lunes, 31 de enero de 2011

Amor y sensualidad

Una persona que me conocía muy bien aseguraba que yo era demasiado sensual. Yo no sé si hay gente más sensual que otra. Lo que sí sé es que a algunos la mucha o la poca sensualidad que tenemos nos ocupa muchas neuronas. Y lo único que me disgusta de eso es que la sensualidad no me prepara, sino todo lo contrario, para el dolor que es también la vida.

Por ejemplo, estaba yo tan feliz tomándome una cerveza con un amigo en la terraza hablando de la impresionante sensación de poder que a uno lo embarga después de correr media hora y, de pronto, pasó un joven en una silla de ruedas que no podía correr para tener esa sensación que  considero tan gloriosa. Y me sentí entonces de lo más frívolo. Mi gusto por los placeres no me serviría de nada si de pronto yo tuviera que vivir en una silla de ruedas.

De nadie se dijo como un elogio tras su muerte: Fue muy hábil procurándose placeres. A muchos les importa un rábano lo que se pueda decir de ellos tras su muerte, pero a mí no, porque lo que digan de mí los míos cuando me muera será la verdad.

La verdad es que lo único que me salva de convertirme en un egoísta redomado, lo único que me levanta de la silla donde leo mi libro favorito, lo único que me permite renunciar sin traumas a bañarme desnudo en el mar, lo que me salva de convertirme en un cacho de carne con  ojos, es el amor que siento por la gente. 

viernes, 28 de enero de 2011

Última voluntad

Ni yin ni yang
ni Pachamamas
ni luchas de contrarios
ni el karma y la sinergia,
ni Epicuro en sus ínfimos placeres,
ni todos los psicólogos del mundo,
ni siquiera el aikido, el tao y el yoga
ni Zaratustra el de las luengas barbas
escapan con sus Torres de Babel
del abismo profundo de la muerte.
Quedar en la memoria de mis deudos,
en un álbum de fotos,
en una antología de mediocres
o en los genes de miles de criaturas;
yacer en un pomposo mausoleo
y dar nombre a un cometa o a un bacilo
o a un hospital para enfermos incurables
no es nada comparado con perder
los besos y las flores para siempre.
No quiero ser ceniza
esparcida en una playa
ni quiero convertirme en un diamante
en el dedo del nieto más excéntrico.
Y nada de formoles y criogenias.
Yo sólo quiero convertirme en lágrima
rodando por tu rostro bienamado
y en ella un lucerito que te anuncie
que vestido de novio yo te espero
muy joven y sin prisas, vida mía.

miércoles, 26 de enero de 2011

Notas de enero

1. Con tanto almendro en flor, está el campo vestido de novia.
2. Nos ha nacido a los Cotta una niña que se llama Candela. Bienvenida al mundo, sobrina mía. Dios te guarde.
3. En la ciudad siberiana de Omsk, la mínima fue anoche de 31 grados bajo cero. Nadie sale de casa. La nevera es el alféizar de la ventana. Las tardes son allí oscuras y eternas. Por eso los novelistas rusos escriben novelones.
4. Bajo las lunas llenas de enero se puede leer poesía sin forzar la vista.
5. El amable dueño del bar donde yo tomaba café cuando se podía fumar en los bares, me saluda de lejos, en un intento de recuperar un cliente. El lunes próximo me tomaré allí un café.
6. El invierno nos desnuda y la primavera nos viste de hojas. Los árboles de mi calle, esqueléticos, no podrán guarecerme de las miradas del vecino hasta que les brote de nuevo el verde.
7. Acabo de matar dos maripositas de la harina copulando en mi alacena. Ahora estarán en el cielo enharinado de las maripositas de la harina.
8. A pesar de la cuesta de enero, a pesar de las subidas de luz y agua y paro, la gente sigue sonriendo. Me gusta este país que ha salido de sus crisis y sus guerras por sus ganas de vivir y llevarse bien y a pesar de sus políticos.
9. Fuera hace mucho frío. Pero el calor está dentro de uno. Es estupendo ese contraste.
10. Patricio, el negro del semáforo que me vende los rosarios, tiene todas las mañanas la mano muy fría. Cuando se la estrecho, le pido a Dios por él.

lunes, 24 de enero de 2011

Me s'a roto el corrector hortografico

MICROCUENTO MU ORIGINAR

PLANTEAMIENTO
Herase una bez una prostiputa que estava muy altereada por la opresivísitica realidad que la circundidaba. Avia recivido ese día a varios magnatarios del pais y nesecitava reponer fuerzas con un camapé de sabrosada.

