MÁRTIR: No me retracto. Ellos eran feos; sus letras, tontas; sus músicas pachangueras y facilonas y a quien las baila se le pone cara de gilipollas.
CORO DE SESENTEROS CINCUENTONES Y CON ALOPECIA: ¡A la hoguera con este tipo! ¡Verdugo, enciende ya la mecha!
MÁRTIR: Si a los Beatles les quitamos el aura con que nos los venden, su orientalismo, sus alineamientos ideológicos y el creerse más importantes que Cristo, ¿qué nos queda? Musiquita. Con ellos comenzó el fanatismo hacia los becerros de oro. Si ellos fuman marihuana, nosotros también. Si ellos van a ver al Dalai Lama, nosotros también. Si ellos visten así, nosotros también. Con ellos la gente comenzó a creer que ser rebelde porque sí era sinónimo de ser inteligente porque sí. Vosotros no habéis educado a los hijos: os los han educado los Beatles y sus secuelas y por eso os han salido zafios y canis. Los Beatles fueron un fenómeno social, no una revolución musical. Ahora que las llamas empiezan a lamerme, quiero que este sea mi último grito: ¡Los Beatles a la mierda!
CORO DE SESENTEROS CINCUENTONES CON ALOPECIA: ¡Abonemos con sus cenizas la sagrada tumba de Lennon! (mientras las llamas lamen al mártir, ellos encienden los mecheros y cantan emocionados el Imagine, de Lennon, esa letra tan profunda y maravillosa. Ah, qué bonito es compartir y qué mala es la gente aburguesada que no quiere hacer caso de Lennon cuando nos dice que no tengamos posesiones ni religiones, sino que todos nos demos besitos y seamos muy buenecitos. Venga así, chicos, que se muevan los mecheros)
martes, 30 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
Contorsionismo infantil
Mi hermano Alfonso y yo éramos forofos del patinaje artístico, la gimnasia rítmica y todos esos deportes donde la gracia y la elegancia eran más importantes que el músculo. Me convenció para que yo hiciera lo que hacían los contorsionistas: colocarme la pierna detrás de la cabeza. Me pasé toda la tarde intentándolo con su ayuda y, al final, oh milagro, consiguimos colocarme la pata tras la cabeza y, al instante, comencé a gritar desesperado:
-¡Quítamela, quítamela! -porque yo solo no podía.
La sensación de esa presión insoportable en la nuca, esa presión que era yo mismo, era tan extraña y nueva, mis neuronas estaban tan poco preparadas para ese dislate de no verme la pierna, pero de ser aplastado por ella, que creí enloquecer en los eternos segundos que pasé en esa postura imposible, dolorosa y ridícula.
Mi hermano consiguió ponerme la pierna en su sitio y nos pasamos el resto de la noche riéndonos.
Ah, bendita niñez, cuando éramos curiosos e irrompibles y divertidos.
-¡Quítamela, quítamela! -porque yo solo no podía.
La sensación de esa presión insoportable en la nuca, esa presión que era yo mismo, era tan extraña y nueva, mis neuronas estaban tan poco preparadas para ese dislate de no verme la pierna, pero de ser aplastado por ella, que creí enloquecer en los eternos segundos que pasé en esa postura imposible, dolorosa y ridícula.
Mi hermano consiguió ponerme la pierna en su sitio y nos pasamos el resto de la noche riéndonos.
Ah, bendita niñez, cuando éramos curiosos e irrompibles y divertidos.
sábado, 27 de marzo de 2010
Pájaros y Otras voces
No suelo referirme en este cuaderno a lo que se dice de mis librillos en la prensa, porque me aburro un poco con eso. Pero hoy hago una excepción y es que estoy muy contento porque El Cultural de El Mundo, tanto en la versión de papel como en la digital, dedicó ayer un párrafo en el apartado de Otras voces a mi libro A merced de los pájaros. Dice así:
Es clásico hasta la médula. Y demasiado generoso con los signos de interrogación y exclamación. Cultiva el aire del soneto. Pero, cuando leemos “Amor me sabe a poco; convendría/ buscar otra palabra más hiriente,/ por ejemplo, terror, puñal, serpiente/ o he visto a Dios cuando Él no me veía”, sabemos que A merced de los pájaros (Fundación Ecoem, Sevilla, 2009) de Jesús Cotta bien merece un Otras voces. Para quien busque en los versos un refugio contra la contingencia de la experimentación poética.
Lo firma A. Sáenz de Zaitegui. Lo que más me gusta es que, a pesar de tres pesares, me recomienda vivamente y me rescata para Otras voces de entre lo mucho y bueno que de poesía se publica. Es el suyo el espaldarazo justo que necesito.
Es clásico hasta la médula. Y demasiado generoso con los signos de interrogación y exclamación. Cultiva el aire del soneto. Pero, cuando leemos “Amor me sabe a poco; convendría/ buscar otra palabra más hiriente,/ por ejemplo, terror, puñal, serpiente/ o he visto a Dios cuando Él no me veía”, sabemos que A merced de los pájaros (Fundación Ecoem, Sevilla, 2009) de Jesús Cotta bien merece un Otras voces. Para quien busque en los versos un refugio contra la contingencia de la experimentación poética.
Lo firma A. Sáenz de Zaitegui. Lo que más me gusta es que, a pesar de tres pesares, me recomienda vivamente y me rescata para Otras voces de entre lo mucho y bueno que de poesía se publica. Es el suyo el espaldarazo justo que necesito.
viernes, 26 de marzo de 2010
Dios, flores y tabaco
Una vez un amigo se empeñó en que mi mayor problema era esa religiosidad mía que con su cielo y su infierno, con sus ángeles y sus vírgenes, me impedía tener una imagen ajustada y madura del mundo. "Tu Dios te aplasta con sus mandamientos", me decía, "y acabas haciendo cosas que no quieres tú, sino Él, que no existe, y pones tu confianza en una quimera y no en ti mismo. Por ejemplo, no eres capaz de dejar de fumar porque tú no eres el grande: el grande es Él. Y como Él no existe, no hace nada por ti".
