También el negro del semáforo está contento. Me lo ha contado una pelirroja a la que conozco muy bien. Él la llamó princesa varias veces, para que le comprara pañuelos. Y ella se los compró y le dijo: "Que la Navidad te traiga la felicidad". Y él le respondió: "La felicidad está aquí", y señaló a la calle, donde gente como ella le compra pañuelos. Y la llamó PRINCESA DE LA MORERÍA. ¿No es encantador este negro que suelta por Navidad tales piropazos tan literarios a pelirrojas que le compran pañuelos?
Por todo ello, os mando mi bendición. Yo no sé si los que somos tan impuros como yo os podemos dar bendiciones, pero, por si acaso, allá va.
Ex corde,
Jesús Cotta
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Sobre la prohibición de fumar en parques y aceras de colegios
Con la nueva ley antitabaco, prohibirán fumar incluso, según tengo entendido, en playas, parques y aceras de colegios. Si prohíben fumar en un espacio abierto, ya no es para preservar el pulmón de los no fumadores, sino porque fumar es un acto impuro que produce mal ejemplo. Hemos vuelto al puritanismo y al pensamiento mágico. Vuelve a haber cosas puras e impuras.
Y me pregunto por qué no prohíben también, si de evitar escándalos y mal ejemplo se trata, rascarse el paquete en las aceras, decir palabrotas en la playa, vestir de manera zafia y vulgar en el parque, tratarse a gritos y a bocinazos en la carretera y y ser en general desagradable y verdulero.
Lo malo del pensamiento mágico es que, como no es racional, se ceba con un acto impuro, como el fumar, y hala, lo demás resulta, en contraste, santo y bueno.
Señores, esta democracia paternalista nos está arrebatando libertades, como una vulgar dictadura. Y, para colmo, en esta nueva ley todos los partidos están de acuerdo. Olvidan que el Parlamento no está para aprobar leyes que arrebatan libertades, sino para aprobar leyes que nos las garantizan.
En fin, hoy nos ha tocado a los fumadores. Mañana serán otros.
Y me pregunto por qué no prohíben también, si de evitar escándalos y mal ejemplo se trata, rascarse el paquete en las aceras, decir palabrotas en la playa, vestir de manera zafia y vulgar en el parque, tratarse a gritos y a bocinazos en la carretera y y ser en general desagradable y verdulero.
Lo malo del pensamiento mágico es que, como no es racional, se ceba con un acto impuro, como el fumar, y hala, lo demás resulta, en contraste, santo y bueno.
Señores, esta democracia paternalista nos está arrebatando libertades, como una vulgar dictadura. Y, para colmo, en esta nueva ley todos los partidos están de acuerdo. Olvidan que el Parlamento no está para aprobar leyes que arrebatan libertades, sino para aprobar leyes que nos las garantizan.
En fin, hoy nos ha tocado a los fumadores. Mañana serán otros.
martes, 21 de diciembre de 2010
Los cerdos también son obra de Dios
Supongo que a estas alturas ya os habréis enterado de este disparate.
Lo que me entristece es el silencio de la Administración, que no salga la Consejería de Educación en pleno a apoyar al profesor y a enseñarle lecciones de tolerancia a esa familia musulmana que no se ha enterado aún de que a los cerdos también los hizo Dios.
España, país de cagados.
(Noticia de última hora: me he enterado de que las autoridades educativas competentes han mostrado y pedido apoyo para el profesor. Menos mal. Faltaría más).
Lo que me entristece es el silencio de la Administración, que no salga la Consejería de Educación en pleno a apoyar al profesor y a enseñarle lecciones de tolerancia a esa familia musulmana que no se ha enterado aún de que a los cerdos también los hizo Dios.
España, país de cagados.
(Noticia de última hora: me he enterado de que las autoridades educativas competentes han mostrado y pedido apoyo para el profesor. Menos mal. Faltaría más).
domingo, 19 de diciembre de 2010
Feliz navidad y poesía para niños
Ya tengo en mis manos Poesía para niños de cuatro a ciento veinte años.
Siltolá no sólo es una editorial que publica poesía. Es, además, una editorial poética, porque ama la poesía por encima de todo. Ni el mundo financiero ni los malos augurios ni las críticas ni las lisonjas, han corrompido el amor puro que por la poesía pura profesa su editor, Javier Sánchez Menéndez, que nos trae poesía viva en bajel de plata desde su Isla de Siltolá, República independiente de poetas.
El periódico habla del libro aqui.
Y no me resisto a felicitaros la Navidad con este vídeo que me ha mandado mi mercurial amigo José Manuel Gómez:
viernes, 17 de diciembre de 2010
De cuándo debe uno hacerse el longui
1. Eres propietario de un piso que quieres alquilar y un día vas a acondicionarlo para futuras visitas de inquilinos interesados y, entonces, al girar la llave, oyes a tu hijo en un cuarto con la novia, y te retiras discretamente.
2. Un alumno ha tripitido segundo de bachillerato sólo por tu asignatura, que se le ha atravesado. Es un buen chico y, además, muy amable contigo y quiere de una vez el título para ingresar en no sé qué academia militar donde los conocimientos de tu asignatura valen, digamos, un comino. Y el día de la última convocatoria ves que, sudando a chorros y temblando, se saca de la manga una chuleta y, entonces, finges no darte cuenta.
3. Se han olvidado de quitarle el precio a tu regalo de cumpleaños. El precio te desilusiona, pero tú das las gracias como si te hubieran regalado un diamante.
4. Tu hijo, el pobre, está estudiando para notaría; y, contra tu costumbre, entras en su cuarto sin llamar para llevarle un zumo de frutas frescas recién exprimidas; y en el cuarto huele a, cómo diría, a ventus corruptus qui transit per vias intestinas. Pero tú le das un beso en la frente, como el príncipe que él es para ti.
5. Estás explicando en clase una ardua cuestión y, entonces, un alumno con mucha voluntad y pocas luces hace una pregunta ridícula y espantosa que desenmascara su supina ignorancia y provoca la risa de sus compañeros. Y tú, todo nobleza, le contestas como si te hubiera hecho una pregunta muy interesante.
6. Estás en una fiesta de trabajo y ves que una compañera, que es la discreción con patas, pierde, tras las copas, la compostura y se lía en el rincón más oscuro con el nuevo que ha llegado a la oficina. Y entonces todos os retiráis a bailar a la pista.
7. Un amigo tuyo te presenta a su última novia y te das cuenta, cuando ella habla, de que ella no sabe que es un currante que descarga muebles, sino que cree que es jefe de planta. Y tú le sigues la corriente.
8. Un poeta que te conoce va a firmarte un libro y, en vez de dedicárselo, por ejemplo, a Juan Pichardo se lo dedica a Juan Pollardo. Y tú lees la dedicatoria con mucho agradecimiento, como si no te importara que se haya hecho, nunca mejor dicho, la picha un lío con tu nombre.
9. El jefe de la empresa os invita a todos a su pedazo de villa campestre el domingo a comer el venado que él ha cazado. Cada vez que habla le da tremendas patadas al diccionario. Dice, por ejemplo, sabrosada en vez de sobrasada, prostiputa en vez de prostituta. Y su conversación es de lo más tópica que pueda uno echarse a la cara, y sus chistes de un mal gusto impresionante. Pero resulta que, no se sabe muy bien cómo, es el jefe. Y todos le reís las gracias.
10. Y, en fin, estás ordenando el armario y te encuentras entre la ropa el regalo que tu marido pensaba hacerte por Reyes y tú lo dejas muy bien tapadito; y el día de Reyes dices que no te esperabas un regalo tan original.
2. Un alumno ha tripitido segundo de bachillerato sólo por tu asignatura, que se le ha atravesado. Es un buen chico y, además, muy amable contigo y quiere de una vez el título para ingresar en no sé qué academia militar donde los conocimientos de tu asignatura valen, digamos, un comino. Y el día de la última convocatoria ves que, sudando a chorros y temblando, se saca de la manga una chuleta y, entonces, finges no darte cuenta.
3. Se han olvidado de quitarle el precio a tu regalo de cumpleaños. El precio te desilusiona, pero tú das las gracias como si te hubieran regalado un diamante.
4. Tu hijo, el pobre, está estudiando para notaría; y, contra tu costumbre, entras en su cuarto sin llamar para llevarle un zumo de frutas frescas recién exprimidas; y en el cuarto huele a, cómo diría, a ventus corruptus qui transit per vias intestinas. Pero tú le das un beso en la frente, como el príncipe que él es para ti.
5. Estás explicando en clase una ardua cuestión y, entonces, un alumno con mucha voluntad y pocas luces hace una pregunta ridícula y espantosa que desenmascara su supina ignorancia y provoca la risa de sus compañeros. Y tú, todo nobleza, le contestas como si te hubiera hecho una pregunta muy interesante.
6. Estás en una fiesta de trabajo y ves que una compañera, que es la discreción con patas, pierde, tras las copas, la compostura y se lía en el rincón más oscuro con el nuevo que ha llegado a la oficina. Y entonces todos os retiráis a bailar a la pista.
7. Un amigo tuyo te presenta a su última novia y te das cuenta, cuando ella habla, de que ella no sabe que es un currante que descarga muebles, sino que cree que es jefe de planta. Y tú le sigues la corriente.
8. Un poeta que te conoce va a firmarte un libro y, en vez de dedicárselo, por ejemplo, a Juan Pichardo se lo dedica a Juan Pollardo. Y tú lees la dedicatoria con mucho agradecimiento, como si no te importara que se haya hecho, nunca mejor dicho, la picha un lío con tu nombre.
9. El jefe de la empresa os invita a todos a su pedazo de villa campestre el domingo a comer el venado que él ha cazado. Cada vez que habla le da tremendas patadas al diccionario. Dice, por ejemplo, sabrosada en vez de sobrasada, prostiputa en vez de prostituta. Y su conversación es de lo más tópica que pueda uno echarse a la cara, y sus chistes de un mal gusto impresionante. Pero resulta que, no se sabe muy bien cómo, es el jefe. Y todos le reís las gracias.
10. Y, en fin, estás ordenando el armario y te encuentras entre la ropa el regalo que tu marido pensaba hacerte por Reyes y tú lo dejas muy bien tapadito; y el día de Reyes dices que no te esperabas un regalo tan original.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Vivan los valientes
Me dijo Jabo el otro día que la valentía es aguantar un segundo más. Y debe ser cierto, porque cuando yo he aguantado un segundo más, me ha salido bien la jugada. Pero ¡qué redaños, qué bemoles, qué coraje, qué arrestos y agallas hay que tener para ese segundito!
Como los prepotentes y abusones están acostumbrados a que la gente se achante ante sus demostraciones de fuerza, van conquistando parcelas. Pero ¡qué gusto me da cuando veo que a veces la ira del justo le planta cara y aguanta ese segundito más y entonces el prepotente deja de ser un pavo real y se queda en pavo!
El otro día lo presencié en la parada del autobús. Un chulo se coló empujando a los demás, que nos retiramos asustados. Y entonces un señor con bigotito y poca cosa le tocó con un dedo el hombro y le dijo: "Caballero, usted ha llegado el último. Váyase al final de la cola". Entonces el chulo le dirigió una mirada asesina, que el hombre del bigotito sostuvo ese segundito más tan importante, aunque le temblaba el dedo meñique, que me fijé. Pero algún poder debía tener la mirada del hombre del bigote, que el otro se fue al final de la cola.
Y los demás nos quedamos callados como lo que éramos: unos cagados.
Hoy quiero dedicar esta entrada a los que ponen su valentía al servicio del bien, para que no desfallezcan ante tanto silencio y ante tanta cobardía.
Como los prepotentes y abusones están acostumbrados a que la gente se achante ante sus demostraciones de fuerza, van conquistando parcelas. Pero ¡qué gusto me da cuando veo que a veces la ira del justo le planta cara y aguanta ese segundito más y entonces el prepotente deja de ser un pavo real y se queda en pavo!
El otro día lo presencié en la parada del autobús. Un chulo se coló empujando a los demás, que nos retiramos asustados. Y entonces un señor con bigotito y poca cosa le tocó con un dedo el hombro y le dijo: "Caballero, usted ha llegado el último. Váyase al final de la cola". Entonces el chulo le dirigió una mirada asesina, que el hombre del bigotito sostuvo ese segundito más tan importante, aunque le temblaba el dedo meñique, que me fijé. Pero algún poder debía tener la mirada del hombre del bigote, que el otro se fue al final de la cola.
Y los demás nos quedamos callados como lo que éramos: unos cagados.
Hoy quiero dedicar esta entrada a los que ponen su valentía al servicio del bien, para que no desfallezcan ante tanto silencio y ante tanta cobardía.
martes, 14 de diciembre de 2010
Mis alumnos de griego regalan al mundo las siguientes palabras I
La inteligencia de mis alumnos os las regala para que las extendáis por el mundo. Doy sus nombres, por eso de la autoría.
GRIEGO I, nocturno:
Nike (Victoria):
-talasofobia: miedo al mar. Vg: “En mi casa no se discute si en verano vamos al monte o a la playa, sino si vamos al monte o a la ciudad, porque todos somos talasófobos”
-sofodoxia: la opinión sabia. Vg: “No me interesa la opinión de cualquiera. Yo busco sólo la sofodoxia y por eso estudio filosofía”.
-diacardio: que atraviesa el corazón. Vg: “Tienes unos ojos diacardios y gitanos que me vuelven loca”
Aquiles (Salvador)
-teofobia: miedo a los dioses. Vg: “Profe, no cuente más mitos de dioses, que somos teófobos y luego tenemos pesadillas”.
-hiporatofobia: miedo a la simple visión del caballo. Vg: “¡Ja, ja! Permite que me ría. ¿Eres un hiporatófobo incurable y quieres ser de mayor jinete?”
Afrodita (Alejandra)
-nicomanía: obsesión por la victoria. Vg: “Ya no juego más contigo, porque yo juego para pasármelo bien y tú sólo para ganar. Eres un nicómano empedernido”
Héctor (Manuel)
-exades: imposibilidad de salir del infierno. Vg: “Me encuentro en un exades de mi vida. Necesito tus besos para salir”.
-cacoscopio: aparato para observar el mal. Vg: “Je, je, estas gafas son en realidad un cacoscopio. Cuando voy por la calle, me avisa de que ese que viene por la acera tiene intención de atracarme y entonces me cambio de acera”
Terpsícore (Cristina)
-metálogo: una cosa muy grande que no se puede explicar. Vg: “Cuando me dieron mi primer beso, sentí, cómo explicarlo... es que no se puede explicar. Es un metalogo”
-automorfosis: transformación de uno mismo. Vg: “A partir de hoy, dejaré de fumar, me apuntaré al gimnasio y dejaré de beber. Mañana será el gran día: el día de la automorfosis”
GRIEGO II, nocturno:
Calíope (Estefanía)
-caloletomaquia: batalla contra el olvido de lo bello. Vg: “Sevilla ha destruido muchos de sus palacios. Es urgente una caloletomaquia por parte de todos nosotros”.