DESENCADENANTE
Estaba recostada en hun camapé, cuando espedepente, se puso de pier y, como yebaba tacones, parecía más harta. Heso si, tenia varicias en las piennas. Y, la prove, se deprimio muncho.

DESENLACE:
Tanto, tanto, que se suicidó ¡a sí misma! En dos palabras: in creivle.

Ha cín telmina este cuento.

¡Ha! Me s'orviaba: la prosti se yamava Yeni.

domingo, 23 de enero de 2011

Neoesperanto IV

Continuamos con nuestro curso de neoesperanto. Imaginemos que estamos en una corrida de toros y tenemos que hablar en neoesperanto, porque es una lengua que cada vez hablamos más personas y personos.

1. Retírese un poco, caballero, que me da con los pies en la espalda: Vade retro, horseman, your pedes are stroking my spatula.
2. ¿Por qué el torero lleva la ropa tan apretada?: Why tauromachus wear indumentaria so markapaketing, I mean, John Travolta's style?
3. ¿Por qué no ponen aire acondicionado en la plaza?: Why non instalant air conditioned in the ágora?
4. Este toro tiene mucho tronío: This taurus has got multum sturm und drang.
5. ¡Viva la mare que te parió, maestro!: Vivat mater tua quae te peperit, teacher!
6. Estos suecos de al lado no se están enterando de ná: These Scandinavian homines non intelligunt res de res.
7. ¡Qué mala educación: ponerse a hablar con el móvil cuando el torero da el paseíllo!: Quantam vulgaritatem: parlare cum vodaphónicum instrumentum when tauromachus facit peripatum!

jueves, 20 de enero de 2011

Argumentum musculogicum


Como hoy es san Sebastián, cuadra esta entrada.

Una tarde iba yo por la calle diciéndome que quizá Dios no fuera más que un ardid de la razón para no desesperarse ante la idea de la desaparición definitiva. Es una duda que me asalta constantemente: ¿y si no somos más que átomos, vacío y miedo a la muerte?

Entré en una iglesia abierta, que las hay muchas y hermosas en Sevilla, y me sorprendió ver de rodillas en el confesionario a un hombre joven, alto, apuesto y de una musculatura impresionante. Por cierto temblor de su espalda, me di cuenta de que estaba llorando. Cuando acabó su confesión, se retiró a un banco a rezar.

Aquella torre de músculos poseía lo que la sociedad actual y yo más valoramos: buen cuerpo, juventud, buena ropa, elegancia y una apostura varonil que llamaba la atención. Y, sin embargo, nada de eso le importaba entonces. Sólo le importaba reconciliarse con Dios.

Y esa tarde dejé de dudar. Rita Hayworth y ese hombre me conducen a Dios a través de la belleza.

martes, 18 de enero de 2011

La nueva ley que prepara Pajín

Temblando estoy con la nueva ley que está preparando Pajín, que impondrá multas a quien insulte a alguien, muchísimo más altas que las que dispone ahora la ley, y que se carga de  un plumazo la presunción de inocencia, porque no obliga al acusador a demostrar la culpa del acusado, sino a éste a demostrar su inocencia. El derecho, tirado por los suelos.

En teoría, es para evitar humillaciones gratuitas, pero, en la práctica, convierte en impune al acusador y es una artimaña más de la censura y de esta manía puritana de controlar el lenguaje y el pensamiento. 

Es cierto que el insulto es una cosa fea y, en determinados casos, moralmente reprobable, pero, por un lado, no todo lo feo o inmoral debe ser castigado por la ley, porque entonces viviríamos en un Estado totalitario donde es obligatorio ser bueno, ser lo que el Estado totalitario considera bueno; y, por otro, a veces la única manera de no faltar a la verdad es un insulto. Por ejemplo, si una persona es sucia, pedorra, insolente, egoísta, cruel, ¿de qué´manera decírselo sin que se ofenda? ¿No sería absurdo que esa persona se muera pensando que es una santa, porque nadie, con la nueva ley, le podrá decir cuatro verdades?

Con una ley como ésa, un hijo podrá denunciar a su padre porque un día el padre, desesperado porque el hijo es gilipollas, lo llamó gilipollas. Y no podremos llamar cabrón a un jefe cabrón. Y, si nos dejan sin poder desfogarnos con los insultos, la gente comenzará de modo sibilino a buscar otra manera más cruel de joder al personal.