Por eso me recomendaba cierta disciplina oriental gracias a la cual yo maduraría y podría hacer de mí lo que me diera la gana y yo sería mi único juez y salvador. Tao, aikido y yoga, karma, ying y yan... todo eso sonaba en su boca a música celeste, mientras que ese Cristo en cuyo pecho a mí me gustaba recostarme era el culpable de que yo siempre anduviese desgarrado entre mis deseos y la realidad, entre mi espíritu y mi carne, entre mi deber y mi querer.
Le hice caso, para empezar, sólo en una cosa: comprar en la parafarmacia cierto elixir de flores que, ahora que había dejado de fumar, me libraría de la ansiedad, porque según él la solución a todos mis problemas estaba en mí mismo y en los remedios naturales, no en seres trascendentes.
La parafarmacéutica me dijo: "Cuando estés tentado de fumar, vierte debajo de la lengua dos gotas del elixir y luego aprieta en las manos este tarrito que está cargado de energía".
Y yo me pasaba el día con las gotitas de todas las flores del mundo en la boca y el tarrito en la mano, hasta que me dije: si apoyándote en Dios no has conseguido dejar el vicio, ¿cómo lo vas a dejar apoyándote en un tarrito?
Y, en fin, volví a fumar. Pero entendí muy bien qué era eso de los becerros de oro.
Por cierto, hoy viernes de Dolores, día sin tabaco para mí. Y felicidades a todas las Dolores: todas las mujeres que conozco con ese nombre son sencillamente encantadoras.
Y sigo dándole vueltas al concurso de piropos. Lo que pasa es que el Viernes de Dolores me ha trastocado.
Por eso me recomendaba cierta disciplina oriental gracias a la cual yo maduraría y podría hacer de mí lo que me diera la gana y yo sería mi único juez y salvador. Tao, aikido y yoga, karma, ying y yan... todo eso sonaba en su boca a música celeste, mientras que ese Cristo en cuyo pecho a mí me gustaba recostarme era el culpable de que yo siempre anduviese desgarrado entre mis deseos y la realidad, entre mi espíritu y mi carne, entre mi deber y mi querer.
Le hice caso, para empezar, sólo en una cosa: comprar en la parafarmacia cierto elixir de flores que, ahora que había dejado de fumar, me libraría de la ansiedad, porque según él la solución a todos mis problemas estaba en mí mismo y en los remedios naturales, no en seres trascendentes.
La parafarmacéutica me dijo: "Cuando estés tentado de fumar, vierte debajo de la lengua dos gotas del elixir y luego aprieta en las manos este tarrito que está cargado de energía".
Y yo me pasaba el día con las gotitas de todas las flores del mundo en la boca y el tarrito en la mano, hasta que me dije: si apoyándote en Dios no has conseguido dejar el vicio, ¿cómo lo vas a dejar apoyándote en un tarrito?
Y, en fin, volví a fumar. Pero entendí muy bien qué era eso de los becerros de oro.
Por cierto, hoy viernes de Dolores, día sin tabaco para mí. Y felicidades a todas las Dolores: todas las mujeres que conozco con ese nombre son sencillamente encantadoras.
Y sigo dándole vueltas al concurso de piropos. Lo que pasa es que el Viernes de Dolores me ha trastocado.
jueves, 25 de marzo de 2010
Concurso de piropos
He recibido una carta de cierto Ministerio reconviniéndome por el concurso tan machista que acabo de convocar. Me proponen las siguientes ENMIENDAS:
a) El obrero que profiera barbaridades machistoides tales como "Bendito el vientre que te parió y los pechos que te amamantaron" quedará excluido del concurso y será sancionado con diez horas de trabajos de limpieza en los lavabos del Instituto de la Mujer. En cambio, si lo traduce a un lenguaje adecuado, recibirá un premio (una Bibiana de oro): "Afortunado el progenitor A o B que te declaró hijo deseado y los biberones de leche ecológica con que te nutrieron". En cuanto al piropo de "Ven pacá, niña, que sólo somos cuatro", será terminantemente prohibido. En su lugar se podrá decir algo así como "Acérquese, si lo desea, miembra, a estos cuatro individuos del género masculino, si es que le apetece a usted la diversidad racial y cultural".
b) Dado que el nuevo objetivo del certamen es desgenitalizar el sexo, que, como todo el mundo sabe, tiene más que ver con hacer cosquillas en los pies que con eso que algunas mentes vulgares están pensando, las referencias obscenas descalificarán a los concursantes, pues la falocracia de los piropos actuales esconden a violadores en potencia.
c) Los concursantes pueden ser de cualesquiera géneros: varones de tendencia homosexual, bisexual, transexual o bitransexual u homometrosexual e incluso osos lésbicos. También podrán participar cualesquiera miembras de cualesquieras tendencias y géneros, con falda o con pantalón. También se admiten personas e incluso personos con lunares con pelo.
Esas son las ENMIENDAS que me recomiendan. Aún no sé si estoy por la labor.
a) El obrero que profiera barbaridades machistoides tales como "Bendito el vientre que te parió y los pechos que te amamantaron" quedará excluido del concurso y será sancionado con diez horas de trabajos de limpieza en los lavabos del Instituto de la Mujer. En cambio, si lo traduce a un lenguaje adecuado, recibirá un premio (una Bibiana de oro): "Afortunado el progenitor A o B que te declaró hijo deseado y los biberones de leche ecológica con que te nutrieron". En cuanto al piropo de "Ven pacá, niña, que sólo somos cuatro", será terminantemente prohibido. En su lugar se podrá decir algo así como "Acérquese, si lo desea, miembra, a estos cuatro individuos del género masculino, si es que le apetece a usted la diversidad racial y cultural".
b) Dado que el nuevo objetivo del certamen es desgenitalizar el sexo, que, como todo el mundo sabe, tiene más que ver con hacer cosquillas en los pies que con eso que algunas mentes vulgares están pensando, las referencias obscenas descalificarán a los concursantes, pues la falocracia de los piropos actuales esconden a violadores en potencia.
c) Los concursantes pueden ser de cualesquiera géneros: varones de tendencia homosexual, bisexual, transexual o bitransexual u homometrosexual e incluso osos lésbicos. También podrán participar cualesquiera miembras de cualesquieras tendencias y géneros, con falda o con pantalón. También se admiten personas e incluso personos con lunares con pelo.