-paidotanatopatía: sufrimiento por la muerte de los hijos. Vg: “Podemos curarnos del sufrimiento por la muerte de los padres. Pero la paidotanatopatía me temo que es incurable”.
Leónidas (Antonio):
-organtropología: estudio de la cólera humana. Vg: “Los alumnos de tercero de ESO saben cabrear muy bien al maestro. Son unos estupendos organtropólogos”.
-tecnonecrofobia: miedo a los muertos en el arte. Vg: “Eres un tipo rarísimo: te pasas el día hablando de la muerte y luego ves un muerto en el cine y te echas a temblar. Lo tuyo es un caso grave de tecnonecrofobia”
-gimnoginocalía: belleza de la mujer desnuda. Vg: “En el museo arqueológico disfruto como un enano con tanta gimnoginocalía en mármol”.
Héctor de tremolante casco (Christian):
-cacólogo: estudioso del mal; figuradamente, detective. Vg: “Yo de mayor quiero ser cacólogo”.
-ginecopirofobia: miedo a las mujeres ardientes. Vg: “Cuando en la disco se me acerca una mujer devorahombres, se me arruga el ombligo, doctor. Sufro de ginecopirofobia”
-teódromo: donde corren los dioses. Vg: “En el teódromo del Olimpo, siempre gana Hermes”
-tanatofobia: miedo a la muerte. Vg: “Mi tanatofobia es sólo miedo a la muerte del otro, no a la mía, porque soy soldado”
-hipófago: que come caballos. Vg: “Camarero, nada de venado ni de conejo. Queremos caballo del bueno. Somos todos hipófagos. ¿A que sí, amigos?”
-pediocracia: poder de la educación. Vg: “En España hace falta más pediocracia y menos zafiedad”.
Ariadna (Sara):
-ginecoterapia: curación a través de la mujer. Vg: “Pepito está muy mustio. Va por el mundo como alma en pena. Lo que le hace falta es una novia, una urgente ginecoterapia”.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Decidido: ¡hoy voy a cambiar!
Amigos, he decidido cambiar de vida. A partir de hoy, renuncio a las bebidas espirituosas y sólo beberé agua pura de manantiales intactos y caldos vegetales de cultivos biológicos. No fumaré ningún género de hierbas ni caeré en la tentación del chocolate y las golosinas. Mi máximo gusto serán hierbas amargas y, en días de fiesta, miel silvestre, si mis hermanas las abejas me conceden esa gracia.
No despojaré a los árboles de sus frutos, sino que me sentaré a su sombra a esperar que caigan maduros al suelo y los compartiré con los gusanos que tengan dentro.
No vestiré de lino y seda, sino de hojas de higuera y de parra y no dormiré en sábanas de Holanda, sino en cama de pinchos.
Viviré como un samurái, como un faquir, como un eremita y, cuando la barba me llegue al ombligo, subiré a la cumbre a bañarme en las cascadas, de donde saldré más alto, más fuerte y ¡con pelo en la cabeza!
Pero, todo eso, mañana. Ahora os dejo, que me voy al jacuzzi a tomarme un brandy y a fumarme un habano.
No despojaré a los árboles de sus frutos, sino que me sentaré a su sombra a esperar que caigan maduros al suelo y los compartiré con los gusanos que tengan dentro.
No vestiré de lino y seda, sino de hojas de higuera y de parra y no dormiré en sábanas de Holanda, sino en cama de pinchos.
Viviré como un samurái, como un faquir, como un eremita y, cuando la barba me llegue al ombligo, subiré a la cumbre a bañarme en las cascadas, de donde saldré más alto, más fuerte y ¡con pelo en la cabeza!
Pero, todo eso, mañana. Ahora os dejo, que me voy al jacuzzi a tomarme un brandy y a fumarme un habano.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Alianza entre el poder y el linchamiento popular
Me da miedo la gente, lo fácilmente que es manipularla con la propaganda y los medios de comunicación. Si estos se lo proponen, pueden favorecer que salgan grupos de linchadores contra los grupos que al poder le interese culpar o eliminar.
Por ejemplo, los controladores aéreos. No estoy muy al tanto de su problema y, como yo, casi nadie en España, pero todos los que han hablado conmigo de eso repiten las consignas que se dan en la tele, en la radio y en los periódicos: "¡Menuda cara tienen! ¡Con lo que ganan y todavía se quejan!" Y les parece la mar de bien que el gobierno proclame el Estado de Alarma y llame al ejército.
Poder y medios han alimentado una baja pasión muy española, la envidia, y la han dirigido contra un grupo que no sé qué privilegios tiene ni si los tiene, pero seguro que no son más que los que gozan los políticos.
A mí todo esto me da un poco de miedo. He visto hordas de gente esperando en los juzgados a que saliera un acusado famoso, cuando aún no se había dictado condena, para lincharlo al menor descuido de la policía.
En muchos países de mayoría musulman las víctimas de los linchamientos alentados por la propaganda son los cristianos; en la Alemania nazi, lo fueron los judíos y los gitanos. ¿Quiénes serán los próximos en España?
Por ejemplo, los controladores aéreos. No estoy muy al tanto de su problema y, como yo, casi nadie en España, pero todos los que han hablado conmigo de eso repiten las consignas que se dan en la tele, en la radio y en los periódicos: "¡Menuda cara tienen! ¡Con lo que ganan y todavía se quejan!" Y les parece la mar de bien que el gobierno proclame el Estado de Alarma y llame al ejército.
Poder y medios han alimentado una baja pasión muy española, la envidia, y la han dirigido contra un grupo que no sé qué privilegios tiene ni si los tiene, pero seguro que no son más que los que gozan los políticos.
A mí todo esto me da un poco de miedo. He visto hordas de gente esperando en los juzgados a que saliera un acusado famoso, cuando aún no se había dictado condena, para lincharlo al menor descuido de la policía.
En muchos países de mayoría musulman las víctimas de los linchamientos alentados por la propaganda son los cristianos; en la Alemania nazi, lo fueron los judíos y los gitanos. ¿Quiénes serán los próximos en España?
martes, 7 de diciembre de 2010
Para que el niño haga los deberes
Se trata de un método expeditivo y eficaz para esos niños que se distraen con el vuelo de una mosca y tardan una hora en copiar el enunciado de un ejercicio. Me lo ha confiado una persona a quien quiero mucho y lo ha puesto en práctica con buenos resultados.
Instrumentos necesarios: un reloj, unas tenazas y el juguete favorito del niño, por ejemplo, un gormiti.
Cuando la madre está desesperada porque el niño no hace los deberes y llama a gritos al padre, éste debe hacer su aparición con los instrumentos en la mano. Le pondrá el reloj al niño delante del libro y le dirá:
-Si en quince minutos no has terminado los ejercicios de Cono, le corto con las tenazas una pierna a tu gormiti.
El niño no sólo terminará los ejercicios de cono, sino también los de mates.
Es un método avalado por la Federación de Pedagogos de Abisinia y sólo debe usarse en casos graves y si uno está seguro de que va a tener el valor de cortarle la pierna al gormiti.
Instrumentos necesarios: un reloj, unas tenazas y el juguete favorito del niño, por ejemplo, un gormiti.
Cuando la madre está desesperada porque el niño no hace los deberes y llama a gritos al padre, éste debe hacer su aparición con los instrumentos en la mano. Le pondrá el reloj al niño delante del libro y le dirá:
-Si en quince minutos no has terminado los ejercicios de Cono, le corto con las tenazas una pierna a tu gormiti.
El niño no sólo terminará los ejercicios de cono, sino también los de mates.
Es un método avalado por la Federación de Pedagogos de Abisinia y sólo debe usarse en casos graves y si uno está seguro de que va a tener el valor de cortarle la pierna al gormiti.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Tres demonios
Me dijo el otro día mi amigo Guillermo que algunos de los psicópatas de hoy no lo habrían sido ayer, en otra época, sino en ésta, que no nos ha educado en el amor a los demás, sino en la propia realización personal, en la búsqueda del placer y en el horror al compromiso, tres falsos dioses para los que tener un hijo es un estorbo. Y esos tres falsos dioses han convertido en psicópata a esta mujer, que conoció a un hombre por Internet, se fue a vivir con él y le ocultó el hecho de que tenía un hijo de nueve años. Y cuando estaba a punto de descubrirse el pastel, ahogó al niño en la bañera y lo metió en una maleta que dejó tirada en el bosque. Abortó a un niño de nueve años.
No sólo se apena mi corazón por ese niño aborrecido por su madre, sino también por ella, poseída por tres demonios que la llevaron a matar lo más hermoso, lo que podía haberla hecho feliz, lo que podía haber dado sentido a su vida.
No sólo se apena mi corazón por ese niño aborrecido por su madre, sino también por ella, poseída por tres demonios que la llevaron a matar lo más hermoso, lo que podía haberla hecho feliz, lo que podía haber dado sentido a su vida.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Poesía para niños de 4 a 120 años
¡Lo que me gustaba de niño leer una y otra vez la Canción tonta, de Lorca! Aquel niño pidiéndole a su madre lo imposible, como yo hacía, y la madre que lo oye cariñosa sin dejar de hacer sus tareas... Pero en cada una de sus palabras había un amor incondicional que es el que a mí me permite seguir siendo feliz a pesar de todo.
Una paloma en un verso no era una paloma cualquiera. Era una paloma que me llenaba la cabeza de plumas blancas, el pecho de arrullos y se posaba cálida en mis manos. Las palabras de la poesía me llevaban al sitio y al momento que ellas decían y donde estaba lo que yo andaba siempre buscando: la lumbre, lo hermoso, lo incondicional, el color absoluto y todo en un vuelo muy alto. Con la poesía yo daba a la caza alcance y mi corazón se hacía grande como ese mundo que me asombraba.
La poesía es un regalo a largo plazo. Embellece el alma y el cuerpo. Rejuvenece para siempre. Labra a verso limpio el corazón de los niños que serán luego novios o amigos o tíos o abuelos. Aumenta el número de cosas hermosas en el mundo.
Poesía para niños de 4 a 120 años
(Antología de autores contemporáneos).
Edición de Jesús Cotta, José Mª Jurado y Javier Sánchez Menéndez.
23x15,5 cm
Rústica con solapas
256 págs.
ISBN: 978-84-15039-38-9
PVP. 22 euros (iva incluido)
La Isla de Siltolá
Colección Agua. (Poesía para Chicos y Grandes)
Esta obra incluye poemas éditos e inéditos de: Pablo García Baena, José Jiménez Lozano, Aquilino Duque, María Victoria Atencia, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Miguel d'Ors, Fernando Ortiz, Eloy Sánchez Rosillo, Ángel Guache, Luis Alberto de Cuenca, Javier Salvago, Julio Martínez Mesanza, Ana Rossetti, Rafael Adolfo Téllez, Víctor Jiménez, Manuel Gahete, Juan Cobos Wilkins, José Julio Cabanillas, Elías Moro, Pedro Sevilla, Juan Ramón Barat, Felipe Benítez Reyes, Jesús Aguado, Ramón Simón, Amalia Bautista, José Mateos, Pilar Pardo, Mercedes Escolano, Javier Sánchez Menéndez, Abel Feu, Juan Bonilla, Juan Antonio González Romano, Jesús Cotta Lobato, José Luis Piquero, Olga Bernad, Ángel Mendoza, Enrique García-Máiquez, José María Cumbreño, José María Jurado, Miguel Agudo, Diego Vaya y Tomás Rodríguez Reyes.
Ilustración de la cubierta: Pablo Pámpano Vaca.
Fotografías interiores: Antonio del Junco (Toi).
Una paloma en un verso no era una paloma cualquiera. Era una paloma que me llenaba la cabeza de plumas blancas, el pecho de arrullos y se posaba cálida en mis manos. Las palabras de la poesía me llevaban al sitio y al momento que ellas decían y donde estaba lo que yo andaba siempre buscando: la lumbre, lo hermoso, lo incondicional, el color absoluto y todo en un vuelo muy alto. Con la poesía yo daba a la caza alcance y mi corazón se hacía grande como ese mundo que me asombraba.
La poesía educó mi gusto y mi sensibilidad y en sus flores sigo recostado. Y por eso ha sido para mí un placer enorme colaborar con la Isla de Siltolá para entregar a los niños de hoy, tengan cuatro o ciento veinte años, esta antología de poetas vivos que generosamente han dado lo mejor de sí mismos para lo más bello que hay en el mundo: los niños. El título nos lo ha regalado gentilmente el poeta Eloy Sánchez Rosillo.
La poesía es un regalo a largo plazo. Embellece el alma y el cuerpo. Rejuvenece para siempre. Labra a verso limpio el corazón de los niños que serán luego novios o amigos o tíos o abuelos. Aumenta el número de cosas hermosas en el mundo.
Poesía para niños de 4 a 120 años
(Antología de autores contemporáneos).
Edición de Jesús Cotta, José Mª Jurado y Javier Sánchez Menéndez.
23x15,5 cm
Rústica con solapas
256 págs.
ISBN: 978-84-15039-38-9
PVP. 22 euros (iva incluido)
La Isla de Siltolá
Colección Agua. (Poesía para Chicos y Grandes)
Esta obra incluye poemas éditos e inéditos de: Pablo García Baena, José Jiménez Lozano, Aquilino Duque, María Victoria Atencia, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Miguel d'Ors, Fernando Ortiz, Eloy Sánchez Rosillo, Ángel Guache, Luis Alberto de Cuenca, Javier Salvago, Julio Martínez Mesanza, Ana Rossetti, Rafael Adolfo Téllez, Víctor Jiménez, Manuel Gahete, Juan Cobos Wilkins, José Julio Cabanillas, Elías Moro, Pedro Sevilla, Juan Ramón Barat, Felipe Benítez Reyes, Jesús Aguado, Ramón Simón, Amalia Bautista, José Mateos, Pilar Pardo, Mercedes Escolano, Javier Sánchez Menéndez, Abel Feu, Juan Bonilla, Juan Antonio González Romano, Jesús Cotta Lobato, José Luis Piquero, Olga Bernad, Ángel Mendoza, Enrique García-Máiquez, José María Cumbreño, José María Jurado, Miguel Agudo, Diego Vaya y Tomás Rodríguez Reyes.
Ilustración de la cubierta: Pablo Pámpano Vaca.
Fotografías interiores: Antonio del Junco (Toi).
miércoles, 1 de diciembre de 2010
CUando el niño no come
De niño, yo era tan malo para comer, que mi madre ya no sabía qué hacer conmigo.
El médico me recetó una vez no sé qué jarabe de color rojo que yo sólo accedí a tomarme porque mi madre me dijo que sabía a fresa. Me gustó tanto, que me pasaba el día pidiéndole jarabe.
Cuando se acabó ese bote, mi madre apareció con otro de color marrón. Y ese color me hizo desconfiar.
-Este es de chocolate -me explicó mi madre.
Y yo abrí la boca confiado y aquello sabía a demonios. Ha sido, que yo recuerde, la única vez que mi madre me ha echado una mentirijilla.
Los jarabes se acabaron y, agotadas todas las estrategias para que comiera, mi madre descubrió de chiripa que enseñándome los dientes apretados y emitiendo un vago sonido así como de monstruo, a mí me daba un poco de miedo y abría la boca y comía lo que me echasen.