¡Ay, la censura, cuántos disfraces se busca para pasar por otra más guapa!

domingo, 16 de enero de 2011

Un juego inspirado en Félix Rodríguez de la Fuente. Y poesía para niños

Cuando mi hermano y yo volvíamos al pueblo, revolucionábamos con nuestros juegos el callejón, que se llenaba de niños.

Uno de nuestros favoritos era el águila y los ciervos. Uno hacía de águila, para lo cual tenía que extender las alas y poner cara de malo. Incluso le salían colmillos y un maléfico brillo verde en las pupilas. Los demás éramos inocentes cervatillos, que pastábamos alegres y despreocupados. Entonces el águila, siseando la música de El hombre y la tierra y desplegando sus imperiales alas, comenzaba la persecución. Y todos corríamos espantados de un lado a otro. Si el águila tocaba a uno, quedaba HERIDO. Y lo dejaba escapar. Si lo tocaba por segunda vez, quedaba GRAVE. Y si por tercera vez, MUERTO, y entonces el ciervo muerto sufría una horrenda metamorfosis y se convertía en águila.

Y vuelta a empezar.

¡Lo que disfrutábamos con las persecuciones! Lo divertido era ser ciervo, ser perseguido y escapar constantemente de los ataques del águila.

Yo no sé por qué es tan divertido ser perseguido. A un niño le dices: "¿A que te pillo?" y el niño empieza a correr a carcajada limpia.

Yo tengo que escribir una buena novela de persecuciones. Ahí están la intensidad, el peligro, la salvación, el bien, el mal, la misión. Y todo por volver a sentir esa emoción que me embargaba de niño cuando el águila me perseguía.

Y hablando de niños, este miércoles 19, en La Casa del Libro de Sevilla, presentamos Poesía para niños de 4 a 120 años. Me dice Javier Sánchez que habrá globos. Así que los niños de 4 a a 120 años se lo pasarán muy bien. Quedáis todos invitados.

viernes, 14 de enero de 2011

¡He arreglado otra cosa!

Amigos, no doy crédito a mí mismo. Parece que soy otro. Quizá me hayan abducido en sueños: ¡he arreglado el bote sifónico del cuarto de baño! ¿No es increíble?

Hasta ahora, mi única función de macho en la casa era matar los mosquitos y abrir las tapaderas difíciles, pero ahora me atrevo incluso con algunos cacharritos.

Yo no sabía siquiera que había un bote sifónico en mi baño. Reparé en él cuando el embellecedor salió disparado como un disco por mi pie y me quedé a cuadros cuando encontré un agujero sucio y oscuro que se adentraba en las profundidades, ni más ni menos que en el cuarto de baño, ese templo de la higiene y la pulcritud.

Cuando me dijeron que se llamaba bote sifónico, yo entendí bote sinfónico y me imaginé una especie de letrina donde las burbujas de aguas biológicas producían sinfonías escatológicas que había que silenciar para poder seguir oyendo la música de las esferas, que es la que a mí me gusta.

El dueño de la tienda de artículos de fontanería de mi calle estaba hoy contento porque era viernes y había salido el sol. Y estaba cantando y me ha atendido con toda la alegría del mundo y me ha dado las explicaciones justas que un tipo despistado como yo necesitaba. Loado sea por siempre. Amén.

Y cuando he rematado la faena, he llamado a todo el mundo para que lo viera. Estoy tan satisfecho como cuando remato un soneto.

Estoy pensando componer un himno al bote sifónico y a su inventor. Ya que hay un día internacional del huevo, debería haberlo también del bote sifónico y, por supuesto, del sinfónico.

miércoles, 12 de enero de 2011

Una ramita de mirto

En mi instituto, una persona me ha regalado una ramita de mirto porque la diosa Afrodita así se lo ha comunicado en sueños. Es una rama con hojas menudas de un verde intenso, generosamente cargada de unos frutos violáceos muy parecidos a los arándanos.

La he paseado por todo el instituto y, de vuelta a casa, por toda la calle. Y todo el mundo me ha preguntado por ella, porque tiene cierto poder de atracción. Una alumna incluso me ha dicho que elegirá esa planta como ramo de novia. Y sólo dos personas han sabido decirme que lo que llevaba en la mano era mirto o arrayán.

El primer nombre viene del latín y el segundo del árabe. Una planta tan humilde tiene dos nombres tan bonitos y de tanta tradición literaria porque se lo merece: es la planta del amor. De hecho, desde que la tengo, Eros me ha puesto en la espalda dos alas más grandes que yo.