Esas son las ENMIENDAS que me recomiendan. Aún no sé si estoy por la labor.
miércoles, 24 de marzo de 2010
Se convoca concurso de piropos
Una mujer me contó que, si pasa por delante de un andamio y los currantes no le dicen nada, no vuelve a ponerse esa ropa. De lo que deduzco que los currantes contribuyen con su silencio o su piropo a dictar la moda femenina más que los diseñadores mismos, que son los que reciben todas las alabanzas. Y dado que los hombres están cada vez más atontados y dicen menos piropos, reconozcamos que los currantes realizan una importantísima labor social no reconocida: la de mantener bien alta la autoestima femenina y la de favorecer que muestren sus bellezas, para gloria de Dios y de los hombres.
Por ello, convoco un concurso de piropo de andamio.
Las bases podrían ser las siguientes:
a) Se podrán presentar a concurso todos los currantes.
b) Se apostarán virilmente en los andamios.
c) Voluntarias de todo tipo y edad pasarán disimuladamente por la acera.
d) Un jurado irá tomando nota desde la acera del bardenfrente, que nunca falta.
e) Se premiará el piropo con más gracia, con más metáforas y más sugerencia.
Como modelos de piropo se proponen dos:
a) "Niña, ven pacá, que sólo somos cuatro".
b) "Niña, eres más bonita que el simpecado en la marisma".
Busco voluntarios para el jurado.
Por ello, convoco un concurso de piropo de andamio.
Las bases podrían ser las siguientes:
a) Se podrán presentar a concurso todos los currantes.
b) Se apostarán virilmente en los andamios.
c) Voluntarias de todo tipo y edad pasarán disimuladamente por la acera.
d) Un jurado irá tomando nota desde la acera del bardenfrente, que nunca falta.
e) Se premiará el piropo con más gracia, con más metáforas y más sugerencia.
Como modelos de piropo se proponen dos:
a) "Niña, ven pacá, que sólo somos cuatro".
b) "Niña, eres más bonita que el simpecado en la marisma".
Busco voluntarios para el jurado.
martes, 23 de marzo de 2010
Muac, papi Estado
Fui el domingo pasado con unos buenos amigos al museo de la Batalla de las Navas de Tolosa, en La Carolina. Se trata de un centro de interpretación muy moenno, muy gratuito y muy ideologizado, pagado con nuestro dinero para que nos salga gratis lo que Papá Estado quiera que nos salga gratis. Allí recibimos un sermón laico y aprendimos que mientras que la Europa cristiana del siglo XIII era oscura, fea y bruta, Al Andalus era brillante, bello y refinado y "altamente burocratizado y con una fuerte administración", lo cual por lo visto, en vez de ser una desgracia, es algo maravilloso. ¡Qué suerte tener tantas consejerías, delegaciones y despachos que nos controlan para que no hagamos cosas malas!
Aprendimos también que los cristianos hicieron muy mal en ganar y que la verdad no existe y que todos, incluso los que opinamos que no, tenemos razón; mienrtas que en la recreación del campamento musulmán había instrumentos musicales, en el cristiano había sólo armas. Una señora del museo nos explicó que, cuando los cristianos ganaron la batalla, rezaron un Te Deum. "A ver quién no se iba a atrever a rezarlo con la cantidad de obispos que tenía que haber allí", nos explicó, porque, claro, rezar un Te Deum por propio gusto y voluntad después de haberse salvado el pellejo y haber ganado es impensable.
¡Oh qué alegría que Papá Estado nos quite el dinero para hacer museos como ese donde nos enseñan lo malísimas que son las religiones, menos la musulmana, y lo bueno que es Él, que ya se sabe que nunca ha hecho nada malo!
Gracias, Padre Estado Omnipotente Omnisciente Omnímodo y Omnitodo. Menos mal que Tú eres más sabio y poderoso que todos nosotros y sabes muy bien qué tenemos que pensar y en qué tenemos que gastarnos el dinero.
Aprendimos también que los cristianos hicieron muy mal en ganar y que la verdad no existe y que todos, incluso los que opinamos que no, tenemos razón; mienrtas que en la recreación del campamento musulmán había instrumentos musicales, en el cristiano había sólo armas. Una señora del museo nos explicó que, cuando los cristianos ganaron la batalla, rezaron un Te Deum. "A ver quién no se iba a atrever a rezarlo con la cantidad de obispos que tenía que haber allí", nos explicó, porque, claro, rezar un Te Deum por propio gusto y voluntad después de haberse salvado el pellejo y haber ganado es impensable.
¡Oh qué alegría que Papá Estado nos quite el dinero para hacer museos como ese donde nos enseñan lo malísimas que son las religiones, menos la musulmana, y lo bueno que es Él, que ya se sabe que nunca ha hecho nada malo!
Gracias, Padre Estado Omnipotente Omnisciente Omnímodo y Omnitodo. Menos mal que Tú eres más sabio y poderoso que todos nosotros y sabes muy bien qué tenemos que pensar y en qué tenemos que gastarnos el dinero.
lunes, 22 de marzo de 2010
Cerezada
En las pedidas de mano, hemos de mostrar comedimiento. Nada de preparar comidas opíparas o pringosas o de aparatoso descuartizamiento. Gominolas y chicles son una buena solución, pero la última moda en París es ofrecer cerezas empequeñecidas con brandy.
Para ello cómprense cinco quilos de cereza. La cereza se compone de dos partes:
a) la blanda exterior
b) la dura interior (algunas personas muy raras la llaman hueso).
Reúna a los miembros dentados de la familia y deglutan la blanda exterior (acompáñenlo de astringentes para evitar diarreas).
La dura interior se echa en el brandy y se deja allí un mes para que tome aroma. Luego estas cerezas empequeñecidas se ofrecen a los invitados. No se mastican (a no ser que se tenga una mandíbula de hierro), sino que se chupan como caramelos y luego se escupen (en ningún caso conviene retirarlas vulgarmente de la boca con los dedos) en un recogecerezas de cristal de bohemia, mientras se dicen frases galantes como: “Qué cerezas tan empequeñecidas y tan bien curadas. Comer no comeremos muncho, pero menudo colocón vamos a pillar”.
Si el padre del novio es viudo como la madre de la novia, es una ocasión ideal ésta para tirarle los tejos a la viuda, por ejemplo, hojeando un Kamasutra con discreción.
En todo caso, si se prefiere un plato con más enjundia, siempre se ha de servir del modo más ligero y refinado posible. El guarro a la espuma con aire de nabo es ideal para estas reuniones.