Abusó tanto de esa técnica, que acabé perdiéndole el susto, pero me llegaba al corazoncito verla allí tan preocupada por mí, haciendo el monstruo, que yo fingía que me daba mucho miedo. Y ella siempre me premiaba, después de la comida, con besos y con sonrisas.
Ay, la sonrisa de mi madre, tan emocionante de recordar.
El médico me recetó una vez no sé qué jarabe de color rojo que yo sólo accedí a tomarme porque mi madre me dijo que sabía a fresa. Me gustó tanto, que me pasaba el día pidiéndole jarabe.
Cuando se acabó ese bote, mi madre apareció con otro de color marrón. Y ese color me hizo desconfiar.
-Este es de chocolate -me explicó mi madre.
Y yo abrí la boca confiado y aquello sabía a demonios. Ha sido, que yo recuerde, la única vez que mi madre me ha echado una mentirijilla.
Los jarabes se acabaron y, agotadas todas las estrategias para que comiera, mi madre descubrió de chiripa que enseñándome los dientes apretados y emitiendo un vago sonido así como de monstruo, a mí me daba un poco de miedo y abría la boca y comía lo que me echasen.
Abusó tanto de esa técnica, que acabé perdiéndole el susto, pero me llegaba al corazoncito verla allí tan preocupada por mí, haciendo el monstruo, que yo fingía que me daba mucho miedo. Y ella siempre me premiaba, después de la comida, con besos y con sonrisas.
Ay, la sonrisa de mi madre, tan emocionante de recordar.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Nudismo
El otro día quería yo información sobre el budismo y mi subconsciente puso n en vez de b y me vi en una página de nudismo y, ya que estaba, eché un vistazo (os doy permiso para no creeros esta excusa).
La página estaba llena de artículos exaltando lo naturalísimo que era ir desnudo y cómo la sociedad judeocristiana, que por lo visto es mala malísima, nos ha llenado de complejos y prejuicios contra la desnudez natural. Luego alababan a los griegos y los polinesios y todas esas culturas donde ir en pelota no estaba tan mal visto.
Y eso me ha hecho pensar que, al menos en mi caso, cuando la desnudez es constante y natural, deja de ser misteriosa y excitante. Yo no asocio la desnudez a la naturalidad, sino al erotismo. Asociarla a la naturalidad me parece trivializarla.
No hay cosa que iguale y trivialice más a la gente que la desnudez común. Cuando la mili era obligatoria, obligaban a todos los pobres soldados a despelotarse para reducirlos a seres indefensos, a rosadas larvas desprotegidas. Es una manera de humillar. Lo mismo hacían los nazis con los judíos cuando iban a gasearlos. Sin embargo, la desnudez tapada por ropa y destapada en la penumbra o bajo un árbol frondoso es un regalo de Dios. Así que si ha sido el judeocristianismo el que nos ha invitado a taparnos, yo lo celebro, porque así da gusto destaparse. Si fuéramos siempre destapados, el gusto sería taparse y veríamos una esquimala embutida en piel de foca y nos pondríamos a cien.
Por otra parte, la desnudez no es inocente: muestra los mensajes eróticos sin tapujos. El vello púbico es señal de que estamos sexualmente maduros y la erección no se puede ocultar. Yo creo que Adán se puso una hoja de higuera precisamente para ocultar un poco sus deseos o por el gusto de ver la hoja de higuera levantarse.
La página estaba llena de artículos exaltando lo naturalísimo que era ir desnudo y cómo la sociedad judeocristiana, que por lo visto es mala malísima, nos ha llenado de complejos y prejuicios contra la desnudez natural. Luego alababan a los griegos y los polinesios y todas esas culturas donde ir en pelota no estaba tan mal visto.
Y eso me ha hecho pensar que, al menos en mi caso, cuando la desnudez es constante y natural, deja de ser misteriosa y excitante. Yo no asocio la desnudez a la naturalidad, sino al erotismo. Asociarla a la naturalidad me parece trivializarla.
No hay cosa que iguale y trivialice más a la gente que la desnudez común. Cuando la mili era obligatoria, obligaban a todos los pobres soldados a despelotarse para reducirlos a seres indefensos, a rosadas larvas desprotegidas. Es una manera de humillar. Lo mismo hacían los nazis con los judíos cuando iban a gasearlos. Sin embargo, la desnudez tapada por ropa y destapada en la penumbra o bajo un árbol frondoso es un regalo de Dios. Así que si ha sido el judeocristianismo el que nos ha invitado a taparnos, yo lo celebro, porque así da gusto destaparse. Si fuéramos siempre destapados, el gusto sería taparse y veríamos una esquimala embutida en piel de foca y nos pondríamos a cien.
Por otra parte, la desnudez no es inocente: muestra los mensajes eróticos sin tapujos. El vello púbico es señal de que estamos sexualmente maduros y la erección no se puede ocultar. Yo creo que Adán se puso una hoja de higuera precisamente para ocultar un poco sus deseos o por el gusto de ver la hoja de higuera levantarse.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Rómpeme, mátame
Antes se podían cantar más cosas y nadie te linchaba por eso. No había tanta censura ni autocensura.
Antes el tiempo y el sexo eran temas inocentes, de los que uno podía hablar cuando quería evitar rollos políticos. Ahora eres un capitalista canalla si no asocias el mal tiempo al cambio climático y ahora el sexo se ha convertido en un territorio con minas, donde hay que evitar muchos tabúes: nada de ir de macho, nada de posturas del misionero, nada de considerar al hombre y la mujer tan diferentes, nada...
Qué tristes, por Dios.
Aquí dejo un vídeo de una canción que me gusta, pero que hoy prohibirían.
Antes el tiempo y el sexo eran temas inocentes, de los que uno podía hablar cuando quería evitar rollos políticos. Ahora eres un capitalista canalla si no asocias el mal tiempo al cambio climático y ahora el sexo se ha convertido en un territorio con minas, donde hay que evitar muchos tabúes: nada de ir de macho, nada de posturas del misionero, nada de considerar al hombre y la mujer tan diferentes, nada...
Qué tristes, por Dios.
Aquí dejo un vídeo de una canción que me gusta, pero que hoy prohibirían.
martes, 23 de noviembre de 2010
He cumplido taypico años
Hoy he cumplido taypico años. El Corte Inglés me felicitó ayer. He llegado a ellos, gracias a Dios, sin excesivas depresiones, siempre con gente que me quiere y con ganas de seguir viviendo.
Y siempre que cumplo años, me acuerdo de los átomos.
A estas alturas de mi vida, supongo que los átomos que me componían al nacer no estarán ya en mi cuerpo, sino en una flor, en un ornitorrinco o en un recién nacido de Mombasa. Y no deja de asombrarme que exista una realidad inmaterial, no hecha de átomos, que soy yo, que manda recogerlos de los alimentos para reponer los que pierdo y seguir teniendo el soporte material que ahora está tecleando en el ordenata.
Soy una nube de átomos organizada que los va perdiendo y recogiendo en un planeta muy bonito y donde se pueden comer muchas cosas. Y de pronto, un día, la nube decidirá disolverse en la nada y entonces el que esto escribe ya no estará aquí.
Por favor, Dios de los espacios infinitos, te ruego que el dueño de la nube no desaparezca también, sino que lo reúnas con los ángeles para que pueda cuidar a otras nubes de átomos que no tengan quien las ampare, quien las quiera, para que no mueran solas y sin esperanza.
Y aquí una foto de la nube que hizo Antonio del Junco el día de la presentación de Apuntes y fuegos.
¡Ay, ay, esas primeras arrugas!
Y siempre que cumplo años, me acuerdo de los átomos.
A estas alturas de mi vida, supongo que los átomos que me componían al nacer no estarán ya en mi cuerpo, sino en una flor, en un ornitorrinco o en un recién nacido de Mombasa. Y no deja de asombrarme que exista una realidad inmaterial, no hecha de átomos, que soy yo, que manda recogerlos de los alimentos para reponer los que pierdo y seguir teniendo el soporte material que ahora está tecleando en el ordenata.
Soy una nube de átomos organizada que los va perdiendo y recogiendo en un planeta muy bonito y donde se pueden comer muchas cosas. Y de pronto, un día, la nube decidirá disolverse en la nada y entonces el que esto escribe ya no estará aquí.
Por favor, Dios de los espacios infinitos, te ruego que el dueño de la nube no desaparezca también, sino que lo reúnas con los ángeles para que pueda cuidar a otras nubes de átomos que no tengan quien las ampare, quien las quiera, para que no mueran solas y sin esperanza.
Y aquí una foto de la nube que hizo Antonio del Junco el día de la presentación de Apuntes y fuegos.
¡Ay, ay, esas primeras arrugas!
domingo, 21 de noviembre de 2010
Álogos, tiovivos, demonios y ángeles
Fotografía de Ramón Simón
La crónica de la presentación de la colección Álogos la explica mejor que nadie Alejandro aquí. Fue un día estupendo.
El sábado siguiente nos fuimos, bajo la lluvia, al tiovivo de Isla Mágica a hacernos unas fotos los antólogos y el ilustrador de un próximo libro de poemas infantiles, del que estamos contentos y orgullosos.
Yo nunca había estado en un parque de atracciones sin nadie y bajo la lluvia. Toqué el Muro de Berlín, del que hay allí un trozo. Fue una mañana divertida y poética.
Y luego, Pablo Pámpano y Javier Sánchez, con la generosidad de los grandes, nos hicieron a los demás hermosos presentes.
Días antes, por la noche, yo había visto la ciudad tomada y escupida por hordas de estúpidos que gritaban y tiraban piedras a las marquesinas y compadezco de corazón a sus padres, que tales bestias han engendrado. ¿Quién ha dicho que los bárbaros vienen de fuera?
Ex nobis prodierunt, sed non erant ex nobis.
Así que andaba yo triste por este país desastroso, cuando los escritores de Álogos y los poetas del tiovivo me libraron de todos los demonios. Y ahora estoy acompañado de ángeles. Os los envío. Allá que van.
La crónica de la presentación de la colección Álogos la explica mejor que nadie Alejandro aquí. Fue un día estupendo.
El sábado siguiente nos fuimos, bajo la lluvia, al tiovivo de Isla Mágica a hacernos unas fotos los antólogos y el ilustrador de un próximo libro de poemas infantiles, del que estamos contentos y orgullosos.
Yo nunca había estado en un parque de atracciones sin nadie y bajo la lluvia. Toqué el Muro de Berlín, del que hay allí un trozo. Fue una mañana divertida y poética.
Y luego, Pablo Pámpano y Javier Sánchez, con la generosidad de los grandes, nos hicieron a los demás hermosos presentes.
Días antes, por la noche, yo había visto la ciudad tomada y escupida por hordas de estúpidos que gritaban y tiraban piedras a las marquesinas y compadezco de corazón a sus padres, que tales bestias han engendrado. ¿Quién ha dicho que los bárbaros vienen de fuera?
Ex nobis prodierunt, sed non erant ex nobis.
Así que andaba yo triste por este país desastroso, cuando los escritores de Álogos y los poetas del tiovivo me libraron de todos los demonios. Y ahora estoy acompañado de ángeles. Os los envío. Allá que van.
Asia Bibi, condenada por blasfemia a la lapidación.
Firma aquí. Mañana acaba el plazo para interceder por una paquistaní cristiana acusada por sus compañeras musulmanas de blasfemia. Y aclaro que, mientras que en Occidente por blasfemia se entiende el escarnecimiento ofensivo y malintencionado de las creencias religiosas, en el Islam llaman blasfemo no sólo al que hace eso, sino al que tan sólo se niega a afirmar que Mahoma es el Profeta.
Y de veras que no entiendo por qué por esta mujer no nos movilizamos tanto como con las anteriores.
Y de veras que no entiendo por qué por esta mujer no nos movilizamos tanto como con las anteriores.
viernes, 19 de noviembre de 2010
El mejor piropo que me han echado jamás
Es un piropo moral y me lo ha regalado un negro del semáforo. Resulta que en la Avenida de Kansas City el semáforo nos paró y vino un negro sonriente vendiendo pañuelos de papel y rosarios. Y reconozco que tengo debilidad por los rosarios que venden los negros y compro uno cada vez que se tercia. Esta vez no lo compré de plástico, sino de madera. Y él me dijo con una sonrisa blanca de oreja a oreja:
-Tú gastas para Dios, no para mocos.
Y con esa frasecita, que es toda una máxima vital, me dejó más contento que un ocho.
Y entonces mi acompañante, con esa complicidad que tienen los creyentes hoy en día en un mundo cada vez más materialista, le dijo que pediría a Dios por él.
Y él lo agradeció con la mano en el corazón y nos dijo que él creía mucho en Dios y que le pidiéramos para él tan sólo un trabajo. Y entonces el coche de atrás nos pitó para que arrancáramos y allí dejamos al negro, con una mano en el corazón y la otra diciéndonos adiós.
Debe ser muy duro vender pañuelos para mocos en la calle y que la gente no te mire a los ojos. Menos mal que el negro cree en Dios. Si no, no sonreiría tanto.
Anda, Dios, venga, dale un buen trabajo al que te vende los rosarios.
(Y en la página de Mono Azul Editora han puesto el inicio de mi novela Las vírgenes prudentes)
-Tú gastas para Dios, no para mocos.
Y con esa frasecita, que es toda una máxima vital, me dejó más contento que un ocho.
Y entonces mi acompañante, con esa complicidad que tienen los creyentes hoy en día en un mundo cada vez más materialista, le dijo que pediría a Dios por él.
Y él lo agradeció con la mano en el corazón y nos dijo que él creía mucho en Dios y que le pidiéramos para él tan sólo un trabajo. Y entonces el coche de atrás nos pitó para que arrancáramos y allí dejamos al negro, con una mano en el corazón y la otra diciéndonos adiós.
Debe ser muy duro vender pañuelos para mocos en la calle y que la gente no te mire a los ojos. Menos mal que el negro cree en Dios. Si no, no sonreiría tanto.
Anda, Dios, venga, dale un buen trabajo al que te vende los rosarios.
(Y en la página de Mono Azul Editora han puesto el inicio de mi novela Las vírgenes prudentes)
martes, 16 de noviembre de 2010
Apuntes y fuegos. Y mi foto con pelo, de nuevo.
Y estoy tan contento, que pongo a continuación una de las entradas que salen en Apuntes y fuegos
La luenga cabellera
Por increíble que parezca, una hirsuta maraña de pelo negro, afro, crespo, brillante, impenetrable, recubría mi cráneo hoy reluciente. ¡Qué días aquellos en que me zambullía en el mar y el agua no lograba empapar la selva! Tan sólo la perlaba por fuera, como si el pelo fuera de plástico. Yo no podía decir aquello de "Mi pelo al viento", porque ni los vendavales podían revolvérmelo. Si uno me tocaba la cabeza, la mano le salía disparada por los muelles recios de mis rizos. Tan indomeñables eran, que peinarme y dar a aquella pelambre una forma presentable era un tormento matutino que yo sólo solucionaba pelándome a lo bestia.