La tengo aquí en un jarrón. Y os envío sus efluvios.

Contra política y crisis, nada mejor que Eros y mirto.

martes, 11 de enero de 2011

Viva Europa

Las utopías que la asolaron han muerto. Los sueños de la razón, también. Volvamos, pues, a lo sagrado, a los bosques de las ninfas, a las grutas de la Virgen, a las ermitas en los altos cerros, al amor cortés, a los árboles sagrados, a las ramas de acebo, a los cuentos de hadas, a los mitos griegos, a respetar a los ancianos y bendecir a los niños, a llenar el año de fiestas y celebraciones, a la cortesía y las buenas maneras, a despreciar lo feo y lo mezquino, a una Europa sin fronteras y unida en esa veneración por su tierra y sus tradiciones, por sus catedrales y epopeyas, a una Europa fresca y sin puritanismo, con lo mejor de la Edad Media, ingenua y fuerte, con lo mejor del Renacimiento, fresco y delicado.

domingo, 9 de enero de 2011

¿Palabrota o lirismo durante el encuentro amoroso?

Como en cada peli hay una escena erótica, me he dado cuenta de que los amantes son de un cursi muy subido. Dicen cosas como: "Hazme tuya", "Dame tu fuego", "Quiero poseerte".

Los amantes reales en la cama (y esto lo sé porque me lo han dicho) son más explícitos y mal habladillos.

Si el varón está interesado en que le toquen cierta parte de cierto modo con cierta otra parte, no dice por ejemplo: "Liba el nardo por la corola en decúbito prono". Eso es demasiado difícil de pensar y de decir y, dado que en ese momento uno no tiene el cerebro muy bien regado, prefiere expresiones más sencillas.

Hablar  claro y directo tiene la ventaja de que en esos trances donde uno siente mucho y piensa poco no hay que hacer una exégesis poética y, entonces, ella o él le hace exactamente, si quiere, lo que se le pide, porque, como se quieren mucho, quieren agradarse el uno al otro.

Según me cuentan mis amigotes cuando están borrachos, nadie utiliza expresiones como "¿Procedo, cónyuge, a la penetración?" ni "¿Deseas mi lirio de amor en tu interior?", sino más bien "¿Te la meto ya?", lo que no quita que quien tal pregunta hace sienta un amor muy grande.

Esto demuestra que el amor, con todo lo cursi que suena a veces la palabra, es lo menos cursi que existe.

¡Viva el amor!

viernes, 7 de enero de 2011

Mis regalos de Reyes

1. Una gorra de pana, porque perdí la que tenía.
2. Una gabardina. Y hoy la voy a estrenar, hala.
3. Las armas y las letras, de Andrés Trapiello.
4. Una novela policíaca ambientada en la antigua China y escrita por un holandés que se llama Robert van Gulik. Me gustan esas mezclas.
5. Un cacharro informático que no sé cómo se llama, pero sí sé para qué sirve. Se trata de un sensor que coloco en el papel y es capaz de convertir en documento de ordenata mi letra manuscrita. Para los que no sabemos escribir directamente en la pantalla es un invento estupendo. Sólo hay un problema: que tengo una letra tan endiabladamente fea, que el pobre cacharro no la entiende por ahora.
6. Unas botas de motorista.
7. Y Lolo, en Verbos en juego, me ha regalado unas musas muy simpáticas que se me han metido en la cabeza en cuanto me han llegado y me han puesto a trabajar como un loco. ¡Gracias, Lolo!

martes, 4 de enero de 2011

La verdadera aristocracia

Hay personas que, aunque nazcan en ambientes arrabaleros y vulgares, nacieron príncipes y princesas, sin ser tiquismiquis ni de nariz alta. La inteligencia, la sensibilidad y el buen gusto los adorna desde la cuna y los empuja a rechazar lo voluntariamente feo y lo zafio, aunque no hayan visto en su vida otra cosa.

Esa es la verdadera aristocracia: está en la sangre, sí, pero no la da el apellido, sino Dios, con sus propios criterios.

En medio de una familia de hombres que hacen concursos de peos y de eructos, en medio de mujeres que se llaman a gritos, de pronto nace un poeta o una pintora.

Yo lo he visto y así lo cuento. Por eso, feliz año a todos: al olmo que estaba muerto le salen ramas verdes y de las serpientes sale de pronto una paloma.