Para ello cómprense cinco quilos de cereza. La cereza se compone de dos partes:
a) la blanda exterior
b) la dura interior (algunas personas muy raras la llaman hueso).
Reúna a los miembros dentados de la familia y deglutan la blanda exterior (acompáñenlo de astringentes para evitar diarreas).
La dura interior se echa en el brandy y se deja allí un mes para que tome aroma. Luego estas cerezas empequeñecidas se ofrecen a los invitados. No se mastican (a no ser que se tenga una mandíbula de hierro), sino que se chupan como caramelos y luego se escupen (en ningún caso conviene retirarlas vulgarmente de la boca con los dedos) en un recogecerezas de cristal de bohemia, mientras se dicen frases galantes como: “Qué cerezas tan empequeñecidas y tan bien curadas. Comer no comeremos muncho, pero menudo colocón vamos a pillar”.
Si el padre del novio es viudo como la madre de la novia, es una ocasión ideal ésta para tirarle los tejos a la viuda, por ejemplo, hojeando un Kamasutra con discreción.
En todo caso, si se prefiere un plato con más enjundia, siempre se ha de servir del modo más ligero y refinado posible. El guarro a la espuma con aire de nabo es ideal para estas reuniones.
viernes, 19 de marzo de 2010
Cosas que nunca se deberían decir
1. Te lo dije.
2. ¿No decías que entendías de esto?
3. ¡Haberlo hecho tú!
4. ¿Acaso soy el guardián de mi hermano?
5. Tu belleza está en el interior.
6. ¿Cómo eres capaz de comerte eso?
7. A mí no me gusta criticar, pero que sepas que tu compañero de trabajo es un tal y un cual.
Y en fin, felicidades a todos los padres y a quienes llevan el nombre del simpático santo de hoy.
2. ¿No decías que entendías de esto?
3. ¡Haberlo hecho tú!
4. ¿Acaso soy el guardián de mi hermano?
5. Tu belleza está en el interior.
6. ¿Cómo eres capaz de comerte eso?
7. A mí no me gusta criticar, pero que sepas que tu compañero de trabajo es un tal y un cual.
Y en fin, felicidades a todos los padres y a quienes llevan el nombre del simpático santo de hoy.
jueves, 18 de marzo de 2010
De lo feos que son los condones
Aconsejaba el otro día una revista hacer felaciones con condón. De veras que no entiendo cómo es posible que, después de llegar dos personas a tal grado de confianza y gusto como para chuparla, tengan luego el remilgo y la desconfianza del condón: es como darse un beso con bozal o como ir a comer a casa de un amigo e insistir en que te desinfecten la vajilla antes de ponerla en la mesa.
Seguramente no hay, aparte del condón, objeto que reúna dos condiciones tan dispares: el ser espantosamente feo y el recibir todas las alabanzas. No discuto lo práctico que es: de hecho, lo único bueno del condón es su utilidad. Lo demás es espantoso y humillante. El condón es tan hortera como envolver una gloriosa estalagmita en papel de aluminio. Convierte la insignia y el orgullo del varón en embutido, en carne muerta. Es enfundar a un dragoncillo en una bolsa del Mercadona; es taponar las papilas gustativas, ponerle a un león papel celo en la melena, afearle a un toro los pitones con un esparadrapo. Plastifica, como si fuera asqueroso y peligroso, lo que durante el éxtasis erótico el varón quiere que más le toquen. Y, lejos de desgenitalizar el sexo, lo genitaliza y trata la fecundidad como un problema cuando en realidad es lo más parecido a la inmortalidad que nuestros cuerpos serranitos pueden conocer.
Sí, ya sé que evita enfermedades, pero eso no le resta fealdad ninguna. Al contrario, la aumenta. Y, claro, al usuario no le queda más remedio que intentar erotizarlo como buenamente pueda si quiere rendir culto a Afrodita. Pero tampoco hay que pasarse en echarle loas como si uno consiguiera comisiones de Durex.
¿No es absurdo ponerse a activar a músculo limpio un generador con el objetivo de encender una estrella y una vez que se enciende tirarla a la basura con asco?
Seguramente no hay, aparte del condón, objeto que reúna dos condiciones tan dispares: el ser espantosamente feo y el recibir todas las alabanzas. No discuto lo práctico que es: de hecho, lo único bueno del condón es su utilidad. Lo demás es espantoso y humillante. El condón es tan hortera como envolver una gloriosa estalagmita en papel de aluminio. Convierte la insignia y el orgullo del varón en embutido, en carne muerta. Es enfundar a un dragoncillo en una bolsa del Mercadona; es taponar las papilas gustativas, ponerle a un león papel celo en la melena, afearle a un toro los pitones con un esparadrapo. Plastifica, como si fuera asqueroso y peligroso, lo que durante el éxtasis erótico el varón quiere que más le toquen. Y, lejos de desgenitalizar el sexo, lo genitaliza y trata la fecundidad como un problema cuando en realidad es lo más parecido a la inmortalidad que nuestros cuerpos serranitos pueden conocer.
Sí, ya sé que evita enfermedades, pero eso no le resta fealdad ninguna. Al contrario, la aumenta. Y, claro, al usuario no le queda más remedio que intentar erotizarlo como buenamente pueda si quiere rendir culto a Afrodita. Pero tampoco hay que pasarse en echarle loas como si uno consiguiera comisiones de Durex.
¿No es absurdo ponerse a activar a músculo limpio un generador con el objetivo de encender una estrella y una vez que se enciende tirarla a la basura con asco?
miércoles, 17 de marzo de 2010
Debería ser cierto que
1. ¿Te han amputado el brazo? No te preocupes. Gracias a cierto gen de la estrella de mar, te saldrá otro brazo más musculoso y sin necesidad de mancuernas.
2. Si te untas la calva con musgo recién llovido, te vuelve a crecer el pelo.
3. La bondad de corazón crea nuevas conexiones neuronales y el mal carácter las destruye.
4. Se ha descubierto que el deporte imaginario fortalece el cuerpo tanto como el real.
5. Los políticos, en vez de representar a su partido en el Parlamento, deciden que, de ahora en adelante, van a representar sólo a las personas.