Bueno, me pelaba mi madre y, cuando lo hacía, siempre decía que yo era el único de sus seis hijos varones que nunca se iba a quedar calvo. Tenía en la coronilla una islita de pelo rubio que nunca llegué a verme pero que todos me señalaban como una rareza.
Ahora esos pelos se han ido, allí, donde habiten los pelos, en los vastos jardines sin aurora. Ubi sunt? ¡Dalila se los llevó para siempre! Aún hoy, cuando me ducho cada mañana, conservo la costumbre de llevarme las manos a la cabeza para facilitarle el paso al agua en la maraña y sólo encuentro este cráneo, prefiguración de la muerte. Sólo me queda el consuelo de que mi cabeza no será nunca el locus amoenus de los piojos.
Y hablando de piojos, ¡atención, padres y madres!, mi amigo Felipe ha encontrado el remedio definitivo contra ellos: pasar la aspiradora por toda la cabeza durante quince días seguidos. Es infalible. Nada de lociones ni rapamientos.
Bueno, me pelaba mi madre y, cuando lo hacía, siempre decía que yo era el único de sus seis hijos varones que nunca se iba a quedar calvo. Tenía en la coronilla una islita de pelo rubio que nunca llegué a verme pero que todos me señalaban como una rareza.
Ahora esos pelos se han ido, allí, donde habiten los pelos, en los vastos jardines sin aurora. Ubi sunt? ¡Dalila se los llevó para siempre! Aún hoy, cuando me ducho cada mañana, conservo la costumbre de llevarme las manos a la cabeza para facilitarle el paso al agua en la maraña y sólo encuentro este cráneo, prefiguración de la muerte. Sólo me queda el consuelo de que mi cabeza no será nunca el locus amoenus de los piojos.
Y hablando de piojos, ¡atención, padres y madres!, mi amigo Felipe ha encontrado el remedio definitivo contra ellos: pasar la aspiradora por toda la cabeza durante quince días seguidos. Es infalible. Nada de lociones ni rapamientos.
lunes, 15 de noviembre de 2010
El sexo de las ciudades
Hablaba el otro día con mi hermano Daniel del género gramatical de las ciudades. Como Estocolmo acaba en "o", lo hacemos masculino ("Estocolmo es caro"). Como Málaga acaba en "a", la hacemos femenina ("Málaga es muchíiiisimo más bonita que Sevilla": es una broma, sevillanos). Y me pareció que tendíamos a considerarlas de género femenino, sobre todo si el nombre de la ciudad acaba en "a". Pero si acaba en otras consonantes uno empieza a dudar. Todos decimos "Sevilla es preciosa", pero dudamos con Madrid o París. ¿"París es precioso" o "París es preciosa"? ¿Y qué hacemos con Helsinki, Omsk y Moscú?
Me sale decir "El Copenhage de los años 30", pero me suena mejor decir "Copenhage es preciosa".
Es el oído y el gusto el que decide y tiene que debatirse entre estos dos criterios: por un lado, como la palabra "ciudad" es de género femenino, tendemos a feminizar los nombres de ciudad siempre que podemos; pero, por otro, como sólo los nombres acabados en "a" piden claramente el femenino, tendemos a masculinizar el resto, porque en gramática el género llamado masculino funciona como el neutro, como el género menos marcado que se usa para todo.
Sería interesante que cada cual hiciera la prueba con todos los nombres de ciudades que he dicho, a ver si le pondrían el adjetivo "preciosa" o "precioso". En fin, digo todo esto para demostrar que el género gramatical poco tiene que ver con el sexo real, a ver si así conseguimos que esta navidad no vengan a decirnos que los Reyes Magos venían montados en sus camellos y en sus camellas.
Un abrazo a todos.
Me sale decir "El Copenhage de los años 30", pero me suena mejor decir "Copenhage es preciosa".
Es el oído y el gusto el que decide y tiene que debatirse entre estos dos criterios: por un lado, como la palabra "ciudad" es de género femenino, tendemos a feminizar los nombres de ciudad siempre que podemos; pero, por otro, como sólo los nombres acabados en "a" piden claramente el femenino, tendemos a masculinizar el resto, porque en gramática el género llamado masculino funciona como el neutro, como el género menos marcado que se usa para todo.
Sería interesante que cada cual hiciera la prueba con todos los nombres de ciudades que he dicho, a ver si le pondrían el adjetivo "preciosa" o "precioso". En fin, digo todo esto para demostrar que el género gramatical poco tiene que ver con el sexo real, a ver si así conseguimos que esta navidad no vengan a decirnos que los Reyes Magos venían montados en sus camellos y en sus camellas.
Un abrazo a todos.
viernes, 12 de noviembre de 2010
El superhomúnculo de Nietzsche
Nietzsche acertó en el diagnóstico: Europa estaba enferma de debilidad, mediocridad y gregarismo. Y acertó también en la receta: había que recuperar las virtudes de los fuertes: la valentía, la autosuperación, la reciedumbre, las altas metas, la belleza... Pero se equivocó en el objetivo: el superhombre, ese hombre que hace lo que quiere y que no tiene ninguna obligación para con los demás y que ni siente compasión por la debilidad ajena ni se siente culpable de sus errores, porque o no los tiene o porque no los considera errores, sino sólo aprendizaje. El superhombre, al no reconocer por encima de sí ni a Dios ni valores éticos universales, se proclama la máxima autoridad y entonces se queda a solas con su egoísmo, esclavo de sí, pequeño por muy grandes cosas que haga, porque ha matado al otro, la obligación para con el otro, el amor al prójimo, lo único que podría salvarlo de sí mismo. Hacerse uno grande matando al otro es convertir el mar en charca para que el sapo se crea un gigante. Ese superhombre acaba siendo un hombre cruel y despiadado o, en el mejor de los casos, un gran egoísta, un gran pejigueras, un gran narcisista, un gran hedonista, ombliguista, pero no un gran hombre. Ése es el inevitable fin del superhombre de Nietzsche, porque un hombre es una cosa demasiado pequeña, algo demasiado cagón y pedorro como para proclamarse única autoridad y dedicarse a sí mismo el universo. Más bien, es él el que tiene que amar cosas más grandes e importantes que él. Sólo así se hará grande e importante.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Resurrección de los cuerpos
Yo creo que la Iglesia debería darle más publicidad al dogma de la resurrección de los cuerpos. A veces pasa por él de puntillas. Sin embargo, a los que el cuerpo nos gusta muchísimo es un dogma que nos proporciona mucha esperanza.
A mí esa frase de Jesús referida al más allá "Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos" me invita a seguir creyendo aun cuando al final resultara ser todo una hermosa mentira.
Eso de ser inmortal sólo en espíritu es una fantasmagoría platónica. Prefiero esta idea escolástica de que el alma está intranquila en el más allá hasta que recobra su cuerpo.
Y además, no cualquier cuerpo, sino un cuerpo en estado glorioso, sin los achaques y defectos que ahora lo aquejan. Cuando Cristo resucitado se aparece a los doce, se come un pescado y eso es porque el estómago le funcionaba. ¿Para qué nos iba a dar Dios un cuerpo para la eternidad si luego sus órganos no funcionan? Seríamos entonces como zombis y entonces yo me haría budista.
Qué gusto un cuerpo sin acné, sin alopecia, sin eccemas, lozano, novio, fuerte, sano... Yo recuperaré mi gloriosa cabellera. Allí no habrá gastroenteritis ni piojos ni escoliosis.
Seremos como Adán y Eva antes de probar la manzana.
A mí esa frase de Jesús referida al más allá "Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos" me invita a seguir creyendo aun cuando al final resultara ser todo una hermosa mentira.
Eso de ser inmortal sólo en espíritu es una fantasmagoría platónica. Prefiero esta idea escolástica de que el alma está intranquila en el más allá hasta que recobra su cuerpo.
Y además, no cualquier cuerpo, sino un cuerpo en estado glorioso, sin los achaques y defectos que ahora lo aquejan. Cuando Cristo resucitado se aparece a los doce, se come un pescado y eso es porque el estómago le funcionaba. ¿Para qué nos iba a dar Dios un cuerpo para la eternidad si luego sus órganos no funcionan? Seríamos entonces como zombis y entonces yo me haría budista.
Qué gusto un cuerpo sin acné, sin alopecia, sin eccemas, lozano, novio, fuerte, sano... Yo recuperaré mi gloriosa cabellera. Allí no habrá gastroenteritis ni piojos ni escoliosis.
Seremos como Adán y Eva antes de probar la manzana.
lunes, 8 de noviembre de 2010
La amistad
Dos son amigos por una simpatía mutua consistente más que en una afinidad de ideas en una complementariedad de sentimientos y talantes. Yo puedo ser tímido y tú audaz, que si a ti te gusta mi timidez y a mí tu audacia, seremos amigos. Uno puede ser liberal y el otro anarquista, que si nos emociona el mismo poeta, es porque compartimos más cosas de las que pensamos.
Por desgracia, con la edad la gente entabla menos amistades porque se empeña en que estas han de basarse en afinidad de ideas.
Yo prefiero el estilo de amistad infantil, cuando uno iba al parque a buscar amigos y no se preguntaba por la condición social, económica, cultural o ideológica del amigo. Lo importante era que el otro también quisiera ser amigo. ¡Qué época feliz aquella, cuando los amigos, arrastrados por la intensidad del juego, acababan peleándose y retirándose la palabra, pero luego estaban deseando que un tercero los reconciliase para volver a jugar y a pelearse otra vez!
Por desgracia, con la edad la gente entabla menos amistades porque se empeña en que estas han de basarse en afinidad de ideas.
Yo prefiero el estilo de amistad infantil, cuando uno iba al parque a buscar amigos y no se preguntaba por la condición social, económica, cultural o ideológica del amigo. Lo importante era que el otro también quisiera ser amigo. ¡Qué época feliz aquella, cuando los amigos, arrastrados por la intensidad del juego, acababan peleándose y retirándose la palabra, pero luego estaban deseando que un tercero los reconciliase para volver a jugar y a pelearse otra vez!
viernes, 5 de noviembre de 2010
¡He arreglado una cosa!
Amigos, ¡hosanna, aleluya, evoé, hurra, viva, olé, bravíssimo! Resulta que yo, que no distingo entre tenaza y alicate, entre mordaza, machota y llave inglesa, que nunca me acuerdo en qué sentido se gira el tornillo, que no entiendo bien conceptos como electricidad, bajante y todos esos términos mágicos que un macho que se precie conoce, ¡he arreglado yo solito el interruptor de la cocina!
Estaba el pobre descolgado, quebrado y llevaba así ya varios meses porque yo tenía un miedo atroz a abordar el asunto. Para que funcionara, había que tratarlo con mimo, presionar en el punto exacto sin que se cayera. Yo había encontrado ya su punto G y siempre conseguía que se encendiera. Pero ayer, a pesar de las artes de mi dedo, se negaba a hacer contacto. Y hoy me he armado de valor, he ido a la ferretería y allí un comité de machos me ha explicado cómo hacerlo y me han pintado con rotulador los agujeritos del cacharro por donde tenía que meter los cables.
Y aquí estoy radiante: todo ha sucedido como me han explicado ¡y no me han cobrado las explicaciones! Por vez primera en mi vida, me he ahorrado un electricista y estoy pensando en atreverme con la nevera, que vibra la muy tonta, y con los azulejos de la cocina que se me han caído.
Esta es la más alta ocasión que vieron los siglos. ¡Exultemos con cítaras y salterios y laúdes, porque hemos vencido a los persas, a los cartagineses, a los hunos y al otomano!
¡Viva la electricidad! (todos gritan: ¡Viva!)
¡Viva la madre que parió a Edison y los pechos que lo amamantaron! (todos gritan: ¡Viva!)
Estaba el pobre descolgado, quebrado y llevaba así ya varios meses porque yo tenía un miedo atroz a abordar el asunto. Para que funcionara, había que tratarlo con mimo, presionar en el punto exacto sin que se cayera. Yo había encontrado ya su punto G y siempre conseguía que se encendiera. Pero ayer, a pesar de las artes de mi dedo, se negaba a hacer contacto. Y hoy me he armado de valor, he ido a la ferretería y allí un comité de machos me ha explicado cómo hacerlo y me han pintado con rotulador los agujeritos del cacharro por donde tenía que meter los cables.
Y aquí estoy radiante: todo ha sucedido como me han explicado ¡y no me han cobrado las explicaciones! Por vez primera en mi vida, me he ahorrado un electricista y estoy pensando en atreverme con la nevera, que vibra la muy tonta, y con los azulejos de la cocina que se me han caído.
Esta es la más alta ocasión que vieron los siglos. ¡Exultemos con cítaras y salterios y laúdes, porque hemos vencido a los persas, a los cartagineses, a los hunos y al otomano!
¡Viva la electricidad! (todos gritan: ¡Viva!)
¡Viva la madre que parió a Edison y los pechos que lo amamantaron! (todos gritan: ¡Viva!)
jueves, 4 de noviembre de 2010
Una oración
Hoy, en mi corazón, tan sólo la multitud de orantes asesinados en una iglesia de Bagdad por el fundamentalismo islámico. Por ellos mi oración.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Discurso fúnebre
Estamos aquí reunidos para lamentar la muerte de nuestro querido maestro por culpa de una ingestión de huevo de gallina feliz contaminado.
Lo han acusado injustamente de terrorista, de ladrón, de evadir capitales y de mal padre. Pero si puso bombas, no fue por el placer de la violencia, sino para luchar contra un sistema injusto. Si robó bancos, no fue para ser rico, sino para minar el capitalismo explotador. Si invirtió ese dinero en Suiza, no fue para vivir como un marajá, sino para denunciar los paraísos fiscales. Y si abandonó a sus hijos en un orfanato, fue para dejar en evidencia la injusticia intrínseca de la familia tradicional.
Sentía un gran amor por los animales, tanto que era partidario de esterilizar a los humanos para repoblar el mundo de monos.
Para los que somos hedonistas fue un modelo moral, pues fue un maestro en el arte de procurarse placeres. Suyo fue el invento del jacuzzi con miniexplosiones de polvo picapica en el culete.
¿Y qué diré de la solicitud con que inyectaba inyecciones letales a los moribundos? Las buenas personas no ayudan a seguir viviendo sin dolor, sino a morir sin dolor.
Por todo ello, ¡lloremos todos mucho, que es muy bueno para las glándulas lagrimales!
Lo han acusado injustamente de terrorista, de ladrón, de evadir capitales y de mal padre. Pero si puso bombas, no fue por el placer de la violencia, sino para luchar contra un sistema injusto. Si robó bancos, no fue para ser rico, sino para minar el capitalismo explotador. Si invirtió ese dinero en Suiza, no fue para vivir como un marajá, sino para denunciar los paraísos fiscales. Y si abandonó a sus hijos en un orfanato, fue para dejar en evidencia la injusticia intrínseca de la familia tradicional.
Sentía un gran amor por los animales, tanto que era partidario de esterilizar a los humanos para repoblar el mundo de monos.
