miércoles, 21 de septiembre de 2022

La Virgen de Valme y sus siete siglos de delicadeza

A la Virgen de Valme le pasa como a mí: no es fotogénica. El sábado pasado fui a verla ,y en directo gana muchísimo más que en las fotos. Me pareció verle aún en la mejilla el beso del rey santo, allá en el siglo XIII. Durante la sabatina de los Hermanos, había allí una madre de unos sesenta años con su hija de treinta, alta y agraciada, pero aquejada de algún tipo de deficiencia que le iluminaba el rostro con esa expresión de asombro feliz e inocente que durante el instante de la revelación se les pone a poetas y profetas. La madre la trataba con un cariño conmovedor. ¡Cómo cantaban las dos el Salve Regina! Erasmo de Rotterdam rechazaría su pronunciación del latín, pero se notaba que a la Virgen le encantaba. Se notaba que aquel era el lugar del mundo donde aquella madre se sentía más feliz con su hija, menos juzgada, más reconocida como custodia de una excelsa joya cuyo canto agradaba a la Señora más que ningún otro y a quien las fuerzas más oscuras de este mundo no habrían permitido nacer.

 

jueves, 15 de septiembre de 2022

El ángel de España

Nació de un rayo. 
Cayó sobre los Toros de Guisando. 
Dio el olivo a los íberos, 
a los celtas el arpa, 
a fenicios y griegos las trirremes. 
Montó los elefantes con Aníbal. 
Crió caballos que aún fascinan a los árabes. 
Lloró en Numancia 
con Boabdil y don Rodrigo. 
De todas sus misiones fue 
la más sutil e incomprensible 
clavar aquel puñal de plata 
en el cándido pecho de Teresa. 
En primavera invita 
a sus colegas italianos 
a echar una carrera 
 de catedral en catedral. 
Los incendiarios del 36 
le perdonaron en Madrid la vida. 
Y llora aún porque no pudo 
desviar las tres balas que mataron 
a Federico.

(de Gorriones de acera)

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Los únicos países no atacados por Gran Bretaña

 Me llega de un periódico griego esta noticia (pincha aquí): casi toda Europa, casi toda Asia y casi toda América han sido atacados por Gran Bretaña, salvo estos 22: 

Andorra, Bielorrusia, Bolivia, Burundi, República Centroafricana, Chad, Congo, Guatemala, Costa de Marfil, Kirguistán, Liechtenstein, Luxemburgo, Mali, Islas Marshall, Mónaco, Mongolia, Paraguay, Santo Tomé y Príncipe, Suecia, Tajikistán, Uzbekistán, Vaticano.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Un poema sublime de José Julio Cabanillas

Quien haya vivido alguna vez la verdadera angustia en su vida, se estremecerá con este poema.

LUNA EN EL GETSEMANÍ 
Hay una hora, dicen, que muy pocos han visto 
como no sean los muertos. 
Hay una hora, dicen, 
en que el sol no ha salido, y se ocultó la luna, 
y no brillan las estrellas. 
Te sorprende esa hora 
en cualquier calle, monte o huerto. 
O hasta en tu propia casa. No es de día ni es de noche, 
ni a la vigilia le sucede el sueño. 
Las hojas en la rama 
no nacen ni se secan ni se caen. 
Está parado el mundo. 
Empapado, lavado 
por una angustia blanca en un río que no corre. 
Quien ha visto esa hora ya no vuelve. 
No canta ningún gallo. 
No cuchichean los grillos. 
Ni un mirlo tempranero silba a nadie. 

Cuando llega esa hora 
en que la seca muerte dice: “Yo”, 
mientras pisa la hierba fragante del Edén, 
mejor no haber nacido. 

Tú, que sudaste sangre en aquel huerto, 
envíame, envíame a aquel ángel 
con su paño de angustia, 

el ángel que Dios hizo 
para aquellos que están en esa hora. 

(Poemas descalzos)