6. Con la edad uno aprende a esquivar la muerte y la enfermedad. Por eso, con un poco de maña, podemos vivir jóvenes hasta los trescientos años ¡y sin cansarnos de comer los mismos platos y soportando a los políticos como si tal cosa!
2. Si te untas la calva con musgo recién llovido, te vuelve a crecer el pelo.
3. La bondad de corazón crea nuevas conexiones neuronales y el mal carácter las destruye.
4. Se ha descubierto que el deporte imaginario fortalece el cuerpo tanto como el real.
5. Los políticos, en vez de representar a su partido en el Parlamento, deciden que, de ahora en adelante, van a representar sólo a las personas.
6. Con la edad uno aprende a esquivar la muerte y la enfermedad. Por eso, con un poco de maña, podemos vivir jóvenes hasta los trescientos años ¡y sin cansarnos de comer los mismos platos y soportando a los políticos como si tal cosa!
martes, 16 de marzo de 2010
Tra sesso e castitá
Yo no sé qué tiene la castidad que a nadie deja indiferente. Conozco gente que no sólo la desprecia sino que incluso la odia. Pero la mayoría, al menos eso creo, ve en ella algo admirable. Lo he comprobado varias veces, cuando leo el Hipólito de Eurípides con mis alumnos. Hipólito es un muchacho que aborrece los placeres de alcoba. Él mismo dice: "Ninguno de los dioses venerados por la noche me agradan. Y no conozco esas prácticas, a no ser de verlas en pinturas. Y ni siquiera soy proclive a mirarlas".. Encima, es guapo.
Cuando entra en escena y pone a los pies de la diosa una corona trenzada con flores traídas de un prado intacto, mis alumnos se quedan atónitos, maravillados, sin entender muy bien qué les pasa.
Yo tampoco lo entiendo, pero algo ocurre.
En fin, la eterna lucha entre el sexo y la castidad. Battiato lo explica mejor que yo. Compensa escucharlo con auriculares.
http://www.youtube.com/watch?v=AgqiajFUvfs
Cuando entra en escena y pone a los pies de la diosa una corona trenzada con flores traídas de un prado intacto, mis alumnos se quedan atónitos, maravillados, sin entender muy bien qué les pasa.
Yo tampoco lo entiendo, pero algo ocurre.
En fin, la eterna lucha entre el sexo y la castidad. Battiato lo explica mejor que yo. Compensa escucharlo con auriculares.
http://www.youtube.com/watch?v=AgqiajFUvfs
lunes, 15 de marzo de 2010
El ritual de la sandía
La sandía es un fruto delicado ideal para reuniones distinguidas, por ejemplo, una barbacoa en pleno campo. Propongo, pues, un día de campo para los blogueros, con la sandía como guinda final.
La sandía ha de ser portada por el bloguero con más bíceps y la debe sostener en alto mientras alguna bloguera, o bloguero, en edad núbil suspira con las manos enlazadas y pestañeando con sus pestañas postizas y con boquita de piñón.
Después se la deben pasar como un balón unos blogueros a otros, con la gracia de unos bailarines griegos, mientras improvisan hexámetros al estilo homérico. Una vez puesta sobre la mesa, el bloguero con más entradas la abrirá de norte a sur con un cuchillo de matanza y la sandía, si es bien nacida, debe rajarse con un chasquido y mostrar su prieta rojez en su interior.
Déjense ustedes de cuchillo, tenedor y plato. Lo refinado es repartir las tajadas y que la sandía chorree mangas abajo mientras uno escupe las pepitas en el rodal de hule que a cada cual le corresponde. Es de muy mala educación escupirlas en el rodal del otro comensal. También es de buen tono competir a ver quién arroja más pepitas dentro del cubo de la basura, para lo cual una persona, designada por el Ministerio de Igualdad, irá recogiendo con una bayeta las que caigan al suelo.
Por supuesto, el corazón de la sandía será entregado al niño más mimado de la reunión, para que este lo mordisquee y diga: No me gusta. Y se lo entregue a las hormigas y a las avispas.
Una vez la sandía dentro de nuestros estómagos, se puede proceder a un concurso de eructos y, después, a una siesta de ronquidos y belfos repicando.
A este día lo llamaremos la Apoteosis de la Sandía.
La sandía ha de ser portada por el bloguero con más bíceps y la debe sostener en alto mientras alguna bloguera, o bloguero, en edad núbil suspira con las manos enlazadas y pestañeando con sus pestañas postizas y con boquita de piñón.
Después se la deben pasar como un balón unos blogueros a otros, con la gracia de unos bailarines griegos, mientras improvisan hexámetros al estilo homérico. Una vez puesta sobre la mesa, el bloguero con más entradas la abrirá de norte a sur con un cuchillo de matanza y la sandía, si es bien nacida, debe rajarse con un chasquido y mostrar su prieta rojez en su interior.
Déjense ustedes de cuchillo, tenedor y plato. Lo refinado es repartir las tajadas y que la sandía chorree mangas abajo mientras uno escupe las pepitas en el rodal de hule que a cada cual le corresponde. Es de muy mala educación escupirlas en el rodal del otro comensal. También es de buen tono competir a ver quién arroja más pepitas dentro del cubo de la basura, para lo cual una persona, designada por el Ministerio de Igualdad, irá recogiendo con una bayeta las que caigan al suelo.
Por supuesto, el corazón de la sandía será entregado al niño más mimado de la reunión, para que este lo mordisquee y diga: No me gusta. Y se lo entregue a las hormigas y a las avispas.
Una vez la sandía dentro de nuestros estómagos, se puede proceder a un concurso de eructos y, después, a una siesta de ronquidos y belfos repicando.
A este día lo llamaremos la Apoteosis de la Sandía.
viernes, 12 de marzo de 2010
¿Amigos ideológicos? No, gracias. Los prefiero sólo amigos.