Para los que somos hedonistas fue un modelo moral, pues fue un maestro en el arte de procurarse placeres. Suyo fue el invento del jacuzzi con miniexplosiones de polvo picapica en el culete.
¿Y qué diré de la solicitud con que inyectaba inyecciones letales a los moribundos? Las buenas personas no ayudan a seguir viviendo sin dolor, sino a morir sin dolor.
Por todo ello, ¡lloremos todos mucho, que es muy bueno para las glándulas lagrimales!
lunes, 1 de noviembre de 2010
Hagamos un pacto
Se me ha ocurrido que firmemos un pacto: el día del Juicio Final, cuando el diablo, deseoso de llevarnos al infierno, nos acuse de nuestras vilezas (a mí, por ejemplo, de mearme de niño en los hormigueros), nos defenderemos unos a otros.
Por ejemplo, si alguien acusa a algún bloguero o comentarista de haber tenido un desliz, todos diremos: Sí, pero es que su marido (o su mujer) era muy requetemalo. Si a otro lo acusan de haber dicho una vez una mentira muy gorda para evitarle a alguien una desgracia, diremos todos que, en determinadas concepciones éticas consecuencialistas, las mentiras piadosas son buenas. Y si a un tercero lo acusan de arrojar dardos contra la foto de su jefe en la pared, diremos que nunca pasó de ahí, a pesar de lo malísimo que era el jefe.
Así dejaremos al diablo sin argumentos y nos iremos todos derechitos al cielo o después de pasar unos siglillos de nada en el purgatorio. ¡Y menudas juergas montaremos en el cielo! Haremos conciertos rock con las cítaras y las liras y las arpas y guerras de nubes y jugaremos a hacer estrellas y galaxias y provocaremos explosiones de supernovas para iluminar el cosmos y nos vestiremos de auroras boreales. Y comeremos tajadas de sandía cósmica desnuditos y con cuerpos fetén y resucitados. Y cuando llegue la hora de cantar salmos, le daremos un toque gospel y rociero, que allí todo es posible.
Por ejemplo, si alguien acusa a algún bloguero o comentarista de haber tenido un desliz, todos diremos: Sí, pero es que su marido (o su mujer) era muy requetemalo. Si a otro lo acusan de haber dicho una vez una mentira muy gorda para evitarle a alguien una desgracia, diremos todos que, en determinadas concepciones éticas consecuencialistas, las mentiras piadosas son buenas. Y si a un tercero lo acusan de arrojar dardos contra la foto de su jefe en la pared, diremos que nunca pasó de ahí, a pesar de lo malísimo que era el jefe.
Así dejaremos al diablo sin argumentos y nos iremos todos derechitos al cielo o después de pasar unos siglillos de nada en el purgatorio. ¡Y menudas juergas montaremos en el cielo! Haremos conciertos rock con las cítaras y las liras y las arpas y guerras de nubes y jugaremos a hacer estrellas y galaxias y provocaremos explosiones de supernovas para iluminar el cosmos y nos vestiremos de auroras boreales. Y comeremos tajadas de sandía cósmica desnuditos y con cuerpos fetén y resucitados. Y cuando llegue la hora de cantar salmos, le daremos un toque gospel y rociero, que allí todo es posible.
viernes, 29 de octubre de 2010
Un buen regalo para un niño
Una de las sensaciones más felices e intensas que recuerdo de mi infancia era dar una mano a mi hermano José Miguel y la otra a mi hermano Timoteo, que ya eran muchachos, y dejarme arrastrar por ellos con los brazos en cruz en una loca carrera. La gracia estaba en que yo avanzaba gracias a su empuje, pero ellos se las ingeniaban para que yo tocara siempre el suelo con los pies y eso provocaba la sensación realísima de que era mío tanto ímpetu. Yo era el gato con botas a grandes zancadas por el mundo y podía echar a volar en cualquier momento. Aquello era la cuadratura del círculo: la velocidad total y la protección total.
Ellos ni se imaginan con qué fuerza se imprimía en mis neuronas aquella generosa dádiva de sus músculos juveniles, consistente en velocidad, placer y poder.
Si queréis hacer feliz a un niño, hacedle ese regalo, porque, luego, cuando sea adulto, no habrá máquina, droga ni persona capaces de darle esa bomba de felicidad concentrada, la calidez de unas manos fuertes y protectoras, la velocidad sin vértigo ni peligro contra el viento, la sensación de que este mundo tan bien hecho se hizo para nosotros, el cariño incondicional con que el fuerte transmite su potencia a la inocencia frágil y agradecida de un niño.
Ellos ni se imaginan con qué fuerza se imprimía en mis neuronas aquella generosa dádiva de sus músculos juveniles, consistente en velocidad, placer y poder.
Si queréis hacer feliz a un niño, hacedle ese regalo, porque, luego, cuando sea adulto, no habrá máquina, droga ni persona capaces de darle esa bomba de felicidad concentrada, la calidez de unas manos fuertes y protectoras, la velocidad sin vértigo ni peligro contra el viento, la sensación de que este mundo tan bien hecho se hizo para nosotros, el cariño incondicional con que el fuerte transmite su potencia a la inocencia frágil y agradecida de un niño.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Post coitum, triste
Durante la fusión erótica, durante esa inminencia de lo grande, en la cima del mundo, el amante adquiere las proporciones y la belleza de todo el universo y anhela convertir en sí mismo al amado.
Para los que no conocemos el éxtasis místico, no hay en esta vida ninguna plenitud mayor que esa incandescencia sublime, esa poesía rotunda de los miembros, ese espectáculo de luz y de sonido, ese anticipo del paraíso.
Y al final, tras la explosión de las estrellas, cuando creía que iba a tocar el firmamento, el amante es arrojado a la arena fría del desierto como un meteoro oscuro que antes era fuego y ahora sólo humea. Post coitum, triste, que decían los clásicos. Una vez que la naturaleza nos ha usado para sus propósitos, nos abandona como una muda de serpiente.
Y sólo el amor nos salva de esa tristeza y la convierte en gratitud, asombro y sosiego.
lunes, 25 de octubre de 2010
Traducción de una conversación habitual al neoesperanto
-A mí me encanta comer animales de pies con alas: Ego love pteropodozoofagia.
-Lo mismo digo: Idem eadem idem.
-Pues a mí me aterran los obsesos de la música que orinan en los ríos: Oh, ego sum uropotamomelomanófobo.
-¡Qué asco!: Puaj!
-Lo que yo no puedo aguantar, quillo, es que los hombres adoren a las mujeres que comen árboles con forma de círculos mal hechos: Ego can't stand up, ephebo, amorfociclodendrofagoginecandrolatría.
-¡Claro, si eso es malísimo para el sexo!: Evidentissimum: that's pessimum ad copulandum.
Y, de paso, con el neoesperanto, uno aprende a dar nombre de enfermedad catalogada o de síndrome muy especial a sus tontas manías. No es lo mismo morderse las uñas de los pies que la onicopodectomía. No es lo mismo excitarse con el color rojo que la eritrosatiriasis. Con lo primero no vas a ningún sitio; con lo segundo sales en los manuales de psicología.
Y, de paso, con el neoesperanto, uno aprende a dar nombre de enfermedad catalogada o de síndrome muy especial a sus tontas manías. No es lo mismo morderse las uñas de los pies que la onicopodectomía. No es lo mismo excitarse con el color rojo que la eritrosatiriasis. Con lo primero no vas a ningún sitio; con lo segundo sales en los manuales de psicología.
viernes, 22 de octubre de 2010
Falsos dioses
Voy a decir cuáles son los falsos dioses más adorados por nosotros en la actualidad:
1) La salud: y tanto, que algunos padres sólo se preocupan de las vitaminas y las enzimas de sus hijos, pero luego les dejan ver telebasura en la tele.
2) La belleza física y el músculo: y tanto, que algunos sacrifican su salud con dietas, operaciones y esteroides con tal de conseguirlos y otros rechazan amistades sólo porque no son guapas.
3) El dinero: y tanto, que algunos son capaces de enterrar al abuelo en el huerto, para que nadie sepa que ha muerto y así cobrar su pensión.
4) El trabajo: y tanto, que muchos descuidan o incluso abandonan por trabajo familia, amor, hijos, amistades, en fin, todo lo que vale.
5) El sexo: y tanto, que esta es la primera época de la historia donde el sexo sin amor goza de buena prensa.
6) El yo: y tanto, que el nuevo mandamiento es "Quiérete a ti mismo".
7) La ideología: y tanto, que alguno hay que retira a otros el saludo porque no piensan como él.
8) El personaje famoso: y tanto, que algunos pierden el culo y el sueño para escaparse a no sé dónde al concierto de no sé qué cantante sin el cual la vida no tiene sentido.
9) La fama: y tanto, que algunos escritores se suicidan o dejan de hablarse, porque consideran que no se les reconoce como merecen.
10) La persona amada: y tanto, que, cuando esta nos falla, se nos hunde el mundo.
1) La salud: y tanto, que algunos padres sólo se preocupan de las vitaminas y las enzimas de sus hijos, pero luego les dejan ver telebasura en la tele.
2) La belleza física y el músculo: y tanto, que algunos sacrifican su salud con dietas, operaciones y esteroides con tal de conseguirlos y otros rechazan amistades sólo porque no son guapas.
3) El dinero: y tanto, que algunos son capaces de enterrar al abuelo en el huerto, para que nadie sepa que ha muerto y así cobrar su pensión.
4) El trabajo: y tanto, que muchos descuidan o incluso abandonan por trabajo familia, amor, hijos, amistades, en fin, todo lo que vale.
5) El sexo: y tanto, que esta es la primera época de la historia donde el sexo sin amor goza de buena prensa.
6) El yo: y tanto, que el nuevo mandamiento es "Quiérete a ti mismo".
7) La ideología: y tanto, que alguno hay que retira a otros el saludo porque no piensan como él.
8) El personaje famoso: y tanto, que algunos pierden el culo y el sueño para escaparse a no sé dónde al concierto de no sé qué cantante sin el cual la vida no tiene sentido.
9) La fama: y tanto, que algunos escritores se suicidan o dejan de hablarse, porque consideran que no se les reconoce como merecen.
10) La persona amada: y tanto, que, cuando esta nos falla, se nos hunde el mundo.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Prejuicios intelectualones
Subíamos por el Torrecilla, el monte más alto de Málaga, y las nubes bajaron a jugar con nosotros. Eran como inmensos borregos que tan pronto nos metían entre su lana como nos abandonaban en busca de otros pastos. Yo creía hasta entonces que entre el aire y la nube habría una larga transición, que no se notaría la frontera entre la nube y el aire. Pues no: se podía retintar con un rotulador la frontera exacta entre la nube y el aire, como en los dibujos animados.
Otra frontera nítida que me sorprendió fue la de la España seca y la España húmeda. Yo creía que poco a poco el verde sería menos intenso a medida que bajábamos al sur hasta que de pronto uno caía en la cuenta de que ya no era verde. Pues no: dejamos Asturias tras el túnel y, de pronto, el secarral.
Así que estoy por pensar que, en cuanto cayó el Imperio Romano, los ciudadanos dejaron de usar túnicas y se pusieron de pronto esos ropajes bárbaros a lo Conan.
lunes, 18 de octubre de 2010
Cinco momentos de la infancia que te permiten seguir siendo feliz
1. Cuando nadabas en la piscina del líquido amniótico, que era el Edén, el cielo antes de la vida, y estabas hecho del deseo, del amor y de la libertad con que te hicieron tus padres. Y te llegaban los ecos de las voces que preguntaban qué nombre te iban a poner, pero tú no los entendías.
2. Cuando corrías en cueros por el patio y en la mano una tajada de sandía más grande que tu cabeza te empapaba la barbilla, el pecho y la barriga y te chorreaba por la pichurrilla.
3. Cuando te echabas a dormir donde te pillara el sueño, en el rellano de una escalera, debajo de una mesa, encima del caballito de madera, pero luego siempre amanecías arropado en tu camita.
4. Cuando tu hermano grande te montaba a hombros y te decía: ¡Qué alto eres! Y entonces tú podías ver el nido que habían hecho los pájaros en el limonero del patio.
5. Cuando recogías flores silvestres del campo para tu madre y para la Virgen de la casa y las flores se iban deshojando por el camino y aun así a tu madre y a la Virgen les encantaban.
Dedicado a todos, pero, en especial, a mi hermano El Piyayo.
2. Cuando corrías en cueros por el patio y en la mano una tajada de sandía más grande que tu cabeza te empapaba la barbilla, el pecho y la barriga y te chorreaba por la pichurrilla.
3. Cuando te echabas a dormir donde te pillara el sueño, en el rellano de una escalera, debajo de una mesa, encima del caballito de madera, pero luego siempre amanecías arropado en tu camita.
4. Cuando tu hermano grande te montaba a hombros y te decía: ¡Qué alto eres! Y entonces tú podías ver el nido que habían hecho los pájaros en el limonero del patio.
5. Cuando recogías flores silvestres del campo para tu madre y para la Virgen de la casa y las flores se iban deshojando por el camino y aun así a tu madre y a la Virgen les encantaban.
Dedicado a todos, pero, en especial, a mi hermano El Piyayo.
viernes, 15 de octubre de 2010
La verdadera aristocracia
"Todos tenemos el mismo número de antepasados", decía Séneca, y por eso todos somos aristócratas y de rancio abolengo. Tener títulos nobiliarios, un castillo en herencia y un árbol genealógico que se remonta a la Edad Media no añade bondad a la persona, sino que tan sólo la adorna con una carga histórica de la que es muy difícil ser digno. En efecto, un Grande de España no puede ir por ahí esnifando coca ni robando en El Corte Inglés. Si lo hace, está proclamando a gritos lo absurdo es que lo llamemos Grande.
La verdadera aristocracia no está en la sangre, sino en la conducta, en las maneras y en la actitud. Por ejemplo, el chico que me trae la fruta a casa tiene aires de príncipe y sonríe con gracia y elegancia. Y el negro del semáforo, el que me vende los rosarios, es en realidad un rey del Camerún (por cierto, ya sé cómo se llama: Patricio).
A mí me encanta otorgar títulos a la gente. Un amigo mío es consejero áulico; otro, confidente del rey; una mujer que me quiere bien es Casandra, la hija del rey de Troya... Y esos títulos se los han ganado con su bondad, su simpatía, su valentía y su generosidad, las cuatro virtudes en que consiste la verdadera aristocracia.
Hacedme caso: otorgad títulos nobiliarios a vuestros amigos. Se los merecen.
Y felicidades a todas las Teresas.
La verdadera aristocracia no está en la sangre, sino en la conducta, en las maneras y en la actitud. Por ejemplo, el chico que me trae la fruta a casa tiene aires de príncipe y sonríe con gracia y elegancia. Y el negro del semáforo, el que me vende los rosarios, es en realidad un rey del Camerún (por cierto, ya sé cómo se llama: Patricio).
A mí me encanta otorgar títulos a la gente. Un amigo mío es consejero áulico; otro, confidente del rey; una mujer que me quiere bien es Casandra, la hija del rey de Troya... Y esos títulos se los han ganado con su bondad, su simpatía, su valentía y su generosidad, las cuatro virtudes en que consiste la verdadera aristocracia.
