lunes, 25 de octubre de 2021

Reseña de Digno del barro, por el profesor Rogelio Reyes

Gracias al admirado profesor Rogelio Reyes por esta reseña tan elogiosa en la Tribuna Abierta del ABC de Sevilla de ayer domingo, donde encuentra en Digno del barro lo que yo más valoro, aunque yo no lo sabía hasta que se lo he leído a él: un humanismo exultante que canta a la dignidad del hombre con gozo y sinceridad, con el optimismo de los renacentistas. Y muchas otras cosas bellas ha dicho del libro, que comparto con vosotros.



lunes, 11 de octubre de 2021

La vida solitaria, de Petrarca

Estaba yo en octavo de EGB cuando el profesor de lengua española, don Marcelino, de quien aprendí el amor a la poesía, nos habló de Petrarca. Y a mí aquel nombre se me quedó grabado para siempre. 

Pero ¿quién me iba a decir a mí que cuarenta años después la editorial Cypress me iba a encargar la traducción de una obra de Petrarca desde el latín?

A veces siento que Petrarca, a través de agentes suyos aquí en el siglo XXI, como José Luis Trullo, ha contactado conmigo para que lo traduzca. Y he acabado siendo amigo suyo y me identifico con todas sus luchas interiores, que son exactamente las mías. En este libro, vibra un Petrarca dividido entre su amor a la soledad y su deber de amor al prójimo; entre su profunda fe en Cristo y su veneración descomunal hacia la Roma pagana que no Lo conocía; entre su amor a la verdad y su respeto a la opinión individual y al derecho a equivocarse; etc.

Para los amantes del humanismo, de la dignidad humana, de la Cristiandad, de Roma, de la independencia individual, de la tradición, de 
la belleza, he aquí a Petrarca traducido al español bastantes siglos después por un servidor.

miércoles, 6 de octubre de 2021

Dos microrrelatos sobre la justicia

1. Un rey quería regalar un códice muy valioso, pero no sabía a qué súbdito. "Al más pobre", dijo el ministro de Igualdad. "Al más culto", dijo el de Cultura. "Al más trabajador", dijo el de Trabajo. "Al que te dé la gana", dijo su padre el rey emérito. "Al más guapo", le dijo la hija. "Al más feo, para que tenga alguna alegría", dijo la otra hija. Al final, para no cometer una injusticia, lo echó a suertes y le tocó a uno que estaba en la cárcel por haber atentado contra la vida del rey.


2. Según el positivismo jurídico, lo justo es solo la ley, y no los valores de cada cual. Por ejemplo: “Vengo a devolver el libro con tres días de retraso”, dice usted. El bibliotecario se ajusta las gafas y replica: “Según la ley", y lee con la voz engolada, "cada día de retraso es un año a pan y agua limpiando la celda con la lengua”. Y llama a la policía si usted se niega. ¿No lo dice la ley? Pues, hala, eso es lo justo.