Hace unos diez años unos compañeros de trabajo me hicieron el favor de llevarme en su coche desde Alcalá de Guadaíra, donde trabajábamos, hasta Sevilla. Y durante el trayecto surgió el tema de la prostitución y yo, entre provocador y guasón, dije que el cliente de la prosti actuaba con indignidad porque, en vez de tomarse la molestia de conquistar a una mujer, se creía con derecho a gozar de esa maravilla sólo porque había soltado su asqueroso dinero y que eso era llevar el capitalismo hasta extremos denigrantes para la mujer. Esto hoy suena progresista y feminista y, de hecho mis argumentos los había sacado yo de los anarquistas, pero a mis compañeros de viaje les debió sonar retrógrado y fascista, porque, escandalizados no imagináis cuánto, me amenazaron con dejarme tirado en la autovía si no me retractaba. Me dijeron cosas como "¿Quién eres tú para decidir quién actúa bien o mal? ¿Cómo te atreves a tachar de indigna una relación libre?" Debo decir, para mi vergüenza, que, para evitar aquella incómoda situación, maticé bastante mis opiniones. Pero desde ese día evitaron mi compañía. ¡Y todo por decir que los puteros trataban de modo innoble lo noble y compraban lo que no se debe comprar sino conquistar!
Ah, cuánto eché de menos entonces a mi compañero Pablo Aína, que se me había ido el año anterior y que me tenía mal acostumbrado: ser antípodas en lo ideológico no nos impedía ser amigos, confidentes y emborracharnos juntos. Así me gusta a mí la gente, la que no te echa de su coche porque eres de Villabajo y no de Villarriba.
Mi nombre en su entrada de hoy me ha llegado al corazón. Gracias, maño. Qué ganas de fumar y beber contigo.
Ah, cuánto eché de menos entonces a mi compañero Pablo Aína, que se me había ido el año anterior y que me tenía mal acostumbrado: ser antípodas en lo ideológico no nos impedía ser amigos, confidentes y emborracharnos juntos. Así me gusta a mí la gente, la que no te echa de su coche porque eres de Villabajo y no de Villarriba.
Mi nombre en su entrada de hoy me ha llegado al corazón. Gracias, maño. Qué ganas de fumar y beber contigo.
jueves, 11 de marzo de 2010
Homenaje a Justo Gallego
Como ayer me pasé tres pueblos, quiero enmendarme. Así que propongo que vayamos este verano los blogueros, poetas y admiradores de las cosas grandes a la catedral que está construyendo Justo Gallego y le hagamos un homenaje y un donativo. Si alguna persona merece el premio Príncipe de Asturias o el Nobel de literatura es él.
Durante el acto cantaremos ese coro de Antígona que habla de la maravilla que es ser humano y enterraremos cada uno un poema bajo la catedral. De esta manera los poemas florecerán en la siguiente primavera y las abejas llevarán su polen por España y el resto del mundo. A ver si así la belleza nos alegra un poco.
Cada uno llevará una alhaja para que Justo la funda y haga una campana de plata que taña por los muertos, entre los que nos encontraremos nosotros no sabemos cuándo. Todo esto, por supuesto, si Justo accede, pues nosotros no somos más que unos advenedizos que llegamos cuando está todo casi hecho.
Un monumento como ese tenía que haber levantado España a las víctimas del terrorismo.
Ya no quedan hombres que levanten catedrales. Sólo Justo Gallego. Para él mi entrada de hoy y mis oraciones.
Durante el acto cantaremos ese coro de Antígona que habla de la maravilla que es ser humano y enterraremos cada uno un poema bajo la catedral. De esta manera los poemas florecerán en la siguiente primavera y las abejas llevarán su polen por España y el resto del mundo. A ver si así la belleza nos alegra un poco.
Cada uno llevará una alhaja para que Justo la funda y haga una campana de plata que taña por los muertos, entre los que nos encontraremos nosotros no sabemos cuándo. Todo esto, por supuesto, si Justo accede, pues nosotros no somos más que unos advenedizos que llegamos cuando está todo casi hecho.
Un monumento como ese tenía que haber levantado España a las víctimas del terrorismo.
Ya no quedan hombres que levanten catedrales. Sólo Justo Gallego. Para él mi entrada de hoy y mis oraciones.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Rousseau, ese gilipollas
Iba a hablar de Justo Gallego, pero me he levantado guerrero y quiero meterme con Rousseau.
Amoavé, Rousseau: si dices que el hombre es bueno por naturaleza, nos abocas a dos afirmaciones perversas: o todo lo que hace el hombre es bueno o, si hace algo malo, la culpa es del sistema o de los otros (los cuales, por lo visto, no deben ser hombres, porque, si lo fueran, serían buenísimos).
Según tú, yo soy muy bueno, pero, claro, si llevas dientes de oro, me tientas y te los tengo que arrancar. La culpa es de la desigualdad económica, no mía. El sistema económico me explota y, entonces, me quedo vacío y me drogo y cuando tengo el mono, tengo que robar, pero son culpables los otros por contribuir como asquerosos burgueses a esta sociedad alienante y explotadora (ya se sabe que ser burgués es malísimo: ni se le ocurra a usted ser burgués). La culpa la tiene no el inocente buenapersona que comete los delitos, sino la sociedad que lo provoca: el violador es bueno, pero la pornografía y las mujeres lo provocan con tanto tanga y tanta minifalda; el ladrón es bueno, pero las ricachonas lo provocan; los okupas son buenos, pero los propietarios los provocan con sus tres viviendas; el infiel es en realidad fiel, pero la sociedad lo vuelve infiel ofreciéndole tantas tías buenorras; si los anticlericales quemaban iglesias, la culpa es de la Iglesia, que es malísima. En fin, Rousseau, que eres tonto.
Amoavé, Rousseau: si dices que el hombre es bueno por naturaleza, nos abocas a dos afirmaciones perversas: o todo lo que hace el hombre es bueno o, si hace algo malo, la culpa es del sistema o de los otros (los cuales, por lo visto, no deben ser hombres, porque, si lo fueran, serían buenísimos).
Según tú, yo soy muy bueno, pero, claro, si llevas dientes de oro, me tientas y te los tengo que arrancar. La culpa es de la desigualdad económica, no mía. El sistema económico me explota y, entonces, me quedo vacío y me drogo y cuando tengo el mono, tengo que robar, pero son culpables los otros por contribuir como asquerosos burgueses a esta sociedad alienante y explotadora (ya se sabe que ser burgués es malísimo: ni se le ocurra a usted ser burgués). La culpa la tiene no el inocente buenapersona que comete los delitos, sino la sociedad que lo provoca: el violador es bueno, pero la pornografía y las mujeres lo provocan con tanto tanga y tanta minifalda; el ladrón es bueno, pero las ricachonas lo provocan; los okupas son buenos, pero los propietarios los provocan con sus tres viviendas; el infiel es en realidad fiel, pero la sociedad lo vuelve infiel ofreciéndole tantas tías buenorras; si los anticlericales quemaban iglesias, la culpa es de la Iglesia, que es malísima. En fin, Rousseau, que eres tonto.
martes, 9 de marzo de 2010
Catedral versus uñas largas
Leo en el periódico que un señor manchego, ya octogenario, ha dedicado toda su vida a construir por su cuenta y riesgo una catedral con materiales reciclados. Y me parece muy bello que un hombre dedique su energía, su inteligencia, su tiempo y su dinero a levantar algo que le sobrevivirá y que disfrutarán los demás.