Hacedme caso: otorgad títulos nobiliarios a vuestros amigos. Se los merecen.
Y felicidades a todas las Teresas.
miércoles, 13 de octubre de 2010
La mierdofilia televisiva
En mi casa apenas se ve la televisión, salvo en verano, cuando la casa se me llena de niños y de dibujitos animados del canal Disney (por cierto, aunque está de moda criticar a Disney, ¡tengo tanto que agradecerle!).
El caso es que el otro día fui a una casa donde la tele está siempre encendida, incluso cuando se come. Éramos en la mesa doce o diez personas, con algún niño, y echaban por la tele no sé qué serie infecta y española, donde se decían más palabrotas que artículos, que ya es difícil. Los actores contaban chascarrillos verdes y marrones donde las palabras "mierda", "peo", "condón", "maricón", "jodido" sonaban más fuertes que ninguna. Y ninguno de los comensales parecía darse cuenta. Yo no pude más y dije algo así como qué vulgaridad. Y aquello no sentó nada bien. Lo que sentaba bien, por lo visto, era oír y ver vulgaridades.
Me di cuenta de que la tele produce una enfermedad: la mierdofilia. La enfermedad consiste en que uno se hace adicto a la mierda. Sólo si uno lleva desintoxicado de la tele mucho tiempo se da cuenta de quién está enfermo y quién no.
Cuidado, amigos, con la mierdofilia. Si tenéis tele, sed sus señores: que el dedo no apriete el canal donde brille la mierda, que lo pone todo perdido.
El caso es que el otro día fui a una casa donde la tele está siempre encendida, incluso cuando se come. Éramos en la mesa doce o diez personas, con algún niño, y echaban por la tele no sé qué serie infecta y española, donde se decían más palabrotas que artículos, que ya es difícil. Los actores contaban chascarrillos verdes y marrones donde las palabras "mierda", "peo", "condón", "maricón", "jodido" sonaban más fuertes que ninguna. Y ninguno de los comensales parecía darse cuenta. Yo no pude más y dije algo así como qué vulgaridad. Y aquello no sentó nada bien. Lo que sentaba bien, por lo visto, era oír y ver vulgaridades.
Me di cuenta de que la tele produce una enfermedad: la mierdofilia. La enfermedad consiste en que uno se hace adicto a la mierda. Sólo si uno lleva desintoxicado de la tele mucho tiempo se da cuenta de quién está enfermo y quién no.
Cuidado, amigos, con la mierdofilia. Si tenéis tele, sed sus señores: que el dedo no apriete el canal donde brille la mierda, que lo pone todo perdido.
martes, 12 de octubre de 2010
37.000 teléfonos móviles pagados por todos
Qué buena es la Junta de Andalucía, que entre junteros, funcionarios y adyacentes, tiene repartidos a cuenta nuestra 37.000 teléfonos móviles. Es increíble, pero la gente se queja de que hay listas de espera en los hospitales y colegios sin calefacción y un millón de parados en Andalucía, y no se dan cuenta de que es mucho más importante invertir el dinero de nuestros impuestos en los teléfonos móviles. Por ejemplo, imaginemos el drama que supondría para el escolta de un alto cargo tener que llamar a la parienta con su propio teléfono. ¿No sería terriblemente injusto que tuviera que apoquinar de su bolsillo unos euritos para avisarla de que no puede ir a comer con ella porque tiene que acompañar al alto cargo a una mariscada también a cuenta nuestra?
¡Oh, qué felicidad! Me encanta ir a trabajar todos los días sabiendo que mi dinero se dedica a cosas tan importantes. Estoy dispuesto a renunciar a vivir mejor si gracias al sudor de mi frente treinta y siete mil andaluces no tienen que pagar teléfono. ¡Y quien sugiera que esos teléfonos se usan para llamadas personales es un mal andaluz, un fascista, un malaje y habría que abrirle un expediente!
lunes, 11 de octubre de 2010
Día Internacional del Huevo
El viernes vi en Málaga a muchos chicos con un huevo de plástico en la mano y entonces me dijeron que era el Día Internacional del Huevo.
¡Oh qué día tan solemne! ¡Oh huevo oval ovoide ovalado ovúlico ovular! ¡Compongamos una oda al huevo! Extasiémonos ante su contemplación y cada cual coloque uno en una huevera de oro y adórelo con cinco postraciones y, luego, enlazados todos de la mano, dancemos en torno a él diciendo Ommmmmm...
Si el año tiene 365 días, es crucial que uno de esos días esté ocupado por el Huevo. No hay en todo el universo 364 cosas más importantes que el huevo. Lo siento por los limones, los saltamontes, las mariposas, los elefantitos, los toldos, que se han quedado sin día. Y si alguno propone que el Gran Día del Gran Huevo sea sustituido por cosas tan triviales y nimias como el día de las estrellas, el día de los géiseres o el día de las auroras boreales, rasguémonos las vestiduras y arrojémosle huevos por tal blasfemia.
De verdad, amigos, si no fuera porque hay un Día Internacional del Huevo, nuestra vida no tendría sentido. El nuevo santoral es mucho más completo que el antiguo. Qué agradecido estoy a vosotras, gallinas, que por vuestra diminuta cloaca parís con dolor esos huevazos para que no pasemos hambre.
Sólo podría disputarle su importancia al huevo el hilo dental,, que tanto bien ha hecho a las dentaduras del mundo.
Amigos, ¡propongamos un Día Internacional del Hilo Dental!
¡Oh qué día tan solemne! ¡Oh huevo oval ovoide ovalado ovúlico ovular! ¡Compongamos una oda al huevo! Extasiémonos ante su contemplación y cada cual coloque uno en una huevera de oro y adórelo con cinco postraciones y, luego, enlazados todos de la mano, dancemos en torno a él diciendo Ommmmmm...
Si el año tiene 365 días, es crucial que uno de esos días esté ocupado por el Huevo. No hay en todo el universo 364 cosas más importantes que el huevo. Lo siento por los limones, los saltamontes, las mariposas, los elefantitos, los toldos, que se han quedado sin día. Y si alguno propone que el Gran Día del Gran Huevo sea sustituido por cosas tan triviales y nimias como el día de las estrellas, el día de los géiseres o el día de las auroras boreales, rasguémonos las vestiduras y arrojémosle huevos por tal blasfemia.
De verdad, amigos, si no fuera porque hay un Día Internacional del Huevo, nuestra vida no tendría sentido. El nuevo santoral es mucho más completo que el antiguo. Qué agradecido estoy a vosotras, gallinas, que por vuestra diminuta cloaca parís con dolor esos huevazos para que no pasemos hambre.
Sólo podría disputarle su importancia al huevo el hilo dental,, que tanto bien ha hecho a las dentaduras del mundo.
Amigos, ¡propongamos un Día Internacional del Hilo Dental!
viernes, 8 de octubre de 2010
El negro del semáforo
Yo quiero ser como el negro del semáforo al que le compro los rosarios de plástico. Desprende alegría por los cuatro costados, llueva, truene o arda el sol, venda o no, lo miren o no a los ojos.
En el reparto de semáforos, si lo hay, le ha tocado uno sin demasiados carriles, con lo cual supongo que no vende tanto como otros. Y cuando me ve cruzar la calle, me saluda en la distancia y me llama hermano. Y lo bueno es que nunca me dice: Cómprame. Yo le compro si quiero. Y quiero muchas veces, precisamente por eso, porque no insiste. Tengo muchos rosarios y siempre llevo alguno encima y los voy regalando por ahí.
Si alguien me ve por Sevilla, que me pida uno: está bendecido por la mano blanca del negro del semáforo.
Y, en fin, hoy la poesía de Tomás Rodríguez Reyes en la librería Luces de Málaga. Buen fin de semana a todos.
En el reparto de semáforos, si lo hay, le ha tocado uno sin demasiados carriles, con lo cual supongo que no vende tanto como otros. Y cuando me ve cruzar la calle, me saluda en la distancia y me llama hermano. Y lo bueno es que nunca me dice: Cómprame. Yo le compro si quiero. Y quiero muchas veces, precisamente por eso, porque no insiste. Tengo muchos rosarios y siempre llevo alguno encima y los voy regalando por ahí.
Si alguien me ve por Sevilla, que me pida uno: está bendecido por la mano blanca del negro del semáforo.
Y, en fin, hoy la poesía de Tomás Rodríguez Reyes en la librería Luces de Málaga. Buen fin de semana a todos.
miércoles, 6 de octubre de 2010
Poesía en medio de la calle. Y Tomás Rodríguez Reyes
El otro día iba para el trabajo cuando me encuentro en una avenida, apoyado en una farola, a un hombre leyendo poesía. Y resulta que era un amigo mío. Primero me di cuenta de que el libro era de poesía y luego de que lo leía un amigo.
Toda la gente iba de un lado para otro, con prisa y con caras serias, pero él estaba en otro mundo, entre los versos de una poeta, cuyo nombre no recuerdo, pero que había ganado un premio y había dedicado esos versos a su padre, que padecía Alzheimer. Me pareció un hermoso destino para la poesía.
Mi amigo me dijo que a él la poesía lo salvaba, lo rescataba, lo redimía, le daba su sitio en el universo.
De eso voy a hablar el viernes por la tarde en la librería Luces de Málaga, a propósito de El huerto deseado, de Tomás Rodríguez Reyes, cuya poesía aprecio mucho.
Si alguien está en Málaga y lo desea, será un placer saludarle y presentarle al poeta.
Toda la gente iba de un lado para otro, con prisa y con caras serias, pero él estaba en otro mundo, entre los versos de una poeta, cuyo nombre no recuerdo, pero que había ganado un premio y había dedicado esos versos a su padre, que padecía Alzheimer. Me pareció un hermoso destino para la poesía.
Mi amigo me dijo que a él la poesía lo salvaba, lo rescataba, lo redimía, le daba su sitio en el universo.
De eso voy a hablar el viernes por la tarde en la librería Luces de Málaga, a propósito de El huerto deseado, de Tomás Rodríguez Reyes, cuya poesía aprecio mucho.
Si alguien está en Málaga y lo desea, será un placer saludarle y presentarle al poeta.
martes, 5 de octubre de 2010
Ni Hitler se atrevió a tanto
Hace dos días, en cierto periódico nacional, se llevaban en primera plana las manos a la cabeza porque en Castilla-La Mancha todos los médicos objetaban para no tener que intervenir en abortos.
La gente se cree que el aborto es una cosa muy aséptica, que es hacer plin y ya está. Pero los médicos saben que no es así. Y por eso no quieren mancharse las manos en sangre inocente.
La vocación de los médicos es curar enfermedades, no matar fetos. Si una ley demencial, eugenésica y homicida convierte la abominación en derecho, sencillamente hay que rebelarse contra ella. Una ley injusta no es ley.
Pero muchos quieren reducir hasta tal punto el derecho a la objeción de conciencia, que en la práctica resulta inviable, incómodo y heroico negarse a intervenir directa o indirectamente en los abortos. Los primeros en caer bajo ese aplastamiento totalitario serán los médicos. Pero si no los apoyamos, si no protestamos, los siguientes seremos nosotros.
Hitler, mientras protegía a las especies animales arias, ordenaba la eugenesia, las esterilizaciones, los asesinatos y los abortos. Pero lo hacía bajo cuerda: nunca se atrevió a convertir el aborto en derecho ni a obligar a un médico a practicarlo.
Hoy hemos superado a Hitler: algunos se rasgan las vestiduras por los experimentos con animales, por las corridas de toros o porque en una obra de teatro se cuece en directo un centollo, pero no por los fetos humanos que en España se pueden matar sin alegar ninguna excusa y, encima, pretenden que los médicos no rechisten.
lunes, 4 de octubre de 2010
Cosas con las que el cuerpo nos engaña
1. Tienes tantísima hambre, que te llenas el plato hasta los bordes y luego no te comes ni la mitad.
2. "Estoy agotado. No puedo más", dices después de todo un día de trabajo y contrariedades que no te han permitido ni echar una cabezadilla. Pero, de pronto, tu hija pequeña se da un golpe y tienes que llevarla a urgencias para que le pongan tres puntos y regresas de madrugada y recuerdas que mañana tienes que entregar no sé qué cosa urgente en el trabajo y te tienes que sentar a hacerlo. En fin, que sí podías más.
3. Estás dejando de fumar, combatiendo con mil argumentos el mono del tercer día y, al cuarto, en la hora de más debilidad, te fumas uno para no reventar. Y cuando te lo fumas, descubres que no habrías reventado, que has hecho el tonto.
4. "Necesito un baño relajante, un masaje, un spa, un jacuzzi, unas cuatro horas de hacer sillón-ball". Y cuando, por fin, lo consigues, te preguntas si ha valido la pena haberlo deseado tanto.
5. En frío te arrepientes de haber hecho lo que hiciste en caliente, cuando uno es capaz de cualquier cosa.
6. Has bebido unas cuantas copas y quieres a todo el mundo, incluso a ese que ahora brinda contigo y mañana, ya sereno, te pondrá la zancadilla en el trabajo.
7. Te miras al espejo y te ves feo, poca cosa, un desastre de hombre. Y mira por dónde, ese día tres mujeres te dicen que tienes el guapo subido.
8. Ese día no tenías ganas, pero te pones al asunto, porque, en fin, el comer y el rascar es todo empezar. Y, sin quererlo ni beberlo, el orgasmo es tan brutal, que te pasas una semana con cara de tonto.
9. Te sientes muy bien de hormonas, dopaminas y cosas de esas con las que el ánimo se levanta. Y te parece que nada puede fastidiarte el día, pero entonces, vaya, te has dado un golpe en el pulgar del pie con la pata de la mesa. Y, tras una ristra de palabrotas, las dopaminas se van al garete.
10. Sientes una opresión muy grande en el pecho, como si te fueras a morir. Vas al médico y estás más sano que una pera. ¡Enhorabuena!
2. "Estoy agotado. No puedo más", dices después de todo un día de trabajo y contrariedades que no te han permitido ni echar una cabezadilla. Pero, de pronto, tu hija pequeña se da un golpe y tienes que llevarla a urgencias para que le pongan tres puntos y regresas de madrugada y recuerdas que mañana tienes que entregar no sé qué cosa urgente en el trabajo y te tienes que sentar a hacerlo. En fin, que sí podías más.
3. Estás dejando de fumar, combatiendo con mil argumentos el mono del tercer día y, al cuarto, en la hora de más debilidad, te fumas uno para no reventar. Y cuando te lo fumas, descubres que no habrías reventado, que has hecho el tonto.
4. "Necesito un baño relajante, un masaje, un spa, un jacuzzi, unas cuatro horas de hacer sillón-ball". Y cuando, por fin, lo consigues, te preguntas si ha valido la pena haberlo deseado tanto.
5. En frío te arrepientes de haber hecho lo que hiciste en caliente, cuando uno es capaz de cualquier cosa.
6. Has bebido unas cuantas copas y quieres a todo el mundo, incluso a ese que ahora brinda contigo y mañana, ya sereno, te pondrá la zancadilla en el trabajo.