Eso sí que es aprovechar los talentos que se le dieron y quintuplicarlos.
Sin embargo, hay otros que nacieron con más dinero y más capacidades y dedican su energía y su inteligencia a cosas tan tontas como dejarse las uñas más largas del mundo para batir un record o a entrar en los jardines ajenos para salvar las estatuillas de los gnomos y llevarlas al bosque.
Aprovechar los talentos es levantar, por ejemplo, una catedral. Desaprovecharlos es ser, por ejemplo, Paris Hilton y no hacer nada.
El tipo que se consagra a tener las uñas más largas del mundo me parece, además de un puerco, un tontorrón, mientras que el tipo de la catedral me parece un héroe y estoy deseando conocerlo.
Por desgracia, la gente habla más de los tontainas que de los héroes, ¡con lo aburridos que son los tontainas y lo interesantísimos que son los héroes!
Hoy quiero romper una lanza a favor de todos los que hacen cosas grandes y hermosas, a la medida de sus capacidades, como levantar una catedral, poner nombres a las estrellas, ser amable, limpiarle el culito al bebé mientras le sonríe, dar dinero a Caritas, cuidar de los sidosos abandonados de todos, criar, como mi madre, a siete hijos y estar dispuesta a morir por cada uno de ellos.
¿Qué haríamos sin esos héroes si el mundo se limitase a la escoria del Diario de Patricia, a los pedorros de Gran Hermano, a los que mean y vomitan en las calles los viernes por la noche?
Los héroes cotidianos no se imaginan cuánto les debemos. A ellos mi admiración y mi devoción.
Eso sí que es aprovechar los talentos que se le dieron y quintuplicarlos.
Sin embargo, hay otros que nacieron con más dinero y más capacidades y dedican su energía y su inteligencia a cosas tan tontas como dejarse las uñas más largas del mundo para batir un record o a entrar en los jardines ajenos para salvar las estatuillas de los gnomos y llevarlas al bosque.
Aprovechar los talentos es levantar, por ejemplo, una catedral. Desaprovecharlos es ser, por ejemplo, Paris Hilton y no hacer nada.
El tipo que se consagra a tener las uñas más largas del mundo me parece, además de un puerco, un tontorrón, mientras que el tipo de la catedral me parece un héroe y estoy deseando conocerlo.
Por desgracia, la gente habla más de los tontainas que de los héroes, ¡con lo aburridos que son los tontainas y lo interesantísimos que son los héroes!
Hoy quiero romper una lanza a favor de todos los que hacen cosas grandes y hermosas, a la medida de sus capacidades, como levantar una catedral, poner nombres a las estrellas, ser amable, limpiarle el culito al bebé mientras le sonríe, dar dinero a Caritas, cuidar de los sidosos abandonados de todos, criar, como mi madre, a siete hijos y estar dispuesta a morir por cada uno de ellos.
¿Qué haríamos sin esos héroes si el mundo se limitase a la escoria del Diario de Patricia, a los pedorros de Gran Hermano, a los que mean y vomitan en las calles los viernes por la noche?
Los héroes cotidianos no se imaginan cuánto les debemos. A ellos mi admiración y mi devoción.
lunes, 8 de marzo de 2010
Aforismos políticos
1. Al ultra le parece moderado el ultra y ultra el moderado.
2. Los tiranos obligan más que prohíben y los dictadores prohíben más que obligan.
3. El radical necesita al impuro y libre para sentirse puro y auténtico y poder tirarle la primera piedra.
4. Cuanto más asilos de ancianos haga el Estado, más hijos enviarán a sus padres a los asilos.
5. La solidaridad es una caridad descafeinada que se ejerce desde el sofá.
6. El canalla se solidariza con el lejano, pero jode al cercano.
7. Mi vida pública y mi vida privada tienen muchas cosas en común: yo.
8. Nacionalismos, regionalismos y chovinismos son el patriotismo del pringao.
9. El Estado del Bienestar vigila más que nadie sus fronteras, porque no quiere más gente en su cómodo bote salvavidas.
10. En las democracias de partidos con listas cerradas, cada hombre no es un voto, sino una millonésima parte del partido.
2. Los tiranos obligan más que prohíben y los dictadores prohíben más que obligan.
3. El radical necesita al impuro y libre para sentirse puro y auténtico y poder tirarle la primera piedra.
4. Cuanto más asilos de ancianos haga el Estado, más hijos enviarán a sus padres a los asilos.
5. La solidaridad es una caridad descafeinada que se ejerce desde el sofá.
6. El canalla se solidariza con el lejano, pero jode al cercano.
7. Mi vida pública y mi vida privada tienen muchas cosas en común: yo.
8. Nacionalismos, regionalismos y chovinismos son el patriotismo del pringao.
9. El Estado del Bienestar vigila más que nadie sus fronteras, porque no quiere más gente en su cómodo bote salvavidas.
10. En las democracias de partidos con listas cerradas, cada hombre no es un voto, sino una millonésima parte del partido.
sábado, 6 de marzo de 2010
Manifestación contra el crimen de Estado
Invito a todas las personas de bien a manifestarse en sus ciudades este domingo a las 12:00, en defensa de la vida del no nacido. En Sevilla será frente al Ayuntamiento. Los que quieran conocer a qué hora y dónde será en sus ciudades, pueden consultar este listado:http://marchavida.derechoavivir.org/concentraciones/
viernes, 5 de marzo de 2010
Primer número de la revista de Isla de Siltolá
He llegado a la Isla de Siltolá y allí me encontré poetas que admiro y que tuvieron la deferencia de servirme una copa de vino y brindar conmigo.
Yo no sabía que esa isla era tan bella.
Desde aquí mi gratitud y mi felicidad a la editorial por incluir tres poemas míos en una revista tan bonita con poetas tan buenos.
Yo no sabía que esa isla era tan bella.
Desde aquí mi gratitud y mi felicidad a la editorial por incluir tres poemas míos en una revista tan bonita con poetas tan buenos.
jueves, 4 de marzo de 2010
Ser momia
No estamos a gusto con nosotros mismos, porque exigimos la perfección de los cuerpos. Cada vez cuesta más dinero, tiempo y dolor parecer bello y atractivo. No está al alcance de cualquiera. El supuesto culto al cuerpo en la época actual no es en realidad culto al cuerpo, sino obsesión por la perfección imposible en el cuerpo, o sea, despreciar los cuerpos reales, porque los cuerpos no pueden ser perennemente juveniles y sanos, sino cambiantes y variables. Se ha impuesto la cultura de la momia embalsamada, flaca e incorruptible. Los cuerpos tienen que dar la sensación de que no comen, no cagan, no sudan, no tienen arrugas ni eccemas ni vello ni se descuelgan. Deben ser estatuas griegas, perfectas, en perpetuo olor de santidad y, con tal de conseguirlo, la gente no duda en ir contra la vida, contra el tiempo, contra su salud, contra su dinero, contra su placer, no duda en operarse, quitarse órganos, ponerse prótesis que luego no se podrán comer los gusanos. Eso no es vivir, sino odiar lo vivo, momificarse en vida, vivir como si la muerte no estuviera a la muerte de la esquina. Pero ese vivir de espaldas a la muerte es en realidad vivir para la muerte, vivir con desesperación antes de que la nada definitiva nos engulla. Aspirar al cuerpo perfecto es negar la vida, el cambio, la variedad y la ley de la gravedad.
miércoles, 3 de marzo de 2010
De cómo en cierta ocasión me salvaron de la muerte.
Pues resulta que volvía yo de la fácul y esperaba el bus en la marquesina, leyendo un libro y con los pies en el bordillo de la acera, mala costumbre que perdí desde aquel día. He aquí que justo en el momento en que el autobús llega con bastante ímpetu y pegado a la acera, a mí se me cae al suelo un lápiz y voy a recogerlo y entonces alguien tira de mí con bastante fuerza hacia atrás y, gracias a eso, la mole del autobús me dio en el flequillo (por entonces tenía flequillo) y me rozó la frente.
Busqué a mi alrededor a mi salvador, para agradecérselo, y nadie me miraba, nadie pareció darse cuenta de que, si no es porque alguien me había agarrado de la ropa, habrían estado en presencia de un descabezado.
Desde luego, si no fue mi ángel quien me salvó, tuvo que ser alguien muy parecido y muy discreto con cierto don de la ubicuidad, capaz de estar a mi lado en el segundo justo y de desaparecer de mi vista medio segundo después.
Busqué a mi alrededor a mi salvador, para agradecérselo, y nadie me miraba, nadie pareció darse cuenta de que, si no es porque alguien me había agarrado de la ropa, habrían estado en presencia de un descabezado.
Desde luego, si no fue mi ángel quien me salvó, tuvo que ser alguien muy parecido y muy discreto con cierto don de la ubicuidad, capaz de estar a mi lado en el segundo justo y de desaparecer de mi vista medio segundo después.
martes, 2 de marzo de 2010
Los ángeles
Yo siempre he pensado que no somos la única especie inteligente en el universo. Pero no estoy pensando en ET ni en marcianos y venusianos, sino en los espíritus angélicos. Con ellos tenemos más cosas en común que con los monos, de lo que me congratulo no imagináis cuánto. Aun cuando los ángeles no existieran, nos ennoblece tanto el anhelo de emparentarnos con lo alto y superior y no con lo bajo e inferior, que merece la pena creer en ellos.
Estoy en esa fase de la vida en que no creo en las ideas por la contundencia de sus argumentos, sino por las consecuencias prácticas que tienen. Igual que no me importa la fundamentación metafísica de los derechos humanos, sino que éstos se respeten, me importa un rábano demostrar la existencia de los ángeles: lo que quiero es sencillamente que existan, porque nos consuelan, nos acompañan y nos hacen mejores.
Pero es que, además, creo en ellos no sólo por estética y ética y fe, sino porque veo razonable y bonito que existan criaturas espirituales que nuestros sentidos corporales no pueden percibir.
Y, encima, tengo una prueba personal de que existen. Pero la expondré mañana.
Estoy en esa fase de la vida en que no creo en las ideas por la contundencia de sus argumentos, sino por las consecuencias prácticas que tienen. Igual que no me importa la fundamentación metafísica de los derechos humanos, sino que éstos se respeten, me importa un rábano demostrar la existencia de los ángeles: lo que quiero es sencillamente que existan, porque nos consuelan, nos acompañan y nos hacen mejores.
Pero es que, además, creo en ellos no sólo por estética y ética y fe, sino porque veo razonable y bonito que existan criaturas espirituales que nuestros sentidos corporales no pueden percibir.
Y, encima, tengo una prueba personal de que existen. Pero la expondré mañana.
lunes, 1 de marzo de 2010
Unos ojos
Conectado a la música de mi ipod, con un pitillo en la boca y ojeando el periódico, me topé, al entrar en mi calle, con unos ojos que se clavaron en los míos. Fue un segundo muy largo, lo suficiente para reparar en que su dueño era un mendigo que vestía mal y olía peor, de rostro triste y piel maltratada por la intemperie. Me sentí sucio y miserable por apartar de él la mirada y pasar de largo, por estar pensando en la cervecita que me iba a tomar en casa, por fingir que no había visto a un hombre que, como todos, había nacido para el amor, la belleza y lo infinito y que muchos como yo fingíamos no ver.
Yo intento calmar mi conciencia dando limosna, pero hay dentro de mí un Cotta vehemente y acusador que me llama miserable y que quiere llevarme por ahí a limpiar pies de pobres para ponerles zapatos limpios y caros.
Yo intento calmar mi conciencia dando limosna, pero hay dentro de mí un Cotta vehemente y acusador que me llama miserable y que quiere llevarme por ahí a limpiar pies de pobres para ponerles zapatos limpios y caros.
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