7. Te miras al espejo y te ves feo, poca cosa, un desastre de hombre. Y mira por dónde, ese día tres mujeres te dicen que tienes el guapo subido.
8. Ese día no tenías ganas, pero te pones al asunto, porque, en fin, el comer y el rascar es todo empezar. Y, sin quererlo ni beberlo, el orgasmo es tan brutal, que te pasas una semana con cara de tonto.
9. Te sientes muy bien de hormonas, dopaminas y cosas de esas con las que el ánimo se levanta. Y te parece que nada puede fastidiarte el día, pero entonces, vaya, te has dado un golpe en el pulgar del pie con la pata de la mesa. Y, tras una ristra de palabrotas, las dopaminas se van al garete.
10. Sientes una opresión muy grande en el pecho, como si te fueras a morir. Vas al médico y estás más sano que una pera. ¡Enhorabuena!
viernes, 1 de octubre de 2010
Cosas con las que el cuerpo nos maravilla
1. Estás tiritando de frío y te traen una mantita y te dan un arrechucho y te ponen un chocolate calentito y te dicen: "Anda, siéntate al brasero" y entonces el cuerpo te lo agradece con amor y lumbre desde dentro y te dice: "Tú eres este calor y no aquel frío. Disfruta".
2. Después de un día de estar rodeado de gente adusta, que no te mira a los ojos, que tiene prisa; después de todo un día de bregar con el mundo y con los malos olores y con los ciclistas que casi te atropellan en la acera y con los conductores que se saltan los semáforos, llegas a casa y tu hija pequeña, que huele a colonia, a bien, a belleza, a amor puro del bueno, se te cuelga al cuello, donde te pone una guirnalda de besos.
3. Llevas todo el día acalorado y enchaquetado de arriba para abajo, apretando manos y deseando desencorbatarte y, entonces, esa noche, mientras avanzas por el césped, te vas despelotando y te arrojas a la piscina y, entonces, ah, entonces, qué etéreo de pronto en el agua fresca ese cuerpo que antes arrastrabas por las esquinas.
4. Ese día estabas apático y tristón, pero el órgano barroco de la iglesia resuena potente como cien mil arcangélicas trompetas y entonces el pecho se te llena de Dios y Dios es una sensación muy corporal, muy intensa, muy generosa y fragante.
5. Durante la fusión erótica, te conviertes en otro más dorado y terrible que ocupa justamente el centro del universo y se deshace en mil cometas portadores de vida y, tras el incendio de las neuronas, te arrojan a un lecho de flores y te preguntas dónde se habrá metido ese hombre de oro que eras hasta hace unos instantes.
6. Estás sentado en el autobús leyendo un libro difícil de entender y se te sienta delante una mujer que se acaba de lavar el pelo y tiene una larga y rizada y brillante y perfumada melena y te entran unas ganas locas de hundir en ella la nariz.
7. Un amigo a quien hace mucho que no ves te encuentra en la calle y os abrazáis fuerte y te impresiona su musculatura, su calor corporal, su torso nacido para descoyuntar leones, en fin, todo lo que el cuerpo de un hombre significa.
8. En plena madrugada te libra de una pesadilla de sangre y demonios quien duerme contigo y te acaricia la cabeza y amolda su cuerpo a tu espalda desprotegida, para que duermas como un rey, como un niño que cae dormido en el patio y siempre amanece en su camita.
9. Eres un niño y tienes fiebre. Tu padre te pone la recia mano en la frente y sientes que ya te estás curando.
10. Vienes de correr y llegas a casa con la boca seca y te bebes un zumo de naranja fresca y sientes tu cuerpo como una presencia poderosa, cargada de fuerza, de optimismo, de ganas de parar un tren y de saltar desde una cumbre para cazar estrellas y arrojarlas al infinito.
Gracias a Dios por todo.
2. Después de un día de estar rodeado de gente adusta, que no te mira a los ojos, que tiene prisa; después de todo un día de bregar con el mundo y con los malos olores y con los ciclistas que casi te atropellan en la acera y con los conductores que se saltan los semáforos, llegas a casa y tu hija pequeña, que huele a colonia, a bien, a belleza, a amor puro del bueno, se te cuelga al cuello, donde te pone una guirnalda de besos.
3. Llevas todo el día acalorado y enchaquetado de arriba para abajo, apretando manos y deseando desencorbatarte y, entonces, esa noche, mientras avanzas por el césped, te vas despelotando y te arrojas a la piscina y, entonces, ah, entonces, qué etéreo de pronto en el agua fresca ese cuerpo que antes arrastrabas por las esquinas.
4. Ese día estabas apático y tristón, pero el órgano barroco de la iglesia resuena potente como cien mil arcangélicas trompetas y entonces el pecho se te llena de Dios y Dios es una sensación muy corporal, muy intensa, muy generosa y fragante.
5. Durante la fusión erótica, te conviertes en otro más dorado y terrible que ocupa justamente el centro del universo y se deshace en mil cometas portadores de vida y, tras el incendio de las neuronas, te arrojan a un lecho de flores y te preguntas dónde se habrá metido ese hombre de oro que eras hasta hace unos instantes.
6. Estás sentado en el autobús leyendo un libro difícil de entender y se te sienta delante una mujer que se acaba de lavar el pelo y tiene una larga y rizada y brillante y perfumada melena y te entran unas ganas locas de hundir en ella la nariz.
7. Un amigo a quien hace mucho que no ves te encuentra en la calle y os abrazáis fuerte y te impresiona su musculatura, su calor corporal, su torso nacido para descoyuntar leones, en fin, todo lo que el cuerpo de un hombre significa.
8. En plena madrugada te libra de una pesadilla de sangre y demonios quien duerme contigo y te acaricia la cabeza y amolda su cuerpo a tu espalda desprotegida, para que duermas como un rey, como un niño que cae dormido en el patio y siempre amanece en su camita.
9. Eres un niño y tienes fiebre. Tu padre te pone la recia mano en la frente y sientes que ya te estás curando.
10. Vienes de correr y llegas a casa con la boca seca y te bebes un zumo de naranja fresca y sientes tu cuerpo como una presencia poderosa, cargada de fuerza, de optimismo, de ganas de parar un tren y de saltar desde una cumbre para cazar estrellas y arrojarlas al infinito.
Gracias a Dios por todo.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Libertad versus la mezquita en la zona cero
Menudo revuelo se está armando porque un pastor protestante quiere quemar el Corán. Por supuesto que quemar un libro y, más si es sagrado, es una barbaridad de muy mal gusto y pocas luces, pero no hay que olvidar que los musulmanes no se indignan cuando en sus países se queman Biblias y se matan cristianos, como está sucediendo en Irak, Pakistán, Indonesia y muchos otros países, en todos los cuales los cristianos llevan más siglos viviendo que ellos.
Europa está enferma cuando la persecución sistemática y cruenta de cristianos en países musulmanes no es noticia y sí lo es, sin embargo, que aquí uno quiera quemar un Corán.
Por otra parte, ¿qué pinta una mezquita en el corazón del dolor de un país que fue atacado, entre otras razones, por ser cristiano? Las 3.025 víctimas eran de muchas religiones y, en su mayoría, cristianas, no musulmanas. Y lo más indicado sería entonces levantar una catedral. Si se hace una votación en Estados Unidos para que cada cual decida qué se debe construir en esa zona, saldría por mayoría cualquier cosa menos una mezquita. ¿Por qué ese afán antidemocrático de algunos políticos de ir contra las opiniones de la mayoría? ¿Por qué esa desconfianza intervencionista hacia el hombre? ¿Qué mosca les ha picado?
lunes, 27 de septiembre de 2010
No sin mis conductos deferentes. Diez razones para no hacerse la vasectomía (va a ser tó mía)
A un amigo que se me quiere vasectomizar:
1.La fecundidad de otros te ha hecho posible y fecundo. Tu propia fecundidad te trasciende y es lo más parecido a la inmortalidad que este universo ha podido darte. No la desprecies sólo porque él no lo ha conseguido del todo. No seas ingrato.
2. Lo fecundo es un grado más de vida que lo simplemente vivo, porque, además de tener vida, puede crearla.
3. Vasectomizarte es peor que enterrar un talento. Es despreciarlo, considerar la fecundidad como una enfermedad o un problema, cortarle la lengua al jilguero para que no trine.
5. Si fueras el perro o el gato, entendería que lo hicieses. Pero eres un hombre. No te trates a ti mismo como a una res.
6. El Estado siempre ha querido controlar el poder democrático e igualitario de engendrar. No le entregues gratis ese poder.
7. Naciste investido de genitales para tener la posibilidad de engendrar hasta tu muerte. Un recién muerto sin espermatozoides está más muerto que uno que los tenga aún vivitos y coleando después de palmarla. Sé el cometa que, al atravesar la atmósfera, nos trajo la vida al planeta, y no el meteorito frío que sólo levanta humo cuando cae.
8. Renunciar a la fecundidad para evitar el engorro de los anticonceptivos es como quitarse los dientes para no tener caries. Mientras que encondonarte es ponerte tan sólo un ridículo gorro de baño para no mojarte la melena, vasectomizarte es arrancarte la melena.
9. Es una pena no tener en los testículos tantos millones de copias de uno mismo, con lo importante que eso te hace.
10. Por muy reversible que sea, por muy seguro que estés de que no quieres tener más hijos, recuerda que todos los hombres, desde el imponente negro del semáforo hasta el cojo que vende cupones, desde ese político a quien odias hasta tu mejor amigo, todos, en fin, menos tú, podrían dejar ahora mismo embarazada a tu mujer.
1.La fecundidad de otros te ha hecho posible y fecundo. Tu propia fecundidad te trasciende y es lo más parecido a la inmortalidad que este universo ha podido darte. No la desprecies sólo porque él no lo ha conseguido del todo. No seas ingrato.
2. Lo fecundo es un grado más de vida que lo simplemente vivo, porque, además de tener vida, puede crearla.
3. Vasectomizarte es peor que enterrar un talento. Es despreciarlo, considerar la fecundidad como una enfermedad o un problema, cortarle la lengua al jilguero para que no trine.
5. Si fueras el perro o el gato, entendería que lo hicieses. Pero eres un hombre. No te trates a ti mismo como a una res.
6. El Estado siempre ha querido controlar el poder democrático e igualitario de engendrar. No le entregues gratis ese poder.
7. Naciste investido de genitales para tener la posibilidad de engendrar hasta tu muerte. Un recién muerto sin espermatozoides está más muerto que uno que los tenga aún vivitos y coleando después de palmarla. Sé el cometa que, al atravesar la atmósfera, nos trajo la vida al planeta, y no el meteorito frío que sólo levanta humo cuando cae.
8. Renunciar a la fecundidad para evitar el engorro de los anticonceptivos es como quitarse los dientes para no tener caries. Mientras que encondonarte es ponerte tan sólo un ridículo gorro de baño para no mojarte la melena, vasectomizarte es arrancarte la melena.
9. Es una pena no tener en los testículos tantos millones de copias de uno mismo, con lo importante que eso te hace.
10. Por muy reversible que sea, por muy seguro que estés de que no quieres tener más hijos, recuerda que todos los hombres, desde el imponente negro del semáforo hasta el cojo que vende cupones, desde ese político a quien odias hasta tu mejor amigo, todos, en fin, menos tú, podrían dejar ahora mismo embarazada a tu mujer.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Cosas con las que el cuerpo nos abochorna
1. Ir a comprar papel higiénico urgentemente porque se ha gastado y pasearlo por toda la calle.
2. Pasar por un pasillo atestado de alumnos para ir al servicio. Es como recordarles: "El profe es mortal. Mea como todo quisque".
3.Que se te pose una mosca en la calva o que un niño pequeño te pregunte con toda ingenuidad por qué no tienes pelo en la cabeza.
4. Estar hablando con alguien y que una gotita de saliva propia le salpique.
5. Que en el absoluto silencio de esa conferencia tan interesante se oiga el ruido de tu vacío estomacal.
6. Que, cuando uno quiere aparentar la más absoluta calma ante el público, te delate el temblor de la mano con que sostienes el papel.
7. Que en el autobús, para no caerte por los suelos, tengas que subir el brazo para agarrarte a la barra sin poder evitar que la axila esté a un palmo de la nariz de una señorita.
8. Que al sonrojarte todos descubran cuál es tu punto débil.
9. Que alguien te toque el hombro o la espalda para saludarte y descubra con disgusto que estás empapado en sudor, porque has venido andando a toda prisa.
10. Que sin querer se te desabotone la camisa y vayas mostrando el pecho de lobo como si fueras un chulito de playa de los años setenta.
2. Pasar por un pasillo atestado de alumnos para ir al servicio. Es como recordarles: "El profe es mortal. Mea como todo quisque".
3.Que se te pose una mosca en la calva o que un niño pequeño te pregunte con toda ingenuidad por qué no tienes pelo en la cabeza.
4. Estar hablando con alguien y que una gotita de saliva propia le salpique.
5. Que en el absoluto silencio de esa conferencia tan interesante se oiga el ruido de tu vacío estomacal.
6. Que, cuando uno quiere aparentar la más absoluta calma ante el público, te delate el temblor de la mano con que sostienes el papel.
7. Que en el autobús, para no caerte por los suelos, tengas que subir el brazo para agarrarte a la barra sin poder evitar que la axila esté a un palmo de la nariz de una señorita.
8. Que al sonrojarte todos descubran cuál es tu punto débil.
9. Que alguien te toque el hombro o la espalda para saludarte y descubra con disgusto que estás empapado en sudor, porque has venido andando a toda prisa.
10. Que sin querer se te desabotone la camisa y vayas mostrando el pecho de lobo como si fueras un chulito de playa de los años setenta.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Igualitarismo, intervencionismo y estupidez
En un colegio de Sevilla, famoso por su alto nivel y donde los padres matriculan ahí a sus hijos por eso mismo, unos padres, ellos solos entre muchos, han denunciado al profe de música de su hijo por haberlo suspendido. Y lo terrible es que la Junta ha dado la razón a los padres aduciendo que el profesor exigía más nivel del que correspondía al curso del niño.
Así que ya lo saben ustedes, padres: ¿que el profe de su hijo tiene la desfachatez de que los niños sean cultos y se aprendan de memoria las capitales del mundo? ¡Denúncienlo! Seguro que eso se está saliendo del programa por arriba.
Y, queridos profes, ni se os ocurra enseñarles a los niños demasiadas cosas, que os denuncian. Más bien, enseñadles poco, que así aprueban y la Junta tan contenta. Si hay que salirse del programa, salid por abajo, no por arriba.
¡Viva la igualdad y abajo la excelencia!
Y gracias, Ramón, por tu reseña.
Así que ya lo saben ustedes, padres: ¿que el profe de su hijo tiene la desfachatez de que los niños sean cultos y se aprendan de memoria las capitales del mundo? ¡Denúncienlo! Seguro que eso se está saliendo del programa por arriba.
Y, queridos profes, ni se os ocurra enseñarles a los niños demasiadas cosas, que os denuncian. Más bien, enseñadles poco, que así aprueban y la Junta tan contenta. Si hay que salirse del programa, salid por abajo, no por arriba.
¡Viva la igualdad y abajo la excelencia!
Y gracias, Ramón, por tu reseña.
lunes, 20 de septiembre de 2010
Más sexo y menos género
Mi amigo Felipe me hizo reparar en que, cuando nos preguntan cómo era una persona que sólo vimos durante unos segundos hace poco o durante unos años pero hace mucho, somos capaces de equivocarnos con la edad, el color de pelo y la estatura, pero nunca con el sexo: siempre recordamos con total exactitud si era macho o hembra. Nacemos sexuados y sexuales. Mira tú qué bien.
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Si yo midiera dos metros y tuviera un vozarrón y testosterona para parar un tren, pisaría terreno con más seguridad que ahora y quizá no sería tan amigo del diálogo, sino de la bronca.
Si nos influye la estatura y el vozarrón, ¿por qué no va a influirnos usar bragas o calzoncillos? Así que ¿de dónde se han sacado los ideólogos de género que la identidad sexual es una creación cultural opresiva? ¿No será más bien el reflejo humano de una realidad biológica?
Si alguien quiere romper con su identidad sexual, es muy libre de hacerlo, pero, por favor, que no pretenda que enseñemos eso a los niños en la escuela. En asuntos íntimos el Estado no debe entrometerse, porque además es profundamente antidemocrático intentar cambiar desde arriba creencias y tradiciones mayoritarias que no van contra los derechos humanos.
Por lo demás, a mí me encantan las diferencias sexuales. Jamás perderé mis energías luchando contra la tradición de regalar ropita azul al niño y ropita rosa a la niña. Estoy agradecidísimo a mi padre porque no se ponía sujetadores y a mi madre porque no hacía bíceps.
Me gustan las diferencias entre caballeros y princesas. Por eso no entiendo cómo ha podido colar y calar en la gente una ideología tan aberrante que desprecia como opresor lo que no es sino una mezcla de naturaleza, costumbre y tradición que a nadie obliga.
Si a las mujeres y a los homosexuales les gustan los machos, ¿por qué ese empeño de algunos en que dejen de serlo, con lo atractivo que es un tipo fuerte, caballeroso, limpio y con todas sus cositas?
Si alguien quiere romper con su identidad sexual, es muy libre de hacerlo, pero, por favor, que no pretenda que enseñemos eso a los niños en la escuela. En asuntos íntimos el Estado no debe entrometerse, porque además es profundamente antidemocrático intentar cambiar desde arriba creencias y tradiciones mayoritarias que no van contra los derechos humanos.
Por lo demás, a mí me encantan las diferencias sexuales. Jamás perderé mis energías luchando contra la tradición de regalar ropita azul al niño y ropita rosa a la niña. Estoy agradecidísimo a mi padre porque no se ponía sujetadores y a mi madre porque no hacía bíceps.
Me gustan las diferencias entre caballeros y princesas. Por eso no entiendo cómo ha podido colar y calar en la gente una ideología tan aberrante que desprecia como opresor lo que no es sino una mezcla de naturaleza, costumbre y tradición que a nadie obliga.
Si a las mujeres y a los homosexuales les gustan los machos, ¿por qué ese empeño de algunos en que dejen de serlo, con lo atractivo que es un tipo fuerte, caballeroso, limpio y con todas sus cositas?
viernes, 17 de septiembre de 2010
Aforismos XXVII
1. La alegría es más buena cuando es la consecuencia, no cuando es el objetivo.
2. Lo peor y lo mejor de vivir es ser uno mismo hasta el final.
3. Hay gente que no es mala, pero sí muy desagradable.
4. Cuando los romanos empezaron a depilarse, los invadieron los bárbaros.
5. Mostrar las vísceras en el suelo no informa más del atentado.
6.Al correligionario se le perdonan todas las heterodoxias, aunque vayan más lejos que las ortodoxias del enemigo.
7. La victoria se legitima cuando es el inicio de la paz y no una continuación de la victoria.
8. Hay que defender al inocente aun cuando sea un perfecto gilipollas.
9. Hay cosas que, de puro bonitas, no parecen verdad.
10. La valentía adorna tanto, que el malo parece bueno cuando es valiente.
2. Lo peor y lo mejor de vivir es ser uno mismo hasta el final.
3. Hay gente que no es mala, pero sí muy desagradable.
4. Cuando los romanos empezaron a depilarse, los invadieron los bárbaros.
5. Mostrar las vísceras en el suelo no informa más del atentado.
6.Al correligionario se le perdonan todas las heterodoxias, aunque vayan más lejos que las ortodoxias del enemigo.
7. La victoria se legitima cuando es el inicio de la paz y no una continuación de la victoria.
8. Hay que defender al inocente aun cuando sea un perfecto gilipollas.
9. Hay cosas que, de puro bonitas, no parecen verdad.
10. La valentía adorna tanto, que el malo parece bueno cuando es valiente.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
En la playa con dos poetas
El viernes me fui a la playa para llenarme de Dios y de sol, antes de empezar el curso, y para hundir en la arena mojada mis dedos hasta dejármela en mis cinco anillos. Me fui tan lejos, que en todo el tiempo que pasé allí no vi ni un alma.
Allí me puse a hacer flexiones y en la última, una ola gigantesca, de improviso, me bendijo con toda su frescura. En la cresta se transparentaron tres peces de colores.
Las olas me traían y llevaban, sin hacerme daño, como buenas amantes.
Y entonces me entraron ganas de leer poesía y saqué de mi mochila dos libros de Javier Sánchez Menéndez y uno de Ramón Simón.
Javier me habló como éramos nosotros antes de ser nosotros:/ hombres sin tiempo y sin amor. Y supe que la felicidad es una llamada de teléfono en un lugar muy público y que a mí me pasa como a él: que prefiero pensar en los cigarros:/ los puedo dominar y nunca mienten. Y como a él me dicen/ que tengo toda la vida por delante/ y yo lo que quisiera/ es tener la vida alrededor. Y aún no sé bien por qué conectan tanto conmigo estos versos: Ahora apremia el calor y apenas/ una brisa de aire por las noches/
rodea el cuerpo desnudo de un hombre/ que recuperó en otro tiempo la certeza/ y la sensatez.
Ramón describió algo que yo no sabía que me pasaba hasta que lo leí: Corazón, que tu tristeza es mía,/ que ya nos conocemos,/ ¿dónde vamos ahora con esas ropas viejas? Y me alegró la tarde con su Poderes invisibles gobiernan la alegría. Y me grabó en la retina el cuadro del que habla su hermoso poema de la Acuarela.
Gracias, Javier, gracias, Ramón, por veniros conmigo a la playa.
Allí me puse a hacer flexiones y en la última, una ola gigantesca, de improviso, me bendijo con toda su frescura. En la cresta se transparentaron tres peces de colores.
Las olas me traían y llevaban, sin hacerme daño, como buenas amantes.
Y entonces me entraron ganas de leer poesía y saqué de mi mochila dos libros de Javier Sánchez Menéndez y uno de Ramón Simón.
Javier me habló como éramos nosotros antes de ser nosotros:/ hombres sin tiempo y sin amor. Y supe que la felicidad es una llamada de teléfono en un lugar muy público y que a mí me pasa como a él: que prefiero pensar en los cigarros:/ los puedo dominar y nunca mienten. Y como a él me dicen/ que tengo toda la vida por delante/ y yo lo que quisiera/ es tener la vida alrededor. Y aún no sé bien por qué conectan tanto conmigo estos versos: Ahora apremia el calor y apenas/ una brisa de aire por las noches/
rodea el cuerpo desnudo de un hombre/ que recuperó en otro tiempo la certeza/ y la sensatez.
Ramón describió algo que yo no sabía que me pasaba hasta que lo leí: Corazón, que tu tristeza es mía,/ que ya nos conocemos,/ ¿dónde vamos ahora con esas ropas viejas? Y me alegró la tarde con su Poderes invisibles gobiernan la alegría. Y me grabó en la retina el cuadro del que habla su hermoso poema de la Acuarela.
Gracias, Javier, gracias, Ramón, por veniros conmigo a la playa.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Hawkins, Dios y los ateos militantes
Stephen Hawkins ha dicho que la ciencia ya puede explicar el origen del hombre y del universo y que, por tanto, ya no hay que recurrir a Dios para explicar nada. Si esas han sido en efecto sus declaraciones, hay que decir que como científico será estupendo, pero que como filósofo no da la talla.
En primer lugar, esas declaraciones valen tanto como las de aquel astronauta ruso que, al salir de la Tierra, dijo que, en efecto, Dios no existía porque él no lo había visto por ningún sitio.Ambas declaraciones pretenden encontrar a Dios en el mundo físico y, como ni lo encuentran ni lo necesitan, acaban concluyendo que no existe. Pero eso no significa que no exista, sino que ellos no lo están buscando con el método adecuado. A Dios no se le descubre científicamente. Un psiquiatra no va a encontrar el alma en las neuronas. Igual que es absurdo calibrar matemáticamente la calidad de la poesía, como pretendía el manual de literatura de El Club de los poetas muertos, también lo es pretender que los avances científicos puedan encontrar a Dios o un atisbo suyo en algún átomo perdido o primigenio. Los átomos son átomos y Dios es Dios y cada uno requiere un acercamiento distinto.
En segundo lugar, la gente cree en Dios no para explicar el origen del mundo, sino para dar sentido a su vida, y como dijo una vez Enrique Baltanás en su estupendo cuaderno de bitácora, el sentido lo dan la religión o la filosofía, no la ciencia. Esta, al menos para mí, sólo ofrece explicaciones de cosas que en la vida cotidiana nos suelen importar un pimiento.
Por último, advierto entre los ateos militantes, y no en los ateos naturales, una beligerancia contra la religión mucho mayor que entre los creyentes beligerantes contra el ateísmo. No hay más que darse un paseo por la Interred para descubrir cientos de blogs dedicados a ridiculizar y destripar el sentimiento religioso, mientras que no he encontrado ni un solo blog creyente dedicado a ridiculizar el ateísmo.
Me temo que el ateo militante no se contentó en su adolescencia con matar al padre. Necesita también matar a Dios.
Y para confrontar otras visiones del asunto, os remito a estas dos entradas de La felicidad de Sísifo y de Diario personal.
En primer lugar, esas declaraciones valen tanto como las de aquel astronauta ruso que, al salir de la Tierra, dijo que, en efecto, Dios no existía porque él no lo había visto por ningún sitio.Ambas declaraciones pretenden encontrar a Dios en el mundo físico y, como ni lo encuentran ni lo necesitan, acaban concluyendo que no existe. Pero eso no significa que no exista, sino que ellos no lo están buscando con el método adecuado. A Dios no se le descubre científicamente. Un psiquiatra no va a encontrar el alma en las neuronas. Igual que es absurdo calibrar matemáticamente la calidad de la poesía, como pretendía el manual de literatura de El Club de los poetas muertos, también lo es pretender que los avances científicos puedan encontrar a Dios o un atisbo suyo en algún átomo perdido o primigenio. Los átomos son átomos y Dios es Dios y cada uno requiere un acercamiento distinto.
En segundo lugar, la gente cree en Dios no para explicar el origen del mundo, sino para dar sentido a su vida, y como dijo una vez Enrique Baltanás en su estupendo cuaderno de bitácora, el sentido lo dan la religión o la filosofía, no la ciencia. Esta, al menos para mí, sólo ofrece explicaciones de cosas que en la vida cotidiana nos suelen importar un pimiento.
En tercer lugar, si la ciencia explica el origen del cosmos a partir de la Gran Explosión, no se tambalean ninguna de las famosas vías filosóficas para demostrar la existencia de Dios y, en especial, la vía de la contingencia, según la cual la existencia del universo no puede explicarse por sí misma, porque podría no haber existido. Así que la pregunta fundamental no es cómo se formaron las estrellas, sino por qué existe algo y no más bien nada.Si uno no recurre a Dios para explicarlo, la existencia del universo seguirá siendo inexplicable.
Por último, advierto entre los ateos militantes, y no en los ateos naturales, una beligerancia contra la religión mucho mayor que entre los creyentes beligerantes contra el ateísmo. No hay más que darse un paseo por la Interred para descubrir cientos de blogs dedicados a ridiculizar y destripar el sentimiento religioso, mientras que no he encontrado ni un solo blog creyente dedicado a ridiculizar el ateísmo.
Me temo que el ateo militante no se contentó en su adolescencia con matar al padre. Necesita también matar a Dios.
Y para confrontar otras visiones del asunto, os remito a estas dos entradas de La felicidad de Sísifo y de Diario personal.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Las sonatas de Valle-Inclán
Si de mí dependiera establecer con diez obras el canon de la literatura occidental del siglo XX, incluiría, a no ser que me sobornasen con unos milloncitos de euros, las cuatro Sonatas de Valle-Inclán: la de primavera, la de verano, la de otoño y la de invierno. Las recomiendo cuatro veces.
No se puede seguir leyendo y escribiendo igual una vez que uno se las inyecta en vena, porque desde entonces ellas circulan por la sangre en bajeles de oro y azabache seduciendo doncellas y descamisando marineros rusos o luchando a brazo partido con curas carlistas y fornidos. La extrema elegancia de sus frases abruma por sus hallazgos literarios, por esos adjetivos que transfiguran la realidad, por esas imágenes tan hondas, por ese ritmo deslumbrante de sus períodos. Y, por si fuera poco, toda esa belleza formal está al servicio del tema, porque Valle-Inclán no es, al estilo de Gabriel Miró, sólo un buen prosista, sino un extraordinario narrador. Si usted busca la cuadratura del círculo, id est, belleza intensísima de la forma y acción y peripecia en el contenido, tiene en nuestro insigne barbudo lo que busca.
Perdonen ustedes que yo pierda el tino con estas cuatro estaciones. Pero ¿cómo no lo voy a perder si superan en osadía a Sade, pero sin su mal gusto y sin su mala leche, si superan en redondez a En busca del tiempo perdido o La montaña mágica, si suponen en la historia de la literatura un hito tal, que urge encumbrarlas ya junto a los Grandes Raros Exquisitos del Mundo, como Kavafis?
Si usted se ve en el compromiso de tener que obsequiar de algún modo al embajador de Siam o de seducir a un príncipe de los Balcanes o de quedar bien con una devoradora de hombres o, lo que es más habitual, de ser aceptado en una logia de vampiros, regáleles una buena edición de las Sonatas en papel de seda y subraye al azar y con tinta de color violeta una frase. Cualquiera que usted subraye suscitará tertulias de madrugada en un cenador y obras esotéricas que explicarán, ¡por fin!, este incomprensible mundo.
Y, en fin, no digo más, porque, si me voy de la lengua, moriré en un atentado a manos de los miembros de la sociedad secreta a la que pertenezco: ya he dicho más de la cuenta. Sólo añadiré que, si lo lee en verano, pertréchese de té helado para no arder. Así, lo que haya en usted de caballero o de dama se verá colmado de dicha cuatro veces, una por cada estación.
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